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lunes, 17 de abril de 2017

Hoy 17 de Abril se celebra el Día Mundial del Malbec

Por Compartiendo mi Opinión 

En Argentina pocos conocen su nombre, sin embargo los expertos aseguran que el país sudamericano le debe a este europeo lo que se ha convertido en uno de sus productos más redituables y más emblemáticos: el vino malbec.

Michel Aimé Pouget era un ingeniero agrónomo francés nacido en 1821, que a mediados del siglo XIX emigró a Chile. Allí conoció a Domingo Faustino Sarmiento, un visionario político, educador, periodista y militar argentino que estaba exiliado en el país andino.

Según el mito, en 1852 Sarmiento (que en 1868 se convertiría en uno de los presidentes más emblemáticos de Argentina) contrató a Pouget para desarrollar el cultivo de uvas en la provincia occidental de Mendoza. 

El francés habría traído al país una serie de variedades europeas hasta entonces inexistentes en Argentina, como el cabernet sauvignon, el pinot noir, y la que luego se convertiría en la uva más popular de Argentina: el malbec.

Así, este hombre de nombre desconocido, se convirtió en el "padre" de una industria vitivinícola que actualmente genera cerca de US$2.500 millones.

El reconocimiento a Pouget es tal que a partir de 2011 Argentina decidió homenajearlo cada año con una celebración especial, conocida como el Día Mundial del Malbec.

Este festejo se conmemora cada 17 de abril porque fue ese día, en 1853, cuando se presentó oficialmente el proyecto para crear la Quinta Agronómica de Mendoza -la primera escuela de agricultura del país- donde Pouget fundaría los cimientos de la vitivinicultura argentina.

Hoy se celebra en todo el mundo la cepa insignia de la industria vitivinícola argentina.

Mitos y verdades sobre su origen y su crecimiento en el país.

A pesar de que la mayoría de los argentinos no sabe quién fue Pouget, entre los expertos del vino es una leyenda.

"En la escuela de sommeliers te enseñan que él trajo la primera cepa de malbec a Argentina", cuenta a BBC Mundo Nigel Tollerman, un inglés que se mudó a Buenos Aires hace una década y fundó la empresa de "delivery" de vinos, 0800-VINO.

Pero a pesar de lo que se cuenta, la realidad es un poco diferente.

"No es cierto que Pouget trajo la primera cepa de malbec. Los vinos europeos llegaron a Argentina de la mano de los inmigrantes españoles, italianos y franceses que trajeron las semillas", aseguró el empresario Alberto Arizu.

Arizu es un hombre que sabe de vinos argentinos: es el presidente de Wines of Argentina, una entidad que representa a 215 bodegas locales y se dedica a promocionar los vinos argentinos en el mundo, con aval del Estado.

Fue Wines of Argentina la que impulsó la celebración del Día Mundial del Malbec, un festejo que, con ayuda de la Cancillería argentina, este año se extenderá a más de 40 países.

Según Arizu, si bien Pouget no fue el primero en traer el malbec, sí fue responsable del éxito que tuvo esa cepa en Argentina. 

"En la Quinta Agronómica Pouget investigó las distintas variedades de semillas y descubrió que el malbec era particularmente apto para el suelo argentino, en particular en Mendoza", señaló.

Mientras que el malbec crecía en Argentina, en el sudoeste de Francia -donde se originó- sufría un declive desastroso, por culpa de las plagas y una gran inundación.

150 años después de la llegada de Pouget Argentina se convertiría en el principal productor de malbec del mundo y esa cepa se ha convertido en su uva insignia.

Negocio millonario

En la actualidad, el malbec representa el 50% de las exportaciones de vino argentino, que en 2011 generaron US$1.000 millones para el país.

También es la variedad más bebida por los locales, que consumen el 72% de la producción total de vinos del país. 

Según el diario estadounidense The Wall Street Journal, en el mundo el malbec es considerado un "sinónimo de vino argentino".

El país tiene 31.000 hectáreas dedicadas a cultivar esta variedad, más que cualquier otra nación. 

Pero ¿por qué tuvo tanto éxito esta cepa francesa en suelo argentino?

