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sábado, 8 de octubre de 2016

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: DESASTRES NATURALES

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Me encuentro en Florida, donde un poderoso huracán está azotando desde hace bastantes horas, y lo seguirá hacienda por bastantes horas más, la costa Este del estado. El ojo del huracán pasa en estos momentos muy cerca de la zona donde me encuentro. Puesto que no puedo hacer otra cosa, es un buen momento para escribir; para reflexionar y escribir. Veo por la ventana impresionantes cortinas de lluvia, y tremendas ráfagas de viento meneando árboles. Nunca había vivido tan de cerca un huracán de esta fuerza, aunque sí he vivido otras catástrofes naturales en El Salvador.

Mañana, cuando todo esto haya pasado, podrán verse de cerca multitud de árboles caídos, áreas inundadas, cientos de miles de hogares sin energía, e innumerables daños en casas y edificios. Daños todos ellos materiales, casi siempre reparables, que serán reparados en poco tiempo. Lo que probablemente a penas habrá, si es que hay, será pérdida de vidas humanas, siempre irreparables. E inevitablemente me pregunto cuál sería el resultado si este mismo azote natural pasase en El Salvador. Mi memoria me lleva a las dos catástrofes naturales que viví en El Salvador en los últimos veinte años: el huracán Mitch de 1998, y los terremotos de 2001. Y me lleva también a los daños materiales, y sobre todo humanos que causaron.

Es obvio que cada azote natural es particular y diferente a los demás, y no tan fácilmente son comparables, pero es obvio también que los azotes naturales de gran magnitud provocan la pérdida de muchísimas vidas en ciertas partes del mundo, y de pocas vidas en otras partes del mundo. He aprendido también que en los países donde provocan menor perdida de vidas, en algún momento de la historia era diferente, pero de algún modo han sabido superar la desgracia y aprender, trabajar y organizarse para que la desgracia del pasado no se repita en el futuro. Sin embargo, en otras zonas del mundo las desgracia del pasado se repite en el presente, y, triste es decirlo, se repetirá en el futuro.

Siempre oigo a los gobernantes de estos países, El Salvador entre ellos, decir que no hay recursos para afrontar la crisis con prontitud, ni, mucho menos, para prevenirla. He oído a expertos en economía explicar que la tal falta de recursos viene motivada, en gran medida, por la enorme deuda externa que tienen nuestros países con los del primer mundo, que les mantiene atados de manos. Y no pretendo discutir la validez de tal teoría, pero es que me recuerda mucho a la situación de la vendedora de un puesto callejero cualquiera en el centro de San Salvador, por ejemplo, que compra su mercadería con algo de dinero prestado de los prestamistas que hacen de ello su negocio cobrando elevadísimos intereses, de modo que la vendedora no puede más que pagarlos, “subsistir”, y volver a pedir prestado para seguir “subsistiendo”.

Y es que si se investiga un poquito más en la administración del dinero de muchas de estas personas puede verse que, pese a los altos intereses, el dinero que ganan da, normalmente, para algo más que para subsistir, pero usan ese dinero en cosas absolutamente prescindibles en vez de reinvertirlo en mercadería para no tener que pagar intereses, o , simplemente, en educación, y poder crecer doblemente de esta manera. Lo mismo pasa con el dinero que se recibe de remesas o de cualquier otra fuente. Pedir dinero prestado está bien si es con la intención de crecer, pero de alguna manera nos hemos acomodado a pedir prestado no para crecer, sino simplemente para subsistir; se ha convertido en una forma de vida que no nos permite mejorar ni afrontar emergencias, y que no nos lleva a ninguna parte. Ni para atrás ni para adelante.
De la misma manera funcionamos como sociedad y como estado. Si se toma en cuenta lo inútil e infructuoso de muchísimo del gasto público, por no mencionar otros vicios característicos como la corrupción y saqueo de arcas públicas, y se añade a ello, y como consecuencia, el mínimo o nulo interés en pagar impuestos por parte de los demás, comprenderemos por qué nunca tenemos recursos para afrontar o prevenir emergencias o desastres. Y si además consideramos nuestra maña cultural de fiar todo a la voluntad de Dios, o de confiar todo al falso optimismo de que “todo va a salir bien”, comprenderemos también que esto no va a cambiar tampoco en el futuro. No tenemos derecho a hablar de desastres naturales. Son simplemente azotes naturales. Somos los humanos quienes evitamos el desastre, o los convertimos en desastre. Se trata, en definitiva, de desastres humanos.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

domingo, 1 de junio de 2014

Presidente guatemalteco otro mandatario más que no se quiere ir

Agencias Noticiosas 

Respeto a reglas democráticas por parte de gobernantes es uno de los grandes temas pendientes en países en vías de desarrollo”

