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lunes, 10 de junio de 2013

Tecnología permite visualizar evolución futura del rostro humano

Tomado de Noticias 24 Gente  

Rostro actual


Evolución: el rostro del ser humano podrá ser así en 100,000 años


Luego de nuestros ancestros Homo Sapiens, el ser humano ha ido evolucionando en cuanto a sus facciones. Hace 800.000, aproximadamente, los rápidos cambios en el clima de la Tierra coincidieron con una triplicación en el tamaño del cerebro y el cráneo humano, que condujo a un aplanamiento de la cara.

Pero, ¿cómo pueden las características fisiológicas de los seres humanos cambiar en el futuro? y ¿Cómo la tecnología portátil como Google Glass puede cambiar la forma en que usamos nuestros cuerpos y rostros? El Artista e investigador Nickolay Lamm se ha asociado con un genetista computacional para investigar e ilustrar cómo lucirá en 20.000 años, así como también en 60.000 años y luego en 100.000 años.

Lamm dice que esto es “una línea de tiempo posible”, donde, gracias a la tecnología de la ingeniería del genoma cigóticos, nuestros seres futuros tendrían la capacidad de controlar la biología humana y la evolución humana, de la misma manera en que controlamos los electrones para alimentar nuestro mundo de hoy.

Lamm habla del “control de arrebatar” la forma humana de la evolución natural y la biología humana para adaptarse a nuestras necesidades. Las ilustraciones fueron inspiradas por las conversaciones con el Dr. Alan Kwan, quien tiene un doctorado en genómica computacional de la Universidad de Washington.

Kwan basa sus predicciones en los entornos que la vida, el clima y los avances tecnológicos podrían ser en el futuro. Los científicos que escriben en la revista British Dental han sugerido que las comparaciones de la calavera puede mostrar que la gente de hoy día tienen rasgos faciales menos prominentes pero frentes altas; y Kwan espera que la cabeza humana tienda a ser más grande para dar cabida a un cerebro más grande.

Kwan asegura que 60.000 años a partir de ahora, nuestra capacidad de controlar el genoma humano también hará que el efecto de la evolución de nuestros rasgos faciales discutible.

Los ojos parecen “desconcertantemente grande”, menos desde nuestro punto de vista hoy en día, y puede presentar ojos brillosos para mejorar la visión con poca luz. Habrá otras necesidades funcionales: ventanas de la nariz grandes para facilitar la respiración en ambientes fuera del planeta.

En 20.000 años / Foto: forbes.com
En 60.000 años / Foto: forbes.com
En 100.000 años / Foto: forbes.com 

lunes, 27 de mayo de 2013

Atracción hacia la toma de riesgos es innata al ser humano

 Tomado de The Wall Street Journal  

 Los motivos que nos llevan a tomar riesgos

Investigaciones demuestran que experimentar discriminación o rechazo fomenta la osadía, que las mujeres no tienen un menor apetito de riesgo que los hombres, que los adolescentes no son tan atrevidos como se cree, que los osados en un ámbito podrían ser tímidos en otros.

Por Sue Shellenbarger


Paul Cusma administra el dinero de sus clientes con cuidado, para que los que son jubilados "no tengan que volver a trabajar", expresa el asesor financiero de Florida. En el ámbito de las inversiones, "siempre estoy haciendo planes para un día lluvioso", dice.

Pero fuera del trabajo, tenga cuidado. Cusma, de 36 años, maneja una de las motocicletas más rápidas en la autopista para disfrutar de "un impulso de adrenalina", comenta, y agrega: "Si pierdes la concentración por un segundo, te estrellas y te mueres".

Quizás usted no se considere una persona que toma riesgos. Considérelo de nuevo. Estudios recientes que usan nuevas herramientas experimentales están cambiando la vieja creencia de que el apetito de riesgo es principalmente innato e inmutable. De hecho, las razones por las que la gente hace apuestas locas son mucho más complejas. La gente que es cautelosa en algunos contextos podría aceptar el riesgo en otras, dependiendo de factores como la familiaridad de la situación y sus emociones en ese momento. Los hallazgos están destruyendo estereotipos tradicionales, como que las mujeres son por naturaleza más cautas que los hombres, o que los adolescentes son inevitablemente arriesgados.

"Ha sido sorprendente conocer la amplia variedad de razones que la gente tiene para tomar riesgos", indica Elke Weber, profesora de negocios internacionales en la Universidad de Columbia y una investigadora destacada sobre riesgo. Comprender las raíces de la toma de riesgos puede guiar a la gente a tomar mejores decisiones, apunta. Algunos anhelan avanzar sus carreras o disfrutar de nuevas aventuras pero sobreestiman los peligros. Otros avanzan demasiado rápido sin considerar riesgos peligrosos.

