Por Dra. Margarita Mendoza Burgos
Enfrentar la realidad de que una hija adolescente está siendo maltratada por su novio es uno de los desafíos más difíciles para cualquier padre. Sin embargo, la forma en que se maneje esta situación puede marcar una diferencia crucial en el bienestar emocional y físico de la joven.
Aunque la primera reacción de un padre podría ser confrontar al agresor, e incluso llegar a la violencia, esta acción es altamente desaconsejable. Tal respuesta podría fortalecer el vínculo entre la joven y su pareja, haciendo que ella lo perciba como una víctima y se aferre más a él.
Especialistas en salud mental y relaciones familiares coinciden en que el primer paso es crear un entorno seguro y libre de juicios donde la adolescente se sienta apoyada y escuchada. Es fundamental evitar culparla o cuestionar sus decisiones. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 3 de cada 10 adolescentes denuncian que sufren violencia en el noviazgo.
El abuso en el noviazgo puede manifestarse de varias maneras, desde insultos y manipulación hasta violencia física. Aunque muchas adolescentes pueden minimizar o justificar este comportamiento, es vital que los padres estén atentos a señales como cambios en el estado de ánimo, aislamiento social, miedo al confrontar a su pareja o lesiones físicas inexplicables.
Hablar con una hija en esta situación requiere paciencia y empatía. En lugar de criticar a la pareja abusiva directamente, los expertos recomiendan centrar la conversación en lo que ella siente y necesita.
Esto se debe a diversas razones: pueden estar cegadas por el enamoramiento, haber crecido en un hogar donde presenciaron dinámicas similares, estar influenciadas por una cultura machista, buscar escapar de un ambiente familiar conflictivo, o sufrir de baja autoestima, entre otros factores.
Un enfoque efectivo es explicarle qué constituye una relación saludable: respeto, confianza, comunicación abierta y apoyo mutuo. Esto la ayuda a identificar por sí misma las dinámicas tóxicas.
Además de escucharla, es esencial ofrecerle recursos concretos. Las líneas de ayuda, los grupos de apoyo y los terapeutas especializados pueden ser aliados clave. En casos de peligro inmediato, como amenazas o violencia física, los padres deben actuar rápidamente para garantizar su seguridad. Esto puede incluir limitar el contacto con el abusador e incluso acudir a las autoridades, pero solo en casos extremos. Si no, es mejor tener paciencia, pues como ya se ha dicho, ella puede colocarlo en el papel de víctima.
Salir de una relación abusiva no es fácil, y el apoyo continuo será necesario. Los profesionales recomiendan que los padres animen a su hija a participar en actividades que refuercen su autoestima y fomenten relaciones positivas.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
www.dramendozaburgos.com
Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.
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