Compilado por Luis Montes Brito
Un día como
hoy 16 de Noviembre de 1532 en
Cajamarca, Perú, Francisco Pizarro y sus colaboradores raptan al gobernante
inca Atahualpa. Seis meses después, tras cobrar el rescate, lo asesinarán. La
Captura de Atahualpa o Batalla de Cajamarca fue un ataque sorpresa al monarca
del Imperio Incaico realizada por Francisco Pizarro y sus tropas. Ocurrió en la
tarde de un día como hoy 16 de noviembre de 1532, en la plaza mayor de
Cajamarca, logrando su objetivo de capturar al inca Atahualpa. El conquistador español Francisco Pizarro,
junto con sus cuatro hermanos, encabezaba una pequeña expedición de 168 hombres
y 62 caballos, la misma que había partido de Panamá en diciembre de 1531.
Atahualpa acababa de resultar victorioso en una larga guerra civil por la
sucesión al trono contra su medio hermano Huáscar. Durante el viaje de la
expedición española, Atahualpa envió varios mensajeros con regalos para los
españoles, algunos de ellos de oro, lo que aumentó las esperanzas de Pizarro de
hallar grandes tesoros. Cuando Pizarro llegó a Cajamarca, esta se encontraba
desierta y el ejército inca de alrededor de 30,000 guerreros se encontraba
acampado en las afueras, en Pultumarca (hoy llamado Baños del Inca), a una
legua de la ciudad. Francisco Pizarro encomendó a Hernando de Soto la misión de
ir donde el Inca para invitarle a que viniera a cenar con él en Cajamarca.
Pizarro fue muy insistente en el sentido de que la invitación debía ser
transmitida de manera cortés y pacífica, para evitar malentendidos. Soto partió
acompañado de veinte jinetes entre los que se encontraba Diego Garcia de
Paredes. Cuando la avanzadilla se hallaba ya a medio camino, Pizarro viendo
desde lo alto de una de las “torres” de Cajamarca las numerosas tiendas de
campaña que conformaban el campamento del Inca, temió que sus hombres pudieran
sufrir una emboscada y envió a su hermano Hernando Pizarro con otros veinte
encabalgados más. Soto y sus hombres
llegaron a Pultumarca, a través de una calzada de piedra que corría entre dos
canales de agua y terminaba en un río, a partir del cual comenzaba el
campamento del Inca. Mientras que Hernando Pizarro y su grupo iban ya casi al
alcance de Soto. Éste llevaba al intérprete Felipillo de Tumbes, mientras que
Hernando Pizarro llevaba al intérprete Martinillo, el sobrino del curaca
Maizavilca de Poechos. El Inca descansaba en un palacete situado en medio de un
pradillo cultivado, situado un poco más atrás del campamento inca. Unos
cuatrocientos guerreros incas, desplegado en el pradillo, custodiaban la
residencia del Inca. Soto y sus hombres, después de cruzar el campamento,
llegaron ante la puerta del palacete y, sin bajar de sus caballos, enviaron a
Felipillo para que solicitase la presencia del Inca. Un orejón o noble inca fue
donde su señor con el mensaje y los españoles quedaron a la espera de alguna
respuesta. Sin embargo, transcurría el tiempo, sin que nadie saliera dando una
respuesta y en eso llegó Hernando Pizarro, junto con cuatro españoles, todos a
caballo (el resto de los jinetes se había quedado a las puertas del campamento,
a la expectativa de lo que sucediera). Sin bajarse del animal, Pizarro se
dirigió a Soto preguntándole por el motivo de su demora, a lo que éste
respondió «aquí me tienen diciendo ya sale Atabalipa... y no sale». Hernando
Pizarro, muy molesto, le ordenó a Martinillo que llamara al Inca, pero como
nadie salía, se encolerizó aún más y dijo «¡Decidle al perro que salga...!»
