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sábado, 14 de febrero de 2015

Juicio de asesino del verdadero American Sniper es complejo

Tomado de BBC Mundo

Chris Kyle, de actualidad por la película "El francotirador" de Clint Eastwood, murió junto a Chad Littlefield en un campo de tiro en 2013. La defensa del autor confeso de los disparos duda que se pueda dar un proceso justo


El complejo juicio al exsoldado que mató al verdadero "American Sniper
El exinfante de marina estadounidense Eddie Ray Routh, de 27 años, puede ser condenado a cadena perpetua si lo declaran culpable.

"Este tipo está chiflado".

Este fue el mensaje de texto que el francotirador estadounidense Chris Kyle le envió a su amigo Chad Littlefiefd por celular pese a que ambos se encontraban en la misma camioneta.

Con ellos viajaba el exinfante de marina Eddie Ray Routh -a quien se refería Kyle en su mensaje- y que ese mismo día, el 2 de febrero de 2013, los mató con un arma automática en un campo de tiro.

El mensaje de texto lo presentó esta semana Tim Moore, abogado de Routh, en el comienzo del juicio que se celebra en la pequeña localidad texana de Stephenville, donde el exinfante de marina se enfrenta a una posible condena de cadena perpetua sin libertad condicional por la muerte de Kyle y Littlefield.

El inicio del proceso judicial, que se prevé durará unas dos semanas, adquirió especial relevancia porque coincide con la proyección y éxito en las salas de cine de "El francotirador" (American Sniper), película dirigida por Clint Eastwood y protagonizada por Bradley Cooper que está basada en la autobiografía de Chris Kyle.

El "demonio de Ramadi"
Chris Kyle, un ayudante de rancho que se convirtió en militar y fue miembro de los Navy SEAL (fuerzas especiales de la marina de EE.UU.) entre 1999 y 2009, es el francotirador más letal en la historia de EE.UU.

Objeto de adoración en su estado natal, Texas, donde mucha gente lo ve como un modelo de dedicación al ejército y a la patria, hay quienes critican que el filme de Eastwood abunde en esta imagen de héroe de alguien que mató al menos a 160 personas en Irak, aunque se cree que pudieron ser hasta 255.

No en vano los iraquíes lo apodaron "demonio de Ramadi" –Al Shaitan Ramd- por su participación durante la invasión aliada de Irak en 2003 y la posterior guerra.

En su Texas natal, Chris Kyle es adorado y recordado como un héroe.

Christopher Scott Kyle nació en Odessa, Texas, el 8 de abril de 1974, en el seno de una familia religiosa de granjeros.

A los 8 años le regalaron un rifle Springfield y aprendió a disparar con su padre, con quien se aficionó a ir de caza.
Tras abandonar los rodeos por una lesión en un brazo, Kyle decidió entrar en la marina de EE.UU. y en 1999 fue aceptado en el programa de los Navy SEAL.

Con ellos intervino en la guerra de Irak, donde fue desplegado en cuatro misiones.

Se le atribuyen hasta 255 muertes de insurgentes iraquíes, si bien el Pentágono sólo le acreditó 160 porque para que una muerte se dé por confirmada tiene que haber un testigo.

Salvar vidas estadounidenses
Los insurgentes le pusieron precio a su cabeza y ofrecieron una recompensa de US$180.000 a quien acabara con él. Sufrió heridas por disparos de otros francotiradores y sobrevivió a seis atentados con explosivos escondidos.

Fue condecorado con dos Estrellas de Plata y cinco Estrellas de Bronce.

En 2009 decidió abandonar el ejército para poder dedicarle tiempo a su familia, formada por su esposa Taya y dos hijos. 

La viuda de Chris Kyle fue la primera testigo en subir al estrado durante el juicio.


