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lunes, 5 de septiembre de 2011

Obama visitó zonas afectadas por Irene en Nueva Jersey

Tomado de El País

El presidente estadounidense Barack Obama junto al gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, durante su recorrido por la zona afectada por el huracán Irene.

POR YOLANDA MONGE

El presidente de EE UU visita dos de las ciudades más dañadas.

Nueva Orleans declara el estado de emergencia ante una tormenta tropical

Marcando diferencias con lo que sucedió con la anterior Administración y la gestión del desastre provocado por el huracán Katrina -fenómeno natural al que se sumó la incompetencia humana-, el presidente Barack Obama ha dedicado el domingo a visitar Paterson, la tercera ciudad en importancia del Estado de Nueva Jersey y una de las más dañadas por la furia de Irene hace una semana.

La Administración Obama no quiso que Irene se convirtiera en su Katrina -que avergonzó ante el mundo a la Casa Blanca de George W. Bush, ya enfangada en la guerra de Irak y Afganistán- y con días de antelación puso a sus ciudadanos en estado de alerta y ordenó evacuaciones (que incluyeron a una parte importante de Nueva York). Pero a pesar de que su potencia devastadora fue menor de la prevista, Irene provocó el desbordamiento de ríos y la destrucción de puentes; y dejó en la calle a cientos de familias.

Desde Carolina del Norte hasta Vermont, la ruta que siguió Irene en la costa este norteamericana, el huracán causó cerca de 45 muertos y dejó un balance económico de daños que se eleva a unos 10.000 millones de dólares. En Peterson (150.000 habitantes), un millar de familias siguen sin luz. En el resto del país, unas 6.000 no han recuperado la corriente eléctrica.

Cuando Obama aterrizó en Newark (New Jersey), al pie del avión presidencial le esperaba el gobernador Chris Christie, un republicano elevado a la categoría de héroe entre sus correligionarios debido a sus duras posiciones a la hora de proponer recortes en los presupuestos y a sus duras críticas al gasto de Obama. Sin embargo, ahora el gobernador no hace más que reclamar los favores de Washington.

Conocida en tiempos no lejanos como una próspera ciudad industrial, Paterson ha sucumbido a la crisis económica y vive duros tiempos. Irene y el desbordamiento del río Passaic ha sumido ahora a la localidad en el barro, los escombros y la desolación.

Antes de llegar a Paterson, el presidente visitó Wayne, otra localidad que ha sufrido daños en Nueva Jersey. En el número 172 de la calle Fayette, Obama se bajó del coche para hablar con una familia, la de Francisco Alarco, su mujer y sus dos hijos adolescentes. Al señor Alarco le preguntó qué tal estaban. No hubo respuesta. "Haremos todo lo que esté en nuestra mano", respondió el presidente a un hombre con el pecho descubierto que se le acercó y le pidió ayuda. Luego volvió al coche oficial.

Mientras el presidente observaba los efectos del huracán, la tormenta tropical Lee obligaba a declarar el estado de emergencia en la ciudad de Nueva Orleans, seis años después de Katrina, todavía en estado de reconstrucción y con algunas zonas en las que no ha cambiado nada desde el 29 de agosto de 2005.

Con fuertes vientos y torrenciales lluvias, Lee ya ha entrado de lleno en Luisiana y la costa del Golfo y su amplio radio se ha extendido hasta las costas de Florida. La lenta marcha de Lee, que avanza a una velocidad de seis kilómetros por hora, mantienen a las autoridades de Luisiana y el vecino Misisipi en alerta ante el inminente riesgo de inundaciones. Más de 155.000 residentes en Luisiana se han quedado sin electricidad este domingo después de que los fuertes vientos derribaran cables del tendido. El Servicio Nacional de Meteorología prevé que tras su paso por Louisiana la tormenta enfile en los próximos días hacia Tennessee, Alabama e incluso Georgia.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Nueva York es una ciudad segura para vivir

Por Luis Montes Brito

Para Diario El Mundo de El Salvador

Para Revista Digital Gurú Político, México


Para los que hemos vivido situaciones similares en Latinoamérica podemos ahora dar fe de la enorme diferencia de las medidas de prevención ante una posible catástrofe en un país del primer mundo.

En la última década Nueva York ha permanecido en las noticias mundiales debido a las constantes amenazas de terrorismo, las múltiples amenazas han sido identificadas por los cambios de color de los grados de alerta anunciados por las autoridades encargadas de la seguridad pública.

Desde hace unos tres años también ha recibido intensa cobertura periodística debido a los constantes sube y baja de la bolsa de valores. Más recientemente el escándalo sexual del hasta entonces Gerente del Fondo Monetario Internacional y seguro candidato a la presidencia de Francia Dominique Strauss Khan ha sido el foco de la prensa internacional.