Tras el agravio de Hernando Pizarro, el orejón Ciquinchara salió del palacete a
observar la situación y luego volvió al interior, informando a Atahualpa que se
hallaba afuera el mismo español que lo había descalabrado en Poechos (sede del
curacazgo de Maizavilca, en Piura), cuando se hallaba espiando el campamento
español. Fue entonces cuando, Atahualpa se animó a salir, caminando hacia la
puerta del palacete y procediendo a sentarse sobre un banco colorado, siempre
tras una cortina que únicamente dejaba ver su silueta. De éste modo, podía
observar al enemigo sin ser visto. De inmediato, Soto se acercó a la cortina,
aún encabalgado, y le presentó la invitación a Atahualpa, aunque éste ni
siquiera lo miró. Más bien, se dirigió a uno de sus orejones y le susurró
algunas cosas. Hernando Pizarro se molestó nuevamente y comenzó a vociferar una
serie de cosas que acabaron por llamar la atención del Inca, quien ordenó que
le retirasen la cortina. Su mirada se dirigió muy particularmente al osado que
lo había llamado «perro». Sin embargo, optó por responder a Soto, diciéndole
que avisara a su jefe que al día siguiente iría a verlo donde ellos estaban y
que ahí deberían pagarle todo lo que habían tomado durante su estancia en sus
tierras. Hernando Pizarro, sintiéndose desplazado, le dijo a Martinillo que le
comunicara al Inca que entre él y el capitán Soto no había diferencia, porque
ambos eran capitanes de Su Majestad. Pero Atahualpa no se inmutó, mientras
cogía dos vasos de oro, llenos de licor de maíz, que le alcanzaron dos mujeres.
Sin embargo, Soto le comentó al Inca que su compañero era hermano del
Gobernador. El Inca siguió mostrándose indiferente ante Hernando Pizarro, pero
finalmente se dirigió a él, entablándose un diálogo durante el cual el español
se jactó de la superioridad bélica de sus hombres. Luego, el Inca ofreció a los
españoles los vasos de licor, pero aquellos, temerosos de que la bebida
estuviera envenenada, se excusaron de tomarla, diciendo que estaban en ayuno. A
lo que el Inca replicó diciendo que él también estaba ayunando y que el licor
de ningún modo hacía romper el ayuno. Para que se disipara cualquier temor, el
Inca probó un sorbo de cada uno de los vasos, lo que tranquilizó a los
españoles, que bebieron entonces el licor. Soto, montado en su caballo, quiso
enseguida lucirse y comenzó a galopar, haciendo cabriolas ante el Inca; de
repente avanzó sobre el monarca como queriendo atropellarle, pero paró en seco.
Soto quedó asombrado al ver que el Inca había permanecido inmutable, sin hacer
el menor gesto de miedo. Atahualpa ordenó luego traer más bebida y todos bebieron.
Finalizó la entrevista con la promesa de Atahualpa de ir al día siguiente a
encontrarse con Francisco Pizarro. Los españoles convencieron al Inca de solo
llevar sirvientes y no soldados al encuentro como gesto de buena voluntad,
aunque de igual modo Atahualpa llevó a su lado a algunos cientos de soldados de
su guardia imperial. Le seguían 30.000 a 40.000 sirvientes y guerreros
desarmados por orden suya (porque pensaba capturar a los españoles como a
animales: solo con las manos, y de ser necesario, usando boleadoras). Pizarro
los esperaba con 180 españoles y 37 caballos más indios auxiliares. Atahualpa
aceptó la invitación y encabezó una lenta y ceremoniosa procesión de miles de
hombres, mayormente bailarines, músicos y cargadores de servicio. La marcha le
tomó buena parte del día, causando la desesperación en Francisco Pizarro y sus
hombres, porque no querían pelear de noche. Esto es notable porque a estas
alturas de la campaña de conquista del Tahuantinsuyo, los españoles ignoraban
que los incas no combatían de noche por motivos rituales. Dentro de Cajamarca,
los españoles habían hecho ya los preparativos para tender la celada al Inca.
