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lunes, 3 de octubre de 2011

Cuidado la fiera está herida. Asestan nuevo golpe demoledor al Al-Qaeda

Tomado de La Voz de América

Algunos de los miembros de al Qaeda que es esconden en Yemen, Afganistán y Pakistán

La red terrorista perdió en los últimos cinco meses a cuatro de sus jefes operativos tras la muerte de Osama bin Laden.

La muerte del clérigo radical islámico Anwar al-Awlaki, jefe de operaciones externas de al-Qaeda en Yemen, es una muestra fehaciente de la crisis por la que atraviesa la red terrorista luego de la caída el pasado 2 de mayo de su principal cabecilla, Osama bin Laden, en Abbottabad, Pakistán.

Desde entonces hasta la fecha, en sólo cinco meses, Al Qaeda ha perdido a cuatro de sus jefes operativos, el último de ellos al-Awlaki, abatido por un avión estadounidense no tripulado artillado con misiles Hellfire, en una operación relámpago que demuestra cuán a la defensiva está la red.

El primero en ser puesto fuera de combate en una zona tribal de Pakistán fue Atiyah Abd al-Rahman, de origen libio, ascendido a la posición número dos dentro del grupo terrorista luego de la muerte de bin Laden y considerado segundo al mando de al Qaeda a cargo de las operaciones de la red.

Luego, a principios del mes pasado, los servicios de inteligencia paquistaníes informaron de la captura de Yunis al Mauritani, identificado como responsable de las operaciones internacionales de la red y a quien bin Laden había dado órdenes directas para atentar contra objetivos estadounidenses y occidentales.

El tercero en caer, también fulminado por un avión Pedrator de la CIA, a mediados del mes último, fue Abu Hafs al Shahri, jefe de operaciones de al Qaeda dentro de Pakistán, encargado además de coordinar acciones terroristas con los talibanes afganos.

La muerte ahora del clérigo al-Awlaki fue calificada por el propio presidente de EE.UU., Barack Obama, como un “importante revés” para uno de los grupos más activos de la red terrorista, el de Yemen, país señalado como refugio de las células más peligrosas de al-Qaeda.

Hace apenas dos semanas, el director de la CIA, David Petraeus, dijo en una audiencia en el Congreso en Washington, que luego de los ataques del 11 de septiembre de 2011, la rama de al-Qaeda de la Península Arábiga, basada en Yemen, se había convertido “en el centro regional más peligroso de la yihad (guerra santa) global”.

Antes de que el egipcio Anwar al-Zawahiri se quedara encabezando al-Qaeda, el imán al-Awlaki figuró entre los mencionados para suceder a bin Laden, y su muerte pone fin a una persecución que había sido infructuosa durante los últimos dos años.

Muy activo además en las redes sociales y en general en Internet, donde increpaba a los musulmanes a librar una despiadada guerra santa contra Occidente, al-Awlaki había escapado el año pasado de un cerco que le tendieron comandos en el sur de Yemen, y luego hace cuatro meses, cuando en compañía de varios de sus hombres viajaba por el desierto e inesperadamente pudo evadir los disparos de otro Pedrator.

Funcionarios estadounidenses dijeron que en el exitoso ataque de ahora también habría muerto Samir Khan, un ciudadano estadounidense de origen paquistaní editor de Inspire, la publicación electrónica de al-Qaeda en inglés, y quien el año pasado dijo estar “orgulloso de ser un traidor a Estados Unidos”.

La muerte de al-Awlaki envía una clara señal de que tras ser eliminado bin Laden , al-Qaeda encara una ola de reveses demoledores. A los cabecillas de la red les resulta ahora sin duda más difícil llevar a cabo ataques terroristas cuando de lo que se trata es de poner a salvo el pellejo. Ninguno de ellos sabe quién será el próximo en caer abatido por un misil.

sábado, 27 de agosto de 2011

Alqaeda en peligrosa agonía. Matan al segundo jefe a pocos días de eliminar a Bin Laden

Agencias Noticiosas

Atiya Abd al-Rahman, segundo al mando de Alqaeda eliminado en combate

Atiya Abd Al-Rahman solía fungir como líder operativo de la red; ocupaba el segundo puesto de la organización tras la muerte de Bin Laden

Paquistán. El segundo hombre de Al-Qaeda y director de operaciones, Atiyah abd al-Rahman, fue asesinado el pasado 22 de agosto, informó un oficial de los Estados Unidos.

