Tomado de El País
Rescatistas auxilian a las personas heridas durante un choque en tren en Castelar, cerca de Buenos Aites, el 13 de junio de 2013.
Tres muertos y 155
heridos en un choque de tren en Buenos Aires
A la hora de
publicación de esta nota los heridos ya sumaban más de 300
El accidente se ha registrado en la
línea Sarmiento, la misma donde murieron 51 personas hace un año y cuatro meses
Por Francisco Peregil
El choque de un tren que se
encontraba detenido y otro que lo embistió por detrás en una estación del
conurbano de Buenos Aires ha causado al menos la muerte de dos hombres y una
mujer y la atención hospitalaria de 155 viajeros. El accidente se produjo a las
7.07 de la mañana entre las localidades de Morón y Castelar, en la misma línea
de Sarmiento en la que hace un año y cuatro meses fallecieron 51 personas. A
pesar de que el tren que chocó llevaba frenos nuevos, el maquinista no frenó ni
ante una señal de “precaución” ni ante otras tres de peligro, según informó la
empresa pública que gestiona la línea Sarmiento.
A primeras
horas de la mañana la empresa estatal emitió un primer comunicado en el que
señalaba: "A las 7:07 horas, la formación 3725 chapa 19 se encontraba
detenida entre las estaciones de Morón y Castelar sentido ascendente, cuando,
por motivos que aún se desconocen, la formación 3727 chapa 1 embistió de atrás
a la formación que se encontraba detenida".
Horas después
la compañía que gestiona la línea Sarmiento difundió otro mensaje más preciso:
“En los instantes previos al impacto, de acuerdo al análisis que surge del
monitoreo satelital, la formación frenó normalmente en la estación Morón.
Posteriormente, la formación chapa 1 cruzó una primer señal a precaución (lo que determina que debe bajar la
velocidad) y las siguientes tres señales a peligro.
De acuerdo al reglamento operativo, ante una señal de peligro el conductor debe
detener completamente la formación, situación que no ocurrió".
“Queremos
determinar si se trató de un siniestro o un accidente”, señaló el ministro de
Transporte, Florencio Randazzo, quien compareció ante los periodistas, pero no
les permitió plantear ninguna pregunta. “Si se pudo evitar, no fue un
accidente. Y si no, habrá uno o más responsables”, añadió. Randazzo confirmó
que el tren que chocó, el chapa 1, tenía frenos nuevos. Precisó que el
maquinista y su acompañante se encontraban “incomunicados” y apeló a la calma
para que se puedan hacer las pericias judiciales. “El tren está provisto de una
caja negra que registra las velocidades, la posición del manipulador, la
tracción, el frenado, el hombre vivo”. Con el fin de ayudar a la justicia a
completar sus investigaciones se suspendió durante 24 horas el servicio de la
línea.
Las imágenes
recordaron al choque que se
produjo el 22 de febrero en la estación porteña de Once. En aquella
ocasión murieron 51 personas cuando un tren con 1.500 pasajeros no frenó al
llegar a la estación de Once y topó contra el andén. La presidenta tardó más de
cinco días en comparecer ante las cámaras de televisión. El accidente ocasionó
un enorme desgaste en la imagen del Gobierno.
“Las
condiciones que crearon la tragedia de Once son las mismas que generan este
mismo desastre”, declaró ayer Paolo Menghini, padre del joven Lucas Menghini
Rey, quien falleción en Once aquel 22 de febrero. En el mismo sentido se
expresó ayer Fernando Pino Solanas, candidato opositor a las
elecciones legislativas de octubre. “[Néstor Kirchner y Cristina Fernández]
tuvieron durante seis años al secretario de Transporte Ricardo Jaime, confeso
delincuente. Entonces, ¿de qué estamos hablando? Esto es la consecuencia de que
ellos consolidaron la política de vaciamiento y de corrupción iniciada por
Carlos Menem. Y la profundizaron comprando material obsoleto que venía sin
repuesto”, declaró Solanas en Radio Mitre.
Al cumplirse el
primer aniversario del accidente, los familiares de las víctimas leyeron un comunicado conjunto donde decían: “Ya nadie duda que
la tragedia empezó a gestarse muchos años antes. Lo que pasó el 22 de febrero
no fue un accidente ni la maniobra de un conductor imprudente, fue una tragedia
previsible, producto de la situación desastrosa en la que funcionaba el
servicio, producto de la ambición desmedida y del descontrol cómplice de los
funcionarios,empresarios y sus socios sindicalistas”.
Los familiares
añadían: “La tragedia de Once fue la consecuencia de la voluntad deenriquecerse
sin importar las consecuencias. Actuaron con desprecio por la vida, creyéndose
impunes. Hoy luchamos para que esa impunidad se termine. La corrupción no sólo
se llevó la plata del pueblo, esta vez se llevó muchas vidas. La cara visible
de la corrupción es la muerte y su cómplice es el silencio. Para ser más
claros, los empresarios y funcionarios corruptos mataron a nuestros seres
queridos”