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sábado, 31 de mayo de 2014

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: CORTAR POR LO SANO



       En mi blog estoy tratando de crear conciencia sobre la importancia de la familia para construir una sociedad mejor, a través de la adecuada formación de los hijos. De hecho, llevo haciéndolo muchos años y tratando de hacer oír mi voz de muchas maneras. Ha habido algunos medios de comunicación que me han dado la oportunidad de expresarme, y a los cuales debo agradecer; otros no, porque “ya aparecía en la competencia”, o porque mi mensaje “no era muy comercial”, o simplemente por bloqueo. Lo que es cierto es que desde la administración del estado nunca he sido escuchada, pese a que no he parado de intentarlo.

       Creo honestamente que si desde los años noventa, tras el final de nuestra triste guerra, la administración se hubiera interesado por el tema y hubiera puesto manos a la obra, la situación actual de la violencia social no sería tan grave. Muchos dicen “¿Y cómo podía saberse que íbamos a terminar en esto?”. La situación que vivimos no es más que la consecuencia de no haber hecho absolutamente nada desde hace años, cuando la situación ya se veía venir. Y no creo que para ello se necesitara ser profesional en la materia o tener una bola de cristal. Bueno, ¿Y ahora qué? ¿Cómo salimos de ésta? Parece que ahora, tanto para profesionales de la salud mental, como para líderes espirituales y religiosos, es nuestro turno para aportar la solución instantánea al problema, para sacar nuestra varita mágica y tocar con ella a todos los malhechores para que se vuelvan buenos.

       No, discúlpenme; pero eso no funciona así. La formación de una persona, tanto para bien como para mal, requiere de años, y se gesta en la niñez y la adolescencia. Después de eso, la corrección no es fácil, tanto más difícil cuanto mayor es la persona, requiere también de bastante tiempo y esfuerzo, y puede hacerse individualmente o en grupos reducidos. Pero tratar de enderezar todo lo que está torcido en nuestra sociedad, que es muchísimo, está completamente fuera del alcance del estado. Es simplemente impensable. Es como una bola de nieve que se ha dejado rodar por mucho tiempo. Se ha hecho tan grande y ha alcanzado tal velocidad, que ahora es imparable. No se puede esperar deshacerla sin destruirla.

       Entonces, ¿No hay una solución de “varita mágica”?. Recuerdo cierta ocasión en que se me invitaba a un programa de televisión como especialista en salud mental para abordar el problema. No sé si hubo cierta decepción al no aportar yo soluciones profesionales “mágicas” para la crisis actual, e inclinarme por medidas más drásticas, pero esto es como la salud de nuestro organismo. Lo ideal es cuidar nuestra salud. Si no lo hacemos aparecen síntomas de enfermedad, y si seguimos sin prestarle atención, la enfermedad puede hacerse tan grave que nuestra vida corre peligro y entonces nos preocupamos mucho, y desearíamos que existiera una pildorita mágica para curarnos, pero, lamentablemente, hay que extirpar o amputar alguna parte del organismo para salvar el resto. De ahí viene ese dicho tan común de “cortar por lo sano”.

       Si tuviera una mente más comercial trataría de vender mi conocimiento y experiencia para ofrecer una solución mágica para mañana mismo, aun sabiendo que es imposible, pero como no la tengo, sólo puedo ofrecer soluciones seguras para que el futuro sea mejor que el presente.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 10 de mayo de 2014

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: CAUSAS Y TRATAMIENTO DEL TRASTORNO DE CONDUCTA





Muchos factores pueden contribuir al desarrollo de los trastornos de conducta en el niño o en el adolescente, incluyendo el daño cerebral, el haber sufrido abuso, los defectos del desarrollo físico, el fracaso escolar, las experiencias negativas con la familia y con la sociedad, etc. Excepto en el caso del daño cerebral, las demás causas son externas, incluso los defectos del desarrollo físico, puesto que no son los defectos en sí mismos los que causan el trastorno de conducta, sino la burla, el rechazo y la marginación que manifiestan los demás ante tales defectos.

