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sábado, 2 de diciembre de 2023

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: CONTROLE SU ANSIEDAD

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

 

A veces tendemos a confundir tensión con ansiedad, y no es lo mismo. La mayoría de nosotros por momentos tenemos tensión, que es algo normal. Es parte del proceso de preparación para afrontar un reto. Sin embargo, ansiedad se refiere más a un proceso de tensión originado para eso y que se ha mantenido en el tiempo, incluso bastante después que ha desaparecido el estímulo. Por lo tanto, se crea la ansiedad o respuesta aprendida, pero que ya no corresponde a un estímulo. 

La ansiedad es el trastorno psiquiátrico más importante en el mundo, con el que viven más de 264 millones de personas, según la Organización Mundial de la Salud. Es tan importante que este tipo de trastornos psicológicos sean definidos por numerosos expertos en salud mental como la auténtica epidemia silenciosa del siglo XXI. 

 

A nivel cognitivo, las personas con ansiedad pueden experimentar pensamientos obsesivos, anticipar lo peor y tener dificultad para controlar o detener sus preocupaciones.  Esto pasa a ser preocupante cuando alguien es incapaz de cumplir con cualquier reto, por pequeño que este sea. La persona siente que su ansiedad va a hacerle explotar y que su corazón está siendo afectado y existe una sensación de muerte inminente.

 

Al aparecer estos síntomas, el paciente consultará a diferentes especialistas que elucubrarán sobre la causa de sus males. Intentarán diferentes terapias hasta que descubran que debe ser derivado a una consulta de salud mental,  no sin antes recibir apelativos de neuróticos, hipocondríacos, etc.

 

El proceso puede ser largo. Muchas veces e incluso antes de un buen diagnóstico, la persona acabará en salas de emergencia sin encontrar la causa verdadera de su mal. Se suele utilizar sedación ante un caso así y a veces hasta ingresos hospitalarios hasta que la persona es catalogada como paciente para ser vista por psicólogos y psiquiatras.  

 

Y aunque a veces los mismos pacientes se resisten a ser tratados por especialistas en salud mental porque se ven etiquetados como “locos”, se trata de la mejor solución. Ellos, como profesionales, tienen el tratamiento adecuado, que no solo implica la administración de fármacos y sedantes sino además psicoterapia con técnicas de relajación para controlar los ataques de ansiedad o de pánico. 

 

Pero más allá de las terapias, es importante realizar actividades físicas y placenteras en el día a día para ayudar a bajar el nivel de activación y a sentir una satisfacción general con la vida. Esto puede, por ejemplo, ser sacar a pasear el perro, reunirse con amigos, salir a caminar o leer un buen libro. 

 

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

sábado, 17 de junio de 2023

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: FALSOS RECUERDOS

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

 

Aunque parezca mentira, los seres humanos somos capaces de tener falsos recuerdos. Esto se da, sobre todo, en la niñez. Sin embargo también es frecuente en las personas en estado de embriaguez, bajo el uso de drogas o con un severo estrés.

Hay que tener especial cuidado en el caso de los niños, sobre todo cuando se sospecha que pudo haber sido víctima de un abuso sexual. Con una pregunta mal hecha, sin tino, puede provocar en el niño la sensación de que eso ha ocurrido. Es decir, le creamos falsos recuerdos, por eso este tipo de interrogatorios no son adecuados.

Por supuesto, esto tiene una explicación científica. El proceso de rellenar las lagunas de la memoria se hace “a través de nuestros sesgos y creencias”. A menudo, nuestros recuerdos son fragmentarios y pueden contener distorsiones. Cuando intentamos reconstruir un evento, nuestra mente puede llenar esos vacíos con información inventada o basada en conjeturas, lo que puede resultar en la formación de recuerdos falsos.

Por lo tanto, los falsos recuerdos pueden estar alimentados por prejuicios, algo que puede llevar, entre otras cosas, a cometer injusticias. Puede darse, por ejemplo, al juzgar un crimen con el testimonio de los testigos visuales.

"La memoria es un espejo que no refleja fielmente el pasado, sino que lo reinterpreta constantemente", escribió alguna vez el escritor Vladimir Nabokov. Lo peor es que a veces no es tan fácil distinguir recuerdos reales de los falsos, sobre todo a las personas con antecedentes de trauma o depresión, que corren el riesgo de producir recuerdos falsos cuando se exponen a información relacionada con su base de conocimientos. Las aberraciones de la memoria son características notables del trastorno de estrés postraumático (TEPT) y la depresión.