Durante el mes de agosto recién pasado, la bolsa de valores ocupó las primeras planas de los principales tabloides y medios de comunicación debido al comportamiento errático de sus principales índices.

Finalmente y para culminar la semana anterior, Nueva York volvió a ser el centro de las noticias mundiales por dos fenómenos naturales raros en la historia de la ciudad que nunca duerme, pero que al suceder durante la misma semana los convirtió en un hecho sin precedentes. Se trata del sismo ocurrido el martes anterior y del huracán Irene que llegó al estado imperio el pasado fin de semana.

El temblor fue de una magnitud de 5.9 en la escala de Richter cuyo epicentro fue localizado en Virginia, pero que sacudió la ciudad de los rascacielos atemorizando sobremanera a los neoyorkinos ya que muchos de ellos confundieron el movimiento telúrico como producto de un acto terrorista.

Según los records no se ha tenido otra sacudida de iguales o mayores proporciones desde hace 104 años. No se reportaron mayores daños salvo la alarma, la interrupción de los servicios de transporte público terrestre y aéreo, así como las congestiones de tráfico vehicular.

Por su parte, el huracán Irene llevó pánico a los residentes de la capital del mundo y sus suburbios llevando a las autoridades a tomar medidas extraordinarias como pocas veces se han tomado en la historia con el afán de disminuir los riesgos de pérdidas de vidas humanas ante el fenómeno natural.

La cosmopolita ciudad neoyorkina pareció dormir por primera vez desde hace mucho tiempo debido a la desolación provocada por las evacuaciones obligadas por las autoridades ante la amenaza de Irene. Unas 370,000 personas se albergaron en los 91 refugios abiertos por las instancias de gobierno, o lo hicieron en casa de familiares, de amigos o se trasladaron hacia otros estados para ponerse en resguardo de la tempestad. En los suburbios de Long Island unas 400,000 personas más fueron evacuadas, siendo de carácter mandatorio para aquellas que residen en áreas con una altura igual o menor a 10 pies sobre el nivel del mar.

Cinco días después del paso de Irene por la isla miles de hogares no cuentan todavía con los servicios de fluido eléctrico.

Para los que hemos vivido situaciones similares en Latinoamérica podemos ahora dar fe de la enorme diferencia de las medidas de prevención ante una posible catástrofe en un país del primer mundo. También podemos testificar que algunos hispanos además han importado la cultura de la crítica y teorías conspirativas al culpar sin fundamento a las autoridades después de pasar la amenaza sin resultados dramáticos de querer favorecer a los supermercados con la alerta anunciada y así lograr que estos aumentaran sus ventas.

Lo importante de eventos como los que hemos vivido en la última semana es aprender de los planes de previsión y preparación ante las catástrofes naturales. Puntos como señalización de las calles para indicar las rutas de evacuación ya sea para encontrar un lugar de resguardo o para evacuar, en nuestro caso, la isla, el sistema de sirenas y alarmas en los poblados para indicar la emergencia hasta el drenaje de algunas lagunas o estanques para evitar mayores inundaciones con la llegada de las tormentas, son lecciones que valdría la pena aprender.

Pasada la tormenta, a pesar de los contratiempos y daños materiales a propiedades, Long Island reportó cero muertes. Labor encomiable por parte de las autoridades. La naturaleza colaboró debilitando la tormenta. Aún así es importante retomar este caso como ejemplo para prevenir en países como el nuestro tan propenso a catástrofes naturales.

lunes, 29 de agosto de 2011

Bolsa de Valores de Nueva York abrirá afectada levemente por transporte público

Tomado de The Wall Street Journal


Por Jacob Bunge, Liz Moyer, May Pilon y Cono Dougherty


Las bolsas que operan en Nueva York y algunas de las mayores firmas bancarias de la ciudad afirmaron que planean abrir sus puertas el lunes, después de que la isla de Manhattan emergiera del huracán Irene prácticamente ilesa.


Pero pocos preveían un regreso a la normalidad, ya que el transporte público en la ciudad y sus alrededores seguía cerrado el domingo por la tarde y algunos de los suburbios cercanos donde viven muchos de los empleados de estas firmas sufrían inundaciones.


La capacidad de realizar cualquier actividad laboral resultaría una buena noticia. La inusual amenaza de un huracán hizo que la ciudad se preparara para lo peor. Luego de que las autoridades suspendieran el servicio de metro y autobuses por motivos de seguridad, minoristas, museos, teatros de Broadway, restaurantes e incluso salones de belleza siguieron su ejemplo, dejando la ciudad casi paralizada.


La preocupación se centró en parte en el distrito financiero, que está rodeado en gran medida de agua. Pero luego de una noche de sábado lluviosa, la tormenta siguió su camino el domingo y causó pocos daños en Manhattan.


