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sábado, 16 de diciembre de 2023

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: NAVIDAD SIN TI

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Cada vez que se acerca la Navidad recuerdo el sentido mensaje que una amiga mía me envió hace unos años. “Doy gracias a Dios porque se acerca la Navidad y puedo decir que de esta pesadilla empiezo a despertar.…” Entonces pasaba a describir su pesadilla, que aquí les comparto:

En esta época perdí mi voz. Ahora puedo expresarlo y así fue como pasó. Mi corazón se fue a las cuerdas vocales y entonces sucedió: él agonizaba, lleno de tubos en un hospital, y yo le dije: "Ya todo va a pasar y vas a estar bien. Quédate tranquilo, todo va a estar bien y vas a descansar". Él movió la cabeza asintiendo. Estoy segura que ambos sabíamos que aquello era "un adiós para siempre". Y así fue. 

Ya no lo volví a ver con vida. Al estar en cuidados intensivos, prefería dejar a otros ir a verlo. Lo intubaron, lo sedaron y efectivamente estaba más tranquilo, pero de aquel sueño ya nunca despertaría. Jamás. 

Aunque por fuera me miraba tranquila y hasta sonriente, por dentro me consumía la tristeza. En ese duelo intenso no tenía unos brazos seguros en los cuales llorar. Muchas acusaciones, muchas palabras cargadas de inquinas y sola yo, sin nadie que me apoyara en aquel dolor ni me protegiera ante aquella guerra de reproches. Se fue mi vida, la persona a quien más quería desde que era pequeña. Perdí mi voz. 

Un olor a rosas invadía el ambiente. Llovía y hubo un par de chispazos eléctricos en la funeraria quedando todo a oscuras en dos ocasiones. Unas flores que vuelan de su ataúd, como levantadas en un suspenso de aire, en paralelo, no como una ráfaga de aire común. También algunas hojas de papel movidas de la misma forma, en mi presencia. Después un correo electrónico en una computadora que jamás había utilizado. Mucho olor a rosas... y finalmente se marchó. 

Espero que haya logrado partir contento y que aquella tristeza que le invadía al constatar que prácticamente todas las personas que le debían algo económico se alejaron, olvidándose de “aquel viejo que necesitaba sus ingresos". Era demasiado noble, yo que lo conocía hasta en sus silencios, lo sabía. 

Se fue y solo me queda la tranquilidad de haber tratado de darle alegrías y buenas noticias en sus últimos momentos. Se fue y una parte de mi se fue con él. Hasta pronto, hasta siempre, algún día estaremos juntos de nuevo. Pero mientras tanto, en cada Navidad me agobian los recuerdos de aquel día y la pesadilla vuelve a rondar en mi mente. 

Después de muchos años, mi amiga me ha vuelto a escribir y su tono melancólico ha cambiado bastante. Ha sido breve, pero contundente:

La Navidad ha dejado de ser una pesadilla. De aquel recuerdo, solo quedan las cosas agradables y son las que celebro en estos días sin olvidarme de ese ser tan especial. Llámale milagro navideño o un regalo de Dios, o como quieras. Para mí, la Navidad volvió a ser sinónimo de felicidad. He recuperado mi voz.
 

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

martes, 24 de diciembre de 2019

Navidad: Cuándo nació Jesús? Pesebre, Reyes Magos, Santa Claus, origen de algunos ritos, mitos y tradiciones

Tomado de EFE

¿Qué hay detrás de los iconos y ritos en Navidad? 

¿Desde cuándo los Reyes Magos son tres, Papá Noel viste de rojo y la mula y el buey acompañan el nacimiento de Jesús? 

El nacimiento de Jesús: ni el 25 de diciembre, ni en el año cero 

En estas fiestas se cruzan la historia y la leyenda, la religión y el paganismo, por lo que abundan las contradicciones y los símbolos sin base histórica 

¿Desde cuándo los Reyes Magos son tres, Papá Noel viste de rojo y la mula y el buey acompañan el nacimiento de Jesús? Son muchos los iconos de la Navidad que todos conocemos, celebramos y repetimos cada año, pero ¿siempre han sido así? 

