En mi blog estoy tratando de crear conciencia
sobre la importancia de la familia para construir una sociedad mejor, a través
de la adecuada formación de los hijos. De hecho, llevo haciéndolo muchos años y
tratando de hacer oír mi voz de muchas maneras. Ha habido algunos medios de
comunicación que me han dado la oportunidad de expresarme, y a los cuales debo
agradecer; otros no, porque “ya aparecía en la competencia”, o porque mi
mensaje “no era muy comercial”, o simplemente por bloqueo. Lo que es cierto es
que desde la administración del estado nunca he sido escuchada, pese a que no
he parado de intentarlo.

No, discúlpenme; pero eso no funciona
así. La formación de una persona, tanto para bien como para mal, requiere de
años, y se gesta en la niñez y la adolescencia. Después de eso, la corrección
no es fácil, tanto más difícil cuanto mayor es la persona, requiere también de
bastante tiempo y esfuerzo, y puede hacerse individualmente o en grupos
reducidos. Pero tratar de enderezar todo lo que está torcido en nuestra
sociedad, que es muchísimo, está completamente fuera del alcance del estado. Es
simplemente impensable. Es como una bola de nieve que se ha dejado rodar por
mucho tiempo. Se ha hecho tan grande y ha alcanzado tal velocidad, que ahora es
imparable. No se puede esperar deshacerla sin destruirla.
Entonces, ¿No hay una solución de “varita
mágica”?. Recuerdo cierta ocasión en que se me invitaba a un programa de
televisión como especialista en salud mental para abordar el problema. No sé si
hubo cierta decepción al no aportar yo soluciones profesionales “mágicas” para
la crisis actual, e inclinarme por medidas más drásticas, pero esto es como la
salud de nuestro organismo. Lo ideal es cuidar nuestra salud. Si no lo hacemos
aparecen síntomas de enfermedad, y si seguimos sin prestarle atención, la
enfermedad puede hacerse tan grave que nuestra vida corre peligro y entonces
nos preocupamos mucho, y desearíamos que existiera una pildorita mágica para
curarnos, pero, lamentablemente, hay que extirpar o amputar alguna parte del
organismo para salvar el resto. De ahí viene ese dicho tan común de “cortar por
lo sano”.
Si tuviera una mente más comercial
trataría de vender mi conocimiento y experiencia para ofrecer una solución
mágica para mañana mismo, aun sabiendo que es imposible, pero como no la tengo,
sólo puedo ofrecer soluciones seguras para que el futuro sea mejor que el
presente.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
Titulaciones
en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y
Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi
actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos
direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica
privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de
comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de
extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su
tradicional estigma.
Fui la
primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer
dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente
he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas,
Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o
Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de
U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo
acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la
Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el
campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde
compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La
tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y
teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del
mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia
regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes
que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos
acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de
orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la
asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos,
porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más
convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su
vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el
ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo
adulto o se independizó, e incluso después.
Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que
juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.
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