Desde su regreso a casa, Kyle se dedicó a ayudar a veteranos que padecían secuelas físicas o mentales tras volver de la guerra, como por ejemplo trastorno por estrés postraumático (TEPT). La otra víctima en el campo de tiro, su amigo Chad Littlefield, de 35 años, no era militar pero lo acompañaba a menudo en este tipo de actividades.


En el libro autobiográfico que inspiró la película de Eastwood se dejan ver algunas de las motivaciones de Kyle para asumir su papel en la guerra de Irak.


Entre ellas destaca el hecho de estar convencido de que por cada muerte en el lado iraquí salvaba varias vidas de estadounidenses.

Kyle llegó a despersonalizar a sus víctimas.

"La primera vez, ni siquiera estás seguro de que puedas hacerlo (matar). Pero yo no estaba allí mirando a esas personas como personas. No me preguntaba si tenían familia. Sólo estaba tratando de mantener a mi gente a salvo", escribió.

Con la vida de Kyle exhibida en salas de cine en las que no hace más que recaudar grandes cantidades de dinero en su flamante camino hacia los Oscar, la defensa de Eddie Rough intentó detener el juicio por considerar que esto puede evitar que el proceso sea justo.

Los abogados no discuten que Routh disparó a Kyle y Littlefield, algo que el propio exinfante de marina confesó a su hermana y su cuñado, pero basan su defensa en el eximente de enajenación mental.

Así, aseguran que Routh, que padecía de un trastorno por estrés postraumático después de su intervención en la ayuda a Haití tras el terremoto de 2010, sufrió un episodio paranoico psicótico y no era consciente de la maldad de sus actos. 

La película de Clint Eastwood batió récords de taquilla en su estreno en EE.UU. en el mes de enero.


La acusación, por su parte, alega que Routh era plenamente consciente de que sus actos eran ilegales porque tras disparar a Kyle y Littlefield, huyó de la zona en la camioneta de Kyle, que apareció horas después.

En las próximas dos semanas, el jurado de Stephenville formado por 10 mujeres y dos hombres deberá decidir si el TEPT puede ser causa suficiente para exculpar a alguien de dos homicidios.

Curiosamente, el propio mensaje de texto que escribió Kyle el día de su muerte puede fundamentar los argumentos de la defensa.



domingo, 16 de marzo de 2014

MITOS MEDIATICOS ACERCA DE LOS VIKINGOS Y SU VIOLENTA REPUTACION

TOMADO DE BBC MUNDO 


¿Eran los vikingos tan sanguinarios como se dice?

Por Tom de Castella

Las alargadas embarcaciones llegaron el 8 de junio. Aunque los monjes de Lindisfarne no lo sabían, era el principio de 300 años de sangrientos saqueos vikingos en Gran Bretaña e Irlanda.

Corría el año 793

"Nunca antes había habido tanto terror en Gran Bretaña como el que estamos sufriendo por una raza pagana", escribió en ese entonces el erudito anglosajón Alcuino de York.

"Los herejes regaron la sangre de los santos en el altar y pisotearon los cuerpos de los santos en el templo de Dios, como si fuera excremento en las calles".

Más de 12 siglos después, los vikingos siguen teniendo un lugar preponderante en la imaginación. Hombres rubios, físicamente poderosos, con yelmos cornudos y la agresividad a flor de piel, descendiendo sobre aldeas para violar y saquear.

Esa, al menos, es la percepción. Pero esa visión tan arraigada está en tela de juicio.

Con o sin cuernos

 

Empecemos por los cuernos, tan populares entre los fanáticos escandinavos de fútbol.

Los cuernos y la ópera, una relación más honesta que aquella que los liga a los vikingos. Los vikingos nunca los usaron.

Sólo empezaron a aparecer en las representaciones de ellos en el siglo XIX. Richard Wagner celebró la mitología nórdica en su "La valquiria", la segunda ópera de su ciclo "El anillo del nibelungo" y los yelmos con cuernos fueron creados para la presentación en el primer Festival Bayreuth, en 1876.