Aunque parezca ilógico, la ventaja principal que tiene Argentina es la baja fertilidad y la sequedad de sus suelos, en particular en Mendoza, una zona árida al pie de los Andes.

"El malbec crece mejor en zonas desérticas, su principal enemigo es el agua", explicó Arizu.

Según Tollerman un segundo factor que beneficia enormemente a Argentina es la gran amplitud térmica: en la región de la cordillera en un sólo día la temperatura puede variar unos 20ºC.

"Eso es muy importante para madurar la uva", señaló el sommelier.

"La dispersión térmica explica por qué el malbec argentino es de mucha mejor calidad que las variedades que se producen en otras partes del mundo", agregó.

Como ejemplo citó el caso de Chile -el principal productor sudamericano de vinos- que por su cercanía al mar tiene menos amplitud térmica.

Según los productores argentinos del malbec este tipo de vino tiene un enorme potencial de crecimiento, ya que en la actualidad es mucho menos conocido que otras variedades como el cabernet sauvignon o el merlot. 

A pesar de ser menos famoso, las ventas del vino argentino han aumentado a pasos agigantados: según Tollerman, entre 2007 y 2011 las exportaciones del malbec crecieron en un 94%. 

sábado, 13 de junio de 2015

En Argentina, Brasil y Venezuela la corrupción y las falacias de las estadísticas ahuyentan la inversión

Tomado de Infobae
"La corrupción y las verdades a medias, en especial en estadísticas, frenan inversiones"


Por Gabriela Esquivada

Sebastián Edwards, chileno titular de la cátedra Henry Ford II de Economía y Comercio Internacional en la Universidad de California, analizó para Infobae las realidades en Argentina, Venezuela y Brasil


Sobre Venezuela: "Un país sofocado por el autoritarismo, las carencias económicas y la desesperanza".

Sobre Argentina: "Las empresas no invierten y los individuos compran dólares. Una receta para el desastre".

Sobre Brasil: "Un país atrapado entre la corrupción y las malas políticas económicas".
Edwards es un especialista en la región. Entre 1993 y 1996 fue economista en jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial; mucha de su extensa obra académica se ha ocupado del tema: Left Behind: Latin America and the False Promise of Populism (2010), The Decline of Latin American Economies (2007), The Economics and Political Transition to an Open Market Economy: Colombia (2001), Anatomy of an Emerging-Market Crash: Mexico 1994(1997), Labor Markets in Latin America: Combining Social Protection with Market Flexibility (1997) y Crisis and Reform in Latin America: From Despair to Hope (1995), entre muchos otros.

Su trabajo más reciente sobre los países latinoamericanos, Left Behind (Quedarse atrás: América Latina y las falsas promesas del populismo), mostraba el optimismo que hace cinco años todavía causaba la región, porque en promedio había crecido de modo rápido y por primera vez en mucho tiempo no se la asociaba a la palabra crisis. También alertaba sobre los riesgos de basar esa mirada positiva en factores económicos volátiles. El libro clasificaba a los países latinoamericanos en tres categorías: los que estaban despegando, integrándose al mercado global; los nostálgicos de políticas económicas antimercado, y los que están a mitad de camino entre un modelo neoliberal y uno populista.

El profesor Edwards dialogó con Infobae sobre lo que sucedió en estos cinco años y cómo cambiaron esas economías.

-En vista de la evolución de Venezuela, Argentina y Brasil, ¿sigue pensando igual, o nuevamente observa una relación entre crisis y crecimiento en América Latina, y se repetirá el ciclo de alta ganancia y alta volatilidad?
La historia de la región latinoamericana es la historia de dieciocho países diferentes, por lo que es difícil generalizar. Hay países a los que les va mejor que a otros. Dicho esto, es verdad que ha habido un bajón en casi todas las naciones. Eso era predecible y muchos analistas lo dijimos en su momento. La bonanza latinoamericana se basó, en casi todos los lugares, en un boom de los precios de los commodities. Con la caída de los precios de exportación ha caído el crecimiento. Left Behind era un llamado de atención a los políticos locales, en el sentido de que toda experiencia populista termina mal. La historia reciente de un puñado de países de la región —incluyendo la Argentina— lo confirma en forma absoluta.

