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miércoles, 21 de junio de 2017

Hoy 21 de Junio se celebra el Día internacional del Yoga

Por Compartiendo mi Opinión


Yoga es una práctica física, mental y espiritual de tradición antigua y que se originó en la India. La palabra «Yoga» proviene del sánscrito y significa unidad porque simboliza la unión del cuerpo y la mente.

En la actualidad se practican varias formas de Yoga y su popularidad crece en el mundo.

En reconocimiento de su popularidad universal, el 11 de diciembre de 2014, las Naciones Unidas proclamaron el 21 de junio como el Día Internacional del Yoga, con la resolución 69/131.

Este Día quiere concienciar a la población de los beneficios de esta práctica.

En septiembre del 2014, Narendra Modi, Primer Ministro de la India, presentó ante las Naciones Unidas la idea de conmemorar el Día Internacional del Yoga, en esa ocasión usó las siguientes palabras:

“El Yoga es un presente inestimable de la antigua tradición hindú. Encarna la unidad entre la mente y el cuerpo; pensamiento y acción; el control y la plenitud; la armonía del hombre con la naturaleza; un enfoque holístico de la salud y el bienestar ” .

A partir de esto, su propuesta fue aceptada por la ONU (Organización de las Naciones Unidas), así como por 175 países y este año 2015 se conmemorará el primer Día Internacional del Yoga este 21 de junio, durante el Solsticio de Invierno.

Yoga significa la comunión de la mente y el espíritu a partir del equilibrio interior.

Esta práctica puede ser realizada por cualquier persona a cualquier edad.

Mientras que en la cultura occidental la mayoría de las personas conocen el Yoga como un conjunto de posturas, en realidad es un método más completo, que propone no solo un bienestar físico, sino también la práctica de valores éticos, virtudes mentales, meditaciones y elementos consistentes para la construcción de una vida con más calidad en todos los aspectos.

domingo, 24 de agosto de 2014

Cinco lugares exóticos para visitar

 Tomado de El Clarín


Destinos exóticos: de Egipto a China, 5 íconos imperdibles

Patrimonio de la Humanidad o Maravillas del Mundo, estos sitios históricos convocan viajeros de todos los rincones del mundo.
Gran Muralla China (China). Esta antigua fortificación china, Patrimonio de la Humanidad desde 1987 y elegida hace pocos años como una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno, fue construida -y reconstruida varias veces- a lo largo de mil años, entre el siglo V aC. y el siglo XVI dC. Su objetivo era proteger el Imperio de los ataques de los nómadas de Manchuria y Mongolia. Dicen que la muralla superaba los 8.800 kilómetros de largo, aunque hoy sólo se conserva menos de la mitad de esta construcción que alcanza de 6 a 7 metros de alto y que se cobró la vida de 10 millones de personas. Desde Baijing, una de las zonas de la muralla más visitadas -y mejor conservada- es Badaling, a 80 kilómetros de la capital china.


Taj Mahal, Agra (India). La ciudad de Agra, a orillas del río Yamuna, conserva uno de los grandes tesoros arquitectónicos de India: el Taj Mahal. Bajo las ódenes del emperador Shah Jahan, de la dinastía mogola, este complejo de edificios se construyó entre 1631 y 1654 para honrar a su esposa favorita, Arjumand Bano Begum -le decían Mumtaz Mahal, "la elegida del Palacio"- quien murió al dar luz a su decimocuarta hija. El edificio más reconocido es el mausoleo de mármol blanco con cúpula. El Taj Mahal es Patrimonio de la Humanidad desde 1983 y también una de las Nuevas Sieta Maravillas del Mundo Moderno.


Gran Pirámide de Giza (Egipto). La mayor de las pirámides de Egipto y la única de las Siete Maravillas Antiguas que aún sigue en pie, se calcula que la Gran Pirámide de Giza fue mandada a construir por Keops en el 2570 aC. Su interior guarda tres cámaras pricipales: la cámara del Rey, la cámara de la Reina y la cámara Subterránea. Si bien existen muchas teorías, sigue siendo un misterio cómo se construyó este monumental edificio con los recursos de aquella época.


