Tomado de La Voz de Rusia
Como parte de esta estrategia, con el fin de
evitar que la República Popular China acudiera en ayuda de Pakistán, la India
firmó un tratado de "paz, amistad y cooperación" con la Unión
Soviética en agosto de 1971. Este tratado obligaba a cada parte a ayudar a la
otra en caso de evidente amenaza a la seguridad nacional.
Como parte de esta estrategia, con el fin de
evitar que la República Popular China acudiera en ayuda de Pakistán, la India
firmó un tratado de "paz, amistad y cooperación" con la Unión
Soviética en agosto de 1971. Este tratado obligaba a cada parte a ayudar a la
otra en caso de evidente amenaza a la seguridad nacional.
Crimea es el Bangladés del 71
Uno de los primeros líderes mundiales al que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, llamó por teléfono tras la suscripción del tratado de incorporación de Crimea a Rusia fue el primer ministro de la India, Manmohán Singh.
En el comunicado oficial de la Cancillería india Manmohán Singh
agradeció a Putin por el esclarecimiento de la postura rusa con respecto a los
recientes hechos protagonizados en Ucrania y “destacó la invariabilidad de la
posición de la India en relación a la unidad e integridad territorial de los
países”.
Entre tanto, hechos relativamente no lejanos de la historia de
la propia India muestran que la integridad territorial no es, ni mucho menos,
ninguna vaca sagrada, y suelen darse situaciones en que fuerzas exteriores
deben intervenir necesariamente en la marcha de los sucesos en otro país.
La posición oficial moderada de la India sobre la situación en
torno a Ucrania, y, particularmente, lo referente al retorno de Crimea a Rusia,
es perfectamente explicable: se trata de los problemas territoriales propios,
ante todo el de Cachemira, y el hecho de que a más tardar a fines de mayo el
Gobierno de Manmohán Singh depondrá sus poderes.
Un factor adicional que explica ese cierto alejamiento de la
sociedad india y de las autoridades oficiales de los sucesos en torno a
Ucrania, es que hoy ninguna agencia informativa india, sino solo el importante
periódico The Hindu, tiene
corresponsales en Moscú (sin hablar ya de Kiev). Como consecuencia, las
informaciones que publican los medios indios se reducen a la reimpresión de las
noticia de las agencias occidentales, lo cual se traduce en una cobertura
unilateral y en su percepción unilateral por los lectores indios. De ahí que
estos reciban informaciones sobre que aparentemente el referéndum en Crimea se
celebró a punta de fusiles y en medio de la ocupación rusa.
Entre tanto, hace unos cuarenta años la India no era tan
cautelosa cuando se trataba del destino de todo un pueblo, que se vio casi en
la misma situación en la que se vieron los habitantes de Crimea y en la que hoy
están los pobladores del sureste de Ucrania. Se trata de los hechos acaecidos
en 1971 en Bangladés (entonces Pakistán Oriental).
La similitud de las situaciones obedece aunque sea al hecho de
que, al igual que las fronteras administrativas entre las repúblicas de la
antigua Unión Soviética (que se convirtieron en fronteras estatales en 1991)
fueron trazadas de forma bastante convencional, sin que se tuvieran en cuenta
los nexos económicos, histórico-culturales, idiomáticos y otros, que se habían
conformado entre las poblaciones de las partes divididas. Como resultado, en el
marco de una formación estatal (Pakistán de los años 1947-1971 y Ucrania) se
vieron incluidas partes históricamente no relacionadas entre sí: en ambos casos
había (en el caso de Ucrania perdura hasta ahora) una división bien clara en
Oriente y Occidente. Y en la historia de ambos estados se dio que una de las
partes procuraba por medio de la fuerza privar a la otra de su peculiaridad
étnica, idiomática y cultural. Y cuando la población de Pakistán Oriental se
rebeló, el Gobierno de la India no lo pensó mucho e introdujo sus tropas en esa
parte de Pakistán.
La derrota de Pakistán en la guerra de 1971
llevó a la creación de Bangladesh. La India fue el primer país que reconoció a
Bangladesh como estado independiente.
Por cierto que existen diferencias entre la actual situación en
Crimea y los sucesos de 1971 en Bangladés. No se llegó a una violencia abierta
contra la población de Crimea por parte de las nuevas autoridades ilegítimas de
Ucrania ni tampoco se incrementó el contingente militar ruso en Crimea más de
lo que determina el tratado sobre emplazamiento de la Flota del mar Negro.
Bastó la resolución del Consejo de la Federación (Senado) sobre la posibilidad
de iniciar operaciones militares más allá de las fronteras de Rusia y el deseo
de los propios crimeos de regresar a Rusia claramente expresado en el
referéndum.
De todos modos, al evaluar los actuales sucesos en Crimea no hay
que olvidarse de las situaciones similares en otras regiones del mundo. Si no
fuera por la ayuda militar india difícilmente la lucha de liberación nacional
de los bengalís de Pakistán Oriental hubiese sido coronada por el éxito y en el
mapa de la Tierra no existiría hoy el Estado independiente de Bangladés.