El yelmo con cuernos efectivamente está basado en un hecho histórico, pero no era algo vikingo, precisa Emma Boast del centro vikingo Jorvik, en Inglaterra.


En el Museo Británico hay uno de la Edad del Hierro, que fue encontrado en el río Támesis. Data de 150-50 a.C.

Los vikingos usaban cuernos en sus banquetes, para tomar y los tocaban soplando para comunicarse. Aparecen representados en broches y pendientes. Pero no los usaban y menos en las batallas, pues habrían sido un estorbo al hacer que su casco fuera más pesado.

No obstante, si uno le pide hoy en día a un niño que dibuje a un vikingo, probablemente empezará con el yelmo cornudo.
"Está tan fijada en nuestra sociedad que no creo que nos podamos deshacer de esa imagen", le dice Boast a la BBC.

Un vikingo en casa

 

"El debate sobre si los vikingos eran adorables o no empezó hace mucho tiempo", explica Matthew Townend, quien enseña nórdico antiguo, la lengua que hablaban los vikingos, en la Universidad de York.


La película "Los Vikingos" muestra la imagen clásica que tenemos de ellos.


La imagen clásica es la que articuló la película de Hollywood de 1958 "Los Vikingos". Protagonizada por Kirk Douglas, Janet Leigh y Tony Curtis, empezaba con lo que un crítico describe hoy en día como "una vigorosa representación de violaciones, incendios y saqueos". Aunque, al menos, sin ningún cuerno a la vista.

En los 60s y 70s, esa imagen de bárbaros al acecho empezó a ser cuestionada.

La mayoría de los registros sobre la invasión vikinga de Inglaterra fue escrita por monjes que, como "las víctimas", no eran objetivos, señalaban algunos académicos.

La arqueología empezó a posicionar las sagas nórdicas -escritas varios siglos después- como la evidencia más confiable.

Un punto de inflexión crucial se dio a finales de los años 70, durante la construcción de un centro comercial en el área de Coppergate de York.

La tierra húmeda había preservado casas, ropa, joyas y un yelmo vikingos, que dejaban entrever su aspecto doméstico y familiar.

"Hasta Coppergate, nuestra visión de los vikingos era sesgada", explica Chris Tuckley, jefe de interpretación en el Centro Jorvik.

Los vikingos pasaron de ser saqueadores espeluznantes a hábiles comerciantes. Eran poetas, usaban zapatos de cuero y se peinaban el cabello.

No tan amables

 


Pero la corrección a "vikingos adorables" ha ido demasiado lejos, opina el catedrático de historia anglosajona en la Universidad de Cambridge, Simon Keynes.

Brutales o adorables, ahí está el dilema.

"No hay duda sobre cuán desagradables y brutos eran: hicieron todo lo que justifica su reputación".

Robaron todo lo que pudieron. Las iglesias para ellos eran meros repositorios de tesoros para saquear. Se llevaban el ganado, el dinero y la comida. Y probablemente a las mujeres también, dice.

"Quemaban las aldeas y dejaban a su paso un rastro de destrucción". Y era una agresión no provocada. A diferencia de la mayoría de los ejércitos, llegaron por el mar, en sus largos barcos de fondos angostos que les permitían viajar por los ríos y sorprender poblados. Era un blitzkrieg marítimo al principio, agrega.

Y lo peor era que los asaltos se repetían. Los vikingos, como ladrones que retornan una y otra vez a las mismas casas, se rehusaban a dejar tranquilos a los lugareños.

Crueldad


Hay historias espeluznantes que pueden o no ser ciertas.

Se dice que Ivar el Deshuesado era particularmente cruel.
Según las sagas, puso a Edmundo, el rey de Anglia Oriental, contra un árbol y le ordenó a sus hombres que le dispararan flechas hasta que su cabeza explotara.

