“En contra de lo que decían muchos analistas, amigos y enemigos, que las cifras fiscales iban a ser insostenibles (…) el déficit fiscal es de 3.9, así cerramos el año”, expresó Carlos Cáceres, ministro de Hacienda.
El analista Luis Membreño, destaca que “se dejaron de pagar cosas”. “La ventaja del Gobierno es que no tiene que reflejar lo que deja de pagar. En diciembre me llamó la tención que no emitieran más Letras del Tesoro. Tal vez no emitieron más porque no estaban dispuestos los acreedores a prestarles más, y entonces por eso fue que no pudieron gastar más porque no tuvieron más dinero. No es porque no deban, sino que es porque no pudieron obtener el dinero”, dijo.
“Puede ser que es que dejaron de pagar proveedores de todo tipo, incluyendo pagos de inversión pública”, agregó. Membreño indicó que la semana pasada el Gobierno realizó la segunda colocación del LETES del año por $56 millones. El economista expresó que se debe esperar a que cerca de marzo el Banco Central de Reserva (BCR) dé el dato final de déficit.
“Diría que el déficit fiscal estuvo limitado por la ausencia de caja del Gobierno central. Más bien, el déficit es el resultado del hecho de que el Gobierno no tuvo dinero para gastar más e incluso también de muchos pagos que han quedado pendientes”, consideró Mauricio Choussy, expresidente del BCR. Los pagos que estarían pendientes, según este analista, serían a proveedores, de subsidios y a contratistas.
Organismos como FUNDE y FUSADES han advertido que los desajustes entre ingresos y gastos como los subsidios, que registra el presupuesto nacional, provocan desfinanciamientos que luego deben de enfrentarse con deuda, lo que causa un desbalance en las finanzas pública, y finalmente, en el déficit.
“Hace falta trabajar para estimar mejor los subsidios y por el lado de las devoluciones hay que hacer lo mismo. Esto se traduce en déficit fiscal”, señaló a finales de 2013 Rommel Rodríguez, analista de FUNDE.
Proyecciones
A principios del año pasado, el Gobierno proyectada un 3.3 % de déficit fiscal —los gastos que el Estado no alcanza a cubrir con recursos propios—, de acuerdo con el informe que se presentó al parlamento para la aprobación del presupuesto de 2013.
Pero en diciembre pasado, el Gabinete Económico ajustó la cifra al alza e informó que el indicador llegaría a un 4.2 %, para un monto de $1,051 millones de diferencia entre gastos e ingresos.
Sin embargo, el mismo Cáceres advirtió días después que “podría ser ligeramente inferior” al 4.2 %.
Pese al ligero descenso, el indicador es mayor al 3.4 % que se registró en 2012 y a la proyección inicial del 3.3 % que tenía el Gobierno. En el último informe del Gabinete Económico, el mes pasado, Cáceres enumeró las razones por las que el déficit se elevó:
“Este año teníamos una proyeccion establecida en un inicio y se subió porque teníamos unos gastos que no los teníamos previstos $40 millones de las elecciones; $19 millones de la deuda de los transportistas, se gastaron $25 millones en medicamentos y otros gastos”, aseguró el funcionario, quien anotó que en estos gastos se usó el remanente de los bonos que se emitieron en diciembre de 2012.