Santa Sofía, Estambul (Turquía). Es, sin dudas, uno de los íconos de Estambul y su cúpula de más de 30 metros de diámetro define las postales de esta ciudad turca. Llamada Ayasofya por los turcos, la reconstrucción del edificio actual corresponde al mandato de Justiniano (años 532 y 537) y se la considera obra maestra del arte bizantino. Fue Catedral católica entre 1204 y 1261; en 1453, bajo el Imperio Otomano fue convertida en mezquita -período en el que ganó cuatro minaretes- y en 1935 se transformó en museo.


Kiyomizu-dera, Kioto (Japón). Ubicado al este de Kioto, en el monte Otowa, el templo de Kiyomizu fue construido en el año 778. Su nombre se debe a una catarata de agua clara y pura cuyo origen está en el mismo monte. El templo ofrece a los visitantes bellas vistas panorámicas de Kioto. En el interior, su principal figura es la imagen de once caras y mil brazos de Kannon Bosatsu. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1994.

sábado, 22 de marzo de 2014

Rusia no retrocede en anexión de Crimea. India apoya sus argumentos

Tomado de La Voz de Rusia 

Como parte de esta estrategia, con el fin de evitar que la República Popular China acudiera en ayuda de Pakistán, la India firmó un tratado de "paz, amistad y cooperación" con la Unión Soviética en agosto de 1971. Este tratado obligaba a cada parte a ayudar a la otra en caso de evidente amenaza a la seguridad nacional.

  

Crimea es el Bangladés del 71


Uno de los primeros líderes mundiales al que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, llamó por teléfono tras la suscripción del tratado de incorporación de Crimea a Rusia fue el primer ministro de la India, Manmohán Singh.


En el comunicado oficial de la Cancillería india Manmohán Singh agradeció a Putin por el esclarecimiento de la postura rusa con respecto a los recientes hechos protagonizados en Ucrania y “destacó la invariabilidad de la posición de la India en relación a la unidad e integridad territorial de los países”. 

Entre tanto, hechos relativamente no lejanos de la historia de la propia India muestran que la integridad territorial no es, ni mucho menos, ninguna vaca sagrada, y suelen darse situaciones en que fuerzas exteriores deben intervenir necesariamente en la marcha de los sucesos en otro país. 

La posición oficial moderada de la India sobre la situación en torno a Ucrania, y, particularmente, lo referente al retorno de Crimea a Rusia, es perfectamente explicable: se trata de los problemas territoriales propios, ante todo el de Cachemira, y el hecho de que a más tardar a fines de mayo el Gobierno de Manmohán Singh depondrá sus poderes. 

Un factor adicional que explica ese cierto alejamiento de la sociedad india y de las autoridades oficiales de los sucesos en torno a Ucrania, es que hoy ninguna agencia informativa india, sino solo el importante periódico The Hindu, tiene corresponsales en Moscú (sin hablar ya de Kiev). Como consecuencia, las informaciones que publican los medios indios se reducen a la reimpresión de las noticia de las agencias occidentales, lo cual se traduce en una cobertura unilateral y en su percepción unilateral por los lectores indios. De ahí que estos reciban informaciones sobre que aparentemente el referéndum en Crimea se celebró a punta de fusiles y en medio de la ocupación rusa. 

Entre tanto, hace unos cuarenta años la India no era tan cautelosa cuando se trataba del destino de todo un pueblo, que se vio casi en la misma situación en la que se vieron los habitantes de Crimea y en la que hoy están los pobladores del sureste de Ucrania. Se trata de los hechos acaecidos en 1971 en Bangladés (entonces Pakistán Oriental). 


La similitud de las situaciones obedece aunque sea al hecho de que, al igual que las fronteras administrativas entre las repúblicas de la antigua Unión Soviética (que se convirtieron en fronteras estatales en 1991) fueron trazadas de forma bastante convencional, sin que se tuvieran en cuenta los nexos económicos, histórico-culturales, idiomáticos y otros, que se habían conformado entre las poblaciones de las partes divididas. Como resultado, en el marco de una formación estatal (Pakistán de los años 1947-1971 y Ucrania) se vieron incluidas partes históricamente no relacionadas entre sí: en ambos casos había (en el caso de Ucrania perdura hasta ahora) una división bien clara en Oriente y Occidente. Y en la historia de ambos estados se dio que una de las partes procuraba por medio de la fuerza privar a la otra de su peculiaridad étnica, idiomática y cultural. Y cuando la población de Pakistán Oriental se rebeló, el Gobierno de la India no lo pensó mucho e introdujo sus tropas en esa parte de Pakistán. 