En estas fiestas de Navidad se cruzan la historia y la leyenda, la religión y el paganismo… Si a todo esto se le suma que no hay muchos testimonios escritos sobre tradiciones tan arraigadas como antiguas, el resultado es que, cuando se empieza a rastrear su origen, abundan las contradicciones y los símbolos sin base histórica. 

Santa Claus, San Nicolás o Papá Noel

El aspecto de Santa Claus o papá Noel ¿Una creación de Coca-Cola? 

Papá Noel es una de las figuras más famosas de la Navidad, pero lo que muchos no saben es que no siempre tuvo el aspecto de un anciano vestido de rojo. 

Los más escépticos con estas fechas culpan a Coca-Cola y creen que su vestimenta surgió de un invento publicitario de la marca. Pero, ¿cuál es su verdadera historia? 

Sus orígenes se remontan al siglo IV, con San Nicolás de Bari. Este santo fue obispo de Mira, en la actual Turquía, y la tradición cuenta que defendió la reputación de tres doncellas, a las que concedió dotes para que pudieran contraer matrimonio. 

Durante la noche, arrojó tres bolsitas con monedas de oro en el interior de su casa. También se dice que devolvió la vida a tres niños, a quienes un malvado carnicero había asesinado. Así, se convirtió en protector de la infancia y, en su celebración, se comenzó a dar regalos a los niños. 

De acuerdo con la explicación de Fermín Labarga, profesor del Departamento de Teología Histórica de la Iglesia de la Universidad de Navarra, el origen de la figura actual de Papá Noel se remonta a 1809, cuando el escritor estadounidense Washington Irving escribió la sátira Historia de Nueva York, en la que aparece, como tradición de origen holandés, la figura de un San Nicolás que deja regalos a los niños en los calcetines colgados junto a la chimenea. 

En 1823, el poeta Clement Clarke Moore publicó un cuento llamado Una visita de San Nicolás, donde reelaboró el personaje de Irving. Ademas, inspirado en él, el dibujante sueco Thomas Nast realizó en 1863 su versión en cómic para el semanario Harper’s Weekly titulada Merry Old Santa Claus y publicada en 1881. 

Aquí es donde, por vez primera, explica Labarga, el San Nicolás del cuento adquiere la fisonomía de Papá Noel: un viejo gordo y barbudo. 

Es cierto que Coca-Cola encargó en 1931 al pintor Haddom Sundblom renovar la imagen de Papá Noel para usarla en la publicidad de su marca, convirtiéndose este diseño en uno de los más míticos del personaje navideño. 

Pero, dado que el dibujante Nast fue el primero en representar a Papá Noel en color rojo y blanco más de 50 años antes que la marca de bebidas, es erróneo afirmar que la célebre imagen actual de Papá Noel fuera creada por la marca de refrescos. 

Los Reyes Magos

¿Eran tres, eran reyes, eran magos? 

Todos conocemos la historia de tres reyes magos, procedentes de Europa, Asia y África, que viajaron desde Oriente hasta Belén, siguiendo una estrella y portando tres obsequios para adorar a un recién nacido niño Jesús. 

Pero, en realidad, los Reyes Magos son unos de los personajes más enigmáticos de la Navidad por la falta de evidencias documentales sobre ellos. 

Labarga precisa que el Evangelio no dice que fueran tres, ni reyes; solo magos, en el sentido de personas sabias. 

Su número osciló entre los dos representados en las catacumbas de Roma y los doce de las tradiciones sirias y armenias, aunque se fijó más o menos pronto en tres, en coincidencia con el número de ofrendas: oro, por ser Rey, incienso por ser Dios y la mirra por ser hombre mortal. 

En cuanto a sus nombres, no aparecen hasta el siglo VII y con la denominación de Bithisarea, Melichior y Guthaspa. 

Pepe Rodríguez, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, también destaca que solo son mencionados en la Biblia por Mateo, quien les dedica tres líneas para decir que eran varios magos. 

“Entonces, ¿cómo pasaron de magos a reyes? ¿Magos de qué? ¿Reyes por qué y de dónde?”, enfatiza Rodríguez. 

El profesor Labarga recuerda que el teólogo Tertuliano es el primero que los llama reyes, en el siglo III, y lo relaciona con la lectura de un salmo con el siguiente versículo: “Los reyes de Tarsis y de las islas le ofrecen dones; los reyes de Arabia y Saba le traen regalos”. 

