lunes, 5 de octubre de 2009

China: nostalgia comunista exenta de ideología. Adiós Mao


Tomado de Long Island al Día con el permiso del editor.

El simbolismo fue evidente. El presidente Hu Jintao atravesó la plaza de Tiananmen en una imponente limosina Red Flag de seis metros de largo, fabricada en China, ataviado con un traje gris estilo Mao, y pasó revista a las tropas militares bajo la mirada atenta del ‘gran timonel’, cuyo inmenso retrato fue retocado para la ocasión. Miles de soldados, misiles y tanques desfilaron por la avenida Chang An mientras aviones de última tecnología surcaban el aire. China, el gran poder emergente, se mostró al mundo como una nación poderosa, segura de sí misma y orgullosa de su progreso.

Al izar la bandera roja, el silencio, más que el regocijo esperado de una celebración, inundaba la plaza. El gobierno había prohibido a los ciudadanos salir de sus casas. Hu, frente a 30.000 espectadores escogidos de antemano, exaltó la continuidad que ha permitido una nueva etapa de desarrollo. Habló en el mismo sitio donde hace 60 años Mao Zedong proclamó el nacimiento de la República Popular de China. Pero a pesar del culto al fundador, que todavía se mantiene, y de todos los guiños a su figura en el desfile del jueves, para nadie pasó inadvertido que su recuerdo no es más que nostalgia exenta de ideología.

En efecto, como dijo Alan Liu, profesor emérito de ciencia política de la Universidad de California, Santa Bárbara, “Por un lado, el Partido Comunista se mantiene en el poder y manifiesta su fidelidad al marxismo-leninismo, pero por el otro, que el partido siga vivo hoy se debe precisamente a la deserción de los principios marxistas”.

Han pasado 60 años, pero los cambios operados en el país hacen que parezca un siglo. Mao y el ejército rojo llegaron al poder el primero de octubre de 1949 tras derrotar al gobierno nacionalista de Chiang Kai Chek, quien, exiliado con su aparato estatal en Taiwán, reclamó hasta su muerte la legitimidad del poder chino. Mao, empeñado en convertir su país al comunismo agrario, lanzó el programa llamado Gran Salto Hacia adelante, que buscaba industrializar el país y colectivizar la propiedad del campo, pero llevó a que más de 28 millones de personas murieran de hambre. Y a mediados de los años 60, ya anciano, permitió la revolución cultural que, con el pretexto de evitar cualquier vestigio de aburguesamiento, acabó con la personalidad y liquidó a los mejores intelectuales de la época. Pero a pesar de esos hitos, Mao consiguió poner de nuevo de pie su país. Para Bing Wong, director del Centro Asiático de la Universidad de California, “China se recuperó de más de un siglo de gobiernos fracasados, guerra civil e invasión extranjera. El gobierno central reafirmó el control y ordenó a la sociedad”.

Pero fue sólo en 1978, después de la muerte de Mao, cuando empezó la etapa actual de la revolución bajo el pragmatismo de Deng Ziaoping, una de las víctimas de la revolución cultural. Deng afirmaba “no importa si el gato es negro o blanco, siempre que cace ratones”. Sin cambiar el régimen de partido único, China se abrió a la economía de mercado. La ideología comunista pasó a segundo plano, pero seguía siendo exaltada. Aunque el partido mantiene un férreo control central, el capitalismo permea la sólida estructura económica del país. Nada puede ser más lejano de la herencia radical de Mao.

China es una gran paradoja. El gigante asiático es al mismo tiempo una potencia y un país en desarrollo. Tras dos décadas de crecer a más del 8 por ciento anual, es la tercera economía más importante del mundo, después de Estados Unidos y Japón, y una de las primeras en salir de la crisis global. Los indicadores de analfabetismo y la expectativa de vida han mejorado y más de 21 millones de estudiantes tienen acceso a educación superior. Pero al dividir su producto interno bruto entre la enorme población de más 1.300 millones de personas, China queda rezagada entre las potencias. Unos 200 millones de habitantes todavía viven en la pobreza.