Tras la caída del líder talibán de Al-Qaeda, Osama Bin Laden, el pasado 1 de mayo, cuando un equipo élite de los SEAL's lo capturaron en Pakistán durante un operativo, muchos de los seguidores de Osama comenzaron a ser perseguidos con mayor intensidad.

Atiyah destacaba como el segundo hombre más buscado en la lista de las autoridades estadounidenses.

Aparentemente, Atiyah murió tras el ataque de un drón de la CIA que reportó un ataque en la región de Waziristan, misma en la que se registró la caída del líder talibán.

El segundo al mando de al-Qaida, Atiya Abd al-Rahman, fue muerto en Pakistán, otro fuerte golpe a un grupo terrorista que Estados Unidos cree está a punto de ser derrotado, dijo el sábado un funcionario del gobierno.

El libio que solía fungir como líder operativo de la red ascendió al segundo puesto de mando en al-Qaida después de que Estados Unidos mató a Osama Bin Laden en mayo durante una redada a su complejo en Pakistán.

El secretario de Defensa Leon Panetta dijo el mes pasado que la derrota de al-Qaida estaba al alcance si Estados Unidos podía orquestar una serie de ataques exitosos contra el debilitado liderazgo del grupo.

"Ahora es el momento, tras lo que pasó con Bin Laden, para poner la máxima presión sobre ellos", afirmó Panetta, "porque realmente creo que si continuamos con este esfuerzo podemos incapacitar a al-Qaida como una amenaza importante".

lunes, 9 de mayo de 2011

EEUU exige a Paquistán investigar funcionarios que apoyaron a Bin Laden

Agencias Noticiosas

Obama cree que el líder de Al Qaeda tenía una red de apoyo dentro del país y exige a Islamabad que investigue.- El presidente expresa en una entrevista su convencimiento sobre la necesidad de liquidar al terrorista

Una semana después de la muerte de Osama bin Laden, Estados Unidos ha incrementado la presión sobre Pakistán por la presencia del líder de Al Qaeda en su territorio desde hace cerca de seis años. El presidente de EE UU ha exigido a Islamabad que investigue si miembros del Gobierno paquistaní estaban involucrados o conocían la existencia de una "red de apoyo" al terrorista en su escondite en Abottabad, una plaza militar a tan solo 50 kilómetros de la capital.

Los comentarios de Obama, en una entrevista emitida anoche (madrugada en España) por la cadena CBS, son los más directos sobre la posible complicidad de Pakistán con el terrorismo. "Creemos que tuvo que haber algún tipo de red de apoyo a Bin Laden dentro de Pakistán", ha explicado. "No sabemos si pueden haber sido algunas personas dentro del Gobierno, o fuera del Gobierno. Y eso es algo que tenemos que investigar y, más especialmente, que el Gobierno paquistaní debe investigar", ha añadido. El sábado, Estados Unidos ya había pedido a Pakistán los nombres de algunos de sus agentes involucrados en el seguimiento del terrorismo islámico.

Las declaraciones del presidente estadounidense ahondan en la preocupación expresada por altos funcionarios de Washington sobre la posibilidad de que Pakistán conociese que Bin Laden se escondía en una residencia en Abbottabad. En otra entrevista, en la cadena ABC, el consejero de Seguridad Nacional, Tom Donilon, ha insistido en la idea: "El hecho es que Osama bin Laden estaba escondido a apenas 50 kilómetros de la capital paquistaní en una localidad que se considera eminentemente militar". Aunque ha reconocido que "hasta la fecha no hay evidencia política o militar de que Pakistán conociera que Bin Laden estaba en su territorio", Donilon ha subrayado la necesidad de una "investigación a fondo". Una de las líneas posibles que ha mencionando ha sido la de interrogar a las tres viudas de Bin Laden bajo custodia de las autoridades paquistaníes tras la operación, con la intención de averiguar si algún alto cargo estaba contribuyendo a ocultar al terrorista.