Conocer el entorno puede cambiar la forma en que uno evalúa el riesgo. "La mayoría de la gente exagera la probabilidad de que algo salga mal" cuando incursionan en territorio desconocido, sostiene Margie Warrell, una autoridad en el tema que vive en Australia y ha asesorado a ejecutivos y empleados. "También sobreestiman las consecuencias de que las cosas salgan mal", añade. Con la experiencia, se vuelven más realistas, y aprenden a lidiar con las consecuencias del fracaso. "Mientras más salgamos de nuestra zona de comodidad, más desarrollamos nuestra tolerancia para la toma de riesgos", expresa.

El ambiente puede influir en la habilidad para tomar riesgos. Jennifer Bellinghausen, una madre de 39 años que vive en Texas, no es una persona atrevida y nunca consideró hacerse un tatuaje. Le aterran las agujas y dedica su tiempo a su familia. Pero cuando entró a la tienda Mom's Tattoos hace unos años con una amiga que se iba a tatuar, la dueña de la tienda era tan amable que sintió que "eran mejores amigas instantáneamente", dice. Bellinghausen al final se hizo un tatuaje de un gatito en su tobillo. "Me sorprendió; no soy una persona atrevida", afirma.

Efectos de la 'Cultura de Honor'

Las emociones fuertes también alientan la toma de riesgos, demuestra la investigación. Los hombres convencidos de que deben defender su masculinidad son más propensos a discutir o agredir a un conductor en un ataque de ira en la calle, según un estudio de 2012 publicado en la revista académica Social Psychological and Personality Science. Otras investigaciones demuestran que experimentar discriminación o rechazo fomenta la osadía.

Ione Fletcher Kleven —una abuela de 67 años que no apuesta, le disgusta volar y lleva 49 años casada con el mismo hombre— normalmente no asume riesgos. Pero cuando se encontró con un niño de 14 años que estaba siendo acuchillado y golpeado por dos hombres en la puerta de su casa, sintió "una ola de calor por su columna", jaló al niños de sus agresores y les gritó en su cara, "¡Fuera de aquí!". Su esposo Oliver salió de la casa y los atacantes huyeron. El niño se recuperó meses después. "No quiero herir a nadie", dice Kleven. "Pero esa noche les hubiera arrancado la cabeza".

Los investigadores han desarrollado nuevas herramientas para indagar en los matices de la conducta arriesgada, y sus hallazgos han eliminado el estereotipo de estudios anteriores que sugerían que las mujeres tienen un menor apetito de riesgo que los hombres. Una escala elaborada en la Universidad de Columbia mide el riesgo no sólo en el ámbito financiero sino también en el social, ético, recreativo y médico. Los investigadores descubrieron que los osados en un ámbito podrían ser tímidos en otros.

Las mujeres se sienten más cómodas que los hombres tomando riesgos sociales, como mudarse a otra ciudad o lucir atuendos inusuales, según estudios que usan la nueva escala de riesgo. Cuando los investigadores toman en cuenta las diferencias entre hombres y mujeres en la forma de percibir distintos tipos de riesgo, las mujeres tienen una tolerancia al riesgo similar a la de los hombres, anota Weber.

Decisiones en frío vs. en caliente

Otra herramienta experimental, llamada Columbia Card Task (o ejercicio de cartas de Columbia), le permitió a los investigadores descubrir que los adolescentes no son tan atrevidos como se cree. El ejercicio ofrece a los participantes una imagen en la computadora de varias filas de cartas boca abajo. Ganan dinero si voltean una carta con una cara sonriente, pero pierden mucho dinero si voltean una carta con una cara fruncida. La versión "fría" del ejercicio motiva decisiones tranquilas y racionales al dejar que los participantes elijan de una vez por todas cuantas cartas voltearán. La versión "caliente" provoca mayor pasión al obligar a los jugadores a voltear las cartas una a la vez.
 
El creador del ejercicio, el profesor de psicología Bernd Figner de la Universidad Radboud, en Holanda, dice que la versión fría es como tomar una sola decisión sobre pólizas de seguro con varias opciones de cobertura. La versión "caliente" es ir a un bar y decidir después de cada trago si se va a tomar otro más.