 

Pérez Molina abre debate sobre ampliar mandato presidencial

 

El presidente de Guatemala ha levantado polvo con la idea de discutir quedarse dos años más en el cargo cuando la Constitución indica cuatro

GUATEMALA. La posibilidad de ampliar el mandato presidencial o que se permita la reelección en Guatemala ha levantado el debate, al plantearlo el actual jefe de Estado, Otto Pérez Molina, quien aclara que no tiene la intención de seguir un día más en el poder después del 14 de enero del 2016.
Pérez Molina ha hecho la invitación "seria" y "responsable" a los diferentes sectores, para que se analice la posibilidad de ampliar de 4 a 6 años el mandato del jefe de Estado o incluso la reelección.
Pérez Molina, sin embargo, descarta encabezar la polémica o presentar una iniciativa ante el Congreso, debido a que la oposición pensará que quiere perpetuarse en el poder, lo cual no tiene contemplado, según ha defendido esta semana.
"Es una invitación seria a la discusión la que estamos haciendo", repitió, durante esta semana, el gobernante a periodistas durante sus giras de trabajo por el interior del país.
En opinión del mandatario, los sectores organizados y del Estado son los que se deben involucrar en la discusión para ampliar el mandato o para hablar de la eventual reelección.
El periodo presidencial y de los diputados al Congreso de Guatemala se redujo de cinco a cuatro años en 1994, tras una consulta popular impulsada por el entonces jefe de Estado, Ramiro de Léon Carpio.
La iniciativa de debatir sobre la necesidad de ampliar el periodo de gobierno, ya ha provocado el rechazo de la cúpula empresarial y expresidentes, por estar prohibido en la Constitución.
El Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif) asegura en un comunicado, que la intención de la ampliación del mandato o de la eventual reelección viola la Constitución de 1985.
"El sector empresarial organizado, en observancia de lo que la Constitución Política de la República, claramente prescribe en su artículo 187, manifiesta que se debe acatar y respetar el periodo constitucional para el cual fueron electos los funcionarios públicos", señala el breve texto.
Sostiene que cualquier intento de prolongar ese período "es violatorio de la Constitución y es constitutivo de delito".
El expresidente, Vinicio Cerezo, quien estuvo cinco años en el poder entre 1986-1991, considera que fue un error haber reducido el mandato.
Cerezo fue el primer mandatario, de la nueva era democrática de este país centroamericano, luego de varios gobiernos militares que se sucedieron en el poder mediante golpes de Estado y fraudes electorales.
"Siempre es sano conversar y dialogar sobre temas de tanto interés en el país. Efectivamente, considero que fue un error reducir el mandato Presidencial", señala Cerezo, actual presidente de la Fundación Esquipulas, que se dedica a analizar temas de integración centroamericana.
El expresidente, subraya que la reelección debería ser una opción, aunque aclara que de cualquier modo el pueblo siempre decide.
"Creo que la Constitución necesita una revisión a fondo, para analizar los aspectos estructurales, más allá de los temas relacionados con la Presidencia de la República", dice.
Durante un programa radial del pasado lunes, Cerezo advirtió que abrir una discusión como la que plantea el actual mandatario guatemalteco, puede generar una crisis de tipo jurídico.
En su opinión, el planteamiento se hace en un momento "muy complicado" por las próximas elecciones de 2015, lo cual crearía una "crisis electoral".
También, dijo, "se podría crear una crisis de tipo jurídico, porque la Constitución señala que hablar de la prolongación de un periodo presidencial es delito y cualquier persona podría iniciar un procedimiento penal".
Cerezo, manifestó que un Estado democrático "no necesita prolongar los periodos presidenciales porque no es un banco", aunque consideró que se tienen que hacer reformas constitucionales pero pensando en el bien común.
"Entiendo al presidente Pérez Molina, porque tiene ciertos niveles de popularidad, pero lo que tiene que hacer es tratar de ganar las próximas elecciones con su candidato para darle continuidad a sus políticas", aseveró.
Por su parte, el expresidente Álvaro Colom (2008-2012), calificó de "inoportuno" el planteamiento, debido a la prohibición constitucional.
Colom, actual diputado al Parlamento Centroamericano, señaló que el sistema legal de Guatemala permite la continuidad porque no existe una prohibición para que el partido de gobierno participe en las elecciones.
Sin embargo, hasta ahora, ninguno ha podido romper con ese paradigma en el vecino país