miércoles, 14 de octubre de 2009

OPERACIÓN: TORMENTO DEL DECI’ESTO

Por Elmer Palma*

Sucede en casi todos los países que practican las democracias mediocres, es una práctica brutal casi esclavizante para los supuestos elegidos del pueblo por que pierden toda decisión absoluta y soberana como servidores públicos. Se ven obligados a obedecer fielmente las órdenes superiores de las llamadas cúpulas y traicionar la voluntad del pueblo. Cuando deciden hacer la voluntad del pueblo que los eligió y son descubiertos por sus superiores, inmediatamente son relevados por otros mejores adoctrinados y sus carreras desmanteladas en un nefasto secreto que solo las altas dirigencias conocen.

Decí esto o no lo digás, o decilo así, levanta la mano, no la levantes, es todo un tormento político al que son sometidos. Aquello de “Padres de la Patria” lo sienten como una camisa que no les queda a la medida, por eso algunos ni corbata se ponen. Terminan luego en tiraderos de chatarra política frustrados y amargados asediados por su conciencia que les reclama con el diario vivir lo ineficaces que fueron cuando eran Diputados.Son los diputados de la Asamblea Legislativa en El Salvador, son escogidos por los partidos después de someterlos a una larga escuela de adoctrinamiento y que de acuerdo a su vocación leal, son estratégicamente ubicados a representar municipios que muchas veces ni conocen y que nunca han visitado, mucho menos viven en ellos.
En teoría representan a ese puñado de habitantes, pero en la práctica, están ahí para obedecer ciegamente y sin titubeos a lo que la cúpula del partido les indique. De acuerdo al número de votos, muchos de ellos son asignados a sus puestos como “propietarios” de algo que no les pertenece y, como burlándose de los que generan los votos, a otros los asignan por “residuos”, palabra asociada a lo sobrante, como si la voluntad de los que votan no fuese sagrada.Es lamentable, muy lamentable, y es la realidad de nuestra Democracia en El Salvador, una de las tantas mediocres que existen. En países desarrollados eso casi no sucede porque si el congresista no está de acuerdo en algo; tiene la potestad de expresar lo que piensa sin pedirle permiso a su partido. Así es como logran grandes acuerdos comunes en bien de la gente a la que representan, los pueblos los conocen, los respetan, les escriben, les sugieren, los buscan para que hablen por ellos en el gobierno.

Ellos a cambio viajan constantemente a buscar reelecciones con su gente, les consultan, les orientan, y hasta viven ahí, crecieron con sus votantes. Así complementan la cadena alimenticia de la Democracia Representativa.

En cambio en El Salvador, el diputado vive en zozobra pensando en que si su partido le dará otro chance en la próxima elección. Consultan cualquier decisión por teléfono, email y hasta por “Messenger” con la cúpula antes de levantar la mano, hasta una computadora tienen ahí en cada asiento para que hagan las consultas al instante con la central del partido, es común ver a diputados chateando a media sesión plenaria con el Blackberry, mientras a sus municipios apenas llegan los jocotes.

En los municipios, la gente no tiene ni la menor idea quien es su representante en la Asamblea, mucho menos le van a mandar una carta. El teléfono queda descartado por que sienten que nunca se los contestaría un diputado. Así se hacen las cosas en un país patas arriba, le guste a quien le guste, y si no le gusta mejor que no se asuste.
Dicen por ahí las malas lenguas que en cada gobierno de turno, según la tradición, sus diputados están en la planilla de la partida secreta del presidente como un sueldo adicional. Pero cada diputado tiene que seguir lo que se le indica en la hoja de instrucciones.En el pasado discurso ante la Asamblea General de la ONU, Funes medio mencionó lo del voto en el exterior para los con-nacionales, pero al escucharlo, a mí se me vino la frase que Tony Saca anunció a su llegada al poder, que su gobierno pavimentaría el camino para que los salvadoreños puedan votar desde el exterior, pero a la hora de los “quiuvos” sus diputados nunca desempolvaron los archivos donde se ha pedido de manera constante el voto para más de dos millones que viven fuera. Y Saca, que habló de pavimentar, ni siquiera terminó la Calle Diego de Olguín en Santa Tecla.
Ahora que Funes toca el tema, quisiera pensar que está hablando en serio, por que esperar a que otro presidente lo diga en el 2014 como que sonaría a disco rayado. Si Funes habla de hacer los arreglos necesarios, nosotros tendríamos que pedir desde ya, que junto al voto en el exterior debe también darse la representación política en la asamblea como Diáspora y como la Democracia manda.

Debería ser una representación absolutamente soberana, sin dependencia de partidos políticos. Si la Constitución dice que hay que pertenecer a un partido político para participar en política, que se revise y se hagan los arreglos necesarios de los que Funes ha dicho que pedirá que se hagan, así matamos dos pájaros de un solo tiro.

Pero entre eso se debe incluir la participación independiente de Diputados, para que no tengan que levantar la mano en cada decisión que se tome halados con una pita desde la sede de un partido. Que la diáspora tenga ese derecho democrático de tener representación sin represión por parte de una cúpula.

Ya es hora que nuestra democracia deje de ser mediocre y le permita a la gente elegir a sus representantes, eso de residuos a la hora de elecciones para diputados son la máxima expresión del descaro.
La representación independiente debe ser considerada en el código electoral y que la gente tenga la potestad de votar por nombres de personas y no de partidos a la hora de elegir, eso del color del partido se ve “fancy” en la boleta, pero es que es falso, porque la gente no sabe a quien están eligiendo, y en español, chino o ingles, eso se traduce a “pura paja” en salvadoreño.Ya es hora de tener Diputados que representen al pueblo y no a las cúpulas de sus partidos, y la hora de tomar decisiones no tengan el tormento de tener que preguntarle al Blackberry.Esperemos que al menos desempolven el volado, sin que alguien se los ordene o se los condene.

* El articulista es parte de la diáspora salvadoreña y participa activamente como dirigente de algunas Organizaciones sin fines de lucro que siguen de cerca la realidad salvadoreña.

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