Los adolescentes toman muchos riesgos en la versión caliente, pero se vuelven muy racionales en la versión fría del ejercicio. Ayudarles a comprender cómo influyen sus emociones sobre las decisiones que toman —por ejemplo cuando experimentan presión social o una fuerte tentación— podría reducir su toma de riesgos.


miércoles, 27 de marzo de 2013

Papa Francisco: Pequeños actos, grandes cambios




Su Santidad Francisco en cortísimo tiempo ha logrado sorprender y fascinar a todo el mundo ¿cómo y por qué? Simplemente porque se ha comportado como lo que es: un ser humano.

Obviamente no es un ser humano cualquiera, es uno que ahora tiene grandes privilegios pero sobre todo una enorme responsabilidad: Detener la fuga de devotos, recuperar la Fe, credibilidad y sobre todo la confianza de los fieles católicos.

El Cardenal Bergoglio, sin haber tenido tiempo para realizar una campaña proselitista para que lo eligieran como Papa, sin la oportunidad de lucirse como gran orador o mostrar otras dotes que hubiesen inclinado la balanza a su favor, sin contratar una costosa agencia de imagen y publicidad que le ayudaran a modificar o esconder sus debilidades y resaltado sus fortalezas, sin prometer siquiera como eslogan el cambio”, sello distintivo de su gestión, sin contratar medios para que publiciten los logros alcanzados”, todo esto lo ha conseguido en apenas dos semanas de estar en el foco de atención mundial. Adicionalmente se ha ganado el respeto, admiración, cariño y confianza de creyentes y no creyentes.

Su antecesor Benedicto XVI, aunque muy apegado a los principios eclesiásticos no tiene carisma, no terminó de conectar con su rebaño. El carisma no se adquiere, se nace con él.

¿Cuál ha sido entonces la clave del éxito del Papa Francisco? Además de su sencillez y su carisma natural. Demostrar con pequeños hechos la solidez de su mensaje. Mostrarse como el ser humano que es, consecuente para lo que fue elegido: el sucesor de un pescador hijo de una pareja de padres modestos, el representante terrenal de alguien que es venerado precisamente por su sencillez.

Cuando observo el contundente éxito de imagen que en tan corto tiempo ha cosechado el Papa, imagino lo que puedan estar pensando algunos políticos y sus asesores mediáticos. Tal vez este ejemplo sea aprovechado y los haga comprender que ahora la gente clama por líderes que sean verdaderos servidores públicos y no por aprovechados que se sirven de la gente.

El mundo parece estar despertando de un superficial deslumbramiento por  lo sofisticado, lo caro y lo extravagante de sus dirigentes, lo que tal vez antes era admirado hoy es mal visto.  

Es indiscutible que actualmente son apreciados y respetados aquellos líderes sensibles, consecuentes y coherentes. Estas virtudes son capaces de vencer barreras ideológicas, religiosas y sociales como lo demuestran los ejemplos, orgullosamente latinoamericanos, del Papa Francisco y del presidente uruguayo José Mujica. Dos personas que están lejos de ser perfectas, que no son inmunes a la polémica pero que indiscutiblemente son admirados y respetados por la enorme mayoría, más allá de las fronteras de su feligresía o sus países.

Ambos ejemplos, imitables, debiesen ser considerados por el resto de gobernantes y líderes o por quienes aspiran serlo. No confundir sensibilidad y sencillez con falta de carácter. Las trayectorias de Bergoglio y Mujica demuestran que todas estas virtudes no son excluyentes entre si en un mismo ser humano.

Los líderes de países con grandes franjas de ciudadanos sumidos en la pobreza, falta de desarrollo, con múltiples carencias que solventar pero que ejercen sus gobiernos rodeados de gustos extravagantes y una forma de vida que supera por mucho a la del promedio de sus gobernados, hace tiempos que dejaron de ser admirados, actualmente son aborrecidos, incluso por aquellos que se benefician de sus dádivas. Es cuestión de tiempo u ocasión para que se haga sentir el desprecio de quienes aparentemente les sonríen y celebran lo que hacen.

La buena noticia es que la admiración y el respeto se vuelve personal a diferencia del desprecio que se granjean aquellos que pretenden gobernar o dirigir desde una posición muy distinta a la de sus dirigidos. Cuando los gobernantes  corrigen el rumbo  oportunamente los gobernados lo aprecian inmediatamente.

Al ver las humanas y humildes acciones del Papa Francisco solo viene a mi mente parafrasear a Neil Armstrong el primer hombre que pisó la luna y que al hacerlo dijo Un pequeño paso para el hombre un gran paso para la humanidad”. A lo que Francisco podría decir con toda propiedad “Un pequeño acto para el hombre un gran cambio para la humanidad”.  

sábado, 16 de febrero de 2013

Los Obama dan muestras del paso del tiempo en la Casa Blanca


Tomado de The New York Times Service

 Barack y Michelle Obama en la juramentación presidencial en Enero de 2009

Después de cuatro años, amigos ven cambios en Michelle y Barack Obama

Barack y Michelle Obama han pasado más de mil días exhibiéndose ante los ojos del mundo, pero los cambios personales que han experimentado pueden ser difíciles de detectar.