También se le conoce como Síndrome de falsa memoria (false memory syndrome, FMS), la condición psicológica en la cual un individuo experimenta la creencia, expresada con firmeza, de haber sufrido un evento traumático en su niñez o adolescencia el cual en realidad nunca ocurrió.

Nuestro cerebro está sujeto a una serie de sesgos cognitivos que pueden afectar la precisión de los recuerdos. Por ejemplo, el sesgo retrospectivo nos lleva a reinterpretar los eventos pasados desde nuestra perspectiva actual, lo que puede llevar a la distorsión del hecho Además, el sesgo de confirmación nos hace recordar selectivamente la información que confirma nuestras creencias existentes, lo que puede influir en la formación de recuerdos falsos.

Los hallazgos empíricos sobre las limitaciones de la memoria en personas con TDAH (su déficit de atención y fallas para codificar detalles) indican que los pacientes con TDAH experimentan deficiencias de memoria textuales y, por lo tanto, una mayor tendencia a crear recuerdos falsos.

El trastorno delirante es un tipo de afección de salud mental en la que una persona no puede distinguir lo que es real de lo que es imaginario. Hay muchos tipos, incluidos los persecutorios, celosos y grandiosos, pero pueden tratarse con psicoterapia y medicación con resultados más que aceptables.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

domingo, 7 de mayo de 2023

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: IMPULSESE CON SUS EMOCIONES NEGATIVAS

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

A veces, por una cuestión de imagen, queremos ocultar nuestras emociones negativas. Aparentamos estar bien aunque por dentro la ira o la tristeza nos corroe. Reprimir esas sensaciones no es bueno. Por el contrario, permitir que se manifiesten puede ayudar, ya que nos proporcionan una fuente de ideas para pensar en qué podríamos mejorar o invertir nuestro tiempo. Además, nos preparan para tiempos peores.

Reprimir la ira, la rabia, la pereza, la desilusión o la tristeza cuando brotan naturalmente nos hace daño. En cambio, si en vez de suprimirlas podemos hacerlas conscientes, luego aprenderemos a manejarlas de forma más adecuada. Al fin y al cabo, son momentos en nuestra vida y debemos mitigarlas de la mejor manera, que no siempre es ocultarlas o ignorarlas.

La evitación emocional es una de las mayores fuentes de problemas en la salud mental. Todos los trastornos de ansiedad se mantienen porque la persona evita sentir miedo para intentar protegerse. Las emociones desagradables pueden doler, pero es fundamental escucharlas. Nos ayudan a detectar un problema para poder enfrentarlo. Los sentimientos de enojo, por ejemplo, nos advierten que alguien nos está avasallando, atravesando un límite o aprovechándose de nuestra confianza.

Si bien no es fácil aceptar las emociones negativas y convivir con ellas, tampoco es imposible y es el primer paso para aprender a manifestarlas y cambiarlas de una forma más adecuada. No somos perfectos y como seres humanos el manejar las emociones empieza con detectarlas y llamarlas por su nombre. Aun los animales tienen emociones y les enseñamos a manejarlas para hacerlos más adaptables al ambiente que les rodea. Así somos los humanos, aunque muchos no superamos a las bestias en el manejo de las mismas.

Un estudio realizado por el psicólogo australiano Joseph P. Forgas descubrió que la tristeza puede “mejorar el rendimiento de la memoria, reducir los errores de juicio, mejorar la motivación y dar lugar a estrategias interpersonales más eficaces”. Según investigó, “la tristeza aumenta el pensamiento detallado y atento que mejora la perseverancia y los estilos de comunicación persuasiva”. Forgas concluye que estar triste activa una “leve señal de alarma que desafía a las personas a esforzarse para cambiar ese estado desagradable”.

Esto demuestra que se puede lidiar con las emociones negativas sin caer en la depresión o desesperación, sobre todo cuando hay un entrenamiento previo y si no hay nada orgánico o físico de por medio. Pero hay que recordar que aun una mala infancia puede condicionar las mentes de cada quien, por eso no es extraño que el mayor índice de malas reacciones se den en los sustratos menos proclives a manejar y reconocer emociones y muchas veces en los sustratos menos favorecidos económicamente y con poco acceso a la salud mental, aunque hago hincapié que no depende solo del factor económico.