Y a su rival vikingo, el rey Aelle, lo ejecutó en York cortándole las costillas en la columna vertebral, rompiéndoselas para que se vieran como alas y sacándole los pulmones por las heridas en su espalda... un método de ejecución conocido como el "Águila de sangre".

Aunque la precisión de estas historias está en disputa.

Además, los anglosajones no eran precisamente los defensores de un prototipo de la Convención de Ginebra, señalan otros. En 2010 fueron encontrados en el pueblo costero Weymouth, sur de Inglaterra, 50 cuerpos decapitados que se cree son de vikingos ejecutados.

Comercio y telenovelas

 

Los vikingos llegaron hasta Terranova en Norteamérica; al norte de Francia y Alemania; y a lo que hoy en día es Rusia y Ucrania. Pero quizás es menos conocida la influencia que tuvieron en Asia central y Medio Oriente.

Vea la galería  Vida y leyenda de los vikingos

"Es muy difícil evaluarlos pues hicieron tantas cosas", dice Keynes.
La fuente más abundante de escritos sobre los vikingos en los siglos IX y X está en árabe, resalta James Montgomery, profesor de árabe en la Universidad de Cambridge.

Los vikingos estuvieron en el mar Caspio donde entraron en contacto con el imperio jázaro. Quizás incluso llegaron hasta Bagdad, si se le cree a una fuente de mediados del siglo IX.

Se piensa que los vikingos, a los que llamaban "los rus", contribuyeron a la formación del principado de Kiev, que se luego se convirtió en Rusia, le dice Montgomery a la BBC.

Eso ha hecho que algunos los describan como comerciantes globales más que como guerreros.

Y hay quienes incluso dicen que se inventaron las telenovelas, pues consideran a las sagas islandesas como las precursoras.

Una gran historia


La historia siempre se vuelve a escribir... varias veces.

El revisionismo es natural. Los académicos siempre están buscando un nuevo ángulo. Y la gente cambia de opinión a medida que las costumbres sociales evolucionan.

"(El escritor francés) Stendhal dijo que la biografía de Napoleón iba a ser reescrita cada seis años", anota el historiador Antony Beevor.

Sin duda, el revisionismo y el contraargumento se refinarán.
Pero la historia de los vikingos, repleta de violencia, colonialismo y comercio, lo tiene todo. Con o sin cuernos. 

domingo, 1 de diciembre de 2013

Segunda Guerra Mundial se ganó más con el cerebro que con… fuerza

Tomado de ABC 
Alan Turing
 El enigma de “Enigma”: cuando las matemáticas ganaron la guerra

Una biografía de Alan Turing arroja nuevos datos sobre la historia del desciframiento de la máquina


Por Miguel Angel Delgado

Un monumento en Londres rinde homenaje a los héroes de la Batalla de Inglaterra. En él figuran aviadores, soldados, el pueblo bombardeado, las mujeres en las fábricas... Al pie se recoge la frase de Churchill, «nunca en la historia del conflicto humano, tantos debieron tanto a tan pocos». Pero hay una grave carencia, la de los científicos y el personal de Bletchley Park, una mansión reconvertida en instalación militar que albergó la supersecreta GC&CS (Escuela de Códigos y Cifrados del Gobierno), encargada de descifrar las comunicaciones de la red alemana «Enigma».

Un reciente libro («Alan Turing. «El pionero de la era de la información», de B. Jack Copeland, Turner) ofrece un relato preciso de una contribución decisiva a la victoria aliada. Existe consenso en que, sin ella, el curso de la guerra habría cambiado: Inglaterra podía haber sucumbido, el desembarco de Normandía haberse retrasado o fracasado, y el conflicto alargado dos o tres años, con consecuencias imprevisibles.

