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domingo, 19 de agosto de 2012

Los vinos mexicanos la nueva moda en la industria vitivinícola


Tomado de Th Wall Street Journal
Luis Garcia for The Wall Street Journal 
Vista de una vid en Adobe Guadalupe.

La hora del vino mexicano
Por Katy McLaughlin
Estábamos mirando cómo los niños nadaban en la piscina del patio en Los Ángeles cuando mi amigo Juan Carlos, quien se crió en Tijuana, empezó a hablar maravillas de una sopa de pollo que probó recientemente y que le cambió la vida.
Según contó, la tomó en un restaurante ubicado en medio de la "región vinícola de México".
No tenía ni idea, admití, que había una región vitivinícola en México. Resulta que el Valle de Guadalupe es una zona con un microclima mediterráneo en Baja California donde se lleva produciendo vino desde hace más de un siglo. Y el área está en medio del tipo de renacimiento en la producción y atractivo turístico que experimentó el Valle de Napa, en California, en los años 70.
Hace una década, el área era conocida en la escena vitivinícola por ser casa de L.A. Cetto, un gigantesco productor de vinos para el nivel medio del mercado. Hoy, el Valle de Guadalupe presume de viñedos artesanales y los vinos de la región han mejorado lo suficiente para ponerse de moda y ser servidos en restaurantes modernos de Ciudad de México. Chefs de alta categoría están abriendo locales en el área y en los últimos años se han construido varios hoteles boutique.
Sonaba irresistible, así que unos meses después ya estaba paseando con mi esposo, Juan Carlos y su esposa, y otra pareja de amigos en el Valle de Guadalupe, a unas tres horas y media en auto desde Los Ángeles.
Descartamos el plan de conducir sin parar cuando Juan Carlos nos indicó Bar Villa Ortega, su restaurante favorito en Puerto Nuevo, donde disfrutamos de langosta, tortillas y micheladas (cerveza con jugo de limón, servida en un vaso con un borde de sal).
Llegamos al valle, donde cordilleras bajas flanquean un tapete de vid verdes llenas de frutas que se extienden a lo largo y que son sólo interrumpidas ocasionalmente por las bodegas. Estas varían en estilo, desde estructuras elegantes y modernas hasta haciendas rústicas. Si no fuera por las carreteras sin pavimentar y la falta de una plaza pintoresca, hubiera pensado que estábamos en Sonoma, California.
Paramos en Adobe Guadalupe, un pequeño hotel de seis habitaciones que escogí en Internet por las fotos que mostraban una hacienda bonita con piscina. Las imágenes no hacen justicia a estos parajes. Don y Tru Miller, un banquero estadounidense jubilado y su esposa holandesa, hicieron realidad su sueño de jubilación en 1999. La hacienda, con un viñedo de 24 hectáreas, una bodega y una cava, cumplió con la ambición de Don de toda la vida de hacer vino y de Tru de criar caballos de raza azteca. La casa está decorada con la colección de cristal europeo de Miller, arte local y motivos sutiles de ángeles.
Fuimos a la cava para probar el vino que incluía nuestra estadía y el esposo hundió una pipeta de cristal en un barril que contenía sus mezclas de vino tinto.
"Cuando llegamos acá hace 14 años, había una decena de bodegas y no había hoteles ni restaurantes", dijo Miller. Hoy en día, existen unos 50 viñedos, un par de restaurantes reconocidos internacionalmente y, según mis cálculos, al menos 19 hoteles pequeños y atractivos. Aunque el número de visitantes estadounidenses ha disminuido en los últimos tres años en medio de la guerra contra el narcotráfico del gobierno mexicano, los turistas locales han compensado la diferencia, explicó Miller. Y en meses recientes, varias fuentes nos dijeron que los visitantes estadounidenses están empezando a aumentar.
Luis Garcia for The Wall Street Journal
Muestra de las uvas en Adobe Guadalupe.