Aunque los últimos años han estado marcados por su llamado “ascenso pacífico”, que tuvo su vitrina en los Olímpicos de Beijing 2008, el gigante asiático tiene muchos problemas por resolver. Su récord en derechos humanos sigue siendo malo. La masacre de Tiananmen en 1989, cuando el gobierno reprimió con violencia las protestas de los estudiantes, dejó claro que no tolera la disidencia. A pesar de que los Juegos Olímpicos trajeron algún grado de apertura y mayor libertad de prensa, los controles siguen siendo rígidos. “Aunque en el desfile del jueves presentaron a China como una nación segura de sí misma, lo que sobresalió fue la inseguridad del partido. ¿Por qué tanto despliegue policial?”, dijo desde Beijing el profesor de ciencia política de la Universidad de Columbia Xiabo Lu, quien asistió a las celebraciones.

El gobierno proclama que la nación unitaria y multiétnica es una “sociedad armónica”, pero en la práctica predomina la mayoritaria etnia Han, a la que pertenecen más de 1.000 millones de chinos. El tema de las minorías sigue siendo problemático, como recordaron los disturbios en la provincia de Xinjiang con la minoría Uigur este año y los desmanes del año pasado en el Tíbet. Esto se debe a que los uigures y los tibetanos son las dos etnias que menos se acomodan en el proyecto de la República Popular, y las extensas regiones fronterizas donde habitan son los únicos lugares donde los Han todavía son minoría. Sin embargo, la migración promovida por el gobierno apunta a cambiar esa realidad demográfica, algo que han rechazado muchas organizaciones de derechos humanos.

Otro de los diversos retos que atormentan a China, según el profesor Xiabo, es la presión de modernizarse y cumplir, al mismo tiempo, con estándares internacionales de desarrollo sostenible. Tiene que proveer las necesidades básicas de la población más numerosa del mundo, posicionarse como potencia global y, al mismo tiempo, entender que la energía no es infinita y que el medio ambiente está en peligro. El auge económico ha producido un desastre ambiental gigantesco. La polución del aire es crítica, pues el carbón sigue siendo la principal fuente de energía y las enfermedades respiratorias son un problema de salud pública. China es responsable del 20 por ciento de los gases de efecto invernadero y, según un estudio del Banco Mundial, de las 20 ciudades más contaminadas del planeta, 16 están en China.

Pero tal vez el reto más grande para los dirigentes del partido es definir el papel que China desempeñará en el nivel global. ¿Será una potencia guerrera, como algunos temen, o un colaborador pacifista que ayudará a mantener el orden mundial? Eso está por verse, pero si algo ha dejado claro la República Popular, es que sus dirigentes son conscientes de que la supervivencia de China siempre ha dependido de un gobierno central más fuerte que las fuerzas separatistas que han plagado su milenaria historia.



domingo, 4 de octubre de 2009

Izquierda salvadoreña se fragmenta. Diferencias Funes-FMLN se agudizan y cada vez son más públicas

Después de una obligada ausencia de un mes en el ciberespacio volvemos a la carga. Siempre fieles a nuestros principios e ideales, compartiendo nuestra opinión debidamente argumentada, privilegiando el raciocinio sobre expresiones viscerales.


Comparto con ustedes un artículo publicado el pasado Martes 22 de Septiembre por ARGENPRESS, donde el articulista recoge el desencanto, la decepción y los sentimientos encontrados del ala más radical de la izquierda salvadoreña ante la forma de gobernar del Presidente Funes .
En la primera parte de la entrega el articulista reafirma su identidad política de izquierda atacando de una forma tradicional al partido ARENA tal como es de esperarse de alguien de su ideología, para continuar seguidamente haciendo un duro y profundo ataque a la línea política del primer presidente izquierdista de El Salvador.


Saque usted sus propias conclusiones.