Pizarro dividió a sus jinetes en dos grupos, uno al mando de Hernando Pizarro y
otro al mando de Hernando de Soto. A los caballos se les colocó cascabeles para
que hicieran más ruido al momento de galopar. Los infantes fueron también
divididos en dos grupos, uno al mando del mismo Francisco Pizarro y otro al
mando de Juan Pizarro. Todas estas tropas fueron desplegadas de manera
estratégica. En la cima de una torre situada en la plaza, se instaló el
artillero Pedro de Candía, acompañado por tres soldados y dos trompetas, junto
con la artillería, compuesta por dos falconetes o cañones pequeños, dispuestos
para disparar cuando se diese la señal convenida. Escondidos dentro de la
ciudad, las tropas españolas presenciaron el ingreso del Inca a la plaza mayor,
ya cerca de la hora del crepúsculo. Atahualpa cometió el error de subestimar el
peligro que el pequeño grupo de españoles representaba y acudió escoltado
únicamente por un grupo de entre 3,000 y 6,000 servidores, mientras que el
resto de su ejército quedó fuera de la muralla de la ciudad, delante de la
portada de levante. El Inca, cargado en andas, se condujo hasta el centro de la
plaza, donde ordenó a sus portadores que se detuvieran. Se sorprendió al no ver
a ningún español y preguntó a su espía Ciquinchara dónde estaban todos ellos.
Algunos de sus capitanes le respondieron que los españoles estaban escondidos
de miedo. De pronto, avanzó hacia Atahualpa un hombre barbado y vestido con un
hábito blanquinegro: era el fraile Vicente de Valverde, acompañado del
intérprete Martinillo y de un español. Valverde, portando una cruz y un
breviario, inició el llamado Requerimiento, ordenando a Atahualpa que
renunciara a su religión pagana y que aceptara en cambio al catolicismo como su
fe y a Carlos I de España, como soberano. Atahualpa se sintió insultado y
confundido por estas demandas de los españoles. Si bien seguramente Atahualpa
no tenía intenciones de acceder a las demandas de los españoles, según las
crónicas de Garcilaso de la Vega, el Inca intentó algún tipo de discusión sobre
la fe de los españoles y su rey, pero los hombres de Pizarro se comenzaron a
poner impacientes. El Inca notó que Valverde miraba su breviario antes de
pronunciar las frases del Requerimiento y con curiosidad se la pidió. El cura
le explicó que allí se encontraba el designio divino de su religión y que de
allí salía la palabra de Dios. Atahualpa cogió el libro, lo revisó y se lo
acercó al oído, indignándose porque no oía nada ni sentía que ese objeto fuera
así de poderoso, por lo que lo lanzó muy lejos con furia, gritando que él no se
sometería ante nadie por ser el hijo del sol, y que no conocía la religión de
la que el cura le hablaba; asimismo exigió que los españoles pagaran por los
desmanes que habían cometido desde su llegada a suelo de su reino. Martinillo
recogió el libro y lo alcanzó a Valverde, quien corrió hacia donde Pizarro,
gritándole: «¡Qué hace Vuestra Merced, que Atabalipa está hecho un Lucifer!»,
para luego dirigirse hacia los soldados españoles, contándoles que el Inca
había arrojado los Evangelios por tierra y rechazado el Requerimiento, por lo
que les incitó a que salieran a combatir al “idólatra”, que tendrían la
absolución. Fue así que Pizarro ordenó a sus hombres a que entraran en acción;
sonaron las trompetas y simultáneamente, el artillero Pedro de Candía disparó
uno de los falconetes que estaban en la cima de la torre (el otro se averió),
impactando el disparo en medio de la masa humana, matando y mutilando a los que
en su línea de fuego encontró. Y antes de que los sorprendidos indios se
recuperasen, los españoles de a caballo, al grito de «¡Santiago, Santiago!»,
salieron estrepitosamente barriendo todo lo que tenían delante, seguidos de una
tropilla de negros e indios con corazas, estoques y lanzas. Simultáneamente, el