La derrota de Pakistán en la guerra de 1971 llevó a la creación de Bangladesh. La India fue el primer país que reconoció a Bangladesh como estado independiente.

Por cierto que existen diferencias entre la actual situación en Crimea y los sucesos de 1971 en Bangladés. No se llegó a una violencia abierta contra la población de Crimea por parte de las nuevas autoridades ilegítimas de Ucrania ni tampoco se incrementó el contingente militar ruso en Crimea más de lo que determina el tratado sobre emplazamiento de la Flota del mar Negro. Bastó la resolución del Consejo de la Federación (Senado) sobre la posibilidad de iniciar operaciones militares más allá de las fronteras de Rusia y el deseo de los propios crimeos de regresar a Rusia claramente expresado en el referéndum. 

De todos modos, al evaluar los actuales sucesos en Crimea no hay que olvidarse de las situaciones similares en otras regiones del mundo. Si no fuera por la ayuda militar india difícilmente la lucha de liberación nacional de los bengalís de Pakistán Oriental hubiese sido coronada por el éxito y en el mapa de la Tierra no existiría hoy el Estado independiente de Bangladés.  

lunes, 24 de junio de 2013

India no todo lo que brilla tiene que ser oro

Tomado de esglobal  


INDIA TIENE SOBREPESO DE ORO

El país necesita reducir las importaciones para equilibrar su economía

Por Ana Torres

Vestido con una camisa de oro de tres quilos de peso, con brazaletes en cada una de sus muñecas y un entramado tupido de collares que casi ocultaba su cuello. Así compareció ante los medios Datta Phuge, un empresario indio que a principios de año se ganó el apelativo de hombre de oro. La excentricidad de este moderno rey Midas pone cara a la estadística: India es el primer consumidor mundial del metal dorado y su apetito por él parece difícil de frenar, aunque la economía del país se resienta.
“Apelo a la gente a contener su pasión por el oro”, pedía en mayo el ministro de Finanzas indio, Chidambaram Palaniappan. Y no es la primera vez que lo intenta. La demanda del país sólo puede saciarse con metal importado porque el territorio produce una cantidad ínfima en relación con lo que consume (el año pasado, más de ochocientas cincuenta toneladas). Al mismo tiempo, la crisis económica en Occidente ha reducido el volumen de productos que India exporta, por lo que la balanza comercial se ha desequilibrado: el país vende menos al exterior pero sigue comprando mucho. El resultado, un déficit por cuenta corriente disparado hasta el 6,7% del producto interior bruto en el último trimestre de 2012. Según las estimaciones del Banco Central de India (RBI, en sus siglas inglesas), sobrepasar los tres puntos porcentuales puede entrañar riesgos económicos.
Las importaciones de oro, petróleo y carbón conforman el núcleo duro responsable del desajuste, pero los analistas coinciden en que limitar la adquisición de las dos últimas mercancías frenaría el desarrollo delelefante asiático. Por eso el Gobierno ha iniciado una campaña para mitigar la fiebre dorada y en dieciocho meses ha cuadruplicado las tasas de importación. Asimismo, el RBI ha pedido a los bancos indios que rebajen la oferta de productos relacionados con el metal en sus sucursales.  
El oro tiene un arraigo sólido en la sociedad india. Se estima que en los hogares se guardan dieciocho mil toneladas, una parte importante de las cuales está repartida por las zonas rurales, donde millones de personas no tienen cuenta corriente en el banco y usan el oro como alternativa de ahorro. No existen diferencias entre la compra de adornos o de productos de inversión. El metal amarillo en todas sus formas es un activo que se vende en épocas adversas y se adquiere en tiempos prósperos.
Las joyas acaparan más de la mitad de la demanda y las bodas, con un peso social muy importante en India, constituyen el principal momento de compra. El Consejo Mundial del Oro (WGC, en inglés) calcula que entre un 30 y un 50% del presupuesto del enlace se invierte en alhajas, especialmente para la novia. El paquete nupcial básico incluye pendientes, collares y brazaletes, pero las mujeres indias buscan una apariencia opulenta en su boda. Si el presupuesto lo permite, pueden llevar adornos en la nariz, la frente, la raya del pelo, los antebrazos y los dedos de las manos. Un universo de opciones para el que esté dispuesto a gastar.
