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domingo, 26 de enero de 2025

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: MI HIJA ADOLESCENTE ES MALTRATADA POR SU NOVIO

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos


Enfrentar la realidad de que una hija adolescente está siendo maltratada por su novio es uno de los desafíos más difíciles para cualquier padre. Sin embargo, la forma en que se maneje esta situación puede marcar una diferencia crucial en el bienestar emocional y físico de la joven.
Aunque la primera reacción de un padre podría ser confrontar al agresor, e incluso llegar a la violencia, esta acción es altamente desaconsejable. Tal respuesta podría fortalecer el vínculo entre la joven y su pareja, haciendo que ella lo perciba como una víctima y se aferre más a él.

Especialistas en salud mental y relaciones familiares coinciden en que el primer paso es crear un entorno seguro y libre de juicios donde la adolescente se sienta apoyada y escuchada. Es fundamental evitar culparla o cuestionar sus decisiones. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 3 de cada 10 adolescentes denuncian que sufren violencia en el noviazgo.

El abuso en el noviazgo puede manifestarse de varias maneras, desde insultos y manipulación hasta violencia física. Aunque muchas adolescentes pueden minimizar o justificar este comportamiento, es vital que los padres estén atentos a señales como cambios en el estado de ánimo, aislamiento social, miedo al confrontar a su pareja o lesiones físicas inexplicables.

Hablar con una hija en esta situación requiere paciencia y empatía. En lugar de criticar a la pareja abusiva directamente, los expertos recomiendan centrar la conversación en lo que ella siente y necesita. 

Esto se debe a diversas razones: pueden estar cegadas por el enamoramiento, haber crecido en un hogar donde presenciaron dinámicas similares, estar influenciadas por una cultura machista, buscar escapar de un ambiente familiar conflictivo, o sufrir de baja autoestima, entre otros factores. 

Un enfoque efectivo es explicarle qué constituye una relación saludable: respeto, confianza, comunicación abierta y apoyo mutuo. Esto la ayuda a identificar por sí misma las dinámicas tóxicas.

Además de escucharla, es esencial ofrecerle recursos concretos. Las líneas de ayuda, los grupos de apoyo y los terapeutas especializados pueden ser aliados clave. En casos de peligro inmediato, como amenazas o violencia física, los padres deben actuar rápidamente para garantizar su seguridad. Esto puede incluir limitar el contacto con el abusador e incluso acudir a las autoridades, pero solo en casos extremos. Si no, es mejor tener paciencia, pues como ya se ha dicho, ella puede colocarlo en el papel de víctima.

Salir de una relación abusiva no es fácil, y el apoyo continuo será necesario. Los profesionales recomiendan que los padres animen a su hija a participar en actividades que refuercen su autoestima y fomenten relaciones positivas.


Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

domingo, 12 de septiembre de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR. PANDEMIA : SU EFECTO EN LOS JOVENES

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

A la hora de reflejar en cifras la pandemia del Covid-19 se tienen en cuenta estadísticas como número de contagiados, de víctimas mortales, de recuperados y de personas vacunadas. Sin embargo hay otros datos quizás igual de importantes que quedan en un segundo o tercer plano.

Uno de ellos, sin duda, es el impacto psicológico que ha generado en la población, pero especialmente en los jóvenes. Si bien no aparece en los informes diarios de las cifras, hurgando un poco en sitios especializados es evidente que eso se ha traducido en cuadros de depresión que en muchos casos llegan hasta la autolesión o incluso el intento de suicidio.

  

Recordemos que la adolescencia es un periodo de tensión para todo joven, ya que se están produciendo cambios a nivel físico y anímico.

 

El adolescente es rebelde por naturaleza y no como simple postura, sino que es parte de cómo va cuestionando lo impuesto en su etapa anterior con sus propias valoraciones y adopción de conductas que en su mayoría formarán parte de su personalidad adulta. 

 

Por otro lado existe cierta nostalgia por dejar esa niñez que probablemente en la mayoría de los casos ha sido adecuada y placentera. En medio de esa etapa llena de conflictos irrumpe la pandemia para profundizar esa “crisis”.  

 

Primero se dio el confinamiento: un cambio muy drástico que les afectó sin encontrarse mínimamente prevenidos para el mismo. Por otro lado, meses después, el regreso a clases en forma parcial o segmentada, tampoco ayudó. Al contrario, eso fomentó aún más la exclusión. Pues seguro que al tratarse de grupos más pequeños, tenían que elegir aún más a quiénes añadían o excluían dentro de un ya limitado entorno, y con pocas probabilidades de prueba y error. 

