domingo, 13 de mayo de 2018

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: La deshumanización, síntoma del Siglo XXI


Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Hace algunos días leía una entrevista en el periódico español El País al neurólogo portugués Antonio Damasio. En ella, el profesor de la Universidad del Sur de California abordaba un tema fascinante: los sentimientos. Lamentablemente para muchos -sostiene el catedrático-, la inteligencia es más importante que el sentimiento, especialmente para aquellos que no vienen  de las humanidades o las artes y sí de las ciencias y la tecnología.

Coincido con esa visión. Definitivamente, somos menos sensibles que antes. La proliferación de los medios de  comunicación con sus imágenes descarnadas ha hecho que se una el morbo natural en el ser humano con la costumbre de ver cada día imágenes y sucesos más desgarradores con la lejanía de nuestra realidad. “Eso le pasa a otros, no a mí....” Nos impacta, pero nos  vamos acostumbrando, pues el bombardeo de noticias e imágenes hace que la mente se vaya acostumbrando y así perdemos nuestra capacidad de sentirlo. Algo parecido pasa con la violencia: nos vamos acomodando a sus manifestaciones, aunque por otro lado parece  que hay más énfasis por erradicarla.

Y así, de a poco nos estamos convirtiendo en autómatas, seres que van “a lo suyo” y "pasan de largo todo lo  demás".  Son comunes imágenes de gente pasando al lado de seres humanos sufriendo, muriéndose o siendo atacados, y lo hacen con una total indiferencia. Somos como autómatas, ya sea por prisa, por no meternos en problemas, por desinterés o simplemente por distracción…Cualquier sea de las cuatro razones, es preocupante. Vamos en nuestro mundito, nuestra zona de confort,  como los caballos con ojeras. Solo vemos hacia dónde vamos.

En la entrevista, Antonio Damasio también habla de los primeros organismos. Y ahí también coincido, ya que los  primeros organismos hacían vida comunitaria y de autoayuda. Eran parte de ciclos integrados de trabajos dirigidos al mantenimiento de las especies. Eso aún lo vemos en la simbiosis de algunas plantas, en la vida de las abejas y las hormigas. Los seres humanos,  cuanto más difícil es la vida y los recursos o por la falla educativa de la sociedad, se viven poniendo zancadillas para que el otro no avance, aunque esto signifique perder algo ellos. (ver Los Cangrejos, en esta misma página de blogs).

Por eso insisto que los sentimientos están devaluados. Cada vez estoy más convencida que las computadoras nos  reemplazarán en un futuro no muy lejano. De hecho, las máquinas ya hacen muchos trabajos mecánicos y repetitivos, pero empiezan a crear seres computarizados con sentimientos también. Pero los sentimientos no están devaluados sólo por la tecnología sino por  la respuesta humana a las mismas. 
Cada día es más común hablar de la deshumanización de la sociedad, incluso hay personas que llegan a decir que  los mal llamados animales son más humanos que nosotros, las personas. Y esto no es solo porque las máquinas no pueden reemplazar sino porque por encima de los sentimientos está el valor del dinero como bien máximo y la avaricia de no conformarse con tener  algo: siempre queremos algo mejor, o más moderno, o más joven, o más sofisticado o más caro. En síntesis, la deshumanización es el síntoma del Siglo XXI. 

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

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