El oro también aparece en los textos épicos de la literatura india y tiene un papel importante en la mitología religiosa. Es un símbolo sagrado, representa a la divinidad y está asociado a la vida próspera, por eso el calendario hindú marca varias fechas propicias para atraer a la fortuna a través de la compra de joyas, monedas o lingotes. De esta forma, la rueda gira cada temporada: los indios acuden a las joyerías para conmemorar los festivales de Diwali o Akshaya Tritiya (alrededor de octubre y mayo, respectivamente) y en época de bodas (cinco meses al año). Y siempre compran. La demanda en el país es inelástica en términos económicos: el cliente está dispuesto a adquirir y acusa poco las subidas de precio. “Da igual el importe, es necesidad”, sintetiza Gireish Soni, dependiente de una joyería en la ciudad de Ahmedabad.
El Centro de Supervisión de la Economía India pronostica que el país mantendrá su aura dorada y la demanda aumentará un 33% en la próxima década, que se traducirá en un consumo de 1.200 toneladas anuales. Los motivos: el PIB del país está creciendo y en el futuro alimentará el poder adquisitivo de una clase media que emerge. El Banco Asiático de Desarrollo prevé que en 2030 India contará con más de quinientos millones de personas (45% de la población) que podrán gastar entre tres y siete euros por cabeza y día. En términos cualitativos, tendrán ingresos regulares, poca relación con la agricultura y buen acceso a la educación y la sanidad. Además, el último censo revela que la mitad de la población tiene menos de veinticinco años, por lo que el negocio de las bodas conservará su músculo a medio plazo.
El país es un gigante dorado difícil de dominar. En 2010 acaparó el 32% de la demanda mundial de oro, frente al 20% de China y el 21% de Europa y América del Norte, que suman una población comparable a la de los dos colosos, según cifras del WGC. Pese a los intentos del Gobierno por frenar el consumo, sus políticas parecen no dar los resultados deseados: en el primer trimestre de este año la demanda ha crecido un 27% con respecto al ejercicio pasado y el propio ministro de Finanzas ha reconocido que si se elevan en exceso los impuestos del metal para desincentivar la compra, es posible que sólo se consiga reavivar el mercado de contrabando.
Hay, sin embargo, una esperanza en el horizonte. Las familias del país tienden a adoptar pautas de consumo occidentales a medida que mejora su situación económica y este hecho puede repercutir en la futura demanda de oro. Es posible que en unos años crezca el gusto por las joyas menos ostentosas, se celebren bodas de corte extranjero y los ahorradores sustituyan el metal por otros productos financieros comunes en Europa y Estados Unidos. A la espera de lo que pase en el futuro, el precio de los lingotes ha caído en los últimos meses y los indios no han desaprovechado la oportunidad para aumentar su patrimonio dorado. Para disgusto del Gobierno. 

sábado, 23 de marzo de 2013

Seis movimientos subversivos a mantener en el radar


Tomado de esglobal
(anteriormente Foreign Policy Español)


LA LISTA: GRUPOS INSURGENTES A LOS QUE PRESTAR ATENCIÓN

Por Pablo Diez

Las insurgencias que aquí se detallan son seis exponentes de grupos armados con fuerte capacidad de desestabilización territorial y política, a veces sobre el conjunto del territorio en el que se asientan, y en otros casos sobre zonas concretas en grandes Estados. Dentro de esta pequeña selección hay grupos que se valen de la guerra de guerrillas, del terrorismo o de una confrontación militar directa con las fuerzas oficiales, pero en todo caso coinciden en su determinación de subvertir el orden establecido e imponer en el ámbito político su particular visión territorial, ideológica o religiosa. No figuran múltiples insurgencias menores, ni grandes redes terroristas con agendas políticas no definidas, ni tampoco algunos de los grupos más importantes y conocidos, como la milicia libanesa de Hezbolá o las FARC colombianas, por ejemplo.