Máscaras: esquizofrenia y parálisis del FMLN
Por Ventura Jiménez (especial para ARGENPRESS.info)

Por lo que cuentan las crónicas más antiguas, el uso de máscaras se remonta a los primeros albores de la humanidad. Melanesios, mayas, egipcios, griegos… Culturas tan diversas elevaron su uso a categorías ceremoniales, religiosas y hasta lúdicas, y –como ya advirtió el poeta Neruda- hicieron de ello un arte. De sus distintos usos, no obstante, se desprenden dos funciones comunes a todas las culturas y todos los periodos. Por un lado, representar.
Por otro lado, ocultar. Es decir, la máscara es ese objeto humano -ese primer fetiche- que inaugura, en la historia, la diferenciación entre lo aparente y lo real; entre lo que es y lo que parece ser. Entonces, ¿qué oculta una máscara? ¿Quién hay detrás de ella? Primero fue el chamán. Poco después, el actor. Luego, se sumaron luchadores, penitentes, forajidos. Hoy, en El Salvador, su forma ha mutado, y se ha extendido a la política. Ya no cubre ningún rostro con madera o piel. Ahora son máscaras de carne y hueso, máscaras discursivas. O siglas, o banderas. Ahora se despliegan en otro teatro. Eso sí, las máscaras contemporáneas conservan intactas sus funciones primigenias: representan y –sobre todo- ocultan.

Las derechas de este país aprendieron rápido las virtudes de su uso. Tras protagonizar un siglo XX cargado de genocidios y masacres, no dudaron en hacerse con una bella máscara democrática. Ya no era necesario comandar escuadrones de la muerte. ¿Para qué? Ahora podían seguir aferrados a sus privilegios de clase ocultándose tras un Estado de Derecho avalado internacionalmente. Bien es cierto –se me reprochará- que tuvieron que sentarse y firmar unos acuerdos de paz. Pero bastó con escamotear gran parte de los compromisos firmados para continuar con el saqueo. En verdad, ése fue el primer cosmético que adornó su careta. Luego vendrían muchos más. A tal punto llegaron, que hoy reaparece en la escena el corifeo mayor de esa derecha, Alfredo Cristiani, desempolvando sus viejos eslóganes: Presidente de la Paz, faro y guía de la libertad, garante de la gobernabilidad democrática. Al fin y al cabo, ¿qué otra cosa es, si no, la “oposición constructiva” que ha prometido? ¿Acaso va a devolver lo que se llevó? ¿Acaso va a entregar sus latifundios al pueblo? Que nadie se escandalice; es sólo una máscara.

En los últimos años, sin embargo, ocurrió un hecho insólito. Hubo una fractura real dentro de la oligarquía nacional. Los príncipes comenzaron a airear sus diferencias, y surgieron facciones. Los ganadores auparon a uno de los suyos, Tony Saca, y bien se mantuvieron impunes tras su oronda sombra. En contraposición, los perdedores tuvieron que renunciar a su parte del botín. Al menos, momentáneamente.

Coincidiendo con aquel periodo, el periodista Mauricio Funes iba ganando enteros como comunicador independiente, “moderado” e insobornable en sus críticas al Gobierno. En 2005, además, fue expulsado de una cadena televisiva controlada por capitales extranjeros, añadiendo así el carácter de víctima del sistema a una imagen ya de por sí inmaculada. Tras este episodio, el producto Funes estaba ya listo para saltar a la arena política. Faltaba sólo una plataforma que lo catapultara.

Poco después, fallecía Schafik Handal. El viejo y entrañable Comandante Simón desapareció de forma inesperada, dejando cierta sensación de orfandad en muchas de las personas que habían combatido bajo las siglas del FMLN. Tras unos meses de desconcierto, el partido atisbó una salida, y decidió lanzarse de lleno a bailar el baile de máscaras. ¿Por qué no? Al fin y al cabo, esa estrategia había proporcionado grandes réditos al enemigo. Sabedores de que su techo electoral les impedía alcanzar, por sí solos, la Presidencia de la República, los dirigentes farabundistas optaron por buscar aquel capital simbólico, aquella imagen, que les permitiera trascender este techo. Y la encontraron. Veintiún meses después de la muerte de Schafik, Mauricio Funes era proclamado, oficialmente, el candidato a la Presidencia por el FMLN. Y resulta que la estrategia funcionó. Pese a que la derecha volvió a basar toda su campaña electoral en agitar el miedo contra el comunismo, no logró asustar a todas esas masas “despartidizadas” que le habían proporcionado las mayorías de antaño. Funes ganó, y el partido de gobierno cayó tras veinte años en el poder. Al fin, el cambio estaba en marcha. O eso parecía.