También sucede que las expresiones exageradas de dolor, ira o aceptación se repiten de una sociedad a otra. Actualmente, con tanta transculturación, éstas se vuelven más laxas , mejoran o empeoran dependiendo el marco del país en el que hemos estado viviendo. Con la globalización se ha vuelto, desgraciadamente, menos sofisticada y más vulgar la forma de manifestar nuestras emociones y muchos otros aspectos culturales. Sin embargo, así como no hay dos huellas digitales idénticas, es difícil encontrar una persona que reaccione igual a otra ante las diferentes circunstancias.


Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

sábado, 18 de junio de 2022

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: VICTIMAS

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Es bastante común encontrar en nuestra cultura iberoamericana a personas que se hacen las víctimas y suelen sacar provecho de eso. Mediante el victimismo consiguen ganar la atención de los demás, evitan tomar decisiones, esperando a que otros resuelvan sus problemas. 

Al final consiguen aquello que esperan sin poner esfuerzo de su parte, y como si fuera poco, se sienten cuidadas y apoyadas. Esa victimización se convierte en una efectiva estrategia para querer evadir alguna tarea o rol que no les agrada. Claro, también podrá haber casos que no surgen de esa estrategia mencionada, sino que se trata personas que piensan que sus emociones vienen determinadas por las circunstancias de la vida y a ellos les ha tocado lo peor. 

Aunque simbólica, desde que nacemos, siendo bebés, utilizamos esta estrategia. Empiezan a llorar y no se detienen hasta que alguien llega a consolarlos. Una escena muy común, sobre todo en madres primerizas, es ver a abuelos u otros familiares intervenir debido a que el llanto del bebe "nos parte el alma". Y así se inicia la radiografía de aquel que se queja de todo, para evitar el ejecutar alguna tarea no deseada. 

Por lo general, estas personas tienden a exagerar lo negativo en detrimento de lo positivo. Eso les impide valorar las cosas buenas que les ocurren en su vida. Se preguntan: ¿Por qué a mí? Creen que el mundo está en su contra. Pero saben que eso tiene un beneficio: recibirán atención inmediata, gratificaciones no ganadas y el apoyo de alguien que se compadezca de nosotros. Siempre habrá un alma sensible, un corazón empático para ayudarnos. 

¡Con esta patología nos hacemos las víctimas para lograr nuestros objetivos. Es irónico que esto se de en una sociedad que desvirtúa a las verdaderas víctimas, ya que desde esa perspectiva y del lado contrario se puede acallar a víctimas verdaderas cuando se quejan o expresan una situación realmente importante. 

Eso ha generado una cultura del victimismo, que además puede resultar muy efectiva en ciertos momentos. Veamos recientemente el caso de las celebridades Jhonny Depp y Amber Heard. Ambos se quejaban de ser víctimas de calumnia y no victimarios. En este caso también se puede apreciar como las víctimas y /o victimarios tienden a repetir una y otra vez el patrón sin salir de una relación tóxica.

En todos los grupos suele haber siempre alguien que tiende a hacerse la víctima… y dentro de ese mismo grupo también lo hay quien está dispuesto a salir al rescate. Gente empática y de corazón abierto. Sin embargo, conviene ser prudente y no caer en el juego de la supuesta víctima. 

Cuando una persona pide ayuda a través de la manipulación a veces es preferible no ofrecer ayuda, reforzando la actitud de que consiga lo que se propone por sí misma y piense en cómo se sentirá cuando lo haga. 

Es difícil salir de ese círculo vicioso, puede darse el caso de que una persona entienda su parte en la situación y rectifique por sí misma. Lo ideal es buscar a un terapeuta capacitado, pues muchas veces vemos terapias que yo llamo “De compadres o comadres", ya que le dan la razón al consultante para no perder al cliente.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

sábado, 9 de abril de 2022

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA SATURACION NOTICIOSA Y LA ANSIEDAD

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Todos, absolutamente todos, en algún momento hemos tenido síntomas de ansiedad. Es normal. Ese estado de tensión o ansiedad anticipatoria es un principio básico de supervivencia y no es otra cosa que una respuesta natural que prepara el organismo y la mente para encarar cualquier situación difícil que se nos presente. 
El problema surge cuando esta tensión se convierte en algo permanente y sin una verdadera razón aparente. Es como un mecanismo activado que no podemos apagar. 