Cualquiera de estas causas externas provoca en la persona una muy baja autoestima y una profunda herida ante la cual reacciona negativamente en contra de aquello que le hiere, es decir, desde el entorno familiar hasta el entorno social más amplio, reacción negativa que se expresa con la mala conducta. Ello, a su vez, causa una reacción negativa en los demás, que por ello le rechazan y marginan más aún, lo que hace que se comporte aún peor, creándose un círculo vicioso muy difícil de romper sin la ayuda pertinente.

El tratamiento de los niños con trastorno de conducta no es fácil, ya que las causas del problema son variadas y complejas, y también porque cada niño es único. Existen diferentes alternativas para el tratamiento, dependiendo de la severidad del trastorno. Además del reto del tratamiento, muchas veces se pone también en contra la falta de cooperación del niño y del medio, y la falta de confianza de los adultos. Para poder diseñar un plan integral de tratamiento, el especialista necesita utilizar la información de otros especialistas médicos del niño, la familia y los maestros para entender bien las causas del trastorno.

La terapia del comportamiento y la psicoterapia son usualmente necesarios para ayudar al niño a expresar y a controlar su rabia. La educación  remedial puede ser necesaria para los jóvenes con problemas de aprendizaje. Los padres y, frecuentemente también los maestros, necesitan asistencia de los especialistas para aprender a manejar la situación y para diseñar y llevar a cabo programas educativos en la casa y en la escuela. El tratamiento, en función de cuáles sean las causas también puede incluir medicamentos.

El tratamiento suele ser prolongado, ya que toma mucho tiempo establecer nuevas actitudes y patrones de conducta. Sin embargo el tratamiento ofrece una oportunidad para una considerable mejoría en el presente y una esperanza de éxito en el futuro.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 
  

sábado, 24 de agosto de 2013

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: ¿INFANTICIDIO O PROBLEMA SOCIAL?



Con cierta frecuencia los medios de comunicación se hacen eco de alguna tragedia en la que una madre mata a sus propios hijos. El caso llama la atención por unos pocos días y luego se olvida; como si nunca hubiera ocurrido… hasta que vuelve a ocurrir otra tragedia similar.


Los cuestionamientos sobre los motivos que pueden impulsar a una madre a hacer esto duran lo que dura la noticia en los medios. Después no se pone atención a los mismos, porque se tiende a pensar que fueron motivaciones individuales. Y es obvio que toda acción individual tiene una motivación individual, pero parece que casi nadie entiende que esa motivación individual tiene una relación muy estrecha con ciertas condiciones que no son individuales, sino bastante generales, demasiado comunes.

       Ejemplos de estas tragedias hay bastantes, pero sirva el de una mujer que mató a dos de sus cuatro hijas. La mayoría se pregunta cómo es posible que esto suceda, mientras ella alega una serie de difíciles circunstancias en su vida que desembocaron en su protagonismo en la tragedia.

Al entendimiento de una mente sana le será difícil comprender la relación entre lo uno y lo otro; sin embargo, la mujer no utiliza este argumento para validar o defender su crimen, sino que simplemente nos está diciendo, desde su propia experiencia, que la relación existe. Habría que poner atención.

       ¿Cuáles son estas circunstancias? Veamos:

Falta de trabajo. Una gran parte de nuestra población no cuenta con la más mínima educación o capacitación para desarrollar un trabajo acorde con las exigencias de la vida moderna.

Pérdida de la vivienda. Es consecuencia de lo anterior; sin trabajo no hay recurso económico, no sólo para pagar la vivienda, sino para el mantenimiento propio y de los hijos. Muchas especies animales rechazan o matan de forma natural a las crías que no pueden mantener.

Cuatro hijos, todos con su mismo apellido, lo que significa que por ahí hay entre uno y cuatro (más probablemente cuatro) machos (no hombres) que no se han hecho cargo de esos hijos, y que tal vez ni saben que dos de ellos han muerto (de todos modos les daría igual); únicamente ella se hizo cargo. Y esto es habitual en nuestra cultura latinoamericana.

Maltrato intrafamiliar. Es un habitual elemento más, en parte cultural, y en parte sintomático del deterioro de la salud mental, y generador, a su vez de mayor deterioro.