Inventada en 1918


«Enigma» había sido inventada en 1918 por Arthur Scherbius, y mejorada en 1930. Era una especie de máquina de escribir a la que se añadían tres rotores (cuatro desde 1942) de un total de cinco (posteriormente ocho). La clave dependía de qué rotores se escogían, el orden en que se colocaban, y en qué posición. Los operadores (en los despachos de Berlín, los puestos de mando, en el interior de los tanques, en los submarinos, en los bombarderos, donde fuera, porque «Enigma» era portátil) llevaban con ellos las instrucciones de cómo debían colocarse los rotores, y estas posiciones cambiaban cada pocos días.

Los polacos habían hecho avances penetrando una primera «Enigma», la misma que fue facilitada por Alemania a Francisco Franco en la Guerra Civil y que permitió a Berlín espiar sus comunicaciones. Pero inmediatamente antes de la invasión de Polonia, los alemanes añadieron otro elemento de seguridad, un clavijero de configuración también variable. «Enigma» se volvió indescifrable, aunque eso era matizable: mientras la red de la Luftwaffe fue penetrada justo a tiempo de revelar el inminente inicio del «Blitz», la de los submarinos, con medidas de seguridad adicionales, se resistía.

Pionero de la computación


Uno de los principales cerebros de Bletchley Park era Alan Turing. Cuando se hizo evidente que descifrar «Enigma» sería, ante todo, una labor matemática, los responsables de inteligencia no dudaron en contratar a un joven que ya descollaba como un pionero de la computación. Sin embargo, los militares desconfiaban de los matemáticos por su difícil relación con la disciplina. Uno de los méritos de Churchill fue comprender desde el primer momento que la capacidad para combinar su labor con las acciones militares sobre el terreno sería la única forma de actuar.

Con paciencia, ecuaciones e intuiciones para aprovechar ocasionales fallos de seguridad, el equipo capitaneado por Turing encontró pautas en los mensajes que permitieron entender detalles del funcionamiento, pero el grueso permanecía impenetrable. Para conseguir un avance significativo, pronto resultó evidente que la Marina debería capturar «pellizcos»; es decir, elementos físicos de «Enigma».

El valor de un marino


Era una labor ímproba, porque los alemanes tenían órdenes de deshacerse de todo al ser abordados. Pasaron largos meses sin resultados, hasta que, el 26 de abril de 1940, un marino inglés logró rescatar del agua una bolsa arrojada desde un buque alemán tirándose al mar. La información allí encontrada, aunque fragmentaria, permitió confirmar las ideas de Turing sobre cómo funcionaba la máquina, pero aún faltaba para penetrarla por completo.

El golpe más espectacular fue la captura del submarino U-110


Otros «pellizcos» se consiguieron asaltando buques meteorológicos, que al viajar muy hacia el norte llevaban las claves para períodos más largos. Pero el golpe más espectacular fue la primera captura de un submarino, el U-110, tras sus ataques contra un convoy el 9 de mayo, y que tenía su «Enigma» aún conectada cuando fue registrado. La única explicación es que su capitán, Julius Lemp, un héroe de guerra caído en desgracia ante Hitler, y que desapareció en el agua en algún momento del rescate, pensó erróneamente que el submarino se hundiría.

 

Máquinas de cálculo


Para entonces, ya estaban en funcionamiento las «bombas» de Turing, enormes máquinas de cálculo analógicas, que rastreaban la riada de mensajes interceptados en busca de configuraciones de los rotores que dieran textos legibles. Para entonces, 9.000 personas trabajaban en Bletchley Park. Dos mil de ellos estaban asignados a la tarea de supervisar los resultados.
Pronto todo el ejército alemán fue transparente para unos ingleses que leían los comunicados al poco de ser emitidos.

Con consecuencias demoledoras: los submarinos fueron fácilmente cazados y esquivados; Rommel fue derrotado al conocerse sus problemas de combustible; y los soviéticos vencieron en Kursk al darles los británicos información sobre los blindados alemanes. Durante el contraataque que les llevaría hasta Berlín, los rusos se hicieron no sólo con las redes de «Enigma» que se fueron encontrando, sino también con las de «Tunny», una máquina aún más perfeccionada, que entró en pleno funcionamiento en 1942, y que elevaba los rotores a 12, además de tener un método de encriptamiento automático distinto a «Enigma».

