Sin pretender ser portador de malas noticias, sino con el único ánimo de advertir a nuestro pueblo de la realidad que le espera a El Salvador en el futuro cercano, económicamente hablando el próximo año será más difícil que el actual para nuestro país, que ya de por sí el 2009 es señalado como el peor en la economía salvadoreña de las últimas décadas.
En este artículo me referiré únicamente al fenómeno galopante del desempleo, en una entrega posterior abordaré las otras áreas de mayor impacto en la economía de los salvadoreños.
La crisis económica golpeará en su punto más álgido a nuestro país en el 2010, aunado a la política de despidos masivos por parte del gobierno y a la tendencia actual de la cifra de deportados, provocada entre otras cosas por un deterioro en las relaciones de gobierno a gobierno con Estados Unidos, las cuales a 6 meses de la Administración Funes continúan a nivel de Encargado de Negocios sin que todavía se conozcan nombres de los posibles embajadores de ambos países. Sin contar que el Presidente salvadoreño aún no ha sido recibido por su homólogo estadounidense a pesar de las múltiples gestiones infructuosas de la nueva diplomacia salvadoreña para lograrlo.
Si Funes priorizó en su gobierno las relaciones diplomáticas con un régimen oprobioso como el de los hermanos Castro en Cuba, los salvadoreños exigimos en beneficio de nuestro país que se nombre sin demoras a nuestro Embajador ante los Estados Unidos, país que además de ser nuestro principal socio comercial es lugar de residencia de más de 2.5 Millones de compatriotas. Por la importancia para El Salvador nuestro nuevo Embajador(a) debe ser como mínimo una persona mesurada y no discípulo Chavista de los que tanto abundan en el FMLN.
El desmejoramiento y rebaja en el nivel de las relaciones con Estados Unidos ha traído como consecuencia, entre otros temas, la dificultad para encontrar soluciones al decrecimiento del nivel de remesas familiares, con lo cual se afecta los demás sectores de la economía nacional debido a la repercusión en la demanda interna, así como también ha alejado las posibilidades de encontrar nuevas oportunidades para regular la situación migratoria para miles de salvadoreños más, haciendo más dificil un entendimiento para recibir apoyo de parte de ese país.
La desconfianza del sector empresarial e inversionistas extranjeros por la entrada en vigencia de la reforma fiscal y su método de aplicación, así como por el futuro impuesto a los ahorros, lo cual generará el traslado de depósitos hacia otros países que no lo penalizan, agudizarán la falta de empleo. También el descenso de El Salvador en la categoría como país sujeto de crédito encarecerá el mismo para las empresas nacionales repercutiendo nuevamente en el empleo y en todos aquellos salvadoreños que tienen créditos bancarios, financieros, en ONG’s o tarjetas de crédito.
De acuerdo a la promesa electoral del presidente Funes y su fábrica de empleos, él prometió crear 100,000 puestos de trabajo en los primeros 18 meses de gobierno. Según los datos vertidos por las propias autoridades de gobierno en sus primeros 7 meses de gobierno la administración Funes perderá 35,000 puestos de trabajo más 25,000 que se perdieron en los primeros 5 meses del año. El plan de gobierno no ha creado una sola nueva plaza de empleo, se ha limitado a despidos masivos de empleados públicos para sustituirlos por familiares y miembros del partido oficial, muchos de ellos no capacitados para los puestos y salarios que hoy están devengando.
Los primeros 18 meses de la administración de Funes se cumplen el 1 de diciembre de 2010, para esa fecha Funes deberá crear los 100,000 puestos prometidos en su fábrica de empleos, más la reposición de los 35,000 ya mencionados, o sea que en los primeros 11 meses del 2010 deberá crear un promedio de más de 12,000 empleos mensuales, equivalentes a 2 empresas mensuales del tamaño del Banco Cuscatlán o el equivalente a crear 12 Ministerios de Relaciones Exteriores al mes, o el equivalente a 120 nuevas PYMES mensuales.
Tendrá esa capacidad de generar empleo el gobierno de FUNES y sobre todo con la visión de país expuesta por los líderes de su partido?
La empresa privada, principal fuente creadora de trabajo y a su vez principal fuente de ingresos del gobierno, así como los partidos políticos de oposición, están listos y esperando que el vacío de poder y las ambigüedades del gobierno desaparezcan, las fuerzas vivas esperan un diálogo serio, coherente y consistente con la administración Funes para que todos juntos con visión de país y no solo con una visión de izquierda retrógrada encontremos las soluciones que el país necesita.