 

Quizás por eso, una vez interiorizados en la problemática, nos impacta cómo se han incrementado los intentos de suicidio en los adolescentes durante la pandemia. Hay otro dato más llamativo: mientras que entre los hombres el incremento fue de apenas el 3.7%, en el caso de las mujeres subió al 51%. Cuatro de cada cinco adolescentes que llegaban a una unidad de emergencia con sospecha de intento de suicidio eran del sexo femenino.  

 

El COVID 19, sobre todo en tiempos de cuarentena, modificó los hábitos de muchos jóvenes y limitó su movilidad. 

 

Como consecuencia del encierro, los adolescentes se refugiaron en las redes sociales, las cuales utilizaron más que nunca, desde TikTok a Snapchat o Instagram. Y eso tiene un efecto negativo, particularmente entre las mujeres, quienes tienden a compararse con amigas -e incluso con desconocidas- de su misma edad. En ellas tienden a ver una “envidiable vida fabulosa” que nada tiene que ver con su “miserable” presente.  

 

El efecto puede ser peor si la pandemia incluyó la pérdida de trabajo de algunos de los integrantes de la familia o, todavía más grave, si alguno murió por esta enfermedad. 

 

Pues a la soledad, ansiedad y la frustración que ya provoca la adolescencia, se aunó la pandemia y  sus restricciones, con lo cual no han podido realizar un debido duelo lo que por supuesto que también afecta. En el mejor de los casos han podido externar ese pesar con mucho dolor y llanto, pero con el retraimiento de los jóvenes ante los adultos en esta etapa y si tienen pocas actividades con sus iguales con quienes podrían hacer más catarsis, ese desahogo será más difícil.

 

Al final, puede que en la mayoría de los casos terminen creando un duelo no resuelto. Esto podrá influir en las patologías esperadas a esa edad o, aún peor, en dificultades emocionales durante toda su vida adulta.


Es cierto que siempre ha habido un número alto conductas de autolesionarse en esta edad por lo explicado anteriormente, pero la pandemia ha impactado de manera abismal en nuestra forma de vida y de la cual, al ser global, no hay manera de escapar. Por lo tanto, lo mejor es saber cómo tratarlo.  

 

Idealmente esta depresión de los adolescentes debe tratarse con terapia de profesionales y en la mayoría de los casos complementado con algún tipo de medicación, que bien elegida y aplicada puede llevar a una resolución de los casos en forma pronta y satisfactoria. Desgraciadamente la mayoría de los médicos suelen usar dosis de fármacos poco adecuadas y casi siempre en exceso. 

 

El adolescente aún no es adulto y no debe tratarse farmacológicamente de igual manera, es decir hay que aplicar dosis más bajas que sólo deben aumentar en caso que no logremos el resultado esperado.

 

Con mi práctica clínica puedo asegurar que suelen funcionar mejor con dosis bajas de fármacos además en la medida de lo posible, debemos evitar la polifarmacia. 

 

Si tiene dudas sobre si su hijo es víctima de la depresión, siempre hay manera de saberlo, por más que intenten ocultarlo: cambios bruscos de conductas, aislamiento, no alegrarse con cosas que antes les producían placer, aumento o pérdida de peso, problemas de sueño, conductas regresivas , ansiedad excesiva , autolesionarse, hablar de que la vida no vale la pena, regalar sus posesiones son síntomas bastante llamativos que no hay que dejar pasar.  Solo es cuestión de detectar cualquier anormalidad y actuar a tiempo.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

martes, 31 de agosto de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR. TRANSICIONES FAMILIARES: LA ADOLESCENCIA

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

No hay momento más difícil para los padres que el tiempo en que ven que sus hijos empiezan a independizarse. Obviamente, esto no significa dejar el hogar familiar -esa es otra etapa que llegará después- sino el comienzo de la complicada transición entre la niñez y la adolescencia.    

Como padres, por lo general nos resistimos a ese momento.

 

Es que nuestra vida se centra en el éxito de ellos y la mayoría de las veces no lo realizamos   hasta que ya inician el paso de la etapa prepuberal a la adolescencia, y ya entonces es un poco tarde para tratar de establecer límites consensuados y cierta madurez en la toma de decisiones. 

 

De los 10 años en adelante, los niños ya no escuchan solamente a los padres, si no que también siguen el ejemplo y la guía de sus iguales. 

 

Empiezan a ser más rebeldes y razonan menos, porque actúan más de acuerdo al grupo que les rodea. 