Algo no terminaba de cuadrar en todo esto. Para empezar, la izquierda entraba a jugar en cancha ajena. A fin de cuentas, este baile era más propio de la derecha. De hecho, ya antes de las elecciones, habían aparecido esos príncipes derrotados en la pugna desatada en las filas de la oligarquía hacía años. Los Salume, Cáceres, Mungía Payés… Estos “amigos”, educados en los mejores salones de baile de la política y la economía, habían entendido rápidamente la jugada y, previendo las posibilidades de triunfo del candidato Funes, se habían apresurado a adular su figura. Aparecía, así, un primer problema: dos rostros para una sola máscara. Al principio, esto no pareció inquietar mucho a nadie. Es más, tanta ambigüedad resultó favorable a la estrategia electoral. Bajo el lema “cambio seguro”, Mauricio aparecía, indistintamente, enfatizando uno u otro término. A los unos se les daba el nombre (cambio), mientras que a los otros se les concedía el adjetivo (seguro). En realidad, para aquellos que quisieron entender, el mensaje se traducía por algo así como “vamos a transformar las cosas. Pero, ¡ey, tranquilos! Tampoco tanto”. Contentos unos y otros, juntos acudieron a votar un día de marzo.

Llegó entonces la hora de gobernar. Y la primera señal apuntó al gabinete económico. Conspicuos tecnócratas tomaron las riendas de las finanzas públicas, y poco tardaron en acudir a esos mismos organismos internacionales que habían apadrinado la larga noche neoliberal. La oligarquía podía ahora respirar tranquila. No se iba a hacer nada sin el permiso de la ortodoxia más conservadora. Nada de poner en duda la dolarización, o el TLC, o las privatizaciones de bienes públicos. Nada de intervenir –siquiera moderadamente- en los mercados. En definitiva, nada de cambios. Luego llegó el golpe militar en el vecino país de Honduras. Tras unas semanas de desconcierto, de dimes y diretes, de condenar sin actuar, el nuevo gobierno salvadoreño optó por apuntarse al llamado Plan Arias. Ese plan que concedía el mismo grado de interlocución a los usurpadores y a los legítimos representantes de la soberanía hondureña. El mismo que avalaba la ruptura del orden constitucional, al reconocer que el mando de las fuerzas armadas ya no correspondía al presidente derrocado. Sólo la torpeza prepotente de los golpistas les impidió aplaudir ese plan, y con ello, se evitó el bochorno aún mayor que hubiera supuesto su implementación para la comunidad internacional, y para el Gobierno Funes en particular. Posteriormente, reapareció en la agenda política el controvertido asunto de la presa de El Chaparral. La lucha contra esta construcción faraónica (y las que están aún por venir) se había convertido en una de las banderas de lucha de los movimientos sociales y, con ellos, del propio FMLN. Símbolo del despotismo arenero, estandarte del desprecio a los moradores de los territorios afectados y al medio ambiente, éste era el ejemplo perfecto de todas esas prácticas a las que había que poner un contundente freno. El Gobierno, sin embargo, volvió a decepcionar. Pero esta vez, con un agravante: rompió, expresamente, una de las promesas electorales. Avergonzados hasta de sí mismos, los nuevos gobernantes apelaron al posibilismo más pueril para justificar lo injustificable, y se embarcaron en una estrategia de distracción, prometiendo diálogo. Eso sí, antes de sentarse a dialogar, lo dejaron todo bien claro: “la presa se va a construir”. Qué prometedora manera de comenzar un diálogo.

