sábado, 14 de junio de 2025

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EN BOCA CALLADA...

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

"Uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras". Esta frase, que muchos le atribuyen a Aristóteles y otros a Sigmund Freud, resume a la perfección las ventajas que tienen las personas que hablan poco o son medidas a la hora de opinar.


Desde tiempos antiguos, la comunicación ha sido vital para su supervivencia y evolución. Sin embargo, este impulso natural de compartir información a veces se desborda, y las personas terminan hablando más de lo que deberían. ¿Qué lleva a alguien a decir de más? ¿Qué consecuencias trae este comportamiento?

Una de las principales razones es la necesidad de pertenencia. Las personas, al querer sentirse aceptadas o incluidas, a veces revelan información innecesaria o confidencial con tal de mantener una conversación o de ganar la simpatía de otros. El deseo de ser escuchados puede nublar el juicio, haciendo que uno no mida las palabras ni considere el contexto.

Hablar, y especialmente opinar, es el deporte favorito de hombres y mujeres. No cuesta nada, nos entretiene, alimenta el ego y, con ello, somos capaces de construir y destruir: reputaciones, ciencia, política, y mucho mas.

Muchas veces hablamos por instinto, por impulso, sin filtrar. Cuando pensamos dos veces antes de hablar, evitamos caer en chismes, exponernos demasiado, o quedar como ilusos, mitómanos, ignorantes o falsos. Es importante reflexionar antes de expresarnos, evaluar el medio en el que lo hacemos, la forma en que comunicamos nuestras ideas y el conocimiento que realmente tenemos sobre el tema.

Aunque ciertos individuos presentan una tendencia innata hacia la extroversión, es factible modificar y educar los propios hábitos comunicativos a través del aprendizaje consciente. Comprender que la indiscreción puede derivar en consecuencias adversas resulta fundamental para motivar dicho cambio.

En este sentido, el desarrollo de la prudencia y la capacidad de seleccionar cuidadosamente la información que se comparte constituye una habilidad esencial para una interacción social más efectiva y responsable.

Las redes sociales constituyen otra forma de expresión, y aún menos recomendable si no se utiliza con responsabilidad. A diferencia de la palabra hablada, que puede diluirse en el aire, en el tiempo o en la memoria de quienes escuchan, lo que se publica en redes permanece para siempre. Por ello, es fundamental tener extremo cuidado con lo que se comparte.
 


Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

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