De cerca, sin embargo, quienes conocen a los Obama dicen que pueden ver una acumulación de pequeños cambios en el presidente y la primera dama desde que recorrieron la ruta del desfile de toma de posesión hace cuatro años. El hombre que quería cambiar la naturaleza de Washington ahora advierte a los candidatos al puesto que es difícil lograr que algo se haga ahí. 

No hace tanto tiempo, dijo a otros que no necesitaba una biblioteca presidencial, un tributo a sí mismo que costaría cientos de millones de dólares. Ahora una exasistente, Susan Sher, está analizando discretamente las posibilidades para él en Chicago.


La primera dama que quería forjar conexiones con su nueva ciudad encontró que incluso ver los cerezos en flor requería un sombrero, lentes de sol y un adulador Servicio Secreto. En una demostración de cuán difícil puede ser que algún presidente o primera dama mantenga relaciones, Michelle Obama dejó de aceptar a muchachas en un programa de tutoría que fundó debido a las preocupaciones de que otras adolescentes envidiaran a las tutoradas afortunadas, según una asistente.

Cuando el presidente regresaba de consolar a las familias de las maestras y los niños asesinados en la matanza de Newtown, Connecticut, – lloró cuando le entregaron las fotos y le contaron las historias de una víctima tras otra _, los colaboradores pudieron ver en su rostro el costo de absorber los traumas de la nación. “Esto es lo que yo hago”, les dijo.

“Este puesto le ha costado quizá más a nivel personal, incluso enérgico, que a la mayoría de sus predecesores, porque era más totalmente un forastero”, observó el dramaturgo Tony Kushner, un simpatizante que recientemente cenó con el presidente para discutir la película “Lincoln”, para la cual Kushner escribió el guión.

Los Obama han ganado y perdido en sus primeros cuatro años en la Casa Blanca, convirtiéndose en profesionales expertos en vez de recién llegados, más convencionales, con un sentido de la posibilidad contraído. Son personajes estables, no dados a la auto-reinvención en serie, sin embargo en entrevistas, actuales y anteriores colaboradores de la Casa Blanca y la campaña, donadores y amigos de Chicago dijeron que podían ver cómo sus papeles habían afectado al presidente y a la primera dama.

Al describirlos, usaron frases como: más confiados pero más llenos de cicatrices. Más aislados. Menos titubeantes al dar instrucciones a los miembros del personal, ya sean los mayordomos o los asesores de más alto nivel. Gratificados por la reelección, la cual los Obama consideran una dulce reivindicación, y más empecinados cuando se trata de derrotar a los republicanos. Y Obama ha aprendido que su presidencia tomará la forma de acontecimientos no anticipados; “langostas”, les llamó un excolaborador, por la forma en que aparecen en multitud sin advertencia previa.

Barack Obama nunca quiso ser un político común – hubo una época en que Michelle Obama apenas usaría ese sustantivo para describir a su esposo – y sus asesores se resisten a la idea de que haya sucumbido a la práctica común de Washington. Algunos donadores y colaboradores responden con una risa que expresa un “ojalá” a la idea de que la pareja ahora sigue un ritual político más estrechamente: Este es un presidente que aún no ha invitado a Bill y Hillary Rodham Clinton para cenar pero celebra almuerzos para discutir filosofía moral con el Premio Nobel Elie Wiesel.

“Piensa en el destino en términos humanos”, dijo Wiesel en una entrevista.

Sin embargo, otros dicen que los Obama se han vuelto conversadores más relajados, más cómodos con la línea porosa entre lo político y lo social, más dispuestos a revelarse. Recientemente han empezado a invitar a más personas externas al área que conforma su residencia privada, incluidos Kushner, Steven Spielberg y Daniel Day-Lewis en la cena para hablar de “Lincoln”. En una cena a fines de noviembre para agradecer a importantes recaudadores de fondos de campaña, la pareja presidencial se comportaron como novios, bromeando y recorriendo de mesa en mesa para aceptar felicitaciones y buenos deseos para los años por venir, haciendo bromas ágiles que los invitados no repitieron para ser publicados.
             Barack y Michelle Obama en la juramentación presidencial en Enero de 2013

Lo que el presidente de Estados Unidos quiere lograr en este mandato es bastante claro: un acuerdo fiscal y revisiones de las leyes de tenencia de armas y de inmigración. Pero lo que la primera dama quiere es más un misterio. En casi todas sus apariciones, suena cordial, poco pretenciosa; recientemente, continuó su charla en Twitter con Ellen DeGeneres sobre quien puede hacer más flexiones.

