sábado, 28 de abril de 2018

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA SOLEDAD EN MEDIO DE MULTITUDES


Por Dra. Margarita Mendoza Burgos
The Lancet, la histórica revista británica de medicina fundada en 1823, acaba de publicar un interesante artículo sobre un mal que hace que una persona se vuelve irritable, deprimida y egocéntrica, y que está asociada con un aumento del 26% en el riesgo de mortalidad prematura. Incluso en los países industrializados, informa la investigación, alrededor de un tercio de la población se ve afectados por esta condición. Sí, aunque parezca mentira se trata de la soledad, una condición a veces subestimada y otras estigmatizada que debe tratarse como lo que es: una enfermedad.

La primera pregunta que surge es ¿por qué somos víctimas de la soledad? Básicamente tiene que ver con nuestros genes y la crianza de la persona. Hay algunos que por una u otra razón pueden estar solos y lo disfrutan. En cambio, otros deben tener compañía siempre. Cuando nos referimos a la “soledad” es mucho más que una sensación de falta de integración, de ser tomados en cuenta, de compartir aspectos comunes, de sentirnos aceptados y comprendidos...

En realidad, nos referimos a ello asociado a la nostalgia, a la tristeza, a la depresión, a la sensación de abandono, de la marginación. Eso va acompañado de mucho dolor emocional y a veces también problemas físicos, ya que la mente nos hace enfermarnos. Definitivamente nos bajan las defensas al estar en esta situación.

Por tanto, no resulta rara la tesis del psicólogo español Antonio Cano, que dijo que “hay argumentos más que suficientes para considerar la soledad como un problema de salud pública, por tanto deberían promoverse medidas desde las administraciones que favorezcan las relaciones sociales como, por ejemplo, crear comunidades de convivencia, sobre todo en las ciudades grandes, donde la deshumanización es más evidente”.

Puede parecer que gracias a la tecnología y a las redes sociales estemos virtualmente más cerca de todos, pero físicamente cada vez más aislados… Estamos cerca, sí, pero no integrados. La gente aparenta mucha amistad por las redes y luego, al momento de querer tomar un café con ellos, nos ignoran. Aun en lugares donde la idea es relacionarse, la gente opta después de la actividad por ignorar y/o no aceptar ninguna otra conexión con los participantes, algo así como: "Si te vi, no me acuerdo". Ese rechazo, obviamente, lastima mucho a la otra parte.

Soy de la idea que las redes sociales nos ayudan más a marginar al que queremos marginar, pero a la vez nos da la sensación de bienestar, ya que creemos que hemos contribuido a una relación por el simple hecho de darle un like -que ahora hasta con un corazoncito- o un simple saludo de cumpleaños. La tecnología ha venido a hacer más válido el aislar a las personas, especialmente los ancianos, los enfermos o la gente que no es de nuestro grupito.

Se podría decir que la gente cada vez es menos tolerante al prójimo y por eso prefiere estar sola. Yo agregaría que la gente es cada vez más haragana y no desea pasar por el trabajo de acompañar a un anciano, o de hacer un nuevo amigo, de atender a un enfermo, de ayudar a alguien nuevo en la ciudad o en la universidad. Cada vez tenemos menos tiempo para eso.

Por eso es fundamental estimular la sociabilidad de las personas. Es una tarea difícil, pero las actividades culturales, las clases de lo que sea, los cine fórum, estar en un grupo deportivo -entre otras cosas- pueden ayudar. Pero, además, concientizar. Aislar a una persona es una forma de bulliyng pasivo. Es igual a ignorarla, a marginarla, a hacerla sentir inadecuada, fuera de lugar.

“La soledad es una condición única en la que un individuo se percibe a sí mismo como aislado socialmente, incluso cuando está entre otras personas”, afirma el artículo de The Lancet, cuyo autor John Cacioppo, de 66 años, acaba de morir hace apenas un mes.
No hace falta ver una estadística ni un estudio para darnos cuenta que la gente cada vez conversa menos entre sí. Es que cada vez somos menos cultos, menos humanizados, no saben de qué hablar… Nos volvemos más máquinas y menos pensantes, repetimos como loros las noticias sin profundizar ni analizar. Todo es a medias, sintético. El conocimiento no atrae y por tanto, ¿de qué vamos a hablar? Es mejor estar tontamente sonriendo con una aplicación que realmente culturizarnos Científicamente está comprobado que la soledad conduce a la depresión. Cuanto más continuada, más letal, con enfermedades asociadas, ancianidad y eventos tensionantes. Es cierto que hay personas más susceptibles genéticamente, pero nadie está totalmente a salvo.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
Consultas on line

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

1 comentario: