domingo, 7 de marzo de 2010

Brasil y Estados Unidos mantienen serias diferencias sobre la carrera nuclear de Irán

Por Luis Montes Brito
  • ``No es prudente empujar a Irán contra la pared, lo prudente es establecer negociaciones'', Presidente Luiz Inácio Lula da Silva

  • ``El presidente Obama ha extendido la mano a Irán por más de un año, pero ese gesto no ha sido reciprocado'', Secretaria de Estado Hillary Clinton
Con intereses aun no definidos convincentemente Brasil ha sorprendido a la comunidad internacional al acercarse al gobierno de Irán, hecho que ha generado diversas teorías y comentarios acerca de la posible motivación de esta aproximación, las cuales van desde las que señalan a un agrandado Presidente Lula hasta otras de análisis más profundo que especulan con la posibilidad de que Brasil esté al borde de iniciar su ingreso a las naciones con pretensiones de contar con armamento nuclear.

La visita a Brasil del presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad a finales del año anterior y el pomposo recibimiento que le brindara Lula encendió las primeras luces de inquietud a nivel internacional, posteriormente la defensa de Brasil en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre las claras intenciones de Irán de desarrollar tecnología nuclear que apuntan a que pronto contará con armamento de este tipo han sido la fuente de diferencias de política exterior entre Estados Unidos y Brasil.

El voto de Brasil en dicha instancia de la ONU es muy importante ya que para aplicar sanciones se necesitan al menos 9 votos a favor del total de 15 países que componen dicho Consejo. Los cinco miembros permanentes -China, Francia, Rusia, el Reino Unido y Estados Unidos- tienen poder de veto.

Los chinos, que le compran petróleo a Irán y tienen intereses comerciales en el país, como la construcción de una refinería con un costo de 3.000 millones de dólares, se oponen a las sanciones, pueden llegar a censurar la iniciativa, a menos que los otros cuatro miembros permanentes logren obtener el apoyo de cinco miembros temporarios más, entre ellos un país emergente fuerte como Brasil. Esto ayudaría a aislar a los chinos posiblemente llevándolos a abstenerse de votar.

Esta semana la secretaria de Estado Hillary Clinton visitó Brasil para tratar de convencer al gobierno de Lula de apoyar sanciones económicas contra Irán por su programa nuclear. Tanto Clinton como su colega brasileño Celso Amorim se empeñaron en bajar el tono sobre la diferencia, al destacar que coinciden en que Irán no puede desarrollar armas nucleares.

Sin embargo durante la visita de la representante estadounidense quedó claro que Lula no está dispuesto a ceder a las presiones de Washington. `No se trata de que Brasil se niega a unirse a un consenso (de sancionar a Irán), no es por presión que se negocia'', expresó Amorim en una conferencia de prensa junto con Clinton. ``Creemos que hay posibilidad de llegar a un acuerdo''.

Clinton dijo por su parte que su país también desea negociaciones, pero insistió en que Irán no muestra interés en negociar. Agregando que ``el presidente (Barack) Obama ha extendido la mano a Irán por más de un año, pero ese gesto no ha sido reciprocado'', sostuvo la secretaria de Estado.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva dejó las diferencias en evidencia cuando declaró el martes su rechazo a las sanciones. Sentenciando que ``No es prudente empujar a Irán contra la pared, lo prudente es establecer negociaciones'', declaró Lula horas antes de encontrarse con Clinton. ``Yo quiero para Irán lo mismo que quiero para Brasil: utilizar el desarrollo de la energía nuclear para fines pacíficos''.

Las intenciones del presidente brasileño acerca de abandonar las filas de país espectador para pasar a formar parte de los países protagonistas en los temas de interés mundial están cada vez más claras, la forma más rápida que Lula ha encontrado para enviar este mensaje al mundo es contradecir abiertamente a la primera potencia, aunque para esto Brasil haya acercado posiciones a países cuyos gobiernos no cuentan con credenciales democráticas muy claras y que además son cuestionados por su actitud belicista como es el caso de Irán.

El Consejo de Seguridad está compuesto por 15 miembros, de los cuales 5 son permanentes y 10 son elegidos por la Asamblea General por un período de 2 años.

Notas * Federación de Rusia ocupó el lugar de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas el 25 de diciembre de 1991.

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