El consejero de Seguridad Nacional también ha insistido en la cantidad de datos requisada de la residencia de Bin Laden, que podrían llenar "una biblioteca universitaria pequeña", en lo que parece una velada advertencia a las autoridades paquistaníes de que EE UU podría averiguar pronto quién ayudó al terrorista más buscado a ocultarse durante tanto tiempo.

En Pakistán, la opinión pública debate si el Ejército y su poderosa agencia de espionaje, el Inter Services Intelligence (ISI), sabían que el terrorista más buscado del mundo se escondía en Abbottabad. En su declaración oficial, los militares han admitido fallos en la recogida de información, pero el Gobierno, acusado bien de complicidad, bien de incompetencia, ha rechazado que las Fuerzas Armadas o los servicios secretos estuvieran al tanto de la presencia de Bin Laden en el país. El primer ministro, Yusuf Raza Gilani, tiene previsto comparecer en unas horas en el Parlamento para explicar "aspectos de la operación y recordar los sacrificios consentidos por Pakistán en la guerra contra el terrorismo", según un miembro de su gabinete.

Muerte "merecida"

Durante la entrevista, Obama ha tratado de borrar las dudas sobre la legalidad de la operación en la que se dio muerte a Bin Laden. "Cualquiera que se pregunte si el autor de semejantes crímenes en suelo estadounidense no se merecía acabar como acabó necesita que le examinen la cabeza", ha declarado. El presidente de EE UU ha insistido en el éxito que ha supuesto la operación y ha descalificado la posibilidad de capturar vivo al terrorista. La línea argumental del mandatario ha sido que "se hizo justicia" y Bin Laden se llevó lo que merecía. "Todo el proceso me hizo estar muy nervioso, pero lo único que no me hizo perder el sueño fue la posibilidad de tener que eliminar a Bin Laden", ha dicho.

El presidente también ha reconocido que, de no haber dado con Bin Laden, "la operación hubiera tenido significativas consecuencias" y ha cifrado la "evidencia al momento de aprobarla en un 55%".

Otras voces llamaron ayer a pasar página y dejar atrás la polémica en torno a la legalidad de la operación militar. "Creo que los SEAL (el comando de elite la Armada) hicieron exactamente lo que tenían que hacer. Debemos callarnos y dejar de darle vueltas a lo que ocurrió en ese edificio", dijo John Kerry, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y candidato demócrata a la presidencia en 2004.

Ayuda militar a Pakistán

A la presión desde la Casa Blanca sobre Pakistán, se suma la de algunos congresistas de EE UU, que han recomendado suspender la importante ayuda militar que recibe Pakistán, un inestable país con armas nucleares, para luchar contra el terrorismo hasta que se aclare si existía conocimiento por parte del Gobierno sobre el paradero del terrorista más buscado del mundo.

El senador republicano por Indiana Richard Lugar afirmó que le parece "lógico que si Osama bin Laden llevaba en esa casa seis años, con un grupo de gente conectada con los militares, entonces un montón de gente en Pakistán conocería su paradero". No obstante, se mostró en contra de cancelar la ayuda a militar a Pakistán por ser "un país fundamental" en la lucha contra el terrorismo.

El embajador de Pakistán en EE UU, Husein Haqqani, rechazó estas acusaciones y aseguró que su país ya ha iniciado una investigación. "Caerán cabezas una vez que la investigación haya sido completada. La investigación está en marcha y no mostraremos ninguna tolerancia si se descubre complicidad", dijo en una entrevista también en ABC.

Tensas relaciones diplomáticas

Las relaciones entre ambas naciones, que en público se califican de "socios y aliados", han vuelto a tensarse tras la operación del pasado domingo, en la que un comando de élite de EE UU entró en territorio paquistaní para eliminar al líder de Al Qaeda.

Washington solo avisó a Islamabad una vez que la operación hubo culminado y los soldados de EE UU estaban de regreso en la base de Afganistán desde la que se lanzó el ataque. Donilon explicó ayer que se tomó esta decisión "no por una cuestión de confianza en las autoridades paquistaníes" sino para "proteger la seguridad de la operación". Como respuesta, el Gobierno y la cúpula militar paquistaní advirtieron el jueves de que la operación de EE UU podría constituir una violación de la soberanía del país y remarcaron que, de repetirse una acción similar, Islamabad revisaría la cooperación militar con Washington.