Mientras el nuevo Gobierno tomaba estos derroteros, muchos se preguntaban por el partido que ganó las elecciones. O, mejor dicho, por sus dirigentes. ¿No iban a ser ellos los garantes de un verdadero cambio progresista? Al fin y al cabo, ¿no era Funes su máscara? A tan sólo cien días de la toma de posesión, parece que la máscara cobró vida propia, o que –más bien- ahora sólo sirve a esos príncipes que pujaron por su uso. Es más, se podría decir que, enredado en el maldito juego de lo que es y de lo que parece ser, el FMLN ha terminado por aparecer como el cazador cazado, como el patético bufón de una pantomima. Ahora es el Frente la máscara de Funes. La máscara de la máscara… que cubre los rostro de siempre. De otro modo, no se explican las contradicciones –cuando no el clamoroso silencio- de sus ideólogos. Éstos ya no saben si participan en un gobierno de unidad nacional, o de un gobierno de izquierdas. Ya no saben si mandan, o son mandados. Desconocen, en fin, para qué –o para quién- hacen lo que hacen, o dejan de hacer. Porque pareciera que se mueven por pura inercia de poder, que no existen órganos de dirección que propongan planes, ni estrategias. Ni salidas. Ni argumentos. Nada. En definitiva, pareciera que ya no saben quiénes son, o que lo saben, pero no lo quieren reconocer. Es decir, que sufren de una galopante esquizofrenia, y que –a resultas de ello- están políticamente paralizados. Ante este panorama, muchos de los dirigentes buscan desesperadamente una coartada que les aleje del manicomio. Algunos han llegado a manifestar, en círculos privados, que “esto es sólo un gobierno de transición. Luego vendrá el socialismo”. Como si no fueran conscientes de que nadie, en la historia, ha salido jamás indemne tras plegarse a la realpolitik. Una vez que pisas los terrenos de la complacencia, pasas tú mismo a ser un cómplice; no hay vuelta atrás. Has pasado a ser vehículo de la reacción; no hay forma de llamar a la revolución. Ya nadie te cree. Ni siquiera tú mismo.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Que quede asentado en acta: No estamos muertos... andamos de parranda

Debido a motivos ajenos a nuestra voluntad estaremos fuera de actividad regular por un par de semanas más.

En estos tiempos de dudas y rumores, reafirmamos nuestro compromiso con las libertades, con la cultura y sobre todo con Dios, con nuestra patria y con nosotros mismos. Fieles a nuestros principios e ideales.


Mientras tanto, deseamos a ustedes que este sol radiante ilumine cada día de sus vidas.

Para atrás, ni para agarrar impulso
Viva El Salvador!!!!!




martes, 18 de agosto de 2009

Vanessa Hudgens, el nuevo fenómeno cibernético en El Salvador

Por Luis Montes Brito

Tratar de mantenerse actualizado en los diferentes aspectos que mueven el mundo actual es difícil y competitivo, vaya que si!.

Diariamente emergen nuevos elementos cibernéticos tales como: servidores, programas, equipos, dispositivos y miles de cosas más. En fin es una tarea sumamente ardua la que requiere estar actualizado para saber que está pasando en el mundo a la velocidad que este camina.

Para aquellos que no llegan a sumar 3 décadas de existencia, éste es su ambiente natural y son la media donde se concentra la optimización de los equipos electrónicos. Si usted quiere saber lo último en tecnología de información pregúntele a un joven universitario o a un recién graduado, con toda seguridad el tendrá la información adecuada.

Este día Google presenta su buscador de tendencias, herramienta que sirve para rastrear los hábitos de búsquedas de los cibernautas por zonas geográficas, semanas, meses o años. Al introducirme a esta importante herramienta me encuentro con los datos siguientes:

En El Salvador se nos revelan los siguientes hábitos de búsqueda:

En los últimos doce meses: La Prensa Gráfica y el Diario de hoy, son las páginas web salvadoreñas más visitadas, así como Facebook, Hotmail y yahoo en una posición más alejada son los sitios que más han frecuentado los salvadoreños.

En los pasados 90 días cual cree que fueron los datos obtenidos?