"Nuestro principal obstáculo para crecer es la restricción de agua", añadió Miller, el primero de muchos productores de vino que describió los problemas para asegurar los permisos para abrir pozos, el costo del agua y la salinidad que afecta algunas vids.
Esa noche, cenamos en el comedor de los Miller bacalao, legumbres de su jardín y su excelente Kerubiel, un vino resultado de la combinación de las variedades Syrah, Samsó, Monastrell y Garnacha. Luego miramos las estrellas desde el jacuzzi al aire libre. El firmamento de Baja California es considerado uno de los más nítidos del mundo.
Al día siguiente, visitamos bodegas que tenía en mi itinerario, así como otras que Miller insistió que debíamos conocer. Nos fascinó La Lomita, construida en 2009. Fue concebida por descendientes de una familia de Mexicali con la ayuda de un amigo de la infancia que estudió producción de vino en La Rioja, España. Durante el recorrido vimos equipos ultramodernos y la estructura circular construida alrededor que permite que las uvas sean exprimidas en el piso superior para que su jugo pase a un tanque de fermentación en el piso inferior, donde naturalmente se enfría dentro de paredes de piedra. El viñedo también es famoso porque fue donde se grabó la telenovela de Televisa Cuando me enamoro, con Silvia Navarro y Juan Soler.
Luis Garcia for The Wall Street Journal
El comedor del restaurante La Laja.

Un festival de Merlot bajo la cubierta de un roble en Viña de Liceaga ofreció mucho Merlot demasiado caliente pero compensado por un taco de cordero rostizado para morirse. Probamos queso local curado, galletas y pan artesanal. El salón de pruebas estilo loft en Monte Xanic tenía un aire de bar clandestino, con mesas ocupadas por mexicanos sofisticados bebiendo Chardonnay y Chenin Blanc no fermentado en barriles de roble.
Servicio relajado
Esa noche, avanzamos por caminos sin pavimentar a Laja, el restaurante que muchos blogs equiparan a French Laundry, el famoso restaurante francés ubicado en el Valle de Napa. Un vistazo a su comedor rústico de madera, mesas sin mantel y falta de personal hacen dudar de la comparación. Pasamos al patio trasero, con vista a un jardín y una vid. El servicio laxo no se sintió como negligencia, sino como algo relajado.
La cena consistió en raviolis de colinabo perfectamente cocinados en esencia de res, corvina de Baja y carne Wagyu con calabacín y puerros que parecían haber sido cosechados horas antes. Después de un sorbete de ciruela y limón y una ensalada de frutas de postre, decidimos poner a prueba una línea en el menú que sugería que podíamos repetir gratis.
"Es cierto", dijo encantado nuestro mesero antes de volver a llenar nuestros platos. El menú de cuatro platos (cinco si cuenta el doble postre) con suficiente vino, impuestos y propina sumó un total de US$67 por persona. Laja, llegué a la conclusión, tiene poco en común con el French Laundry, aparte de su encanto, cada uno a su manera.
Al día siguiente, nuestro grupo se dividió entre los que querían montar a caballo, que alquilaron los ejemplares aztecas de los Miller para una recorrido guiado a una parte de la montaña desde la que se veía el valle, y los que preferían visitar Tres Mujeres, una pequeña bodega donde Ivette Vaillard y dos colegas producen vino con equipos de una cooperativa. Vaillard ha construido gradualmente su pequeña bodega durante los últimos 30 años, demostrando que se puede lograr sin millones de dólares. Cuando compramos una botella sin sello de la rica mezcla de seis uvas de las mujeres, la propietaria firmó la botella.
Para el almuerzo fuimos a Almazara, un nuevo restaurante del chef de Tijuana Miguel Ángel Guerrero Yagües, metido en lo que en su día fue el olivar más grande de América Latina. Picamos sashimi con una salsa imaginativa y tacos de pez espada, mientras que el chef, en su usual uniforme camuflado, describió cómo el olivar será reducido para abrir paso a un hotel, spa, club de vino y campo de golf.
El auge del valle significará más restaurantes, bodegas y hoteles y más gente como los Miller, que ven el potencial en este enclave de América Latina. Con eso en mente, me sentí agradecida de haberlo descubierto ahora




domingo, 8 de julio de 2012

¿Qué pasó con las encuestas en México?