-¿Cuál ha sido la modificación mayor en el mapa de los tres grupos en los que dividió a los países latinoamericanos?
En ese libro dije que la gran duda era qué iba a pasar con Brasil. Es triste, pero irrefutable: Brasil ha caído del grupo de los que estaban despegando y hoy se encuentra entre los menos dinámicos, los más vulnerables y con mayores complicaciones. Es un país atrapado entre la corrupción y las malas políticas económicas.
-¿Qué lecciones ofrece el caso brasileño?
Tres. La primera: la inflación es un enemigo decidido de la buena performance económica. La segunda: no basta con controlar la inflación. La estabilidad es una condición necesaria para crecer y progresar, pero no es suficiente: se requiere además de reformas que promuevan la productividad y el empleo. (La reforma laboral del primer ministro francés, Manuel Valls, reafirma este punto). La tercera lección es que el tamaño es importante. Un país grande siempre atrae inversiones. La pregunta es cómo hacer para que estas sean óptimas. Estas lecciones también se aplican a Argentina, Venezuela y Nicaragua.
"MADURO ES UN ENERGÚMENO CON AMBICIONES DE TIRANO"

Después de estudiar durante décadas la economía moderna de América Latina, el profesor Edwards ha sintetizado que no es una exageración definirla como una combinación de crisis, crecimiento modesto, desigualdad y pobreza.
También advierte ciclos: si durante los tardíos 80 y los 90 muchos países de la región encararon reformas promercado, por efecto de su propia implementación y de la imbricación profunda del mundo global (por el cual lo que sucede en una punta del planeta afecta al resto) hubo crisis en México (1994), Brasil y Ecuador (1999), Argentina (2001), Uruguay (2002), República Dominicana (2003).
El crecimiento escaso, el desempleo creciente y el deterioro del tejido social causaron frustración y escepticismo. Algunos países se inclinaron por gobiernos entre reformistas y populistas, que adaptaron algunas de las medidas de la década neoliberal o inclusive dieron marcha atrás con éstas.
 - Hace cinco años le preguntaron qué está mal de los populismos. "Todo", respondió entonces ¿Revisaría algunos puntos hoy?
Sigo diciendo lo mismo: no hay nada rescatable en el populismo. Ahora lo digo en forma más enfática y terminante. El populismo no es sólo una catástrofe económica, sino que además termina siendo profundamente antidemocrático.
-En vida del presidente Hugo Chávez usted vaticinó que el neopopulismo en Venezuela tendría más consecuencias negativas que las aparentes. ¿Qué porvenir le ve al presidente Nicolás Maduro?
Maduro es un energúmeno con ambiciones de tirano. El populismo tiene un ciclo perverso y trágico: genera una euforia en el corto plazo y luego vienen el derrumbe, la frustración y la crisis. Los que pagan son siempre los más pobres. Lo vemos en Venezuela, un país sofocado por el autoritarismo, las carencias económicas y la desesperanza. El alto precio del petróleo hizo que la fase ascendente del ciclo fuera más larga que en otras experiencias. Pero al final la lógica de la historia se impuso.

ARGENTINA, "EL EPÍTOME DE LA CRISIS LATINOAMERICANA"

En su libro, el profesor Edwards —también asesor económico durante la gobernación de Arnold Schwarzenegger en California, Estados Unidos, y miembro del Comité de Consejo Científico del Instituto Kiel de Economía Mundial, basado en Alemania— sólo destaca positivamente el proceso en Chile, anuncia la crisis de Venezuela y ubica a algunos países como Colombia, Costa Rica y Perú entre los que pueden avanzar hacia la integración global con reformas de mercado.
Se mostró menos esperanzado con el caso Argentino. No sólo porque se encontraba dando clases en Buenos Aires durante 2001, poco antes de la gran crisis económica de diciembre que derivó en un peligroso resquebrajamiento institucional, sino porque ve en Argentina una síntesis de la historia económica de América Latina como una sucesión de crisis.