otro escuadrón de españoles abría fuego con sus mosquetes desde larga
distancia. Se produjo un gran caos pues los pocos guerreros armados no tuvieron
tiempo de sacar sus porras, las cuales tampoco eran de mucha ayuda contra los
tiros lejanos españoles y los caballos, la mayoría de la masa india trató de
salir del complejo para alejarse de la masacre, y como la única puerta
principal estaba abarrotada cargaron contra uno de los muros haciendo un forado
en este y salieron del complejo. El principal blanco del ataque español era
Atahualpa y sus comandantes. Pizarro se dirigió a caballo hacia donde estaba
Atahualpa, pero el Inca no se movió. Los españoles cortaron las manos o brazos
de los asistentes que portaban la litera de Atahualpa para obligarlos a dejarla
caer y poder alcanzarlo. Los españoles estaban sorprendidos porque los
asistentes ignorando sus heridas, y con sus miembros todavía sanos, sostuvieron
la litera hasta que varios de ellos fueron matados y la litera volcó. Atahualpa
permaneció sentado en la litera mientras que un gran número de asistentes se
apresuraron a colocarse entre la litera y los españoles, dejando que los
españoles los mataran. Mientras sus hombres mataban a los indios, Pizarro
cabalgó entre ellos hasta donde un soldado español de a pie había extraído a
Atahualpa de la litera. Mientras que sucedía esto, otros soldados también
alcanzaron la litera y uno de ellos intentó matar a Atahualpa. Reconociendo el
valor de Atahualpa como prisionero, Pizarro lo defendió y fue herido en una
mano con una espada. Grabado del siglo XVIII, que representa al inca Atahualpa
tomado preso por los españoles. Como resultado del encuentro entre 4,000 a
5,000 personas murieron (entre sirvientes y guardias atahualpistas junto a
terceros que allí se encontraban, como los pobladores de Cajamarca y varios
orejones huascaristas enviados con ofrecimientos de parte del Inca cautivo),
otros 7,000 fueron heridos o capturados, según los cronistas los españoles
tuvieron solo un muerto (un esclavo negro) y varios heridos.
Un día
como hoy 16 de Noviembre de 1780 en
Cuzco, Perú, el líder revolucionario
inca Túpac Amaru II proclama la abolición de la esclavitud por vez primera en
América. El 18 de mayo del año siguiente será ejecutado mediante
desmembramiento y decapitación. José Gabriel Condorcanqui reclamaba ser
descendiente de Túpac Amaru I, el último Inca de Vilcabamba, quien fuera
ejecutado en la plaza del Cusco en 1572 por orden del Virrey Toledo. El curaca
José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, nació el 19 de marzo de 1738, en el
pueblo de Surimana, distrito de Tungasuca, Provincia de Canas, en el Departamento
de Cusco. Era el segundo hijo de Miguel Condorcanqui y de Rosa Noguera,
descendiente por línea materna de Túpac Amaru I, el último soberano inca, de
quien adoptó el nombre. Al fallecer su hermano mayor, quedó como único y
legítimo heredero del curacazgo de Surimana, Tungasuca y Pampamarca. Fue
educado por los jesuitas en el colegio de curacas de San Francisco de Borja
ubicado en el Cusco. Tenía alrededor de 20 años cuando contrajo matrimonio con
doña Micaela Bastidas Puyucahua. Era propietario de cocales en Carabaya,
chacras en Tinta, vetas de minas y, sobre todo, dueño de 350 mulas, utilizadas
para transportar mercaderías a Potosí, por lo cual era conocido peyorativamente
como "el curaca arriero". En 1776 presentó una petición formal para
que se le concediera un título de nobleza hispano y para que los indios fueran
liberados del trabajo obligatorio en las minas. Ante la negativa de la
Audiencia de Lima decidió tomar medidas más radicales. Un día como hoy 16 de
Noviembre de 1780, Túpac Amaru II lideró
una insurrección popular en el valle de Tinta, la que, en seguida, se propagó
por toda la sierra y cuyas principales exigencias fueron poner fin a los
