sábado, 13 de marzo de 2010

Carta abierta a la juventud salvadoreña residente en Long Island

Por: Napoleón Montes Amaya**

Pan American Institute For Social Research.
WWW.PAISR.COM

Servicios de Long Island Al Día

Queridos compatriotas:

Durante las últimas semanas nos hemos convertido en el punto de conversación en los diferentes círculos políticos y sociales de nuestra comunidad. Mucho se ha hablado de nuestras acciones y el impacto que estas generan. Irónicamente, toda esta controversia ha sido generada gracias a una minúscula parte de nuestra población, sin embargo todos hemos sido metidos en el mismo barco, y todos estamos siendo juzgados, injustamente, de la misma manera.

Ante esta situación, como jóvenes, tenemos dos opciones: la primera es asumir demencia, pretender que el pleito y las acusaciones no tienen nada que ver con nosotros, buscar culpables en terceros, y darle las espaldas a la comunidad y nuestras raíces salvadoreñas. La segunda opción es asumir el reto que se nos presenta, y demostrarle a aquellos que nos acusan, lo equivocado que están, que la juventud salvadoreña tiene mucho más que ofrecer que solo las maras.

Obviamente, la primera opción es la más fácil. Sin embargo como toda salida fácil a un problema de hoy, mañana nos pasará la factura y concreces. Al decidirnos por esta opción, nos estamos condenando a ser estigmatizados como mareros de por vida. Prácticamente, nos estaremos condenando a vivir apenados de nuestras raíces, y convertirnos en el chivo expiatorio para todos los males que existan en nuestra comunidad.

La segunda opción por su parte, a pesar que implica remar contra la corriente y romper esquemas, nos ayudará a crearnos oportunidades para el futuro. Ya sé que muchos estarán diciendo que esto suena a utopía; a estas personas las invito a que se fijen en el caso de la comunidad italiana de este país. A finales del siglo XIX y principios del siglo XX los italianos fueron el foco de acusaciones similares a las que hoy se nos achacan; se les tildaba de violentos, mafiosos, traficantes de sustancias prohibidas como el alcohol (durante esas épocas el consumo de alcohol era prohibido en los Estados Unidos) y hasta se les discriminaba por no hablar inglés. Hoy en día, la comunidad italiana es una de las mas fuertes de la zona, y sobretodo una de las mas orgullosas de sus raíces. Esto mis amigos, les aseguro que no fue logrado eludiendo los problemas que rodeadaban sus comunidades, ni asumiendo demencia. Esto lo han logrado luchando por su comunidad, tomando los problemas comunales como propios y asegurándose que a todo lugar que llegaban y que llegan porque todavía lo siguen haciendo, lo hacen como representantes de la comunidad italiana.

Los líderes de nuestra comunidad ya están haciendo su parte, peleando como gatos panza arriba por nuestros intereses, pero necesitan de nuestra ayuda. Albert Einstein una vez dijo que “No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos.” a esta frase, yo le agregaría el verbo “actuar”; y es que es cierto, los jóvenes salvadoreños de esta comunidad no podemos pretender arreglar el problema pensando y actuando de la misma manera que lo hemos venido haciendo todo este tiempo.

Para mantener todo a un nivel realista y tangible, mi propuesta de cambio reside en los tres siguientes puntos:

1) Educación: Tenemos que seguir estudiando, ya sea en la escuela, GED e idealmente asistiendo a la universidad. Los tiempos han cambiado, hoy por hoy el « High School Diploma » no te sirve de nada

2) Participación Ciudadana: Es necesario que nos involucremos mas en los asuntos de la comunidad, hay que empezar por registrarse para votar, y luego hacer uso inteligente de ese voto. Además, hay que buscar formas de hacernos sentir, como por ejemplo, sirviendo como voluntario en campañas políticas, ayudando en los cuerpos de bomberos, y perteneciendo a organizaciones comunitarias.

3) Esta última les parecerá sumamente superficial e insignificante, pero lo crean o no, puede ser igual de poderosa que las dos anteriores, cuidemos nuestra imagen. Amigos, empecemos por vestirnos bien, dejemos de usar esos pantalones flojos, camisas largas, que mas parecen los camisones de mi abuela, y dejémonos de tatuar cual si fuéramos vacas. Si no querés que te confundan con un marero, pues deja de hablar, actuar y vestirte como marero. Luego si no, se nos aplica aquel sentido de lógica popular que dice « cacaraquea como gallina, pone huevos como gallina, y tiene plumas como gallina, entonces es gallina »

No quiero concluir sin también hacer un llamado a los líderes comunitarios, a los padres y demás adultos de nuestra comunidad. Aunque ustedes no lo crean, los jóvenes no somos del todo apáticos a los problemas que nos rodean, simplemente hay que sabernos llegar y llamar nuestra atención. Yo creo que es prudente que se nos empiecen a abrir mas espacios a los jóvenes en nuestra comunidad. Generar más organizaciones que estén orientadas al desarrollo integral de los jóvenes en nuestra comunidad. En lo personal encuentro triste que existan grupos comunitarios como el 20/30 que supuestamente está orientado a personas jóvenes con edades entre los 20 y los 30 años, pero todos sus miembros tienen como 40. Los jóvenes queremos ayudar, y vamos ayudar, pero necesitamos que se nos de nuestro lugar.

Por último, los quiero dejar con otra frase que alguna vez me dijo un gran amigo que es fiel creyente de la juventud: « Los jóvenes no son la esperanza del futuro, son la realidad del presente »

**Lic. en Economía y Ciencias Políticas

University of Pennsylvania

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