Todos los seres humanos padecemos de ansiedad, pero las personas con poca actividad, como las retiradas o sin trabajo por alguna razón la sufren más. Lo mismo ocurre con las que tienen exceso de trabajo, con las que manejan mucha información como un periodista o alguien que vive pendiente de las noticias. 

En menores de edad, los niños inquietos, asustadizos y consentidos la padecerán más, ya que su control emocional es más leve y no saben cómo manejarla, controlarla o expresarla ante alguien que les pueda ayudar. Su ansiedad se refleja en la conducta, el sueño, el retraimiento y el no querer compartir con otros, etc.

Además, en niños o adolescentes puede haber dificultades para dormir menos o más apetito, inhibición o, por el contrario, actividad extrema y con poco sentido. 

Si bien no necesariamente depende de la edad, la pubertad o adolescencia es una época creadora de ansiedad debido a los cambios físicos y mentales. Es la búsqueda de su identidad la que lleva muchas veces a los adolescentes a ser agresivos, especialmente ante los mayores, en un intento de marcar su nuevo espacio y necesidades.

No se debe confundir ansiedad con ataque de pánico. El ataque de pánico es un momento de ansiedad profunda en el que puedes llegar a sentir que estás al borde del colapso, con las palpitaciones aceleradas y que te falta el aliento. Los síntomas alcanzan su punto máximo después de 10 minutos y suelen disminuir después de 30 minutos. La ansiedad, en cambio, es persistente y hay una desazón constante con cierta angustia.

El ataque de pánico se manifiesta a través de palpitaciones, sudoración, aumento de la tensión muscular y de la respiración, dolores físicos, dilatación de la pupila, temblores, inquietud, preocupación excesiva y desproporcionada. 

A veces se suele confundir los síntomas de un ataque de pánico, con la inminente sensación de un ataque cardiaco. Si lo que ha tenido es un ataque de pánico que le ha generado una sensación inminente de muerte como de un infarto, en Emergencias le dirán que no fue un amago de ataque cardiaco sino un problema ansioso, una crisis de ansiedad extrema.

En realidad, la ansiedad se considera una epidemia. No es para menos. Actualmente las formas de vida son tan aceleradas, con exigencias grandes y mucha competencia que la vuelven un peligro. 

Además, los medios de comunicación y las redes sociales nos bombardean con noticias de nuestro entorno y de todo el mundo en el instante que suceden, en la mayoría de los casos de forma gráfica, alarmista y amarillista. 

La ansiedad es, con diferencia, la condición psiquiátrica más común en Europa, con una prevalencia del 14%, siendo las mujeres, en la mayoría de las ocasiones, el grupo más afectado. Según la Organización Mundial de la Salud, 264 millones de personas sufren de ansiedad en todo el mundo.

A pesar de todo, la ansiedad se puede prevenir. Se recomienda hacer deporte, ejercitarse, llenar nuestra vida de actividades placenteras como caminar por un parque tranquilo o pasear. En fin, cualquier cosa que nos desenchufe de las preocupaciones diarias. También se recomienda ver menos noticias, hacer relajación y/o meditación.

Ante cualquier duda lo mejor es consultar a un profesional de la salud mental, pero por sobre todo centrándonos en el aquí y ahora sin observar tanto lo que ocurre en el mundo sino enfocarse en nuestra propia vida y bienestar.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

sábado, 8 de mayo de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: PADRES QUE ODIAN

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Es bastante común escuchar a hijos que odian a sus padres, y las razones pueden ser múltiples. Sin embargo, es difícil encontrar procesos inversos. 

Es decir, padres que odian a sus hijos. Difícil, pero no imposible… Por supuesto que se puede rechazar a un hijo y hay un abanico de posibles argumentos: nos recuerda a alguien no querido, pensamos que puede quitarnos el amor de pareja o porque verdaderamente ha incurrido en una falta grave, entre otros.

 

El sentimiento surge del amor entrelazado con la vergüenza por sentir esa emoción. “Este proceso tiene una base científica, ya que el amor y el odio comparten los mismos circuitos cerebrales”, explica en su libro el psicólogo británico Simon Baron-Cohen.

 

La intensidad y algunas razones probablemente dependerá de la edad de los hijos, pero la animadversión puede ser producto de una violación o de una relación romántica de la cual ya no deseamos ni acordarnos. Cuando ocurre que el odio puede ocasionar daño -incluso físico- en un hijo. “Amor y odio son dos emociones intensas que circulan en dirección contraria por la misma carretera”, agrega Baron-Cohen.