tributos excesivos, la mita y los abusos de los corregidores. Si bien al
comienzo el movimiento reconoció la autoridad española de la Corona, más
adelante se convirtió en un movimiento independentista y en la revolución más
grande en la historia del Virreinato español. Al iniciarse la insurrección, el
corregidor Arriaga fue apresado y ejecutado por orden de Túpac Amaru. Aunque el
objetivo inicial fue luchar contra los excesos y el mal gobierno de los
españoles, no pudo evitar que la guerra se convirtiera en racial. Al frente de
una nutrida tropa y después de vencer a un ejército de 1,200 españoles en Sangarará,
Túpac Amaru II prefirió no marchar sobre Cusco y regresar a su residencia de
Tungasuca sin entrar en la antigua capital Inca; con ello intentó facilitar una
negociación de paz, ya que su objetivo no era la guerra contra los españoles
sino acabar con los excesos de los corregidores. Esto permitió que los
españoles organizaran la resistencia y los rebeldes fueron vencidos el 8 de
enero de 1781 por el ejército enviado por el virrey Jáuregui y Aldecoa y, entre
el 5 y el 6 de abril, en Tinta, por las tropas del mariscal del Valle. Perseguido
por el general Ventura Landa en Tananico, fue hecho prisionero y juzgado
severamente, el 18 de mayo de 1781, siendo obligado a presenciar el asesinato
de toda su familia.El visitador Areche lo condenó a morir descuartizado por
cuatro caballos que tirasen de cada una de sus extremidades. Como Túpac Amaru
II era un hombre excepcionalmente fuerte, fue imposible matarlo de esa manera
por lo que ordenaron su decapitación. Su cuerpo fue descuartizado, su cabeza
fue colocada en una lanza exhibida en Cusco y Tinta, sus brazos en Tungasuca y
Carabaya, y sus piernas en Livitaca y Santa Rosa. A pesar de la ejecución de
Túpac Amaru II y de su familia, los españoles no lograron sofocar la rebelión,
que continuó acaudillada por su medio hermano Diego Cristóbal Túpac Amaru, al
tiempo que se extendía por el altiplano boliviano, la región de Jujuy y en el
Noroeste argentino. La fama de Túpac Amaru II se extendió de tal forma que
incluso los indios sublevados en el llano de Casanare, Virreinato de Nueva
Granada (actual Colombia), le proclamaron rey de América. Siguiendo los pasos
de Túpac Amaru II, que había intentado una solución pactada al conflicto, su
hermano Diego Cristóbal llegó a un acuerdo para deponer las armas con la
promesa española de indultar a los rebeldes y corregir la mala situación de los
indios. Esto se logró tras difíciles negociaciones, en enero de 1782. Las
posteriores rebeliones criollas invocaron el nombre de Túpac Amaru II para
obtener el apoyo de los indios.
Un día como hoy 16 de Noviembre de 1923 se
crea la Interpol. La Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL) es la mayor organización de policía internacional, con 188 países miembros, por
lo cual es la segunda organización internacional más grande del mundo, tan sólo
por detrás de las Naciones Unidas. Creada un día como
hoy 16 de Noviembre de 1923, apoya y ayuda a todas las
organizaciones, autoridades y servicios cuya misión es prevenir o combatir la
delincuencia internacional. El cuartel general de la organización está en Lyon,
Francia. El 13 de febrero de 2008 se confirmó en el cargo de presidente
interino a Arturo Herrera Verdugo, director general de la Policía de
Investigaciones de Chile. Por ser anteriormente el vicepresidente de mayor
antigüedad debió asumir debido a la renuncia el 13 de enero de 2008 de Jack
Selebi, quien fue cesado de su cargo de jefe de la policía sudafricana debido a
las acusaciones de corrupción que enfrenta tras hacerse pública su relación de
amistad con Glenn Agliotti, conocido mafioso de su país. Arturo Herrera ocupó
el cargo hasta la reunión de la Asamblea General de la organización en octubre
de 2008, donde se eligió a Khoo Boon Hui. El secretario general es Ronald K.