Acertó, primer lugar de búsquedas la muerte del “Rey del pop” Michael Jackson, luego CNN, el site de la UES desplaza en el lugar de consulta a los periódicos salvadoreños, lo cual es un buen parámetro porque pareciera reflejar que como es lógico los estudiantes cada vez se valen más de la internet para todo lo relacionado con su mundo académico, posteriormente aparece Facebook, Hotmail, yahoo, youtube, Cinemark, parece que aquellos días domingo cuando los adolescentes "buscaban" el diario para informarse de las programaciones de las salas de cine va quedando en el olvido, los hábitos de consulta de los salvadoreños, incluso para divertirse, están cambiando, al final de la lista en el número 10 aparece Tigo.

Los hábitos de búsqueda de mis compatriotas en los últimos 30 días me ponen en contacto con un nombre, hasta hoy desconocido por este "entrecano" servidor, el de una nueva estrella: Vanessa Hudgens, en realidad parece un angelito caído del cielo y me entero que ha sido estrella de filmes propios de jóvenes y adolescentes, como “High School Musical” y “Bandslam” entre otros, seguidamente, aparece otra institución educativa, el Instituto Ricaldone, de nuevo aparece también la UES, después SERTRACEN, otra artista Lady Gaga y por supuesto justin TV, valiosísimo web site, del que nos valemos los salvadoreños en el exterior para evidenciar nuestro amor al azul y blanco viendo “los mascones de la selecta”.

La herramienta ofrecida por Googles es importantísima para los tomadores de decisiones sobre todo aquellas cuyo éxito depende de que el mensaje llegue por el medio adecuado a su receptor.

Disfrute del talento musical de Vanessa Hudgens



lunes, 17 de agosto de 2009

Miseria del Modelo socialista Cubano desnudado en video aficionado

Tomado de Generación Y de Yoani Sánchez

"Generación Y es un Blog inspirado en gente como yo, con nombres que comienzan o contienen una "i griega". Nacidos en la Cuba de los años 70s y los 80s, marcados por las escuelas al campo, los muñequitos rusos, las salidas ilegales y la frustración. Así que invito especialmente a Yanisleidi, Yoandri, Yusimí, Yuniesky y otros que arrastran sus "i griegas" a que me lean y me escriban." Yoani Sánchez.-

Antihéroe
"JAMA" Lenguaje coloquial cubano para referirse a los ALIMENTOS



Pudo haberse quedado en un alcohólico tirado en una esquina dormitando la embriaguez –como hay tantos en esta ciudad- pero él quiso también pronunciarse. Saltó frente a una cámara y clamó por comida, que viene a ser la obsesión nacional junto a las ansias de cambios. Su espontaneidad y el énfasis que le dio al pedido de “jama”, convirtieron al breve video de Juan Carlos –alias Pánfilo- en un “superhit” en las redes alternativas de información. No recuerdo otro material visual que haya hecho metástasis tan rápido en nuestra sociedad, a no ser el vídeo de Eliécer Ávila Versus Ricardo Alarcón.


Pánfilo comprendería –pocos días después de difundirse sus imágenes- que al manifestarse se había delatado. Sus palabras eran como un círculo rojo alrededor de su cabeza, un anuncio lumínico a la entrada de su casa o un dedo señalando sobre su vida. La lupa del poder, esa que pende sobre todos nosotros, reparó en él y comenzó a hurgar en sus debilidades. Salió a flote que no tenía trabajo, había sido procesado por robo, probablemente compraba ron destilado en el mercado negro y otras tantas tropelías que cometemos los cubanos -cada día- para sobrevivir o escapar. Bastó que fuera sincero frente al micrófono y se quitara la máscara, para sentir el bisturí de la represión hurgando en su existencia.

En una sociedad marcada por la penalización contra el que expresa sus opiniones, ya ni los locos ni los niños dicen lo que piensan, apenas los borrachos. De ahí que no me sorprendió la noticia de que le buscaran a Pánfilo una figura delictiva por la que juzgarlo y apareció la acusación de “peligrosidad predelictiva”, por la que le exigen dos años de prisión. El proceso judicial debe haberle devuelto la sobriedad más rápido que un cubo de agua fría y que un café extremadamente fuerte. Aunque todavía tiene la posibilidad de apelar esa decisión ante un tribunal, es poco probable que salga sin castigo, pues no se trata de un escarmiento dirigido sólo a él. Si no lo condenan, quién va a impedir que los alcohólicos de esquina, los borrachines de barrio, se paren frente a una cámara y comiencen a gritar por todo aquello que nos falta: ¡Jama!, ¡Futuro!, ¡Libertad!