Tomado de Gurú Político


 Zona de confianza ¿Qué pasó  con las encuestas?


Por Rosa Velia Suarez 


Este domingo se terminó la arena que medía el tiempo restante para las elecciones presidenciales en México. Durante más de ocho meses, el lugar que ocupaban los candidatos en la carrera presidencial llenó las planas de los principales diarios, los debates radiofónicos y televisivos, y hasta las acaloradas pláticas de sobremesa.

En las reflexiones que se presentaron sobre el proceso electoral, las encuestas fueron uno de los actores principales. Panacea o mal necesario, lo cierto es que hoy en día las encuestas se han vuelto indispensables para todo político que desee contender en una elección y quiera tener un reflejo de lo que está haciendo, son información fresca que se produce al día, fundamental para el desarrollo de estrategias y un medio capaz de restar o sumar información a las decisiones de los ciudadanos, cuando se hacen públicos sus resultados.

La semana antepasada el diario español El país definía a las encuestas mexicanas como la “fiebre de esta elección”, afirmando que del 12 de abril al 26 de mayo de este año las empresas encuestadoras mexicanas efectuaron 680 encuestas, lo que calculó como “mucha información para los ciudadanos” (1).

En medio de esta “fiebre de encuestas” surgieron planteamientos sobrela necesidad de endurecer la regulación para medir su fiabilidad. Hay factores que cuestionan a las encuestas que van desde si el diseño y levantamiento de la muestra fue correcto, hasta si los partidos y medios solicitantes hicieron mala interpretación y manejo de la información o eligieron la encuesta de su preferencia.

La duda en las encuestas no es un fenómeno propio de México. En República Dominicana, previo a las elecciones efectuadas en mayo de este año, hubo desconfianza sobre el método de trabajo de las casas encuestadoras (2). En Venezuela, la casa encuestadora Keller y Asociados, con más de 35 años de experiencia, ha sufrido críticas severas en el levantamiento de su muestra (3).

En México la duda de la fiabilidad de las encuestas ha permeado tanto entre los líderes de opinión como entre la ciudadanía. Pero ante la duda, ¿qué tanto hemos avanzado para normar las encuestas y hacerlas más fiables? Actualmente hay un acuerdo del IFE, acuerdo 411, que da marco legal a las encuestas y compete a quienes deseen ordenar, realizar y publicar encuestas, pero se trata todavía de un marco con requerimientos mínimos, en el que se incluyen datos del método usado, es decir, cómo se hacen sus encuestas: el tamaño de la muestra, las fechas, etc.


Esta normatividad exige a las casas encuestadoras que se apeguen a criterios científicos de trabajo, además de que las obliga a entregar la información metodológica y sus resultados al IFE. Sin embargo, no existe manera de corroborar si la información levantada es certera o si la metodología reportada fue en realidad la que se aplicó.

En este contexto, se sumaron en este año dos ejercicios de revisión de encuestas. Uno, el del politólogo Leo Zuckermann publicado en la revista Nexos en marzo de este año y que consistió en la evaluación de los resultados de encuestas efectuadas para gobiernos estatales y misma en la que muchas encuestadoras salieron “reprobadas”. El acercamiento de Zuckerman (aunque cuestionable desde algunos puntos) es un gran intento por tratar de poner una calificación numérica a las distintas empresas encuestadoras a partir de dos variables: le “atinaron” a los resultados finales y por cuánto margen de diferencia.

Y otro, la llamada Encuesta de encuestas, seguimiento que hizo ADN político de manera asequible y clara de las principales casas encuestadoras en México y que sirvió como un observatorio que reunió datos desde marzo de 2011 hasta junio de 2012. Esta Poll of polls, permite que el ciudadano lleve no sólo un seguimiento de los resultados publicados por las distintas casas encuestadoras, sino que también permite comparar una empresa con otra. Esto, sin duda, abona a que la gente se forme su propio criterio sobre la confiabilidad de las distintas empresas de investigación.