Noble, quien anteriormente estuvo en el Departamento del Tesoro de los Estados
Unidos, siendo el primer no europeo en ocupar el cargo. Debido al papel
políticamente neutro que debe jugar, la constitución de la Interpol prohíbe
cualquier tipo de relación con crímenes que no afecten a varios países
miembros, y ningún tipo de crímenes políticos, militares, religiosos o
raciales. Su trabajo se centra en la seguridad pública, el terrorismo, el
crimen organizado, tráfico de drogas, tráfico de armas, tráfico de personas,
blanqueo de dinero, pornografía infantil, crímenes económicos y la corrupción. Su
historia comienza en 1914 en el marco del Primer Congreso Internacional de
Policía Criminal, celebrada en Mónaco. Los agentes de policía, abogados y
magistrados de 14 países se reunieron para discutir los procedimientos de
detención, técnicas de identificación y los procedimientos de extradición. En
1923 se crea la Comisión Internacional de Policía Criminal (ICPC), con sede en
Viena (Austria), por iniciativa del Dr Johannes Schober, presidente de la
Policía de Viena. Ese mismo año 1923
por primera vez se publican en el diario de seguridad pública internacional de
INTERPOL notificaciones sobre personas buscadas. En 1925, la Asamblea General,
reunida en Alemania (Berlín), propone que cada país establezca un punto de
contacto central en el marco de su estructura policial, lo que sería el
precursor de la Oficina Central Nacional (OCN). En 1932 muere el doctor
Schober, por lo que se pone en marcha la creación del puesto de Secretario
General. El primero en ocupar tal cargo será el austriaco Michael Skubl,
Comisionado de la Policía de su país. En 1938, los nazis deponen al Secretario
General y toman el control de la organización. La mayoría de los países dejan
de participar de manera efectiva y el ICPC deja de existir como organización
internacional. En 1946, Bélgica lidera la reconstrucción de la organización
después del final de la Segunda Guerra Mundial. Un nuevo cuartel general fue
establecido en París, donde se llevó a cabo un proceso democrático para elegir
al Presidente y al Comité Ejecutivo. Tras la aprobación de un Estatuto
modernizado, la CIPC pasa a ser la Organización Internacional de Policía
Criminal-INTERPOL, más brevemente OIPC-INTERPOL o INTERPOL. La Organización
adquiere autonomía mediante el cobro de contribuciones a los países miembros y
las inversiones como principales medios de financiación. En 1963, se lleva a
cabo la primera conferencia regional celebrada en Monrovia, Liberia. En 1971,
las Naciones Unidas reconoce a la Interpol como una organización intergubernamental.
1982 Se crea un órgano independiente encargado de velar por el respeto de las
normas internas de INTERPOL en materia de protección de datos. 1989 INTERPOL
traslada su Secretaría General a Lyon (Francia). En 2003 el órgano
independiente encargado de velar por el respeto de las normas internas de
INTERPOL en materia de protección de datos se convierte en la Comisión de
Control de los Ficheros de INTERPOL. En 1998 Se crea la base de datos del
Sistema de Información Criminal de INTERPOL (SICI). 2002 Se pone en
funcionamiento el sistema de comunicación I-24/7, basado en Internet, que
mejora considerablemente el acceso de las OCN a las bases de datos y los
servicios de INTERPOL. Canadá será el primer país en conectarse al sistema.
También se pone en marcha la base de datos sobre documentos de viaje robados y
perdidos. 2003 Inauguración oficial en la Secretaría General del Centro de
Mando y Coordinación, que permite a la Organización estar en funcionamiento 24
horas al día y siete días a la semana. 2004 Interpol inaugura la oficina de
enlace con las Naciones Unidas en Nueva York y el primer Representante Especial
fue nombrado en el año. 2009 Apertura oficial, en Bruselas, de la Oficina del
Representante Especial ante la Unión Europea. 2015 Inauguración oficial en
Singapur del Complejo Mundial de INTERPOL para la Innovación. El cual trabaja para combatir la
ciberdelincuencia y ayudar a la policía en todo el mundo a través de la innovación
y la formación a hacer frente a las amenazas emergentes.
Un día como hoy 16 de Noviembre de 1945 en Londres se crea la Unesco. La Organización de
las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) es un
organismo especializado del Sistema de las Naciones Unidas (ONU). La UNESCO
obra por crear condiciones propicias para un diálogo entre las civilizaciones,
las culturas y los pueblos, fundado en el respeto de los valores comunes.