Comentario de la redacción de este blog.
Es simple y sencillamente INDIGNANTE, NO HAY EXCUSAS para que después de 50 años de implementada la dictadura cubana, ésta ofrezca este paraíso a su pueblo, modelo el cual nos quieren exportar y que no se merece ningún pueblo en el mundo.
Da tristeza ver funcionarios públicos salvadoreños nombrados o de elección popular (todos pagados con impuestos de los salvadoreños) portar orgullosamente gorras y distintivos con la bandera cubana, rindiendo culto a ese oprobioso régimen socialista, cuando Cuba solo nos recuerda los campos de concentración nazis.
Esta es la nación que es considerada modelo de patria para el FMLN, siendo calificada por el gobierno actual como prioridad en el establecimiento de Relaciones Diplomáticas.
Que Dios nos agarre confesados!!!
PS:
Informaciones de cables internacionales informan que como solución a la demanda de alimentos realizada en el video del artículo, el regimen cubano decidió meter preso al ciudadano demandante acusándole de contrarevolucionario.

viernes, 14 de agosto de 2009

La poesía del viernes, Adios Fantasía Mía, de Walt Whitman


Por Luis Montes Brito



Walt Whitman

Poeta norteamericano nacido en Long Island, N.Y. en 1819. Desde niño leyó con avidez los clásicos, interesándose muy especialmente en Goethe, Hegel y Emerson, quienes se convirtieron luego en su fuente de inspiración. Abandonó los estudios básicos para emplearse como ayudante de imprenta y más tarde ofició como maestro y periodista, escribiendo artículos para diversas revistas y periódicos.

En 1850 se trasladó a New Orleans para trabajar en el campo de la construcción. Cinco años más tarde, tras un gran esfuerzo económico, publicó su famosa obra "Hojas de hierba", alabada en todos los medios literarios y reeditada un sin número de veces.

Durante la Guerra Civil norteamericana sirvió como ayudante de enfermería. Al terminar el conflicto continuó añadiendo poemas para las nuevas ediciones de su obra y escribiendo ensayos de contenido político. Aquejado por varias enfermedades, se estableció en New Jersey donde falleció en marzo de 1892.

Disfrute la Poesía, escuchando la preciosa interpretación de Billy Joel, otro gran artista de Long Island, aunque nació en el Bronx, NY, desde niño vivió en Long Island en la ciudad de Hicksville. La canción es Just the way you are, la cual dedico a mi esposa Jeannette, con todo mi amor como lo hice hace 32 años.




Adiós, fantasía mía!
Walt Whitman
(Versión de Agustí Bartra )

¡Adiós, Fantasía mía!
¡Adiós, querida compañera, amor mío!
Me voy, no sé adónde
ni hacia qué azares, ni sé si te volveré a ver jamás.
¡Adiós, pues, Fantasía mía!

Déjame mirar atrás por última vez.
Siento en mí el leve y menguante tic tac del reloj.
Muerte, noche, y pronto se detendrá el latir de mi corazón.
Durante mucho tiempo hemos vivido, gozado, y acariciado juntos, en deliquio.

Ahora hemos de separarnos. ¡Adiós, Fantasía mía!
Pero no nos apresuremos.
Largo tiempo, ciertamente, hemos vivido, dormido, nos hemos
mezclado el uno con el otro.