"Eso es así, desafortunadamente. Argentina es, sin dudas, el país más sofisticado de la región. Pero, al mismo tiempo, está capturado por una clase política mediocre y un tanto paranoica. Hay una idea generalizada de que en el mundo entero quiere perjudicar a la Argentina. Esta idea de una conspiración global ha llevado a los políticos argentinos a tomar atajos una y otra vez, a través de las décadas. El problema es que la política de los atajos lleva a crisis recurrentes", afirmó.
-¿Diría que ya atraviesa otra crisis o que se avecina otra?
Argentina es uno de tan sólo dos países en la región donde hay mercado negro de dólares; el que se le llame "azul" es una tontería. La sola existencia de este mercado negro demuestra que Argentina ya entró en la etapa de la crisis. La única pregunta pertinente es cómo va a ser la salida: si costosa o si muy costosa.
-¿Cuáles son los elementos más graves, tanto en la política económica como en el plano institucional?
Hay una carencia de certidumbre y de reglas de juego claras y estables. Ante esta realidad las empresas no invierten y los individuos compran dólares. Una receta para el desastre. La corrupción y las verdades a medias —especialmente en el área de las estadísticas— frenan las inversiones extranjeras. Esto es grave, ya que impide que se produzca la requerida transferencia de nuevas tecnologías. Entre los aspectos más importantes para generar inversiones extranjeras están la seguridad jurídica, el proceso de resolución de conflictos, la existencia de sistema judicial probo y honesto, y el respeto a los derechos de propiedad.

"EL POPULISMO NO ES SÓLO UNA CATÁSTROFE ECONÓMICA, SINO QUE ADEMÁS TERMINA SIENDO PROFUNDAMENTE ANTIDEMOCRÁTICO"

Edwards ha destacado en sus trabajos que no conviene confundir a la izquierda en general con el populismo. En Amércia Latina hay una nueva izquierda que considera moderna, como opuesta a la izquierda populista al estilo venezolano. Sus ejemplos centrales ha sido dos presidentes chilenos: Michelle Bachelet y Ricardo Lagos. Ambos son tan antipopulistas como él y en sus políticas modernas radica el éxito económico de Chile, cree el académico.
-Su país permanece como la estrella del sur. ¿Cómo cree que puede afectar el tema de la corrupción reciente, que la presidente Bachelet encaró prontamente?
Es un problema muy serio, sin duda. Sin embargo tiene un lado positivo. Con el éxito económico ha surgido una clase media exigente, que aspira a más y más. Entre otras cosas quiere transparencia y un fin a la corrupción. Otro aspecto positivo es que la competencia entre los medios ha hecho que sea imposible —como lo era en el pasado— esconder los escándalos.

-Usted dijo que el desafío de Chile era la modernización: que una cosa es tener buenos indicadores económicos y otra es ser un país moderno. ¿Qué puntos marcan la diferencia?
Un país moderno es tolerante, inclusivo y da igualdad de oportunidades; tiene igualdad de género, competencia verdadera entre las empresas y un motor económico basado en la innovación y los avances científicos. En estos temas Chile sigue retrasado.
Como derivado de sus estudios y de sus trabajos de consultoría para numerosas instituciones multilaterales, gobiernos y corporaciones internacionales, como el Banco Interamericano de Desarrollo, el Fondo Monetario Internacional y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, el profesor Edwards ha cifrado el futuro de América Latina en tres factores: buenas políticas económicas, instituciones fuertes y educación. Otros economistas, como Gavin Serkin, autor del libro Frontier, sobre mercados fronterizos, destacan otros elementos y la región resulta menos atractiva.

-¿Cómo ve el porvenir económico latinoamericano? Muchos mercados fronterizos, como algunos países africanos o Vietnam, por ejemplo, son más atractivos para los inversores.
África es, efectivamente, la frontera. América Latina es (o debiera ser) la clase media. Son realidades diferentes, ambas con atractivos para los inversionistas. Nuestra región compite con países como Turquía (que después de las elecciones enfrenta cierta inestabilidad) y no con África.


domingo, 29 de marzo de 2015

Aficionados salvadoreños en WDC: Más importante que el resultado era ver jugar a Messi

Tomado de El País
 Messi saluda a los aficionados antes del encuentro.