Dentro de la misma normatividad existente, el COFIPE resolvió una veda electoral que cesó la publicación de encuestas tres días antes de la elección, evitando que el ciudadano escuchara el canto de las sirenas y pudiera quedarse en silencio sólo con su conciencia.

Pero pasada esta veda y después de los comicios electorales, vale la pena hacer un recuento de los resultados de los candidatos en las últimas mediciones de cada empresa, y contrastarlo con los datos arrojados por el PREP, para analizar el desempeño de las principales casas encuestadoras en México.

Es importante abrir esta información para el escrutinio público, para evitar asimetrías informativas y para que el ciudadano, al ver una encuesta, algunas de ellas muy prestigiosas o publicadas en diarios prestigiosos, decida si creer o no en sus resultados en función de su desempeño. 


A continuación presento las cifras de preferencia efectiva, concernientes a los tres candidatos punteros los últimos resultados en las diez principales casas encuestadoras en México (se incluye el medio de comunicación en el que se publicaron, cuando aplica).


Y estos fueron los resultados finales, de acuerdo al conteo del PREP:

Si bien todas las casas encuestadoras acertaron respecto al ganador: Enrique Peña Nieto, es importante decir que la variación de datos en las encuestas mostraban diferencias entre el primero y el segundo lugar que iban desde 18 hasta 4 puntos.

A continuación presento una tabla en donde analizo con cuántos puntos más arriba de los obtenidos estimaban las casas encuestadoras a Enrique Peña Nieto, cuál era la diferencia que estas casas marcaban entre Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador y finalmente, cuántos puntos arriba o abajo estuvieron las encuestas respecto al resultado del PREP.



Como podemos observar en la tabla no todas las encuestas fallaron, sólo algunas. Por un lado, casas como Mitofsky, Buendía y Laredo, BGC, Parametría y GEA-ISA traían “sobre-estimado” a Peña Nieto hasta por 7 puntos porcentuales. Por el otro tenemos a las empresas que reportaron resultados similares a los finales, o al menos dentro del margen de error. Las casas encuestadoras que más se acercaron al resultado final de Peña Nieto (38.15 puntos) fueron Ipsos-Bimsa y Covarubias, quien en su última encuesta lo estimaron 2.92 puntos arriba del resultado final. En segundo lugar en precisión lo tiene Demotecnia que lo calculó 3.08 puntos por debajo del resultado final del priísta.

Ahora bien, no basta con sólo considerar la variable de qué tan sobre estimado reportaron al candidato priista, sino también que tan subestimado tenían a López Obrador, el segundo lugar en la contienda. Si analizamos la distancia entre el primer y segundo lugar, observamos que quien más acertó fue Berumen/ OEU, que estimaba esta diferencia en 6.1 puntos, el resultado final del conteo del PREP fue de 6.4, por lo que tuvo un error de tan sólo 0.3%. La segunda casa encuestadora que más acertó fue Ipsos-Bimsa, que calculaba esta diferencia en 7 puntos, equivocándose con 0.6 puntos de más y le sigue Demotecnia con 3.6 de diferencia.

Pero así como hubo encuestas que acertaron, hubo también las que fallaron y con mucho. La equivocación más grande fue la de Milenio GEA-ISA, que erró por 7.42 puntos en el resultado final obtenido por Enrique Peña Nieto y por más de 12 puntos en la diferencia entre Peña Nieto y López Obrador. Esto es casi 3 veces el margen de error reportado por la empresa y por el medio de comunicación.

El segundo que más se equivocó en el resultado de Peña Nieto fue Mitofsky que falló en acertar por más de 6 puntos, y que en la diferencia entre el primero y el segundo aseguró que existían 15.1% de distancia, casi 9 puntos porcentuales más del resultado obtenido en el PREP. Siguiendo con la diferencia entre Peña Nieto y Andrés Manuel, la encuesta de El Universal- Buendía y Laredo se “equivocó” por más de 9 puntos.