Ese tono informal puede encubrir lo disciplinada que es. Aunque muchos de los que rodean a los Obama dicen que ella ha cambiado mucho más que su esposo, dominando un papel que inicialmente encontró incómodo, sigue tratando al puesto de primera dama como un terreno peligroso por el cual debe transitar con seguridad. La mujer que nunca quiso vivir en la burbuja ahora la usa para protegerse, según amigos y ex colaboradores, preparando sus actividades públicas con planes estratégicos de seis y 12 meses, diciendo rara vez algo fuera de guión. Las primeras damas son a menudo personajes de consuelo, pero ella no abordó la tragedia de Newtown, salvo en dos breves cartas que publicó, aun cuando algunos de sus fanáticos estaban reclamando que la auto-descrita como “mamá en jefe” hiciera más.

En las últimas semanas, Michelle Obama y sus asesores han estado discutiendo si ampliar su trabajo más allá de la obesidad infantil y las familias de los militares y cómo capitalizar su popularidad. Recientemente, se involucró en el nuevo esfuerzo de su esposo para organizar a sus simpatizantes, lanzando el grupo, Organizing for Action, en un anuncio en video. (El ambicioso esfuerzo no pareció recibir tanta atención como su nuevo corte de cabello, el cual provocó titulares como “El flequillo de Michelle Obama causa una total consternación en el sistema”.

La primera dama no puede esperar demasiado para establecer un nuevo rumbo: Los Obama ahora tienen más tiempo detrás de ellos en la Casa Blanca que frente a ellos. Los rituales que introdujeron ahora son cuestiones de tradición en vez de innovación. En la Séder de la Casa Blanca de los Obama, el pequeño grupo de asistentes principalmente afroamericanos y judíos lee la Proclamación de la Emancipación justo antes de dar la bienvenida a Elijah, igual que el año anterior. El presidente jugó basquetbol el Día de la Elección de 2012, como lo hizo en la mayoría de los días de votación en 2008. Pero esta vez se sintió diferente: los hombres más viejos, la acción más lenta, un juego de reencuentro con todos hablando de los viejos tiempos, dijo John Rogers Jr., un viejo amigo que se les unió.

Toda la carrera de Barack Obama ha girado en torno de subir al siguiente escenario: Si sólo pudiera convertirse en abogado, y luego en funcionario público, y luego en senador de Estados Unidos, y después en presidente, pudiera crear un verdadero cambio. Pero pronto no habrá un puesto más elevado a donde ascender, y, dicen colaboradores, hay una cualidad de eficiencia total en los Obama ahora, en contraste con la sensación de posibilidad que pendía sobre la primera toma de posesión. Al inicio de su presidencia, Obama en ocasiones pasaba horas puliendo los discursos ceremoniales, como el del bicentenario de Abraham Lincoln; ahora, el presidente tiene un sentido más finamente pulido de cómo usar su precioso tiempo, dijo Adam Frankel, un exredactor de discursos. Cuando Obama abandonó el escenario la noche de la elección, no hizo una pausa para regodearse; en vez de ello, quiso hablar sobre el impacto del gasto externo en las contiendas congresionales de esa noche, dijo Patrick Gaspard, el director del Comité Nacional Demócrata.

Pero Obama también sabe ahora que no tiene el control total de su destino, que la presidencia continuará atrayendo tareas que nadie pudiera anticipar jamás. Se supone que los Obama pasarían la noche del 16 de diciembre disfrutando el recital de “El Cascanueces” de su hija Sasha. En vez de ello, el presidente estaba haciendo llamadas de condolencias en salas acordonadas en la Newtown High School.

“No existen las palabras” para describir el pesar en su rostro cuando se acercó a las familias, dijo Sarah D’Avino, cuya hermana Rachel murió protegiendo a sus estudiantes. El presidente pidió a cada familia que describiera al pariente que murió, poniendo especial atención a las madres de las víctimas. Los padres de luto le entregaron fotografías para que llevara a la Casa Blanca, y él les dijo que los niños eran hermosos, que las maestras eran heroínas nacionales.

Momentos después, estaba sonriendo, en respuesta a una indicación. Uno de sus fotógrafos estaba a la mano, como siempre, y a pesar de todo, los dolientes querían fotos con el presidente.