Comunicación reventada


Lo más fascinante de «Tunny» es que los criptoanalistas de Bletchley Park consiguieron penetrarla sin ver la máquina. 

A partir únicamente de la señal recibida, el coronel John Tiltman, con una prodigiosa capacidad intuitiva, logró reventar una comunicación de 4.000 caracteres. Posteriormente, un matemático, Bill Tute, dedujo el funcionamiento completo de la máquina. Unido a los métodos de Turing, eso permitió que Tommy Flowers construyera en enero de 1944 «Coloso», el primer gran ordenador, que terminó de vencer definitivamente a «Tunny». Tiltman, Tute y Flowers son otros nombres que deberían acompañar a Turing en el monumento londinense.

Gracias al dominio de «Tunny», Churchill tuvo acceso a información sobre los planes de Stalin cuando los rusos se hicieron con ella. En la Guerra Fría continuó la batalla por la encriptación, por lo que los trabajos de Bletchley Park permanecieron clasificados. Hoy sabemos que marcaron un hecho sin precedentes: por primera vez, la victoria se inclinó hacia el bando que, junto a hombres y equipo, fue capaz de sumar a sus fuerzas las mejores mentes matemáticas (en el caso de Turing y el equipo de Bletchley Park) y los mayores físicos (en el del proyecto Manhattan).
Nunca algo tan teórico tuvo resultados tan inmediatamente palpables para tantos.

James Bond, a la caza de «Enigma»


Ian Fleming

La operación Ruthless («Despiadada») fue una de las más curiosas historias relacionadas con el desciframiento de «Enigma». Ante la dificultad para obtener resultados, la inteligencia naval decidió poner en marcha una operación especial con el fin de hacerse con un equipo completo de la máquina, y encomendó a sus oficiales su diseño. La prioridad fue máxima, porque los continuos bombardeos, sumados al bloqueo de los submarinos alemanes, estaba llevando al límite la resistencia británica, y el tiempo se agotaba.

La más atrevida propuesta vino de la mano del joven capitán de corbeta Ian Fleming, quien años más tarde se convertiría en el célebre creador de James Bond, el agente especial 007 al servicio de Su Majestad, y que en septiembre de 1940 describió una operación que permitía entrever la poderosa imaginación que luego aplicaría a las aventuras de su personaje.

El plan consistiría en aprovechar un bombardeo nocturno sobre Londres para, al alba, hacer despegar un bombardero alemán capturado y pilotado por personal de la RAF. Los británicos irían vestidos con uniformes alemanes, cubiertos con vendas y sangre («para que quede bien», según acotó Fleming), y el avión volaría con un motor apagado y una columna de falso humo para hacerse pasar de forma convincente como un avión alcanzado.

El piloto («fuerte, soltero, que sepa nadar») debía hacer caer al mar el avión sobre el Canal de la Mancha, a la vista de algún barco alemán. Al ser rescatados, los británicos matarían a todos los alemanes y los tiraría por la borda, se haría con el barco y llevarían el buque «y su botín» a un puerto inglés. En suma, una operación que contravenía todas las normas de combate, pero que era muy del agrado de Turing.


Fleming llegó a trasladarse con su equipo a Dover a mediados de octubre para localizar el barco más adecuado para la operación, pero los vuelos de reconocimiento de la RAF no dieron resultado, y finalmente la operación fue suspendida. Frank Birch, responsable de la sección dedicada a la marina alemana, dejó anotado cómo «hace dos días, Turing y Twinn (su asistente) vinieron a mí como dos enterradores a los que les hubieran privado de un bonito cadáver, totalmente alterados por que se hubiera cancelado la operación Ruthless».