Los seis grupos se han seleccionado por su capacidad de desestabilización, por su vigencia, porque se esperan noticias importantes relacionadas con ellos y por tener una entidad considerable, pero también porque, a pesar de ello, tienen más posibilidades de quedarse fuera del radar mediático que otros grupos mejor conocidos. 
Al Shabab (Somalia)
Al Shabab, más que un grupo insurgente, es un fiel reflejo de Somalia. El paradigma del Estado fallido sigue hoy controlado en buena medida por una inmensa constelación de milicianos radicales. Esa constelación es Al Shabab, los talibanes del Cuerno de África, permeados por Al Qaeda, dados también al pillaje marítimo, al crimen organizado y dotados de una fuerza creciente de más de 14.000 insurrectos.
La todopoderosa milicia, hasta hace poco intocable, comienza a dar señales de debilidad. Kenia, el vecino comparativamente rico, ve con cada vez más recelo el descontrol que hay en su patio trasero. Nairobi también teme que Al Shabab erosione la crucial industria turística del país, lo que le llevó en octubre del año pasado a aumentar con miles de efectivos su contribución a la operación militar de la Unión Africana en Somalia. A pesar de haber sufrido muchas bajas y de haber perdido la sensación de impunidad y dominio libre de toda oposición efectiva que ha ejercido durante años, Al Shabab mantiene importantes campos de entrenamiento y sigue en posesión de la mayor parte del territorio.
M23 (República Democrática del Congo)
La rebelión que azota el este de la República Democrática del Congo (RDC) ha adoptado varias denominaciones. El Movimiento 23 de marzo (M23, que hace referencia a la fecha del año 2009 en que sus predecesores firmaron un frustrado acuerdo de paz con el Gobierno) es la última de estas marcas. Conocidos abusadores de la población civil, los miembros de M23 tomaron la ciudad de Goma el pasado noviembre, ante la impotencia de las fuerzas congoleñas y de la MONUSCO, la mayor operación mundial de Naciones Unidas. Tras amenazar con avanzar hasta la capital del país, Kinshasa, sólo la presión internacional pudo hacerles dar un paso atrás.
Distintos gobiernos africanos, actuando bajo los auspicios de la ONU, han conseguido firmar un acuerdo de paz con el M23, pero la insurgencia tiende a regenerarse bajo siglas distintas y actores similares, ya que los problemas continúan estando ahí. La RDC sigue siendo el escenario de una guerra regional, atrapada entre los estertores de las matanzas entre hutus y tutsis que salpicaron de sangre a sus vecinos en los 90, y el ansia por las materias primas. Los cerca de 9.000 millones de dólares (unos 6.900 millones de euros) invertidos en la MONUSCO no han servido para evitar la violencia; los líderes de la misión se plantean ahora derrotar por medio de drones a los renegados del M23, pero todas las iniciativas chocan con la reticencia de Ruanda, el supuesto patrocinador de los insurgentes.
Al Houthi (Yemen)
La guerra que golpea el norte de Yemen desde que, en 2004, el líder de una secta chií  lanzara la rebelión Al Houthi para crear un Estado independiente en la región de Sa'dah, no es sólo un factor de desestabilización, sino también un escenario alternativo del enfrentamiento entre Arabia Saudí e Irán. Los rebeldes Houthi llevan años lanzando ofensivas y conquistando y perdiendo territorios. Algunas zonas han llegado a quedar de facto bajo su poder, ante la impotencia del Ejército yemení, exprimido por los esfuerzos de sofocar otro movimiento secesionista en el sur y, más recientemente, el establecimiento en su territorio de Al Qaeda en la Península Arábiga.
Los yemeníes cuentan con el apoyo de Arabia Saudí para combatir a Al Houthi, derivado del empeño de Riad en consolidar el dominio del sunismo. Irán, bastión del chíismo, es el principal sostén de los insurgentes. La caída del presidente yemení Ali Abdulá Saleh en 2011 envalentonó a los rebeldes, que desde entonces han conquistado centros gubernamentales e infraestructuras. El conflicto es difícilmente resoluble, sobre todo porque Yemen es el teatro de operaciones de grandes fuerzas regionales, porque su ínfimo nivel de desarrollo asegura un flujo de jóvenes dispuestos a la lucha, y porque los recursos militares del país están exhaustos en ese triple ariete que conforman Al Houthi, al Qaeda y los independentistas del sur.