       Aún así, la cantidad de veces que una tragedia así sucede no es nada comparado con la cantidad de veces que esta idea ronda por la cabeza de infinidad de mujeres, y que normalmente no se materializa por múltiples circunstancias, pero la tentación existe.


Esta mujer no es más que la expresión actual de una gigantesca problemática social que, de momento, solamente revienta de vez en cuando por algún punto, pero que amenaza con riesgos mucho más graves; y mientras las soluciones aportadas consistan únicamente en proponer la cárcel, habrá que prever la construcción de grandes cárceles para el futuro, y tal vez también... de grandes cementerios.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

domingo, 14 de agosto de 2011

Olvidas con frecuencia donde dejas las llaves? Es normal…hasta cierto punto

Tomado de Entremujeres.com

Los problemas de la memoria, como los olvidos o amnesias, están entre los síntomas más frecuentes en la consulta psiquiátrica. Y afectan principalmente a las mujeres posmenopáusicas. ¿En qué casos son normales y en cuáles patológicos?

Por Dr. Walter Ghedin

“Me olvidé las llaves”, “nunca sé los nombres de los actores”, “no me acuerdo de qué iba a hacer”. La presencia de olvidos asociados a los actos cotidianos generan un estado de angustia. La persona suele atribuir el olvido a procesos degenerativos cerebrales (la enfermedad de Alzheimer) o a falta de irrigación cerebral (aterosclerosis). Pero, ¿es así?

Hay que tener en cuenta que el envejecimiento no empieza de un día para el otro, es un proceso de lenta declinación en el que las células inhiben su división o mueren (apoptosis). Con el paso de los años las funciones comienzan lentamente y en forma silenciosa a perder fuerza.

El deterioro cognitivo leve

La presencia de olvidos en forma reiterada sin otros síntomas que indiquen un compromiso mayor del sistema nervioso central están siendo investigados.

Es el llamado Deterioro Cognitivo Leve o MCI (del inglés Mild Cognitive Impairment) y podría considerarse un síndrome intermedio entre el estado saludable de las funciones cognoscitivas (las que nos permiten conocer el mundo externo e interno) y las demencias.

Algunos síntomas:

1) Quejas por la presencia de olvidos, corroborados por los informantes (hijos, esposo/a, amigos, etc.).

2) Demás funciones cognoscitivas normales (pensamiento, percepción, atención, concentración, orientación, etc.).

3) Actividades de la vida diaria normales.

4) Presencia de amnesias u olvidos, corroborado por pruebas especiales (neuropsicológicas), no compatibles para la edad ni el nivel educacional.

5) Ausencia de demencia.

Los estudios indican que la progresión de estos pacientes con MCI a una demencia es de un 10 a un 15%, en contraste con el 1 a 2% anual de la población “normal”.

Si se considera la forma amnésica pura (sólo olvidos, sin otras alteraciones) la prevalencia es de un 3% de la población general, aumentando a un 22 a 56% en la población anciana cuando se suman las otras alteraciones cognoscitivas. Las mujeres posmenopáusicas, con depresiones concomitantes o pobre nivel educacional, son las más afectadas.

¿Qué hacer?

* Realizar consultas médicas. Es fundamental para descartar los factores orgánicos que podrían provoca los olvidos reiterados.

* Realizar pruebas neuropsicológicas para medir el grado de afectación de las funciones.

* Evaluar el estado emocional.

* Hacer consultas neurológicas para la evaluación, el control y tratamiento.

* Iniciar o sostener actividades que estimulen las funciones cognoscitivas. Son útiles los talleres de memoria, palabras cruzadas, juegos de mesa, lectura en general, talleres recreativos, etc.

* Mantener una vida social. La presencia de olvidos u otros problemas cognitivos no deberían favorecer al aislamiento por vergüenza o temor. Conviene seguir con las actividades, programar salidas y contar lo que pasa a los familiares o amigos.

* Tomar los recaudos necesarios, pero sin dejar de hacer las cosas que queramos. En síntesis, no dejar de vivir.

Por el doctor Walter Ghedin, médico psiquiatra y psicoterapeuta.