En esa misma época, uno de los padres de la Iglesia, Orígenes, fue el primero en establecer que, si eran tres los presentes, deberían ser tres también los reyes. Hasta entonces, se había especulado con el número. 

Hasta el siglo II, habían sido considerados magos en el sentido de sabios astrólogos y representados con el gorro frigio de los sacerdotes del dios persa Mitra. 

Si Tertuliano les añadió la etiqueta de reyes fue por evitar el significado peyorativo que el concepto de magia había adquirido para la Iglesia, aclara el periodista. 

El Pesebre

Había un buey y una mula al momento de nacer  Jesús?

El propio papa Benedicto XVI alimentó el debate en torno a la figura de los Magos de Oriente al señalar en su libro La infancia de Jesús (2012), que la antigua Tartessos era el lugar de origen de los mismos. Y, sobre todo, al recordar que en el Evangelio no se habla de buey y mula en el pesebre. 

Sembró así la duda sobre qué figuras colocar en los belenes familiares, lo que obligó a pronunciarse al portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino. 

Según explicó entonces, San Francisco de Asís puso un buey y una mula cuando inventó el belén como símbolo de la alegoría expresada por el profeta Isaías: “El buey conoce a su amo y el asno el pesebre de su señora; en cambio, Israel no conoce a su señor”. Al incluir a estos animales en el establo, el santo quería significar que el nuevo Israel (la Iglesia) sí reconoce al Señor. 

Nacimiento de Jesús

El nacimiento de Jesús: ni el 25 de diciembre, ni en el año cero 

Otra de las falsas creencias sobre la Navidad es asumir que el nacimiento de Jesús ocurrió exactamente el 25 de diciembre del año cero. 

El Evangelio no cita ningún día. Y tampoco pudo nacer en el año cero porque Herodes murió cuatro años antes. 

El profesor Labarga destaca que, al ser preciso contar con una fecha concreta para poder celebrar el acontecimiento, se asignó el 25 de diciembre con criterios simbólicos de la Navidad. 

Posiblemente porque era la fiesta pagana del nacimiento del Sol invicto y así se festejaba la victoria de la luz sobre la oscuridad. 

Además, es resultado de contar los nueve meses de gestación a partir del 25 de marzo -actual fiesta de la Anunciación-, en torno al equinoccio de primavera. El caso es que, hacia el siglo V, la fiesta del 25 de diciembre quedó plenamente consolidada en toda la Iglesia Occidental. 

El profesor Rodríguez recuerda que los principales expertos actuales fechan el natalicio de Jesús entre el año 9 y el 5 a.C. y hay un gran consenso alrededor del 7 o 6 a.C. 

En cuanto al día y al mes, hasta el siglo III, los cristianos sólo celebraban la Pascua de Resurrección y consideraban irrelevante el momento del nacimiento de Jesús. 

En un principio, diversos teólogos intentaron encontrar una respuesta: “Basándose en textos de los Evangelios, propusieron datar el nacimiento en fechas tan distintas como el 6 y 10 de enero, el 25 de marzo, el 15 y 20 de abril, el 20 de mayo y algunas otras. El sabio Clemente de Alejandría postuló el día 25 de mayo”. 

Rodríguez sostiene que se eligió esta fecha cercana al solsticio de invierno porque coincidía con la del nacimiento del dios Mitra, venerado en el Imperio Romano, de quien se decía que había nacido en una cueva, hijo de una virgen, que era adorado por pastores, agricultores y reyes y que había muerto y resucitado.

sábado, 22 de diciembre de 2018

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA NAVIDAD DE SULTAN ( El perro de casi todos)


Por Dra. Margarita Mendoza Burgos
Hola, soy Sultán, un perro común y corriente que no pretende presumir de su raza. De lo que sí me siento orgulloso es de mis amos, con quienes tengo una excelente relación. Pocas verdades hay en la vida más ciertas que aquella que dice que el hombre -o en este caso la mujer y los niños- son el mejor amigo del perro. Aunque realmente es al revés, yo soy el mejor amigo de ellos 

Por eso yo soy el perro más feliz del mundo: solo necesito abrazar o lamer a mis seres queridos para lograr esa sensación. 