Ejército para la Independencia de Kachin (Myanmar)
Myanmar (antigua Birmania) vive un despertar cuasi democrático. Sin embargo, sus fronteras se desangran en múltiples guerras étnicas. La más importante de todas ellas es la que enfrenta al Estado con el Ejército para la Independencia de Kachin (KIA). Creado en 1961 como reacción contra un golpe de Estado centralizador, KIA cuenta con alrededor de 8.000 soldados que aspiran a la secesión de un territorio septentrional colindante con China. Su lucha ha sido intermitente y estuvo paralizada durante 17 años, hasta que se reactivó en junio de 2011. A principios de este año se acordó otro alto el fuego, pero las fuerzas armadas oficiales, conscientes de su superioridad militar, lo incumplen repetidamente.
El desenlace de la guerra con el KIA no amenaza sólo la estabilidad del país, sino también la nueva dirección que ha tomado la administración. El hecho de que los soldados oficiales ignoren el alto el fuego plantea la duda de hasta qué punto controla el nuevo Gobierno a sus fuerzas armadas, y recuerda a los donantes que Myanmar sigue siendo parcialmente una dictadura militar. Los abusivos hábitos de unas tropas que desobedecen las instrucciones gubernamentales ponen en riesgo no sólo el proceso de paz con el KIA y con otros ejércitos étnicos, sino también la nueva idea que el mundo se ha hecho de Birmania.
Naxalitas (India)
La insurgentes maoístas en los Estados del este de India, conocidos de forma genérica como naxalitas, son considerados por el Gobierno como la mayor amenaza interna para el país. Sus alrededor de 20.000 miembros armados han dejado más de 6.000 muertos en algo más de veinte años de actividad, y su objetivo es ambicioso: controlar India. Aunque sus pretensiones parezcan  inasumibles y su efecto a escala nacional pueda ser moderado, a nivel local es enorme (actúan fundamentalmente en tres Estados, cuya población combinada es de 160 millones de personas). Además, su discurso es peligroso porque tiene un justificado armazón social; las denuncias de los naxalitas ante la injusticia del sistema les ha ofrecido cierta legitimidad que obstruye los esfuerzos para derrotarlos. Cada vez más sofisticados en sus métodos, han pasado de la guerra de guerrillas a un uso creciente de dispositivos explosivos improvisados.
Su lucha por los desheredados se traduce paradójicamente en un freno al desarrollo de los territorios en los que actúan. La amenaza de que los naxalitas atacarán cualquier iniciativa gubernamental sirve a las autoridades para eximirse de la responsabilidad de invertir en esos Estados. Los insurgentes ponen al Gobierno indio en una incómoda posición, entre quienes denuncian los abusos de sus tropas para sofocar la rebelión y quienes exigen más mano dura.
Boko Haram (Nigeria)
Boko Haram puede traducirse como "la educación occidental es pecado", pero tal denominación resulta insuficiente para retratar las ambiciones de este grupo. Su pretensión es derrocar al Gobierno y crear un Estado islámico en el norte de Nigeria, de mayoría musulmana. Los objetivos de sus ataques son dispersos, y oscilan entre lo local (repetidos atentados contra los cristianos de la región) y una incierta ambición global (su mayor atrevimiento, hasta la fecha, fue el atentado contra las instalaciones de Naciones Unidas en Abuja).
Boko Haram, cuya lucha se ha cobrado ya miles de muertos, se nutre de la desafección de los nigerianos del norte, más pobres que los del sur y, por lo tanto, más propensos a sentirse alienados por una administración central culturalmente lejana y plagada de corrupción. A medida que gana adeptos y polariza la sociedad nigeriana según criterios religiosos, los insurgentes suponen una amenaza creciente a la estabilidad del Estado. La abusiva política de mano dura de las fuerzas del orden y las ejecuciones sumarias no ayudan a sofocar esta insurgencia, sino que le confieren legitimidad. 