Como podemos ver las casas que más se equivocaron son precisamente las que sobrestimaron el resultado de Enrique Peña Nieto y que reportaban una distancia entre el puntero y el segundo de más de 15 puntos. El problema con estas casas encuestadoras, como generadoras de opinión pública, es que en su mayoría están vinculadas a un diario o publicación periódica, por lo que su error fue reproducido de manera continua, mientras que las acertadas fueron precisamente las que no dispusieron de estos medios de comunicación. Tanto GEA-ISA, como Buendía y Laredo, Parametría y BGC contaron con el apoyo y quizá patrocinio de diarios nacionales, mientras que Mitofsky, empresa fuertemente ligada con Televisa, presentó semanalmente sus avances en el noticiero radiofónico de Joaquín López Dóriga.

Es muy tarde para hacer proposiciones contrafácticas y preguntarnos qué hubiera pasado en la decisión del votante de haber conocido sistemáticamente no sólo las encuestas que decían que Peña Nieto se impondría en la elección, sino también la información de las encuestas menos publicitadas y más certeras que daban una distancia menor entre los dos principales contendientes. Lo que sí podemos hacer es preguntarnos si el error o errores en las encuestas ¿fue de método? ¿fue algo inesperado?¿la realidad no se ajustó a las encuestas como otras veces nos han dicho ya? No podemos seguir culpando a los encuestados de las faltas de las encuestas. Es momento de que el gremio revise a fondo las metodologías, analice los modelos de aplicación pero, sobre todo, renueve su compromiso ético con la ciencia.

Aquellos que han puesto en el patíbulo a las encuestas y a las encuestadoras acusándolos de ser los principales responsables de la victoria de uno y la derrota de otro, están muy equivocados. Las encuestas no son más que una fuente más de información que influye en los votantes. Sin embargo, no podemos –ni ciudadanos ni encuestadores, voltear la mirada ante las acusaciones. El gremio de los investigadores sociales tiene la obligación de apegarse a códigos de ética y a dar la cara en estos momentos. Los electores merecen una explicación convincente. Las casas encuestadoras que erraron más que disculparse con los ciudadanos deben explicar qué fue lo que ocurrió y evitar que se dude de su honorabilidad.

En el mes de marzo Leo Zuckermann definía a las casas encuestadoras mexicanas en su artículo de la revista Nexos como “una industria de clase mundial”, lo que creo cierto, pero también creo que ahora hace falta demostrar que somos una industria que avanza a una nueva etapa, ya no sólo con metodologías estandarizadas, sino también con transparencia y con herramientas de auditoría. Este gremio depende de la reputación y es labor de todos cuidarla.

(1) El País: Las encuestas confunden a los votantes mexicanos: http://www.adnpolitico.com/2012/2012/06/20/el-pais-las-encuestas-confunden-a-los-votantes-mexicanos
(2) Encuestas Elecciones Presidenciales 2012 República Dominicana: http://www.youtube.com/watch?v=X5KK9qcjriA


Rosa Velia Suárez Sánchez, Investigadora Junior de Dinamia Consultores, empresa dedicada a la investigación social y de opinión pública, es egresada de las Licenciaturas en Política y Administración Pública de El Colegio de México y de Letras Clásicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Se ha desarrollado profesionalmente como asistente de investigación y asesora de discurso político. Coreo: velia.suarez@dinamia.com.mx

viernes, 6 de julio de 2012

Izquierda mexicana se distancia del radicalismo de AMLO


Tomado de El Mundo
Hasta ahora ni una palabra de los grandes nombres de la izquierda: Marcelo Ebrard, Cuauthémoc Cárdenas, Juan Ramón de la Fuente.

La izquierda mexicana deja solo a López Obrador

“este país requiere un cambio a la izquierda, pero al estilo de Lula. López Obrador tiene mucho de redentor latinoamericano”. Afirma el historiador Enrique Krauze

Por Jacobo G. García

A muchas calles de donde brama López Obrador ante lo que considera el robo de la Presidencia, un pequeño hombre de piel morena serpentea entre los coches atascados de la calle Thiers, ofreciendo unas ridículas pelucas que imitan un cabello engominado y un tupé. Por 40 pesos (unos cuatro dólares) cualquier conductor puede sorprender a su mujer y llegar a su casa pareciéndose a Enrique Peña Nieto.