Deseo contarles que también he tenido una familia canina...Desgraciadamente mi pareja murió, pues habían dejado que se embarazara muchas veces . Yo afortunadamente solo salgo a la calle con mis amos, pues cuando una perrita anda en celo... Me vuelvo un " perro" y no paro hasta que se embarazan...Les recomiendo a los humanos, que por favor esterilicen a sus animalitos, pues así no habrá muchos huerfanitos en las calles...... Todos merecemos un hogar.... Y me da mucha tristeza ver a perros callejeros, los cuales suelen ser maltratados , también traten de adoptar y de cooperar con los albergues y personas de buen corazón que desean ayudarnos. 

Los animales tenemos muchos sentimientos, y hay personas que no llegan a comprenderlos, pues no nos comunicamos hablando, pero aquellos que han tratado con nosotros saben todo lo que podemos amar, sufrir y hasta llorar en silencio… Somos muy fieles y amamos mucho a los seres humanos....Mi ama dice que somos ángeles que Dios manda a la tierra . 

Perdonen si ahora que llega Navidad me pongo algo sentimental con miedo y un poco de mal humor. Todos los años me sucede lo mismo. Es que si mis dueños están mal, yo no puedo estar bien. La veo correr agitada, levantarse sin deseos… También, la vi bajo un intenso stress confeccionando listas y listas de regalos, organizar comidas y preocuparse por cómo arreglar la casa para la llegada de los invitados, cuya lista aún no terminó de decidir... 

¿Por qué vive así? Esa fue mi primera pregunta. No lo entiendo. Si todos dicen que esta es la época más linda del año, ¿cómo se explica tanta angustia y tanta tensión de parte de la gente? Tampoco entiendo por qué tienen que asociar la Navidad a lo estruendoso. Eso es lo que más sufro, sobre todo cuando empieza el bombardeo de cohetes y pólvora que me dejan aturdido. 

Yo sé que los humanos se sienten más alegres si hacen un escándalo de su alegría y si esta es visible a todos. Normalmente gritan de entusiasmo, beben hasta emborracharse y explotan cohetes para demostrar con ruido su felicidad. A mí, como a todos mis colegas perros, dichas explosiones me hacen sufrir mucho. Para empezar, me dan miedo. Me molesta los oídos y el olor a pólvora quemada, además intuyo el peligro que eso genera. No es más feliz ni mejor aquella familia que revienta más pólvora. 

En tiempos como este, donde prima el consumismo extremo, no hay nada como una caricia o una demostración de afecto. Siento que mis amos solo están tranquilos los pocos minutos al día en los cuales aprovecho para descansar en sus regazos… 

Ese momento es de felicidad plena, tanto para mí como para ellos. 

Muchos asocian la Navidad al poder de gastar y gastar en regalos, a competir por tener la mejor iluminación, a organizar las mejores fiestas e ir a los mejores lugares… En fin, al consumismo en su máxima potencia. Se olvidan de que esta es una festividad religiosa, de practicar la caridad y de agradecer por todo lo que tenemos. Yo, en cambio, soy feliz con mi amo cerca, acariciándome y dándome la seguridad de ser amado.... Solo eso me importa. 

No es que falten mensajes positivos en la Navidad, porque los hay a montones. Lo que nos hace falta es vivirlos y dejar de lado la superficialidad. 

De parte mía y de mi familia les deseo que pasen bonitas celebraciones y abracen mucho a sus seres queridos. Nosotros vivimos menos que los humanos, tal vez por eso no desperdiciamos ni un minuto, para hacerles sentir lo mucho que significan para nosotros.  

Feliz Navidad , queridos amigos. 

Sultán
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

sábado, 12 de diciembre de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL NIÑO DEL TAMBOR

       Cada vez son más las personas que al llegar las fechas navideñas manifiestan sentirse estresadas, y no es sin razón. El tránsito vehicular se incrementa sensiblemente; el peatonal también; tenemos en la cabeza más cosas de lo habitual; las colas en los comercios son enormes; tenemos muchas cosas que preparar y muchos regalos que comprar. Y todo para que al final siempre haya algo que no sale bien, alguien que dice algo inoportuno, o que recibe con indiferencia nuestro regalo, o cualquier cosa que hiere nuestra susceptibilidad latina, y nos amarga la fiesta, desbordándose entonces todo el estrés, en forma de lágrimas o de enojos desproporcionados. Y para colmo, comprobamos que Santa ha sido más generoso con el vecino que con nosotros; quizá a él le trajo el carro con el que tanto soñamos, o la pantalla plana gigante, o cualquier cosa que haga que nuestro primer propósito de año nuevo sea no ser menos que él, aun a costa de endeudarnos más aún.

