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sábado, 9 de marzo de 2013

Thalía: la continuación de la infeliz historia de la Cenicienta


Tomado de The Huffington Post


Thalía: la Cenicienta que no pudo ser feliz

Por Javier Ceriani*


El cuento más inspirador de novelas, películas es sin duda la tierna historia de "La Cenicienta". Es la historia más lucrativa de Disney y la que inspiró a todas las novelas de Televisa, incluida "María la del Barrio", "María Mercedes", "Marimar" y tantas protagonizadas por Thalía. Una chica humilde o mucama que logra casarse con el príncipe heredero al trono. Todos sabemos el final después de calzarse el zapato, "ellos se casaron y fueron felices"... ¿fueron 'felices?, ¿fue Cenicienta feliz? Luego de quedarse sola con él en un castillo y ganarle la batalla a sus hermanastras, ¿se sintió feliz toda la vida? ¡Claro que no!

Thalía, digo, Cenicienta era feliz en su lucha por lograr sus sueños, de ser la estrella latina más vendedora, sexy y con toda la industria a sus pies. Nunca ella se imaginó con ese largo vestido de novia y esa mega monstruosa boda. Ella caminando hacia al altar, estaba caminando hacia su celda de clausura, a su cárcel de cristal , a su jaula de oro para toda la vida.

Casarse "por amor" con el hombre más importante de la música en Estados Unidos la iba a convertir en la cantante más exitosa de la industria... Nada más lejos de la realidad. Ella estaba enterrando su carrera, sus discos, su magnetismo y a la larga su magia también.

¿No es extraño que la carrera de Thalía haya caído tanto, junto al hombre mas poderoso de la música? Yo ya había conocido el "Sistema Mottola", por una amiga argentina Giselle D'Cole, casada con Ricky Wike, ganador al Oscar por "Chicago", socio y amigo de Tommy Mottola. A ella le paso lo mismo. Ellos no quieren que su mujer crezca, que suba, ni se vaya de la casa. Mucho menos que se sientan usados para escalar y después ser botados como basura.

La estrategia es entretenerlas con un disquito mediocre, algún negocio alternativo y tenerlas engañadas mientras se les pasa el tiempo. Eso le pasó a Thalía, se le fue el tiempo, la edad, los años, y perdió contacto con la realidad y con la juventud.

En su celda newyorkina ella se apartó de la vida, algo que nunca hizo Madonna o tal vez Alejandra Guzmán o Jennifer Lopez. ¿Qué vivencias o emociones puede trasmitir una ama de casa y madre de dos niños rodeadas de servicio doméstico?

Una vez que visitó una joyería con su madre o comió en los mejores restaurantes del mundo escuchando los discursos de Mottola en cada cena y en cada reunión. Una vez que ya sabe lo que es tener dinero, como seguramente le debe estar pasando a Thalía, Cenicienta extraña el barrio, sus comienzos, ponerse dos candeleros en sus senos y calentar a los machos como Diosa Latina que era.

¡Cómo extrañamos su libertad, seducir a empresarios y a sus fans como lo hacía!, Pero ya tiene más de 40. La ironía de la vida: ella se escapa de su México querido con problemas de contaminación y se enferma con una garrapata para siempre en New York, la ciudad numero uno del mundo y de más glam. ¡Qué ironía de la vida, Cenicienta!, ¿cuál era tu sueño realmente? ¿cuál era tu paraíso? ¿Ese cristal de esa ventana, de ese piso en New York que te separa del mundo? ¿o haber sido más grande que JLo, Sofia Vergara y Shakira?
 
Quedaste rezagada en el encierro, y dejaste de crecer porque, a diferencia de "Alicia en el País de las Maravillas", elegiste el camino más corto, el más fácil, seguiste al conejo equivocado y hoy estas en el pozo de la soledad y el tiempo perdido.

Ella lo sabe, pero no tiene escapatoria, no se sale de Tommy Mottola. Ni Michael Jackson pudo sobrevivir a su poder y a sus redes. No te dejará nunca volar sin él, y con él volarás con una cadena de oro hasta donde él quiera y él te deje. No hay salida.

Roguemos que la bella Thalía pueda ser feliz dentro de su mundo, encontrar algún nuevo sueño, y que haya despertado de este largo cuento de hadas. 