Si morimos, pues, moriremos juntos (sí, continuaremos
siendo uno),
si vamos a algún sitio, iremos juntos a afrontar lo que ocurra:
quizás seremos más libres y alegres, y aprenderemos algo,
quizás me estés ya guiando hacia las verdaderas canciones,
(¿quién lo sabe?),
quizás eres tú el mortal pomo de la puerta que deshace, gira...
Finalmente, pues, te digo:

ADIÓS! ¡SALUD, FANTASÍA MÍA!

jueves, 13 de agosto de 2009

La alta popularidad de Funes según la encuesta de CID-Gallup

Por Luis Montes Brito
  • La encuesta le da un alto índice de popularidad al presidente Funes por hacer nada o casi nada.
Con cierto grado de asombro he leído el poco claro informe de la encuesta realizada por CID-Gallup, durante la última semana de julio y dada conocer recientemente, la cual fue hecha por instrucciones y con financiamiento de Casa Presidencial y donde casualmente el presidente refleja una popularidad del 86% ,o sea 35 puntos más que el 51.3% con que fue electo.

Habría que empezar diciendo que es normal que un nuevo presidente refleje altos índices de popularidad durante la luna de miel de los primeros 100 días en el poder. Pero donde los datos del informe empiezan a inquietarnos, es cuando no concuerdan sus resultados con la realidad que está atravesando El Salvador. Veamos:

“Solo un nueve por ciento de los entrevistados dijo tener una opinión desfavorable del mandatario”.

Sin embargo, las manifestaciones de grupos radicales no han cesado, la incertidumbre laboral está en apogeo, ha aumentado el desempleo, la canasta básica ha aumentado de precio, la delincuencia se ha salido de control en algunos puntos, ha habido nepotismo en diferentes nombramientos, la base del FMLN no está satisfecha con lo hasta hoy actuado, incluso en aquellas actividades que la popularidad fuerte de un presidente sería determinante para lograr consensos, la del presidente Funes no se ha sentido, cito por ejemplo los nombramientos de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia los cuales han sido extemporáneos y todavía a esta fecha no se vislumbra la selección del nuevo Fiscal General, donde repito la fuerte popularidad de un presidente sería determinante.

“El principal logro que los salvadoreños reconocen hasta ahora al mandatario es quitar las cuotas voluntarias (12%) y dar bonos a los pobres (9%).” Mientras que inmediatamente después la encuesta afirma que “Un 44% no reconoce ningún logro. Un 89% no reconoce ningún fracaso para el mandatario hasta ahora”.

Tratemos de interpretar desde nuestra óptica la mezcla de estos resultados. Primero nos dice que los logros solo son reconocidos en el mejor de los casos por el 12% de los salvadoreños, por cierto hay que recordar que los principales temas de interés para los salvadoreños reflejados en las diferentes encuestas son la delincuencia y el desempleo, temas que se han agravado desde la asunción del poder de Funes.

En otro dato relacionado al anterior, la encuesta nos dice que un poco menos del total de salvadoreños que votaron en contra de Funes, no reconoce ningún logro (44%) pero desconcertantemente la popularidad del presidente se dispara a un 86% basada únicamente en “promesas de cambio”????

También la encuesta refleja como base de la alta popularidad mostrada que hasta ahora el 89% no reconoce ningún fracaso, ¿será este un sólido argumento para que se eleve la popularidad?

En síntesis, la encuesta le da un alto índice de popularidad al presidente Funes por hacer nada o casi nada.

Aún con las dudas razonables planteadas anteriormente, Yo sí creo que algo de cierto habrá en la popularidad que reclama la encuesta, aunque pienso que los números de esta han sido obviamente maquillados y manejados bajo el interés del patrocinador de la misma.

Cabe señalar que irónicamente hasta hoy el más grande colaborador del índice de popularidad de este gobierno, cualquiera que sea el dato real, es ARENA, ya que en estos 70 días de gobierno los únicos que han protestado de forma articulada y sistemática en contra del ejecutivo, son las organizaciones afines al FMLN, hay que reconocer muy a pesar nuestro que la cúpula tricolor se ha vuelto “complaciente” y que en lo externo al partido se han enfocado en negociar el nombramiento del Fiscal General y en lo interno todavía mantiene un alto nivel de discusión sobre hasta dónde, cómo y con qué velocidad deben replantearse como partido de oposición, favoreciendo con esta actividad o inactividad, al gobierno de Funes que hasta hoy se desliza libre y a su antojo sin más oposición que la de los grupos de izquierda.