       Cada vez más la Navidad se convierte en un cúmulo de compromisos con los demás y con nosotros mismos; compromisos cada vez más materiales y menos espirituales; compromisos no siempre deseados y que cada vez nos satisfacen menos y nos estresan más; compromisos que cada vez más nos dejan la sensación de cumplirse no porque realmente se desee, sino para tener la sensación de estar a la altura de los demás, y para que los demás vean que lo estamos; o para que los demás vean que nos acordamos de ellos, aun cuando de algunos solo nos acordamos precisamente a la hora de hacer la lista de compromisos de Navidad.

       Siendo esto así, se entiende el auge cada vez mayor que tiene la industria del regalito, que respetando todavía en el mes de Enero la maltrecha economía de los consumidores, invade desde el mes del amor y la amistad casi todos los meses del calendario para descargar en esta época toda su presión mercadotécnica, ofreciendo infinidad de productos, de los que mil y uno son de esos creados a propósito para cumplir con dichos compromisos; y ofreciendo también mil y una tarjetas con el mensaje de felicitación ya impreso, creadas a propósito para quienes no tienen nada que decir, siendo prácticamente imposible encontrar una tarjeta en blanco para escribir algo nacido del corazón, aunque sea con mala letra y errores de ortografía. Ha de ser porque las primeras tienen mucha mayor demanda.

       En definitiva, cada vez más se resuelven los compromisos navideños con soluciones materiales, casi siempre prefabricadas, frías e impersonales, que no cuestan esfuerzo, que no suponen aporte ni compromiso personal, que son creadas y producidas por otros, que cuestan solamente dinero, y que únicamente sirven para dejar constancia de que “ya cumplí con ellos” o “ya cumplieron conmigo”, pero no para llenar el corazón, ni el de los demás ni el nuestro, porque les falta la huella, el carácter y la emoción de quien únicamente se limitó a trasladarlas, por compromiso, del almacén al destinatario.

       Me estaba acordando del villancico del Niño del tambor, que llegó a visitar a Jesús sin nada más que su tambor, y con él le dedicó una canción. También llegaron los Reyes Magos, con regalos valiosos. Pero podían haber llegado sin nada en la mano y hubiera sido lo mismo. De hecho, no se lo agradeció Jesús más que al niño del tambor; ni menos tampoco. Lo que agradeció Jesús a ellos, y a todo aquél que viajó para visitarle fue precisamente ese interés, esa ilusión y ese esfuerzo por estar allí, por ser partícipe de su llegada. Lo que agradeció Jesús fue ese compromiso espiritual.

       Lamentablemente, nosotros poco a poco nos hemos ido acostumbrando a dar lo material y a esperar recibir lo material; en parte motivados por la fuerte presión comercial que constantemente nos invita a disfrutar de lo material, y en parte porque los valores fundamentales de la cultura occidental actual tienen carácter material. Y no es que tenga nada de malo lo material; el problema es que ha desplazado a lo espiritual. Y a tal grado nos hemos acostumbrado a ello que cualquier impulso por ofrecer un compromiso de tipo espiritual y no material en navidad automáticamente se ve frenado por el temor a quedar mal, a no cumplir, a no responder a lo que otros esperan de nosotros. No obstante acordémonos de qué es lo que Jesús esperaba cuando nació, lo que Dios espera de nosotros. Arriesguémonos a regalar algunos compromisos espirituales, pero de los de verdad, y probablemente nos sorprenderemos de los resultados, a corto, y sobre todo a largo plazo, y nos sentiremos menos estresados.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

sábado, 20 de diciembre de 2014

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: NAVIDAD, ALEGRIA... NO PARA TODOS

  

Tradicionalmente se ha asociado a la época de Navidad una imagen de alegría y de felicidad. Independientemente de su significado religioso, desde hace mucho tiempo ha quedado instituida socialmente como la época de reunión con los seres queridos, especialmente con aquellos con los que, por la distancia, el contacto no es muy frecuente. Pareciera que obligadamente es una época para compartir y pasarla bien. La publicidad, que en esa época ejerce mayor presión mediática que en ninguna otra, contribuye a fomentar esa imagen.