Si no hubiera habido fiesta de príncipe, ni zapatos de cristal, ni hermanastras que vencer, ni vestido , ni carruajes, ni siquiera hubiera existido un príncipe Mottola y hoy estuviera aún rodeada de ratones, calabazas y siendo la Thalía del barrio, la de Televisa, la de piel morena, la sexy bomba latina, hoy no serías princesa, ni primera dama, ¡hoy hubieras sido reina! ¡la reina de la música latina!
 
Hubieras "arrasado" con Paulina y con muchas. Fuiste la primera, y la de mayor fuerza ,solo necesitabas seguir siendo tu y confiar en tu estrella.

No digo que es tarde, pero ya estás encerrada en otro cuento... Suerte en tu tour , piensa en la gente, conéctate con el mundo, con la realidad y vuelve a tu casa... Deja ese castillo embrujado de lujos , y vuelve a tu origen, vuelve Thalía, vuelve a tu casa , vuelve a nosotros, vuelve a tu México querido, tu país que te vio crecer y te adora.

¡Despierta Cenicienta, el cuento y el sueño se acabo!... Empieza de nuevo y usa el sexto sentido para volver y salir de ahí ...de tu zona de confort que te llevo a la soledad...

*Presentador de “Paparazzi Magazine” por MEGA TV

domingo, 24 de febrero de 2013

ARGO fuerte aspirante a ganar el Oscar. Aquí la verdadera historia que dio vida a la película


Tomado de BBC Mundo   

Argo, una película sobre el audaz rescate de seis estadounidenses que se escondían en Teherán después de la toma de la embajada en noviembre de 1979, es una de las favoritas de los premios Oscar. El agente de la CIA Tony Méndez, encarnado en la pantalla grande por Ben Affleck, explica cómo se formuló el plan de rescate.

El verdadero espía de "Argo" cuenta su increíble historia

Advertencia: detalles importantes de la trama -real y de la película- serán revelados a continuación.

Por Naveena Kottoor

Los seis estadounidenses habían escapado por la puerta trasera de la embajada en momentos en que los revolucionarios iraníes se abrían paso, y se refugiaron en la casa del embajador de Canadá. Pero corrían el riesgo de ser descubiertos, bien sea por los revolucionarios o por los medios de comunicación.

Mucha de la atención estaba sobre las varias decenas de empleados de la embajada que habían caído como rehenes del nuevo régimen revolucionario iraní. Del grupo de 66 personas, 13 habían sido liberadas dos semanas después. Pero el presidente de EE.UU. Jimmy Carter se encontraba bajo una enorme presión para lograr el retorno de todos los rehenes, incluidos aquellos de cuya existencia no se habían enterado los revolucionarios.

Entrar y salir


Tony Méndez tenía que encontrar una manera de sacarlos del país, pero primero tenía que hallar la forma de entrar a Irán sin levantar sospecha.

"Normalmente usamos una excusa muy aburrida. Pero no podíamos ir como maestros, porque las escuelas internacionales estaban cerradas. No podíamos ir como técnicos de hidrocarburos. No podíamos ir como nutricionistas que venían a inspeccionar cultivos", le dijo a la BBC.

Méndez también tenía que tomar en cuenta que, a diferencia de él, los seis rehenes no tenían ningún entrenamiento en asuntos clandestinos.

El espía se encontraba en Otawa, en conversaciones con el gobierno de Canadá, cuando decidió "revertir las reglas y crear una distracción".

Un total de 66 rehenes fueron capturados por los revolucionarios.

Su plan era viajar a Teherán como supuesto integrante de un equipo de investigación de locaciones cinematográficas, que trabajaba en una película de ciencia ficción.

"Todo el mundo sabe que la gente de Hollywood va donde quiere, sin importar el momento histórico. No toman en cuenta las circunstancias políticas ni los peligros", dice.

En enero de 1980 voló a Los Ángeles con US$10.000 en el bolsillo. La CIA y Hollywood tenían un largo historial de colaboración, en especial cuando se trataba de crear disfraces.

Méndez contrató a un guionista, que empezó a trabajar inmediatamente, y alquiló una oficina para su compañía de producción falsa, Studio 6, el mismo número de personas que planeaba rescatar.

