Dentro de las cinco facciones del FMLN, la tendencia inmediatista envalentonada e ilusionada por la reciente caída del gobierno de Somoza en Nicaragua y la asunción al poder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en Julio de 1979, tomaron fuerza dentro del FMLN, impulsando la aventura de lanzarse a una guerra frontal, bajo el supuesto que el pueblo se iba a unir a la insurrección armada y con el argumento de que la ofensiva “tenía que” ser lanzada para tomar el poder a través de la vía armada, antes de la toma de posesión del nuevo presidente de Estados Unidos, el Republicano Ronald Reagan que ocurriría el 20 de enero de ese mismo año y quien venía a sustituir al ex presidente James Carter (Demócrata), a quien se achaca la entrega de Nicaragua al marxismo internacional.
Con la llegada de los Sandinistas al poder, la Unión Soviética a través de Cuba logró establecer una “cabeza de playa” en el territorio continental americano, lo cual facilitaba el apoyo logístico, político y militar a los movimientos guerrilleros centroamericanos con el objetivo original de desestabilizar la zona y alcanzar el poder a través de la vía armada.
La entonces reciente conformación del FMLN como un organismo de dirección unificada de las 5 fuerzas guerrilleras, se dio el 10 de octubre de 1980, en la Habana, Cuba como ya se señaló anteriormente, donde Castro les hizo ver a las 5 comandancias que la condición para incrementar el apoyo era la unificación de esfuerzos y objetivos de las 5 diferentes facciones quienes mantenían serias diferencias en métodos, objetivos y tiempos para desarrollar su lucha. Las 5 facciones eran: las Fuerzas de Liberación Popular (FPL), el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), el Partido Comunista Salvadoreño, representado por las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL), la Resistencia Nacional (RN) y el Partido Revolucionario de los Trabajadores del Campo (PRTC) quien fue el último en integrarse .
El 20 de diciembre de 1980, desde Managua, Nicaragua, ciudad de domicilio de la Comandancia General del FMLN a pocos días de lanzar la ofensiva Guillermo Manuel Ungo, presidente del FDR brazo político diplomático del FMLN, declaró que pronto se daría a conocer la conformación del gobierno que tomaría el poder tras la ofensiva que se avecinaba, y diferentes comandantes guerrilleros aseguraron que la ofensiva culminaría con la toma del poder antes de la juramentación de Ronald Reagan.
El 10 de enero de 1981, el FMLN y el FDR dieron a conocer un escueto comunicado por todo el mundo: "A las 5 de la tarde de hoy se inició la ofensiva general. El enemigo está perdido; lo tenemos rodeado; la justicia popular ha llegado." La verdad de lo que sucedió es que ni fue ofensiva final, ni tampoco solamente una ofensiva, se trató de hacer una ofensiva militar con una insurrección popular con un claro fracaso en ambas.
Hubo algunos golpes mediáticamente importantes de parte de la guerrilla siendo el más significativo la toma momentánea de la Segunda Brigada de Infantería situada en el departamento de Santa Ana, la cual fue producto de la traición de algunos oficiales, liderados por el entones capitán Francisco Mena Sandoval, quien se insubordinó con la compañía bajo su mando, logrando el control temporal del cuartel, del cual fueron expulsados por los refuerzos militares, huyendo del mismo y siendo alcanzados a la altura del cantón cutumay camones donde fue aniquilada casi en su totalidad la fuerza desertora. Mena Sandoval logró huir y se incorporó posteriormente al ERP.
También hubo ataques a varias de las guarniciones militares más importantes del país, como el Destacamento Militar Número 4 en San Francisco Gotera, en Morazán, y la Tercera Brigada en San Miguel, el Destacamento Militar de Ingenieros en Zacatecoluca y varias guarniciones militares y policiales en San Salvador.
En todos estos ataques las fuerzas del FMLN sufrieron duros reveses que lo llevaron posteriormente a nutridas e intensas reuniones de análisis y revisión de métodos de lucha que lo llevaron a modificar su estrategia diplomática, político y sobre todo militar optando por una de baja intensidad, adentrándose en las montañas y zonas agrestes de El Salvador y a dar golpes sorpresivos y rápidos.
Por su parte al ejército salvadoreño la ofensiva le sirvió para reconocer que su entrenamiento y conformación era para librar una guerra convencional la cual fueron cambiando con el decidido apoyo de la administración Reagan, fundando posteriormente, entre otros, los batallones de Reacción Inmediata (BIRI), así como para adquirir nuevo armamento para su desempeño táctico.
Para El Salvador la “ofensiva final” del 10 de enero de 1981 significó el marcar una fecha de inicio de lo que hoy conocemos como el último conflicto armado de nuestro país, que duró 12 años y produjo más de 75,000 muertos, más de 1 millón de emigrantes, así como miles de millones de dólares en destrucción y pérdidas materiales, así como la degradación de los principios y valores en algunos segmentos de su población. A esta fecha El Salvador todavía lucha por superar el atraso sufrido por la guerra fratricida.