 

Se trata de una etapa de cambio permanente, cambios físicos, de humor, de gustos, de amistades.

 

Por eso es importante que desde que son pequeños los padres deben tratar que las decisiones sean consensuadas, aunque al final terminen por ser ellos, los padres; los que tendrán la última palabra.

 

Hay que tratar de hacerlos razonar y dejarles elegir frente a unas cuantas propuestas de nuestra parte. En la medida que se dialoga y comparte con ellos, es más fácil conocerlos.

 

Lo cual ocurre en esos momentos de la vida en común:  juegos,  comidas, al hacer las tareas, cuando se les lleva al colegio. Que son oportunidades para dialogar, exponer nuestros puntos de vista y conocer los de ellos, valorar  sus debilidades y flaquezas , su control de la frustración   de manera de poder tomar decisiones consensuadas que sabemos podrán ser llevadas a cabo y no metas imposibles. 

 

Sobrellevar esa transición es todo un reto, especialmente porque es la edad donde muchos hijos empiezan a cuestionar el modelo paterno. Cuando no se hace la transición de la forma explicada, los padres entran en pánico y reaccionan muchas veces con poco criterio y excesiva rigidez, algo que tampoco es bueno. 

 

Intenten no invadir su espacio y respetar su intimidad, ya que es bastante normal que quieran alejarse un poco.

 

La fórmula es el diálogo, pero con niños más rebeldes y a veces con otros problemas aparejados tanto en el nivel escolar como social, puede ser requerida la intervención de una persona neutral. En ese caso, debería ser alguien fuera del núcleo familiar.

 

Es clave apoyarse en profesionales bien experimentados y, en su defecto, en alguna figura de autoridad, aunque  no recomiendo que sea un representante religioso sino más bien una persona laica con valores.

 

En síntesis, alguien respetado tanto por los padres como por los hijos.  

 

En realidad, debemos confesar que nos cuesta mucho admitir los cambios -físicos, de gustos y de actitudes- en nuestros hijos. No estamos preparados a la idea que ellos son seres que pasarán por nuestras vidas, pero no son posesión nuestra: serán del mundo y harán su propio camino.  

 

En ese sentido, cuanto más se hayan criado en independencia y libertad -no confundir con libertinaje- , se sientan bien aceptados por los padres de acuerdo a los valores familiares compartidos, más cercanos serán que si  tratan de mantenerlos unidos solo en base a rigidez, disciplina y muchas veces dinero.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 3 de julio de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: FORJANDO AUTOESTIMA EN ADOLESCENTES

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Si manejar la autoestima de los adolescentes siempre fue un tema complicado, ese vaivén de emociones se ha potenciado con la llegada de las redes sociales.

Un determinado número de “likes” en Instagram puede hacerla trepar hasta picos insospechados o provocar bajones abruptos como si se tratase de fluctuantes acciones en la Bolsa de Valores. 

 

No es para menos. La adolescencia no es otra cosa que la transición entre la niñez y la vida adulta. 

 

Obviamente este proceso de cambio es muy difícil de sobrellevar, sobre todo porque a esa edad todavía son influenciados en mayor medida por los comentarios de sus pares, no son autónomos en su concepto de ellos mismos.

 

Precisamente a esa edad es cuando los adolescentes están en una etapa fundamental de la creación de la personalidad. Una situación de baja autoestima podría anclarlos en este proceso. Otro escenario es que su personalidad base no los impulse a crear una más sólida y resistente ante cualquier avatar de su vida. 

 

Ante esto, la mejor manera de elevar la autoestima es hacerles ver lo bueno y positivo de forma adecuada por parte de los padres. Sin gritos ni incriminaciones, sino dejando atrás lo negativo. No juzgándolos, sino analizando situaciones y aciertos o fallos en la forma de sobrellevar los problemas y aun las circunstancias positivas de su vida. 

 

Maltratarlos, hacerles sentir culpables de las cosas que les ocurren, no ayudándoles a pensar aunque nos pidan ayuda o comentando delante de otros que son insoportables, no hará más que dañarles su dignidad. 

 

Ser víctima de bullying, sin un apoyo familiar o profesional, puede lesionar aún más  su  confianza, especialmente si nadie de alrededor les hace visualizar lo valioso que tienen. En síntesis, sin minimizarlo, pero tampoco sobreprotegerlo.

 

Una persona con baja autoestima -y mucho más con la inmadurez de un adolescente- es capaz de lo peor, incluso del suicidio.