En dos días el guión de una nueva producción estaba listo. Se llamaba "Argo". La historia era parecida a la trilogía de ciencia ficción La Guerra de las Galaxias, un gran éxito de taquilla de la época, y se desarrollaba en un lugar mítico con un bazar exótico.

Studio 6 contactó a revistas como Hollywood Reporter y Variety para generar un revuelo en los medios acerca del nuevo largometraje. Méndez quería que sonara tan creíble como fuera posible, en caso de que el régimen iraní decidiera chequear su historia.

El riesgo de fallar


Le tomó varias semanas convencer a sus superiores en la CIA y a integrantes de los gobiernos canadiense y estadounidense de que le dieran luz verde. La situación era impredecible en el terreno, y discusiones sobre si los rehenes debían recibir pasaportes falsos estadounidenses, canadienses o de otra nacionalidad consumieron largas horas.

La liberación se convirtió en una prioridad para el presidente Jimmy Carter.

Un fracaso hubiera sido terriblemente vergonzoso para los gobiernos. Y peligroso para los rehenes.

"No había plan B. Generalmente uno tiene un plan de escape, pero no tendríamos un automóvil esperándonos con el motor encendido", dice Méndez. Era una misión "peliaguda", como dice él.

Cuando finalmente estaba listo para viajar a Teherán, ni siquiera su esposa Jonna Méndez, también empleada de la CIA, sabía en qué misión se estaba embarcando.

El presidente Carter había sido informado, y le envió a Méndez una nota especial: "Buena suerte", decía, aunque es muy inusual que un presidente haga contacto directo con agentes de la CIA, dice el ex espía.

Cuando llegó a la capital iraní, la ciudad parecía tierra de nadie, recuerda.

"En la noche, los guardias revolucionarios se divertían manejando por las calles y disparando su armas hacia los edificios. Todas las convenciones sociales aceptadas parecían estar en suspenso".

"No había plan B. Generalmente uno tiene un plan de escape, pero no tendríamos un automóvil esperándonos con el motor encendido"

Ser identificado como ciudadano estadounidense en las calles de Teherán era muy arriesgado.

Pero cuando Méndez y su colega Julio, que hablaba farsi, se perdieron y le preguntaron a un guardia revolucionario el camino a la embajada canadiense, tuvieron suerte. Él lo atribuye a su coartada exótica: "veníamos de Hollywood. Éramos más interesantes que nadie".

El 25 de enero de 1980, Méndez y su colega finalmente conocieron al personal refugiado en la residencia de Teherán, donde se habían estado escondiendo por 86 días.
"Ya se estaban preocupando", dice.

El ayatola Jomeini ordenó la liberación de 13 rehenes.

Méndez les informó el plan, les dio tarjetas de presentación de Studio 6 y ropa que los hiciera parecer "más Hollywood".

El gobierno de Canadá había acordado entregarles pasaportes falsos. Las siguientes 48 horas las pasaron practicando técnicas de interrogatorio hostil.

Todos sabían que el plan de escape era peligroso, recuerda Méndez.

"Los iraníes podían haber decidido decapitarnos. O nos podían haber llevado arrastrados por un jeep. Todo era posible", dice.

Un "juego"


Para lograr que se relajaran, trató de hacer de los preparativos una especie de juego.

"Esperaba que de esta manera se soltaran y disfrutaran de la operación. Puede sonar extraño, pero uno puede distraer a la gente mucho más fácil con diversión, en vez de con susto. Con uno de los invitados tuve que recurrir al licor -a un trago de Cointreau- para intentar ponerlo contento".

El lunes 28 de enero, el grupo se dirigió al aeropuerto de Teherán para tomar el vuelo de las 07:00 a Zurich.

"Hubo momentos en que pasamos por puntos de control en que no estábamos seguros de si íbamos a lograrlo", dice Méndez.


Él y sus colegas decidieron viajar con Swissair, la aerolínea que consideraban más eficiente y confiable, y con ayuda de información de inteligencia sobre el personal en el aeropuerto, el grupo reservó para salir en el vuelo matutino.

