Tomado de El País
Sirve de consuelo, más no debería
ser modelo, para muchos personajes públicos
Las meteduras de pata de
Felipe de Edimburgo al cumplir 94 años
La izquierda le tiene por un racista cuyas bromas ponen en evidencia al
país
La derecha le considera un librepensador al que le trae al pairo la
corrección política
Por Mábel Galaz
Felipe de Edimburgo cumple 94 años sin
haber perdido su peculiar sentido del humor. Por eso hoy, los medios de
comunicación británicos, recuerdan sus famosas meteduras de pata a modo de
felicitación. Nadie duda de que es el miembro más políticamente incorrecto de
la familia real británica, pero pese a ello siempre ha contado con el respaldo
incondicional de su esposa la reina Isabel con quien lleva 68 años casado. La
izquierda le tiene por un racista sin remedio que no se da cuenta de que sus
pesadas bromas ponen en evidencia al país. La derecha le considera un
librepensador al que le trae al pairo la corrección política.
Sus resbalones han dado hasta para un libro Prince Philip:
wise words and golden gaffes, que recoge las frases más
polémicas del duque. Una edición previa, titulada Duke of Hazard fue
lanzada aprovechando el 85º cumpleaños del príncipe y se convirtió en best
seller en Reino Unido. Sus autores, el periodista especializado en monarquía
Phil Dampier y el ex corresponsal real para el Daily Express Ashley
Walton, mantienen que el tomo dista de ser una burla. “Es una muestra de cariño
para un tesoro nacional”, declaró Dampier
El duque de Edimburgo es capaz de todo como considerar
que todo lo extranjero es raro y probablemente inferior. O catalogar a la gente
con viejos estereotipos: los chinos destacan por sus ojos rasgados, los
escoceses son borrachos, los nativos de Nueva Guinea son caníbales, los
caribeños son piratas, los aborígenes australianos se matan a flechazos... Cosa
curiosa en un patriota británico que en realidad nació en Grecia con sangre
danesa y alemana.
El libro incluye algunos de los
más recientes felipismos. “¿La van a meter en el horno?”, espetó
durante a una nonagenaria en silla de ruedas que se protegía del frío con un
material parecido al aluminio. “Qué lugar más espantoso”, contestó cuando un
miembro del Parlamento informó que representaba a la ciudad norteña de
Stoke-on-Trent. Otras anécdotas revelan su debilidad por las mujeres
atractivas: “Me arrestarían si bajara esa cremallera”, dijo durante una visita
en Londres a una joven rubia con un vestido de cierre frontal.
Metidas de pata públicas
En 1967 Cuando se le preguntó si le gustaría visitar la
UniónSoviética: "Me gustaría ir a Rusia mucho, aunque
los cabronesasesinaron a la mitad de mi familia." Dos años
después al hablar de las finanzas de la familia real británica dijo: "Vamos
a entrar ennúmeros rojos el año que viene probablemente tendré
que renunciar a polo." En 1981 durante la recesión, reflexionó: "Todo
el mundoestaba diciendo que debemos tener más tiempo libre. Ahora se
quejan de que están en el paro ". Durante un viaje a Kenia
en 1984 al aceptar una estatuilla de una mujer durante una
visita a Kenia, preguntó: "Eres una mujer ¿no?"
El año pasado durante una visita al Hospital
Dunstable, en Luton (norte de Londres) saludó al personal médico y al hallarse
delante de una enfermera filipina le dijo: "Filipinas debe estar medio
vacío porque estáis todos aquí trabajando".
Una de las meteduras de pata más sonadas fue en 2009
en presencia de Barack Obama. El presidente norteamericano le
había dicho que ese día se había entrevistado con el entonces primer ministro
Gordon Brown, David Cameron, y Dmitri Medvédev, "¿Es que puede distinguir
a unos de otros?". En otra ocasión cuando un miembro del Parlamento le
informó de que representaba a la ciudad norteña de Stoke-on-Trent. “Qué lugar
más espantoso”, contestó.
Sus anécdotas son numerosas con mujeres como
protagonistas como el día que le espetó a una que llevaba una cremallera
frontal en su vestido: “¿Me arrestarían si bajara esa cremallera?”.
Durante una recepción al papa
Benedicto XVI en Escocia, y después de observar que el líder laborista escocés
llevaba una corbata de cuadros escoceses, Felipe de Edimburgo preguntó a la
conservadora Annabel Goldie: "¿Tú también llevas bragas hechas
de eso?".
En una fiesta organizada en Londres por la oficina de
la Commonwealth (la mancomunidad de excolonias y protectorados del Reino
Unido), Felipe de Edimburgo se dirigió a un sonriente invitado negro y le
preguntó: "¿De qué exótico lugar del mundo procede usted?". El
interlocutor, que resultó ser lord Taylor de Warwick, le respondió: "Soy
de Birmingham (ciudad del centro de Inglaterra)".