sábado, 5 de enero de 2013

Crecimiento de India y China es insostenible sin considerar a la mujer


Tomado de Foreign Policy
Empresaria y presidenta de la compañía Biocon, Kiran Mazumdar Shaw (derecha), y Sudha Murthy, (izquierda), filantropa.

MILAGROS ECONÓMICOS SIN MUJERES

Por Pallavi Aivar

El verdadero crecimiento y desarrollo de China e India pasa por liberar a su población femenina.
Es un cliché hablar de la India como una tierra de contradicciones, pero es también una verdad fundamental. Este es, por ejemplo, un país en el que las mujeres han ocupado los más altos cargos políticos (Indira Gandhi se convirtió en la segunda mujer en el mundo en encabezar un gobierno en 1966), han logrado los premios literarios más prestigiosos del planeta (las escritoras Arundhati Roy y Kiran Desai han ganado ambas el premio Booker) y se han situado entre sus principales líderes empresariales (Kiran Majumdar Shaw, por ejemplo, dirige la compañía de biotecnología más importante de la India: Biocon).
Yo misma me crie en la capital de India, Nueva Delhi, en un entorno que era en su mayor parte ajeno a las diferencias de género. Recibí la mejor educación en las instituciones más elitistas del país, donde los niños y las niñas asistían en cantidades similares y las niñas superaban a los niños en resultados académicos. Mis compañeras de clase han continuado sus carreras trabajando como periodistas en los vibrantes medios de comunicación electrónicos del país, dominados por las mujeres, como abogadas de éxito o como activistas de la sociedad civil.
Yo estoy casada con un español y he vivido y trabajado en China, Bruselas y Yakarta, con libertad y sin ninguna objeción por parte de mis padres. Esto forma parte de la realidad de la India contemporánea para un sector de su población.
Pero la mayor democracia del mundo es también un país donde un patriarcado profundamente arraigado, en combinación con una extendida pobreza, han creado una sociedad enormemente misógina. Casi un 40% de las mujeres siguen siendo analfabetas, algo que les priva del más fundamental control sobre sus vidas. El país ha visto desaparecer a millones de niñas, ya sea por abortos realizados cuando eran fetos, o por muertes sucedidas antes de alcanzar a cumplir un año debido a negligencias en su cuidado asociadas al género. La violencia contra las mujeres en forma de violaciones y acoso relacionado con la dote está también muy extendida.
De modo que a pesar del alto perfil de algunos ejemplos de mujeres que se mueven en la esfera pública, latasa de empleo femenino de India es de un mero 29% del total de la población femenina en edad de trabajar (de 15 a 64 años).
A India y su vecino del norte China a menudo se les incluye en el mismo saco como ejemplos de países asiáticos que están marcando un giro cada vez más acusado hacia el Este en el equilibrio estratégico global de poder. Pero de hecho China está muy por delante de India en prácticamente todos los parámetros del desarrollo, desde su participación en el comercio mundial y su infraestructura hasta el empoderamiento de las mujeres.
Esta última diferencia es inmediatamente palpable. Ver a mujeres en lugares de trabajo es mucho más habitual en Pekín que en Nueva Delhi. Cuando me mudé a la capital china en 2002 inmediatamente me chocó que las mujeres que conducían autobuses y taxis o trabajaban como policías fueran una visión común.
En contraste, gran parte de la vida diaria en India se desarrollaba bajo la premisa de que simplemente no se podía esperar que los hombres contuvieran sus deseos sexuales cuando se relacionaban con mujeres, y de que éstas tenían constante necesidad de proteger su virtud frente a hombres salvajes y violentos.
En los aeropuertos indios no solo los controles de seguridad para las mujeres eran realizados a su vez por mujeres sino que también se llevaban a cabo en cubículos separados, totalmente aislados con cortinas. En las calles indias no solo las mujeres no conducían autobuses, sino que se sentaban en secciones especiales separadas y reservadas solo para ellas.
Estas observaciones empíricas eran confirmadas por las estadísticas. Los niveles de alfabetización de las mujeres en China alcanzaban un elevado 91,4%. La tasa de empleo femenino en este país casi triplica la de India (y supera la media mundial) situándose apenas por debajo del 70%.
Según el Informe de Diferencias de Género 2011 del Foro Económico Mundial, India se situaba en el puesto 113 entre 135 países, en comparación con el 61 de China. El índice medía las diferencias de género de los países en términos de educación, salud, poder económico y empoderamiento.
Entre los tripulantes de la nave espacial china Shenzhou 9 estuvo Liu Yang, de 33 años, una piloto de la fuerza aérea China y la primera mujer de China en el espacio. 