Méndez esperaba que si llegaban de madrugada, se encontrarían con oficiales y revolucionarios soñolientos, demasiado cansados como para prestarle atención al grupo. Y funcionó.

El avión despegó sin problemas. Al llegar a Zurich, los seis estadounidenses fueron escoltados por personal del departamento de Estado.

"No hubo tiempo para gracias y despedidas, así que Julio y yo fuimos a almorzar", dice Méndez.
 El supuesto productor de Hollywood, ahora material de película.

En marzo de 1980, después de un encuentro en persona con el presidente Carter en lel Despacho Oval, la CIA le otorgó un reconocimiento a Méndez, la Intelligence Star, pero como la misión era clasificada, se vio obligado a regresarla inmediatamente. Ni siquiera su familia pudo asistir a la ceremonia.

Por 17 años, la operación se mantuvo en secreto. Implicaba información tan sensible que no podía ser referida ni en la revista interna de la CIA, "Estudios en Inteligencia".

Al final, fue George Tenet, director de la CIA entre 1997 y 2004, quien animó a Méndez a compartir la historia de la operación, que se convirtió en la inspiración de la película "Argo".

Y lo demás es historia. En los libros y la pantalla grande. 

martes, 25 de diciembre de 2012

Actor protagonista de Pablo Escobar es hombre del año en Colombia


Tomado de ABC

Andrés Parra, el actor que encarnó a Pablo Escobar, personaje del año en Colombia

Por  Alejandra de Vengoechea

El capo del cártel de Medellín se le aparecía en sueños durante el rodaje de la serie de televisión que ha sido todo un éxito

Tiene 34 años y cuando sólo tenía diez dejó del colegio porque quería aprender teatro. Comedor impulsivo de uñas, Andrés Parra, el actor que encarnó al capo del narcotráfico en la serie de televisión «Pablo Escobar, el patrón del mal», una de las más vistas este año enColombia, fue elegido por la revista «Elenco» como el personaje del año.

En entrevista con el diario «El Espectador», Parra había contado que para interpretar a Escobar, muerto en un operativo en 1993, necesitó que le asesoraran un puñado de psicólogos. «Me costaba mucho trabajo entender la personalidad tan contradictoria de Escobar. Siempre baso mis personajes en un enorme trabajo de investigación, pero en este caso tuve que solicitar ayuda profesional de psicólogos, algo a lo que nunca antes había recurrido para poder interpretar un papel».
«Estos individuos son un poco como "autodioses"; ellos tienen la capacidad de crear sus propias normas éticas y morales que los benefician solo a ellos. No forman parte de la sociedad. De cierta manera, ellos crean su propio universo en el que los asesinatos y el terrorismo están bien; es parte de lo que tienen que hacer», apuntó.

Parra cuenta en su blog que su obsesión por la actuación nació el día en que vio a un compañero del colegio vestido de rey para una representación teatral. 
Hoy, este hombre que fue mayordomo y lavó coches para sostener a su hijo nacido en 2001 tiene claro por qué fue elegido el personaje del año. «El público cada vez está pidiendo más personajes con los que sí se puede identificar, y las series que Colombia están teniendo un tinte naturalista y realista muy interesante», contó en «Elenco».
Para lograr a su personaje, que impactó por lo real no sólo en lo físico sino en lo mental, Parra no duda. Eso se logra trabajando duro. Disciplina, tesón, empeño. «Fueron muchas las horas trabajando solo. En un momento me fui a la finca de mi padre para encerrarme. Preparé a Escobar en la Navidad pasada. Eso es trabajar y hacer la tarea. Los actores somos muy vagos pues no hay un entrenamiento preciso, como los bailarines que tienen su barra o los pianistas que saben que si no entrenan un día se les comienzan a dormir las manos».
Parra está de descanso. Dice que quedó agotado no tanto por cargar con el peso de ser Escobar sino por las jornadas, los horarios, el estar obsesionando hasta en los sueños con él.
«Soñaba mucho con él, sobre todo al principio. Estoy convencido de que ese "man" (el espíritu de Escobar) en algún momento estuvo por ahí rondando y opinando, porque yo lo invoqué durante un año, todos los días y a todas horas. En el sueño me llamaba Andrés; estábamos en una sala y él con la ropa del Congreso, cuando se puso corbata».