Mientras tanto en su sede de la colonia Roma, López Obrador acaba de anunciar que pedirá la anulación de los comicios ante el Tribunal electoral. A estas alturas, hace seis años, López Obrador ya había mandado 'al carajo' las instituciones, había denunciado un "fraude masivo" y pensaba en echarse al monte.

Ayer las palabras más escuchadas en su sede fueron "legalidad" y "cauces institucionales". Sin embargo, la calle ya ha decidido pasarse al tupé de cuatro dólares.

Después de dos días contando votos, López Obrador no sólo no ha recortado la diferencia, sino que Peña Nieto aumentó en varios miles su ventaja de 3,3 millones de votos sobre el líder de las izquierdas.
Hace seis años, en la calle hervía la frase que recorría como un mantra una ciudad indignada y bloqueada era "voto X voto, casilla X casilla" exigiendo el recuento del 100% de las urnas. Hoy La idea que sobrevuela todas las conversaciones es siempre la misma: "...si hubiera estado Ebrard".

Hasta las preguntas que se escucharon en la sede electoral de la calle San Luis eran distintas al 2006:

- ¿Teme quedarse solo si persiste con su actitud?, preguntó un reportero

- "No, me respalda el pueblo. Siguiente pregunta".

"No me cabe duda de que si Marcelo Ebrard (actual alcalde del DF) hubiera sido el candidato hubiera ganado las elecciones. Se lo aseguro", explica el historiador Enrique Krauze en su despacho, antigua redacción de la mítica revista Vuelta, fundada por Octavio Paz.

En 2006, el actual alcalde de la Ciudad de México no dudó ni un minuto en unirse a López Obrador y declararse en rebeldía. De hecho tardó muchos meses en estrecharle la mano de Calderón y tuvo que ser en un acto oficial obligado por el protocolo.

Sin rastro de Ebrard
Cinco días después de la votación, Ebrard no ha dicho ni una palabra sobre el resultado electoral y tampoco ha aparecido en ningún acto público junto a su, primero, mentor, y luego, rival dentro del PRD en la lucha por la Presidencia.

A la pregunta de si Ebrard podría consolidarse como líder de la izquierda mexicana, el analista político José Antonio Crespo no tiene dudas. "Ya lo es". "Es un político moderado, conocido en todo el país, y creo que podría haber tenido un mejor desempeño que AMLO en las elecciones", señaló al diario 'La Tercera'.

Para Krauze "después de Gobiernos del PRI y de la derecha, la alternancia natural para estas elecciones era la izquierda. El problema es que su candidato, López Obrador, y su comportamiento en la primera campaña dejó temor en muchos sectores. Porque este país requiere un cambio a la izquierda, pero al estilo de Lula. López Obrador tiene mucho de redentor latinoamericano".

"Lo mejor para el país, y para la izquierda mexicana, sería que Marcelo Ebrard se convirtiera en la principal figura de la oposición", señaló el escritor Jorge Volpi.

Tampoco ahora las huestes de Obrador son aquel cuerpo pretoriano que respiraba tensión y movilización contra la "presidencia espuria" de Calderón. AMLO ya no tiene la llave de la calle y la única voz que se escucha es la de los 'indignados' del movimiento #yosoy132, que corren peligro de convertirse en simples alborotadores. Pero hasta ahora ni una palabra de los grandes nombres de la izquierda: Marcelo Ebrard, Cuauthémoc Cárdenas, Juan Ramón de la Fuente.
"Para muchos usted significa intolerancia, sordera, confrontación y resentimiento político", le reprochó recientemente el poeta y activista Javier Sicilia.

Algo parecido le dijo también el subcomandante Marcos en el año 2006 cuando recorrió el país al frente de "la otra campaña". Los dos 'misiles' más dolorosos que ha recibido Obrador en su carrera han llegado precisamente de la izquierda; la "izquierda moral" que invoca en cada mitin.

Pocos dudan de la honradez y tenacidad de López Obrador pero desconfían de un proyecto personalista que impide la renovación. Mientras llega ese momento las pelucas con gomina y tupé se agotan en los semáforos.