 

Un buen ejemplo de una relación tóxica entre madre e hija está muy bien representada en la reciente película Corre (Run), disponible en Netflix y entre las 10 más vistas en El Salvador en las últimas semanas.

 

En dicha historia, una madre somete a todo tipo de daños físicos a una hija que va un poco más allá de la típica relación inestable entre padres e hijos. Pero la posibilidad de un daño está latente, sobre todo cuando es provocado por factores ajenos al hijo o sobre los cuales éste no tiene posibilidad de hacer nada. 

 

En algunas ocasiones el odio puede ser generado por una decepción. Es decir, el hijo no cumple las expectativas que se planteaban sus padres. Definitivamente en estos casos estará mezclado con una dosis de culpa, además de la vergüenza.  El progenitor puede sentir que no logró darle a su hijo herramientas para lograr lo que él o ellos esperaban de este hijo. Además, es probable que haya cargado en las espaldas de su hijo todo lo que él quiso y no pudo ser.  

 

La psicóloga estadounidense Susan Forward escribió un libro llamado 'Padres que odian' que describe algunos de sus comportamientos. 

 

Se trata de emociones bastante comunes de desagrado, que no se identifican con cierto  odio por la connotación tan negativa de esta emoción hacia un hijo, pero esto llevará a pleitos sin explicación o incluso a sabotear inconscientemente a este hijo.  “Creo que los padres también odian a sus hijos.

 

Lo que pasa es que no es lícito decirlo”, afirma la colombiana Pilar Quintana, autora de la novela La Perra, en la que trata con crudeza las frustraciones de la maternidad.

 

En algunos casos, los más extremos, ese odio hacia los hijos puede llegar al asesinato, algo que técnicamente se llama filicidio. 

 

Según un estudio de la revista Forensic Science International, cada año hay al menos 500 casos en los Estados Unidos. Casi el 72% de los niños que fueron asesinados por sus propios padres tenían 6 años o menos. Otro dato: el 41,7%% de los asesinos fueron mujeres, mientras en el 58,3% de los casos fueron hombres. Pero quizás lo que llama la atención es que apenas el 10% de las víctimas fueron asesinadas por sus padrastros o madrastras, por lo que el 90% de las víctimas fueron hijos e hijas biológicos de los asesinos. 

 

Por eso lo recomendable es un buen terapeuta que no tome partido sino que sea bien objetivo y pueda hacer entender estas emociones negativas o sea identificarlas para ir pasando luego a su mitigación.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.   

 

sábado, 4 de abril de 2020

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL HUMOR Y LA CAPACIDAD DE RESILIENCIA


Al mal tiempo, buena cara.

La crisis que ha provocado la pandemia del Coronavirus, en la mayoría de los casos acompañado de una cuarentena fastidiosa, se puede afrontar de varias maneras, pero la mejor es hacerla con humor.

La risa nos ayuda siempre en momentos de tensión, ya que libera endorfinas y cambia el esquema negativo de las situaciones que afrontamos, llevando dosis de esperanza, relajación y catarsis. Además, como si fuera poco, la risa disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

El humor tiene efectos terapéuticos comprobados.

Incluso en las consultas de Salud Mental, el terapeuta debe ser jovial y esperanzador, aunque no iluso ante las situaciones.

Con los niños, el juego saca en la acción los temores que pueden sentir. Por eso se recomienda utilizar los juguetes para recrear lo que ocurre y sacar adelante el espíritu de lucha y esperanza. Eso vale incluso para los ancianos: la esperanza está allí, solo falta que la saquemos.

Ahora que está de moda la palabra resiliencia, esa capacidad que tienen algunos seres humanos para adaptarse positivamente a las situaciones adversas, vale aclarar algo: entre las principales características de las personas resilientes está su sentido del humor.

Si alguien puede reírse de sí mismo y hacer bromas sobre la adversidad, sin dudas tendrá más facilidad para afrontar los problemas que alguien sin sentido del humor.

La clave es ver la realidad sin perder el buen humor, sin pretender usarlo como recurso para evadir la situación. Al contrario, nos ayuda a entenderla. Hay que ver el lado optimista de las cosas a través del humor, pero humor del bueno: ni grosero ni negro. Hasta nuestros errores, que todos cometemos, pueden verse desde el lado positivo y reírnos de ellos.