 

Con una personalidad aún no integrada ni segura  al sentirse rechazados, podrían tomar la decisión de quitarse la vida como medida más extrema. Sin embargo, también tienden a autolesionarse o a recurrir a ciertos “refugios” como el alcohol, las drogas, los juegos de azar  e incluso el sexo lascivo y dañino con una o muchas parejas. 

 

Además, la baja autoestima es un factor de riesgo para la aparición de problemas psicológicos y sociales como los trastornos de alimentación como la bulimia y la anorexia debido a la preocupación exagerada por la imagen corporal. Por eso, ante crisis de bajo autoestima, además de toda la ayuda familiar probablemente el adolescente necesite psicoterapia con un profesional.

 

Aquellos con autoestima alta tampoco están exentos de problemas, pero son menores. A menos que se trate de adolescentes cuya confianza y seguridad en sí mismos ha sido creada y fomentada por falsos halagos de sus padres. En ese caso es igual de mala y peligrosa que una baja autoestima, incluso hasta más dolorosa… Sobre todo en el momento en que se dan cuenta que sus padres les han engañado y ellos mismos no han sido capaces de darse cuenta de lo que realmente valen. Recordemos que es más fácil construir sobre bases reales que sobre falsas.

 

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.   

domingo, 20 de septiembre de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: MATERNIDAD DESESTRUCTURADA


Pese a todo lo comentado en anteriores blogs, la razón principal por la que no son muchas las familias que llegan a constituirse formal, estructurada y funcionalmente sigue siendo la misma que ha sido tradicionalmente, y es la precocidad y la irracionalidad con que sucede la maternidad. Es demasiado común que este inicio suceda en la adolescencia, cuando, normalmente, no hay ninguna preparación para construir una familia, ni siquiera para ejercer la maternidad con seriedad y responsabilidad.

Es demasiado común también que dicha maternidad se ejerza en soledad o con ayuda de algún familiar, pero sin la presencia ni la ayuda de un padre responsable. Y es demasiado común también que esta situación no sea una circunstancia accidental, sino que se repita una segunda vez, una tercera… con hombres diferentes, de modo que cuando la mujer llega a los veintitantos años, y debería ir alcanzando la madurez suficiente para iniciar una familia estructurada, en realidad lleva ya consigo una familia, a veces incluso numerosa, que ha ido creciendo sin la más mínima planificación ni estructura.

Aún así, frecuentemente la mujer conserva la ilusión y la esperanza de encontrar un hombre que “la honre”, pero en esas condiciones, el que aparezca un hombre dispuesto a hacerse cargo de la situación, a dar estructura y hacer que funcione la familia, es una posibilidad bastante lejana. Y lo peor es que la mujer, en su ilusión y deseo de que eso suceda, creerá ver a ese príncipe azul en cualquier hombre que se acerque a ella. La consecuencia probable de ello es que sufrirá un nuevo desengaño, y una nueva maternidad… y de nuevo sola.

En definitiva, lo que en el fondo desearían y sería conveniente para el desarrollo de los hijos, termina convirtiéndose poco menos que en un imposible porque en principio se toman decisiones equivocadas, y posteriormente se siguen tomando decisiones equivocadas creyendo, o queriendo creer que se toma una decisión correcta. ¿Y por qué se toman tantas decisiones equivocadas y pareciera que nunca se aprende? Este es un tema bastante complejo de analizar. Las primeras decisiones equivocadas, en la adolescencia, suelen suceder como consecuencia de falta de educación, particularmente educación de la sexualidad, unida frecuentemente a la circunstancia de que a esa edad ya ha abandonado la escuela, o bien no ven futuro ni estímulo en la escuela ni en nada en particular, perdiendo el sentido a la vida demasiado temprano, y viendo la maternidad como una salida para llenar ese vacío.

¿Y cuál es la causa de esa falta de educación y de estímulo vital? Normalmente es la ausencia de padres, o padres que son capaces de ejercer como tales. Ellos, porque muchas veces no existen o no están; otras veces porque están, pero su labor es nefasta, o, lo que es peor, son abusadores de sus hijas o hijastras. Las madres porque no están capacitadas para ejercer una adecuada labor educadora, o porque, aunque están ahí, a penas pueden pasar tiempo con sus hijas por tener que pasar demasiado tiempo ausentes para poder mantenerlas, porque, a su vez, ellas probablemente también fueron protagonistas de la misma historia quince o veinte años antes. Como vemos, se trata de condiciones auto repetitivas en sí mismas, generación tras generación.