Asimismo, contribuye a la conservación de la paz y a la seguridad mundial,
mediante la promoción de la cooperación entre las naciones a través de la
educación, la ciencia, la cultura, la comunicación y la información. La
Organización cuenta con 195 Estados Miembros y 9 Miembros Asociados. Estos
últimos son territorios o grupos de territorios que no asumen por sí mismos la
conducción de sus relaciones exteriores. La UNESCO tiene sede en París. La
Organización cuenta también con más de 50 oficinas fuera de la Sede. La UNESCO
nació de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial cuando, un día como hoy 16 de Noviembre de 1945, se celebró en
Londres, justo al concluir la guerra, una conferencia de las Naciones Unidas
para establecer una organización educativa y cultural. El evento reunió a
representantes de 37 Estados, con el impulso de Francia y del Reino Unido (dos
naciones muy afectadas por el conflicto), los delegados decidieron crear una
organización destinada a instituir una verdadera cultura de paz con la
finalidad de fortalecer la solidaridad intelectual y moral de la humanidad e
impedir una nueva guerra mundial. Al final de la conferencia, los 37 Estados
firmaron la Constitución que marcó el origen de la UNESCO. El documento entró
en vigor en noviembre de 1946, tras ser ratificado por 20 países signatarios.
En 1958 se inaugura en París el edificio de la Sede permanente de la UNESCO,
proyectado por los arquitectos Marcel breuer (EE.UU.), Pier-Luigi Nervi
(Italia) y Bernard Zehrfuss (Francia).
Un día como hoy 16 de Noviembre de 1989 tropas de las Fuerzas Armadas de
El Salvador asesinan a seis jesuitas y dos empleadas domésticas. Ocho personas
fueron asesinadas por tropas de gobierno un día como hoy 16 de noviembre de
1989, en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), dentro del
contexto de la ofensiva “Hasta
el Tope”, lanzada por el FMLN durante la presidencia de Alfredo Felix Cristiani
Burkard. Los autores simularon que los crímenes habían sido cometidos por la
guerrilla. Las víctimas fueron: Ignacio Ellacuría S. J., español, rector de la
universidad; Ignacio Martín-Baró S. J., español, vicerrector académico; Segundo
Montes S. J., español, director del Instituto de Derechos Humanos de la UCA; Juan
Ramón Moreno S. J., español, director de la Biblioteca de teología; Amando
López S. J., español, profesor de filosofía; Joaquín López y López S. J.,
salvadoreño, fundador de la universidad y estrecho colaborador; Elba Ramos,
salvadoreña, empleada doméstica; Celina Ramos, salvadoreña, empleada doméstica.
Algunos curas jesuitas eran líderes en El Salvador de la Teología de la
Liberación, por lo que eran percibidos como aliados de la guerrilla
izquierdista del FMLN. El asesinato de los jesuitas causó una ola de
indignación en todo el mundo, y aumentó las presiones de la comunidad
internacional para que el gobierno y la guerrilla aceleraran el diálogo para
poner fin al conflicto bélico de El Salvador. Un ex miembro del Ejército
salvadoreño incriminó al expresidente de El Salvador, Alfredo Cristiani, en la
matanza de los sacerdotes jesuitas y sus dos empleadas, ocurrida en 1989. La
Audiencia Nacional de España anunció en el año 2009 que investigaría el
asesinato de los jesuitas, cinco de ellos españoles. La Audiencia dio trámite a
una querella presentada en noviembre de 2008 por la Asociación Pro Derechos
Humanos de España, que acusaba a 14 militares salvadoreños de ser los autores de
la masacre. La acusación, además, incluía a Alfredo Cristiani, quien era
presidente de la República y Comandante General de las Fuerzas Armadas al momento del hecho.
¡Muy interesante! Sobre la situación crítica de Atahualpa, realmente me transporte a ese momento histórico. Marco Gudiño Mejía.
ResponderEliminarmuy bueno sobre atahualpa....pero los indigenas eran tan inocentes.......
ResponderEliminar