sábado, 22 de diciembre de 2018

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA NAVIDAD DE SULTAN ( El perro de casi todos)


Por Dra. Margarita Mendoza Burgos
Hola, soy Sultán, un perro común y corriente que no pretende presumir de su raza. De lo que sí me siento orgulloso es de mis amos, con quienes tengo una excelente relación. Pocas verdades hay en la vida más ciertas que aquella que dice que el hombre -o en este caso la mujer y los niños- son el mejor amigo del perro. Aunque realmente es al revés, yo soy el mejor amigo de ellos 

Por eso yo soy el perro más feliz del mundo: solo necesito abrazar o lamer a mis seres queridos para lograr esa sensación. 

Deseo contarles que también he tenido una familia canina...Desgraciadamente mi pareja murió, pues habían dejado que se embarazara muchas veces . Yo afortunadamente solo salgo a la calle con mis amos, pues cuando una perrita anda en celo... Me vuelvo un " perro" y no paro hasta que se embarazan...Les recomiendo a los humanos, que por favor esterilicen a sus animalitos, pues así no habrá muchos huerfanitos en las calles...... Todos merecemos un hogar.... Y me da mucha tristeza ver a perros callejeros, los cuales suelen ser maltratados , también traten de adoptar y de cooperar con los albergues y personas de buen corazón que desean ayudarnos. 

Los animales tenemos muchos sentimientos, y hay personas que no llegan a comprenderlos, pues no nos comunicamos hablando, pero aquellos que han tratado con nosotros saben todo lo que podemos amar, sufrir y hasta llorar en silencio… Somos muy fieles y amamos mucho a los seres humanos....Mi ama dice que somos ángeles que Dios manda a la tierra . 

Perdonen si ahora que llega Navidad me pongo algo sentimental con miedo y un poco de mal humor. Todos los años me sucede lo mismo. Es que si mis dueños están mal, yo no puedo estar bien. La veo correr agitada, levantarse sin deseos… También, la vi bajo un intenso stress confeccionando listas y listas de regalos, organizar comidas y preocuparse por cómo arreglar la casa para la llegada de los invitados, cuya lista aún no terminó de decidir... 

¿Por qué vive así? Esa fue mi primera pregunta. No lo entiendo. Si todos dicen que esta es la época más linda del año, ¿cómo se explica tanta angustia y tanta tensión de parte de la gente? Tampoco entiendo por qué tienen que asociar la Navidad a lo estruendoso. Eso es lo que más sufro, sobre todo cuando empieza el bombardeo de cohetes y pólvora que me dejan aturdido. 

Yo sé que los humanos se sienten más alegres si hacen un escándalo de su alegría y si esta es visible a todos. Normalmente gritan de entusiasmo, beben hasta emborracharse y explotan cohetes para demostrar con ruido su felicidad. A mí, como a todos mis colegas perros, dichas explosiones me hacen sufrir mucho. Para empezar, me dan miedo. Me molesta los oídos y el olor a pólvora quemada, además intuyo el peligro que eso genera. No es más feliz ni mejor aquella familia que revienta más pólvora. 

En tiempos como este, donde prima el consumismo extremo, no hay nada como una caricia o una demostración de afecto. Siento que mis amos solo están tranquilos los pocos minutos al día en los cuales aprovecho para descansar en sus regazos… 

Ese momento es de felicidad plena, tanto para mí como para ellos. 

Muchos asocian la Navidad al poder de gastar y gastar en regalos, a competir por tener la mejor iluminación, a organizar las mejores fiestas e ir a los mejores lugares… En fin, al consumismo en su máxima potencia. Se olvidan de que esta es una festividad religiosa, de practicar la caridad y de agradecer por todo lo que tenemos. Yo, en cambio, soy feliz con mi amo cerca, acariciándome y dándome la seguridad de ser amado.... Solo eso me importa. 

No es que falten mensajes positivos en la Navidad, porque los hay a montones. Lo que nos hace falta es vivirlos y dejar de lado la superficialidad. 

De parte mía y de mi familia les deseo que pasen bonitas celebraciones y abracen mucho a sus seres queridos. Nosotros vivimos menos que los humanos, tal vez por eso no desperdiciamos ni un minuto, para hacerles sentir lo mucho que significan para nosotros.  

Feliz Navidad , queridos amigos. 

Sultán
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

1 comentario:

  1. Cuanta verdad y sentimiento en este post. Justo hoy me ha llegado una cama para perros que le compré a mi peludo... con tan poco son felices... podemos aprender mucho de ellos. Una caricia, una sonrisa o un abrazo pueden cambiar el día.

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