Los grandes pasos que las mujeres chinas han dado desde los días en que sus pies debían sufrir fracturas y ataduras para reducirlos hasta un tamaño diminuto que los hombres consideraban bonito, constituyen un tema complejo, atribuible en parte a la revolución comunista. En teoría al menos la igualdad de los sexos era parte integrante de la ruptura con el pasado del país que los comunistas habían intentado crear.
Bajo el gobierno de Mao (quien pronunció la famosa frase: “las mujeres sostienen la mitad del cielo"), por primera vez se concedió a estas el derecho a divorciarse y a poseer tierras. Se erradicó la costumbre de vendar los pies y se declaró ilegal la venta de novias y el concubinato. Las mujeres siguieron sufriendo las privaciones y restricciones de ese periodo, al igual que lo hicieron los hombres, pero por primera vez se educó a la gente en la creencia de la igualdad de géneros.
En el extensísimo corazón de la China interior las ventas de novias nunca desaparecieron totalmente e incluso hoy esta práctica sobrevive en las zonas rurales. Las concubinas en su sentido tradicional pueden haber dejado de existir pero en la nueva China de reemergente riqueza y privilegio, la práctica de mantener amantes ha reemergido también, al igual que la prostitución.
No hay mujeres en los escalones más altos del poder político chino (algo ejemplificado por el comité permanente de nueve miembros del politburó). La élite empresarial y científica del país continúa también siendo de dominio masculino. Y, lo que resulta más preocupante, el ratio de sexo en China es ligeramente peor que el de India, situándose en aproximadamente 119 niños por cada 100 niñas.
Normalmente se culpa a la tristemente célebre política del hijo único implementada por Pekín de este desequilibrio entre géneros. Durante más de tres décadas la mayoría de las familias de zonas urbanas y muchas de las de zonas rurales se han visto limitadas por ley a tener un solo hijo. La tradicional preferencia hacia los varones, unida al uso de la tecnología de ultrasonido, ha conducido, al igual que en India, a la generalización del aborto de fetos femeninos.
Pero los efectos de la ingeniería demográfica de China no son una cosa de blanco y negro cuando hablamos del empoderamiento de géneros. Se puede afirmar que una de las razones de que la situación de las mujeres sea comparativamente mejor en la China urbana es también la política de hijo único. Liberadas de la carga de criar a varios niños, las mujeres chinas son capaces de participar más fácilmente en el mercado de trabajo. Además, los padres tienden a gastar todos sus recursos en el único hijo que se les permite tener, independientemente de su sexo.
La política de hijo único es normalmente considerada una violación de los derechos humanos básicos y yo tendía a estar de acuerdo con esto. Pero me vi desconcertada cuando tuve la oportunidad de conversar con un grupo de mujeres indias, líderes de pequeñas poblaciones, durante un tour por China hace unos años. Muchas de ellas provenían de las zonas más pobres de India y argumentaban que la política de hijo único era en realidad una medida de empoderamiento.
“Si en la India también hiciéramos obligatorio tener un solo hijo, ¿qué no podrían lograr las mujeres?", preguntaba Preeti Coudhary, la única mujer miembro del consejo de su aldea del Estado de Haryana, en el norte del país. Eso me dio qué pensar.
Para muchas mujeres indias la vida era obviamente tan dura que el verse obligadas a limitarse a tener un solo hijo en realidad contribuiría a mejorar su calidad de vida. Pero incluso en ausencia de una ley semejante, la suerte de las mujeres indias estaba mejorando gradualmente. El nivel de alfabetismo era un claro ejemplo, con especiales avances entre niños en edad escolar, de modo que aunque los índices de alfabetización femeninos en su conjunto eran todavía pésimos, la alfabetización femenina en la . Las necesidades de la nueva economía han abierto también la opción de muchas más profesiones para las mujeres de pueblos y ciudades pequeñas, por ejemplo en el comercio y la banca.
India y China son con frecuencia aclamadas como la ejemplificación de los milagros económicos del siglo XXI. Y es cierto que el reciente crecimiento económico en estos Estados ha ayudado a cientos de millones de personas a salir de la pobreza. Pero cualquier comentario sobre milagros debe ser atenuado antes las continuas privaciones a las que cientos de millones de mujeres más se enfrentan en esas naciones.
No hay manera de imaginar cuán más milagrosos podrían ser su crecimiento y su desarrollo si fueran capaces de liberar y aprovechar las capacidades y fortalezas de los más de mil millones de mujeres que viven en los dos países.