Sigmund Freud atribuyó a las carcajadas el poder de liberar al organismo de energía negativa. Por lo tanto, atrévase a contar chistes y a ser jovial en estas situaciones, a pesar de todo. Incluso compartir memes, si estos no salen de tono, puede ayudar a arrancar una sonrisa, y eso tiene un valor inmenso en estos tiempos duros.  

Baile, cante, juegue con sus hijos, con las mascotas, lea, vea comedias, siga en redes sociales cuentas divertidas… Todo sirve. Póngase al frente al espejo y trate de reír a carcajadas hasta que estas salgan de verdad. A una crisis, entre otras cosas, se la enfrenta con la mejor disposición.

El envejecer o las crisis  no deben ser motivo de perder el humor. Muévase, ría y piense que mañana hará un día mejor. La risa es contagiosa, y también mucho más benévola que cualquier virus.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
Consultas on line

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

sábado, 23 de noviembre de 2019

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: HIJOS SATURNO


Por Dra. Margarita Mendoza Burgos


El Museo del Prado, uno de los más visitados de Madrid, tiene varias joyas artísticas. Una de ellas, sin duda, es el cuadro de Goya titulado “Saturno devorando a su hijo”.

En ese impactante óleo, un clásico del expresionismo, puede verse al dios Saturno comerse vivo a su hijo en un acto de canibalismo atroz.

Por estos días, el término Saturno vuelve a estar de moda, aunque esta vez es a la inversa: se utiliza para describir a los hijos que matan a los padres.

Se les llama Hijos Saturno  -en referencia a ese cuadro- y son básicamente aquellos que no velan por sus padres de forma adecuada.

Más bien son los que desean obtener todo lo económico posible de ellos, pero sin importarles el estado de salud ni el deterioro de los mismos. Por lo general terminan asesinando a sus padres para poseer sus bienes.

La forma de matar va desde un asesinato directo, muchas veces con un arma, hasta acabar con la vida de un padre a través del abandono total en el caso de una persona incapaz de cuidarse a sí misma. Bastará con no alimentarlo apropiadamente, aislarlo o inmovilizarlo para conducirlo lentamente a la muerte.  

Solo un hijo con pocos valores y mucha ambición podría ser capaz de eso. Pero los hay, y a montones, como se podrá comprobar en la vida real. Se trata de hijos que no soportan la espera de una herencia o, peor aún, de no tenerla nunca. Ni siquiera existe un interés afectivo a los padres.

Generalmente hay rasgos de sociopatía o psicopatía en ello, es decir que no tienen empatía por nadie, ni siquiera por sus progenitores. Aquí también pueden influir vicios como drogas, sexualidad promiscua y problemas de juego.

Unos de los casos más emblemáticos, sobre todo en los años Noventa, ocurrió en Estados Unidos y tuvo como protagonistas a los hermanos Lyle y Erik Menéndez, quienes mataron a sus padres para cobrar la herencia. José Menéndez, una de las víctimas, era un millonario productor de cine que vivía con ellos en una mansión de Beverly Hills. La historia se hizo película y el caso fue muy comentado.

Podríamos pensar que este fenómeno es relativamente nuevo y atribuírselo a que vivimos en un mundo cada vez más materialista. Sin embargo, siempre han existido seres así a lo largo de la historia, gente desapegada, insensible e inescrupulosa. Capaz de hacer lo que sea por una herencia o por hacer desaparecer “mágicamente” un obstáculo doméstico con un acto criminal.

En muchos casos, el problema empieza con las mismísimas víctimas: los padres. Estos a veces no son capaces de aceptar que sus retoños no van por el buen camino y sobre todo fueron muy permisivos a la hora de educarlos. Daban todo lo que los hijos querían sin enseñar lo que cuesta obtener las cosas. Eso, sumado a un proceso psicológico anormal, puede engendrar un Hijo Saturno.

Si bien no es algo nuevo, sí se está dando con más frecuencia. Esto llevó a que la Universidad de Valencia analizara una muestra de 33 casos de hijos que habían matado a su padre o madre desde el año 2000 hasta el 2017.

Conclusión: “el perfil del parricida según los datos obtenidos es el de un hombre con una edad media de 27 años. Sus conductas pueden verse agravadas por la ingesta o consumo de sustancias a causa de sus efectos, pero no constituyen un factor determinante. El joven suele proceder de una familia estructurada y convive con la víctima. Suele cometer el crimen en el domicilio familiar empleando un arma blanca”.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.