       Después que haber tomado las primeras decisiones equivocadas, las demás decisiones equivocadas que siguen tomando muchas mujeres en esa dinámica de maternidad repetitiva desestructurada tienen en alguna medida también las mismas causas de falta de otro aliciente vital, y, en gran medida, lo ya comentado anteriormente, son consecuencia de la ilusión o la esperanza de encontrar al hombre que se haga cargo de la situación, y que termina en desengaño.
Otras veces también la mujer pretende, mediante ello, asegurarse una pensión alimenticia. A fin de cuentas, la cultura machista enseña a los hombres a ser cazadores, y las mujeres saben bien cuál es el cebo. Todo ello hace que la nueva generación crezca falta de apoyo, de estímulo y de oportunidades educativas y de todo tipo, con lo que el patrón tenderá a repetirse en la siguiente generación. Por eso es que nuestros países siempre parecen estar estancados, ni para atrás ni para adelante; inmersos en el mundo occidental, mirando de cerca a los países del primer mundo, pero permanentemente anclados en el tercero.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.


Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 31 de enero de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: PREPARANDOSE PARA LA ADOLESCENCIA



       

Muchos padres tienen serios problemas con sus hijos al llegar éstos a la edad de la adolescencia. Desde el punto de vista opuesto, los propios adolescentes dirían que son ellos los que tienen problemas con sus padres. De una u otra forma, tiende a producirse un distanciamiento basado en la falta de entendimiento mutuo y deterioro de la comunicación. No les falta razón a los padres al quejarse de la dificultad de entendimiento con sus hijos adolescentes, pero tampoco les falta razón a éstos cuando se quejan de que sus padres no saben entenderles, porque... ¿Realmente estamos los padres preparados para entender esta etapa, tan complicada como inevitable?.

       Siempre pretendemos que sean ellos los que cambien; para hacer más sencilla nuestra labor, supongo. Pero ellos difícilmente van a cambiar, precisamente porque son adolescentes. ¿Por qué será que nos resulta tan difícil entenderlo, si nosotros mismos también pasamos esa etapa hace algún tiempo?. Podemos verlo desde el punto de vista práctico. En primer lugar, los adultos somos nosotros; no ellos. Los padres somos nosotros; no ellos. Entonces nos corresponde a nosotros crear soluciones. Segundo, nosotros somos adultos y fuimos adolescentes, y podemos entender ambos puntos de vista. Ellos solo son adolescentes; aún no han sido adultos, y difícilmente pueden ponerse en nuestros zapatos. Tercero, si permitimos el distanciamiento, los grandes perjudicados serán ellos, pero ellos no son nuestros enemigos; son nuestros hijos, y por tanto, nosotros somos igualmente perjudicados.

       Muchos padres reconocen que es cierto que ellos también fueron adolescentes, y ahora, como adultos, comprenden los riesgos a los que estuvieron expuestos y que entonces quizás no eran capaces de reconocer, y no quieren que sus hijos corran los mismos riesgos. De acuerdo, muy lógico. Pero el problema es la forma en que frecuentemente manejamos la situación, casi reprimiéndoles su adolescencia. ¿No sería más sencillo dejarles ser adolescentes y educarles sobre los riesgos existentes y sobre la naturaleza del proceso biológico y psicológico de la adolescencia? Se sorprenderían de cómo es capaz de comportarse un adolescente educado en estos aspectos.

       Sí, pero ¿Cómo hacerlo? Bueno, este es el primer paso, aceptar que, por lo general, no estamos bien preparados para ser padres, y menos aún, padres de adolescentes. No es para sentirse culpable, porque nunca tuvimos oportunidad de aprender, y además, quizás asumíamos que el talento para ser buenos padres es instintivo, o que los hijos se educan solos, quizás porque así nos tocó a nosotros mismos. Luego nos damos cuenta de que los hijos nacen sin manual de instrucciones. 
Pero eliminar la culpa no elimina el problema. De alguna manera tenemos que aprender. Ese talento para ser buenos padres es como otros talentos; es instintivo en parte, y en parte se desarrolla. Y aún la parte instintiva es notable en algunas personas, pero no tanto en otras. Pero estar preparado no significa solamente conocer qué es lo que podemos esperar en ellos, sino también qué es lo que se espera de nosotros como padres, para que esta etapa transcurra con normalidad y cumpla su objetivo de convertir un niño o niña en una persona adulta. Comenzar temprano, antes de que llegue, es la mejor forma de prepararse para la adolescencia.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.