Tomado de El País
Nicaragua entrega a empresarios chinos la
concesión del Canal por al menos 50 años
Daniel
Ortega envía al Parlamento un proyecto de ley otorga la concesión del canal a
un consorcio de Hong Kong
El
proyecto ha levantado sospechas entre sectores críticos al caudillo sandinista,
que lo consideran una ilusión y una fachada que podría esconder oscuros
negocios
Por Carolina Salinas
El
presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, envió a la Asamblea Nacional de este
país centroamericano un proyecto de ley que entrega al consorcio chino HK
Nicaragua Canal Development Investment Co., con sede en Hong Kong, la concesión
para la construcción y gestión del llamado Gran Canal Interoceánico por un periodo de 50 años, prorrogable
por otros 50. El Gobernante Frente Sandinista controla el Parlamento
unicameral, por lo que el proyecto, valorado en 40.000 millones de dólares,
será aprobado sin inconvenientes.
“Siento
que después de tantos siglos de estar luchando para que se convierta en
realidad este canal, por fin nos vamos acercando a ese momento histórico para
el bienestar del pueblo nicaragüense”, dijo un sonriente Daniel Ortega la noche del miércoles, en un acto
oficial en el que recibió las cartas credenciales de los embajadores de Arabia
Saudita, Kuwait, Canadá, Brasil y Suiza. En el acto Ortega no se anduvo con
ambages, e hizo un guiño a árabes y brasileños para que se interesen por el
Gran Canal. “Estoy seguro que Brasil se va interesar en el proyecto”, lanzó el
exguerrillero sandinista al nuevo embajador, Luis Felipe Mendonza, quien se
comprometió a entregar a la presidenta Dilma Rousseff los detalles del
proyecto.
El
documental legal enviado el miércoles por Ortega a la Asamblea Nacional podría
ser aprobado el próximo martes. Ese documento, de 44 páginas, ha sido
presentado por el Gobierno de Ortega como el instrumento jurídico que
“contribuirá a facilitar la inversión, financiamiento, diseño y construcción”
del Canal.
El proyecto de ley establece
que el canal interoceánico contará con dos puertos de aguas profundas, uno en
el Caribe de Nicaragua y otro en las costas del Pacífico; un oleoducto que
conectará las dos costas de este país centroamericano de 130.000 kilómetros
cuadrados; un “canal seco” formado por vías férreas para el transporte de
mercancías de costa a costa; dos zonas de libre comercio, una en las costas
caribeñas y otra en las del Pacífico; además de las infraestructuras que la
empresa a cargo del proyecto estime necesarias.
Para
darle peso jurídico a este megaproyecto, el Gobierno y los inversionistas
chinos han creado tres sociedades anónimas: la principal es la ya mencionada HK
Nicaragua Canal Development Investment Co., con sede en Hong Kong, que para
operar en Nicaragua ha constituido la Empresa Desarrolladora de Grandes
Infraestructuras S.A. (EDGISA), con sede en Managua; y HKND Group Holding
Limited, inscrita en Gran Caimán el 7 de noviembre de 2012. Ésta última ha sido
creada para desarrollar proyectos paralelos al del Gran Canal. El director de
HK Nicaragua y EDGISA es Wang Jing, un empresario chino que aparentemente
dirige el consorcio legal Wang Jing & Co., que
cuenta con nueve oficinas en China, incluidas las ciudades de Guangzhou,
Shanghai, Beijing, pero no en Hong Kong.
En
el proyecto de ley enviado al Parlamento por Ortega, se explica que EDGISA es
una sociedad anónima debidamente constituida según las leyes de Nicaragua bajo
los oficios del notario público nicaragüense Rodrigo Antonio Taboada, que
cuenta con un bufete de abogados en Managua. La empresa se constituyó a las 10
de la mañana del 15 de noviembre de 2012 bajo el número 43,746-B5. El documento
legal también establece que a cambio de la entrega de la concesión para
gestionar el Gran Canal, los inversionistas chinos deberán pagar a la
denominada Autoridad del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua –la institución
gubernamental que regulará toda la gestión del proyecto– la suma de diez
millones de dólares durante diez años, además de garantizar el derecho de
participación en los ingresos que generen los subproyectos del Canal,
inicialmente por el valor correspondiente al 1% de los ingresos, pero que
aumentará con el tiempo. Tras terminar la concesión, la empresa china deberá
entregar a la Autoridad los inmuebles e infraestructuras del proyecto. Además,
el documento establece que el Gobierno podrá expropiar “cualquier bien inmueble
o derecho sobre bien inmueble” que sea necesario para desarrollar el Canal.
El Gobierno no ha presentado estudios de
factibilidad económica o de impacto ambiental, en un país que cuenta con dos
grandes recursos acuíferos: el Gran Lago de Nicaragua (de más de 8.000
kilómetros cuadrados) y el Lago de Managua (de poco más de 1.000 cuadrados).
Tampoco se ha anunciado cuál será la ruta a desarrollar para el proyecto,
aunque el mismo Ortega dijo el mes pasado que podría iniciar en la bahía de
Bluefields, en las costas del Caribe, atravesar el centro del país hasta el
Gran Lago y desembocar en las costas del Pacífico sur nicaragüense. El
miércoles, mientras recibía las credenciales de los diplomáticos, Ortega
aseguró que en mayo de 2014 estará listo un estudio de factibilidad que
permitirá iniciar las primeras labores de construcción del Gran Canal.
El
proyecto, sin embargo, ha levantado sospechas entre sectores críticos al
caudillo sandinista, que lo consideran una gran ilusión y una fachada que podría
esconder oscuros negocios. La principal duda es el alto costo del proyecto, que
representa casi 25 veces el presupuesto anual de Nicaragua, un país donde el
47% de su población viviendo bajo pobreza y que no cuenta ni siquiera con
recursos suficientes para drenar las aguas que desde hace dos semanas mantienen
anegados varios barrios de la capital, Managua.
“¿Cuál
es la prisa por aprobar una legislación que probablemente rija para 100 años o
más, que se dictamine en pocas horas y se aprueba en pocos días? ¿Qué capitales
e intereses están detrás de este proyecto?¿Quiénes han estado comprando tierras
en esas zonas (proyectadas para el Canal), para ser millonariamente
indemnizados por el Estado o para agenciarse ganancias millonarias por las
Zonas de Comercio?”, se preguntaba el jueves el analista jurídico y asesor
parlamentario Oscar Carrión.
También
despierta dudas el hecho de que el presidente de China, Xi Jinping, haya
visitado la vecina Costa Rica durantes su gira latinoamericana sin aterrizar en
Nicaragua, tomando en cuenta que a las empresas chinas les interesaría un
acuerdo político que asegure su inversión. A Ortega, sin embargo, las críticas
le tienen sin cuidado. “Ahora estamos convencidos que llegó el momento en que
el sueño se va a convertir en realidad”, dijo, sonriente, el comandante la
noche del miércoles ante los diplomáticos que escuchaban atentamente sus planes
del Gran Canal.
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