lunes, 1 de marzo de 2010

El aumento de penas a los menores en El Salvador

Por Silvia de Bonilla*
Tomado de Long Island al Día

Servicios de long Island Al Día

www.Lialdia.com

Los padres debemos definitivamente estar vigilantes con nuestros menores y no permitirles compañías de dudosa reputación. Ellos se encuentran en pleno desarrollo psíquico y físico y su capacidad de entender entre lo bueno y lo malo puede variar y dependerá de las oportunidades que en la infancia se pusieron a disposición. Es muy normal escuchar a los menores decir, ” mi papá se dedica a trabajar robándo en los buses”, porque no conocen cosa distinta, o por ejemplo afirmar que su mamá trabaja en la prostitución, sin que ello les genere pena alguna.

Es una realidad que cada día sean más los menores cometiendo ilicitos penales, pues son manipulados por los delincuentes adultos.

En la mayoría de los casos observo que los jóvenes o las nuevas generaciones de pandilleros ya no se están tatuando, como un mecanismo estratégico para no ser descubiertos fácilmente. Impiden así que por su simple aspecto sean detenidos y procesados injustamente por el delito de agrupaciones ilicitas.


Datos importantes

Los menores de edad a partir de los 12 años y hasta los 18 son sometidos a la Ley Penal Juvenil. Esta LEY DE APLICACIÓN ESPECIAL, puede admitir el internamiento de menores por delitos cometidos hasta por LA MEDIDA MÁXIMA LLAMADA ”INTERNAMIENTO” que no sobrepasa jamás los siete años.

En materia penal para adultos a la condena se le llama PENA. Los términos entonces varían pues para un adulto condenado a siete años de prisión su Sentencia diría: POR TANTO: ES CONDENADO A CUMPLIR UNA PENA DE PRISIÓN DE SIETE AÑOS…

En cambio para un menor EN LA AUDIENCIA DE VISTA DE LA CAUSA LA RESOLUCIÓN DIRÍA: SE LE APLICARÁ LA MEDIDA DE INTERNAMIENTO POR UN PLAZO DE SIETE AÑOS.

Actualmente he podido observar penas de 4, 5 y 6 años POR HOMICIDIOS AGRAVADOS, VIOLACIONES Y EXTORSIONES. Difícilmente a un menor se les castiga con el máximo.

Los jóvenes portándose bien pueden lograr beneficios dentro del cumplimiento de la medida de internamiento, facultándoles por orden judicial poder gozar de permisos esporádicos de fin de semana, permisos para visitar a familiares enfermos, e incluso para visitar familiares como madre y padre que se encuentren privados de libertad en algún centro penal, luego podrían obtener el beneficio o modificación de su medida por la “LIBERTAD ASISTIDA Y REGLAS DE CONDUCTA” y si bien es cierto los beneficios para los jóvenes internos son muchos y por estar en pleno desarrollo no es pertinente imponerles una pena maxima de 15 años.

Viene a mi memoria el caso de una jovencita a quien llamaré ‘ Claudia”.

La jovencita de tan solo doce años asesinó a un niño de diez años de edad, privándolo incialmente de su libertad lo llevó a su casa, lo estránguló y luego con un cuchillo de cocina lo mutiló, intrujo sus partes en una bolsa y lo lanzó a un rio. La niña tan solo tenía 12 años. Fue internada con una medida por cinco años y a los tres años de internamiento, la señora Directora del Centro de Reinsercción, informó al Juez que Claudia era una de las niñas con mejor comportamiento, muy buenas calificaciones, aprendiendo corte y confección, visitando la iglesia, no tiene problemas con sus compañeritas internas y es lider de grupo,se encarga de dar charlas motivacionales a las demás internas.

Si analizamos este caso, entonces no podemos condenar a “CLAUDIA”, por haber asesinado al menor, a condenarla socialmente, negándole aportunidades en la vida que sin duda la sacarán adelante. Ella solicitó un permiso especial al señor Juez para visitar un fin de semana a sus padres, sin embargo aclaró que por el momento no desea salir del internamiento por medio del beneficio de la LIBERTAD ASISTIDA, pues en su ambiente familiar no cree encontrar las oportunidades de estudio y aprendizaje vocacional que al interior del centro ya tiene.

Se habla mucho hoy en día del veto presidencial con relación a las penas de los menores, pero he podido constatar que son más los jóvenes que superan las pruebas en relación al dominio de su conducta al encontrarse internos y en abierto aprendizaje, en relación a los adultos, pues muchos de estos últimos salen de nuevo a delinquir.

En tal sentido el mandatario vetó el decreto aprobado por los 76 diputados de la Asamblea Legislativa que ampliaba las penas máximas para los menores de edad infractores hasta por 15 años de prisión.

El presidente Funes rechazó lo aprobado por los diputados “‘por considerarlo inconstitucional’ y porque viola la Convención sobre los Derechos del Niño, así como las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la Administración de Justicia a Menores y las Reglas para la Protección de los Menores Privados de Libertad, suscritos por El Salvador”.

El presidente considera además que ” la disposición va en contra de lo estipulado en la Convención sobre los Derechos del Niño, que establece como obligación del Estado el tratamiento a los menores de forma apropiada a su edad, así como la utilización del encarcelamiento o prisión “como medida de último recurso y durante el periodo más breve que proceda” (Art. 37.b).

Los eruditos en materia penal juvenil, afirman que los menores por estar en pleno desarrollo y en formación, logran asimilar dentro del internamiento aspectos mas positivos de forma conductual que solo les genera beneficios, pues estas medidas los estimulan al buen comportamiento para lograr quedar prontamente en libertad, bajo la norma conocida como LIBERTAD ASISTIDA Y REGLAS DE CONDUCTA, como antes expliqué.

En tal sentido, el señor presidente Mauricio Fúnes, tiene la razón en VETAR el aumento de las penas a menores.

Sin duda el Señor Presidente no pretende condenar a niños con penas tan drásticas. Sin embargo el aumento de las penas sí debería ser aplicado a los jóvenes que reinciden y cometen las mismas o peores barbaries.

La responsabilidad es de todos, los jóvenes merecen oportunidades, pero muchas veces, nosotros sus progenitores y la misma sociedad que hemos creado, les niega a nuestros hijos oportunidades de vida viables que les permítan volverse hombres y mujeres de bien en la sociedad.

El gobierno deberá buscar mecanismos prácticos sobre todo del tipo preventivo para evitar que sigan naciendo o en formación, mas jóvenes pandilleros

Al señor presidente de la República, le queda mucho por hacer, pero él tan solo no es el responsable del futuro de la niñez. Nosotros los padres de familia somos sin duda los primeros llamados a la responsabilidad, dónde los valores cristianos, y el ejemplo que le demos a nuestros hijos marque un camino de bien, por el que transitaran en el desarrollo de sus vidas.

*SILVIADEBONILLAABOGADA@YAHOO.ES

FACEBOOK: SILVIA DE BONILLA-ABOGADA.-
Adscrita al Juzgado Primero de Vigilancia y Ejecución de Medidas al Menor

No hay comentarios:

Publicar un comentario