       Pareciera que en Navidad no puede existir otra cosa que no sea alegría; sin embargo, no es así. Mucha gente vive la Navidad con un sabor agridulce; algunos porque la alegría por la reunión con los familiares y seres queridos se ve empañada por la silla vacía de alguien que tiempo atrás la ocupaba, y que ya no está; y cuya ausencia se percibe en esta época de una forma especial, de la misma forma especial que se siente la presencia de los demás. Otros porque con una alegría aparente, superficial, frívola, y hasta forzada, tratan de esconder la frustración de no  poder ver reunidos a sus familiares por existir diferencias “supuestamente insalvables”; o por no haber sido capaces de forjar una cohesión familiar que invitara, al menos, a este acercamiento anual. Otros porque se involucran en una serie de compromisos, a veces innecesarios, a veces incluso, completamente alejados del verdadero espíritu de la Navidad, y que les ocasionan una preocupación y un estrés que, lejos de permitirles disfrutar, les pone de mal humor. Otros porque, por la razón que sea, simplemente están solos, y la soledad también se siente en forma especial en esta época.


       Y en general, cada vez más se tiene la experiencia de que estos días acaban dejando una sensación de hastío, y hasta de depresión, porque, en el fondo, no dejamos de reconocer la creciente futilidad e hipocresía que suele rodear estas fiestas. Hay cada vez más personas que afirman odiar la Navidad porque dicen que es una farsa, un montaje comercial que disfraza con papel de regalo lo mal que está nuestro mundo. Basta una mínima reflexión para darnos cuenta de que aunque existe una fuerte presión mediática que nos puede hacer verla de esa manera, en realidad la Navidad no es eso; es otra cosa; algo tan sencillo como reunirse y dar un repasito a unos cuantos valores que están simbolizados por Jesús, y que son precisamente los que permiten que el mundo funcione.

       Inevitablemente, todos nos vemos envueltos en esa parafernalia cada vez mayor que rodea la Navidad. Parece que a nosotros mismos nos cuesta entender cómo algo tan grande puede ser, a la vez, algo tan sencillo, y nos dejamos llevar por dicha presión, tratando de adornar, complementar y engrandecer exagerada e innecesariamente la Navidad con infinidad de regalos, comidas, licores, viajes, etc; pero a la vez, desvirtuándola. No sabemos ver dónde está la grandeza de la Navidad. Si existe una farsa, es precisamente ese exceso de parafernalia; pero no la Navidad en sí misma. Si tratamos de no poner mucha atención al montaje mediático y de vivir la Navidad simplemente como lo que es, con seguridad evitaremos la sensación de hastío, depresión, y de odio a la Navidad.

       Las otras razones que tienden a apagar la verdadera y sana alegría de esta época también son superables en mayor o menor medida. Si el sabor amargo es porque pasa horas cocinando el pavo, para que luego algo falle y encima se lo hagan ver en la mesa, no se complique; llévelo ya cocinado y dedique esas horas a compartir, que para eso son. Si le angustia no poder comprar regalo a todos los de la lista, regale simplemente lo más bonito: una llamada, un abrazo sincero, un beso...; es gratis y quedarán encantados, y usted también. Complicarse la vida es opcional.


       Para quienes estén enemistados con sus familiares, la Navidad puede ser un excelente pretexto para iniciar un acercamiento, aunque si prefiere sentirse ofendido que sentirse querido; también es opcional. Aquellos que simplemente están solos, podrían tomar la iniciativa de contactar con otros en similar circunstancia, que son bastantes, y reunirse entre ellos; aunque siempre hay quienes prefieren la soledad; eso también es opcional. Con respecto a los que no pueden ver reunidos a sus familiares por no haber creado en el pasado una cohesión familiar que invitara a ello, para estos no hay receta. Si el imán no se fabrica en la etapa oportuna, luego es difícil hacer que funcione.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.


Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.