En la mayor parte de la isla, incluido el sur donde se encuentra Wall Street, el suministro de electricidad estaba mayormente intacto y hubo inundaciones mínimas.


El domingo, las bolsas de acciones y derivados de EE.UU. que operan desde Manhattan y zonas aledañas, incluyendo la Bolsa de Nueva York, el Nasdaq y los mercados electrónicos de BATS Global Markets y Direct Edge, confirmaron su intención de abrir los mercados con normalidad el lunes.


La decisión se tomó después de que ejecutivos de las bolsas, en contacto con reguladores federales, confirmaran que los sistemas de corretaje estaban intactos y que las instalaciones en general no habían sufrido daños.


Algunas de las mayores firmas financieras de la ciudad, incluidas las operaciones de banca de inversión de Goldman Sachs Group Inc. y Citigroup Inc., ubicadas en el sur de Manhattan, y J.P. Morgan Chase y Co., Barclays PLC y Blackrock Inc., en el centro de la isla, afirmaran que planeaban abrir el lunes. Algunos señalaron que parte de su plantilla trabajaría desde la casa u oficinas de respaldo.


Otras firmas adoptaron medidas distintas. El gigante de tarjetas de crédito American Express Co. indicó que su sede central, en el World Financial Center, podría estar cerrada el lunes "dada la incertidumbre sobre la situación del transporte público, las inundaciones en las calles y el trabajo de limpieza que se necesitará realizar en la zona".


Una vocera de Bank of America Corp. sostuvo el domingo que instaba a los empleados a usar su propio sentido común. La empresa, afirmó, monitorearía la situación antes de tomar una decisión sobre los planes de contingencia.


Impacto en cifras


Calcular cuánto le costará el huracán Irene a la economía de EE.UU. en total, desde tejados hundidos a entradas a espectáculos de Broadway perdidas, llevará su tiempo, pero ya está claro que será mucho menos de lo que se temía.


Parece que los daños no serán tan graves como habían previsto muchos analistas. Las compañías tardarán al menos otro día en estimar las pérdidas en reclamos de seguros. Por ahora, la industria aseguradora cree que la cifra ascenderá a entre US$3.000 millones y US$5.000 millones. De todas maneras, el impacto económico total podría ser mucho mayor.


"Estamos hablando de miles de millones de dólares en producción perdida, no millones de millones, y es muy probable que eso se recupere pronto", indicó Mark Zandi, economista jefe de Moody's Analytics.


En Nueva York, el costo de la tormenta deberá incluir no sólo los daños que ha causado el huracán Irene sino también los servicios del gobierno para volver a poner en funcionamiento la ciudad.


Con todo, el evento climatológico tendrá un impacto real y medible sobre la economía del pais. Si bien la tormenta perdió fuerza a su llegada a Nueva York, la costa este de EE.UU. es uno de los principales motores económicos del país, representando una producción promedio de US$12.000 millones al día, en torno a una quinta parte del total del país.



Irene: Más de $7,000 millones en costos

Por Luis E. Montes

Para Grupo Editorial Impre.com


Luego de la tormenta viene calma, dice el adagio, pero ese no es el caso para las compañías aseguradoras. De acuerdo a cifras preliminares, los daños causados por Irene se calculan que pueden alcanzar la histórica cifra de $7,000 millones.

Si bien Katrina en el 2005 ha sido la catástrofe natural más cara en la historia de los Estados Unidos alcanzando $45,000 millones, la cifra de Irene todavía la pone entre las 10 más costosas entre los que se encuentran los huracanes Andrew en 1992 ($22,000 millones) y Rita en el 2005 ($6,000 millones).

De acuerdo a especialistas, la mayoría de reclamos del huracán Irene a los seguros provendrán de los estados de Nueva Jersey y Nueva York donde tanto las inundaciones como los fuertes ventarrones causaron serios daños a propiedades residenciales y comerciales en ambos estados.

En Long Island, el suburbio al este de la ciudad de Nueva York, las ciudades más afectadas son Long Beach, Freeport, Patchogue y la zona de los Hamptons. Muchas de las calles aledañas a la costa fueron inundadas causando daños severos a las casas y negocios alrededor.

La tormenta se da en un año que las aseguradoras ya habían sufrido bastante desde el inicio del 2011 con inundaciones en el centro del país y otras catástrofes naturales. Según expertos, a los daños de este año habría que agregarles la racha de malas noticias de los últimos 3 años.

Por si fuese poco, las proyecciones meteorológicas para antes del fin de la temporada de huracanes en noviembre de este año no auguran buenas noticias. Meteorólogos pronostican que este año tendremos más huracanes de lo normal lo que sólo puede significar pérdidas a la industria de seguros.

domingo, 28 de agosto de 2011