Una afición salvadoreña para un Messi en el banquillo

El encuentro entre la Albiceleste y la Selecta reunió en Washington a un nutrido grupo de la comunidad originaria de El Salvador

 

Por Cristina F. Pereda

 

La grada era salvadoreña pero la cita era con Lionel Messi. Una nube de aficionados provenientes de El Salvador, la comunidad de inmigrantes hispanos más numerosa en la región de la capital de Estados Unidos, asistió este sábado a la oportunidad única de ver jugar a uno de sus ídolos en el encuentro amistoso que enfrentó a Argentina con la selección de su país y que se resolvió a favor de los albicelestes por dos goles a cero.
La presencia de Messi en el banquillo desde el comienzo del encuentro alimentó las dudas de sus seguidores que durante toda la semana habían aguardado hasta saber si el jugador del Barcelona se había recuperado del golpe que sufrió en el tobillo derecho durante el enfrentamiento con el Real Madrid el pasado domingo.
"Ojalá que pueda jugar", afirmaba impaciente desde la grada Julio, un joven descendiente de peruanos y colombianos, encogido por el frío que ha recibido a las dos selecciones en las afueras de Washington. Es la primera vez que Julio acude a un estadio de fútbol. "También es la primera vez que voy a poder ver a Messi".
Era el sentimiento compartido por los cerca de 54.000 aficionados que animaron a El Salvador en esta ocasión inédita para ver a su selección en EE UU. El encuentro amistoso que ha enfrentado este sábado a su equipo nacional, la 89 del mundo según el ránking de la FIFA, con la finalista del último mundial, forma parte de la preparación de cara a la Copa América que se celebra el próximo mes de junio en Chile. La albiceleste celebrará un encuentro más en la costa Este, en Nueva Jersey, este martes, ante Ecuador.

Argentina se adelantó en el marcador al comienzo de la segunda parte, cuando los espectadores ya coreaban el nombre de Messi, ausente en la banda donde calentaban sus compañeros. Benega abrió la ventaja para Argentina ayudado por un error de la defensa salvadoreña. La primera mitad había transcurrido sin apenas oportunidades para la albiceleste, con poco más que un amago de Higuaín en el minuto 25. Los argentinos habían sido incapaces hasta entonces de superar a la defensa salvadoreña, encerrada en su área y sin grandes ocasiones para sorprender al rival. Poco antes del final del encuentro, Manguello sentenció el amistoso.
La grada de Maryland, entregada a cualquier ocasión del conjunto salvadoreño, no se perdió ningún movimiento de Messi aunque permaneciera en el banquillo. "Hemos venido a verle a él", dice Julio, un emigrante salvadoreño que llegó a EE UU en 1989, mientras toma imágenes del estadio con su teléfono. Este sábado ha conducido desde Boston junto a su familia para ver el partido.
"Yo estoy aquí para apoyarle a él". Adolfo Martínez protege con una manta a su hijo de cinco años, abrigado con la indumentaria del Barcelona y listo para ver a su ídolo. Desde Venezuela emigró a EE UU y desde Carolina del Sur ha conducido todo el día para ver al único jugador capaz de tener pendiente de sus movimientos a toda la capital. En la región de Washington viven la mayoría de los dos millones de salvadoreños que residen en EE UU, frente a unos 240.000 argentinos que estima el censo, una proporción que se encargó de retratar la grada.
Messi había sido duda para el encuentro durante los últimos días, tras el golpe que recibió en el tobillo derecho durante el partido contra el Real Madrid en el Camp Nou. La selección argentina emitió un comunicado a comienzos de la semana para confirmar que el jugador había sido examinado al llegar a Washington y podría completar la gira estadounidense. Sin embargo, este sábado se cumplieron los peores temores de los aficionados y el argentino faltó a la cita de esta jornada histórica para la comunidad salvadoreña de la capital.
La incógnita del jugador del Barcelona no impidió sin embargo que numerosos grupos de seguidores averiguaran, gracias a la información compartida en las redes sociales, donde iba a celebrar sus entrenamientos. Sus apariciones en la Universidad de Georgetown o en las citas con el equipo de baloncesto de la ciudad, los Washington Wizards, han recibido un estrecho seguimiento por parte de los medios estadounidenses. El diario The Washington Post, en un guiño a la primavera que se hace esperar en la costa Este, registró la llegada del jugador argentino con una crónica titulada 'Lionel Messi, en plena flor en Washington'.