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martes, 5 de marzo de 2013

Alianza Cubano Venezolana (Cubazuela) se tambalea

Tomado de The Wall Street Journal
Enfermedades terminales y avanzada ancianidad llevan hacia el fin a una alianza entre caudillos
 
El futuro de 'Cubazuela' está en peligro

La estrecha relación entre Fidel Castro y Hugo Chávez ha mantenido a flote la isla

Por José de Córdoba

Pocas personas en el mundo están más interesadas en la salud del presidente venezolano Hugo Chávez que los hermanos Fidel y Raúl Castro.
Desde que llegó a la presidencia de Venezuela en 1999, Chávez, que hoy en día está batallando un cáncer, ha desarrollado un lazo excepcionalmente fuerte con Fidel Castro, quien ha hecho de mentor, asesor médico y figura paterna del mandatario. La relación personal entre el viejo dictador cubano y su pupilo autocrático más joven se ha convertido en una red de lazos económicos y políticos que hoy entrelazan los destinos de las dos naciones. Esa relación le ha dado a la isla pobre y casi quebrada un poder enorme sobre su vecino petrolero que es mucho más rico y que goza de una población mucho mas grande.
Reuters

Fidel Castro y Hugo Chávez (en una foto de 2001) se identificaron por su afinidad al béisbol, entre otras cosas.

Cuba, al mando de los hermanos Castro desde 1959, tiene mucho que perder si Chávez muere. Desde 2007, Venezuela ha provisto a la isla comunista con alrededor de US$10.000 millones al año en ayuda económica, en gran parte en la forma de petróleo a un precio reducido y pagos inflados por miles de doctores y otros profesionales, según el Centro de Estudios Cubanos de la Universidad de Miami. La ayuda e inversión totales de Venezuela ahora componen cerca de 22% del Producto Interno Bruto de Cuba, dijo Carmelo Mesa Lago, profesor emérito de la Universidad de Pittsburgh, y experto en la economía cubana.

Si la relación entre La Habana y Caracas se acaba o debilita, muchos cubanos temen que la frágil economía de la isla pueda ser arrastrada a una recesión, como ocurrió en los años 90, cuando Cuba perdió la ayuda soviética y su economía se derrumbó cerca de 40%. "Podría provocar una agitación social", dijo Riordan Roett, director de estudios latinoamericanos de la Universidad Johns Hopkins.

En febrero, después de pasar dos meses recuperándose de su cuarta cirugía contra el cáncer en 18 meses, en el mejor hospital de Cuba, el convaleciente Chávez volvió a Caracas en medio de la noche e ingresó a un hospital militar. Su prognosis es un secreto de Estado, pero muchos analistas creen que se encuentra en etapa terminal.

Si Chávez muere, la ley venezolana requiere que se convoquen nuevas elecciones. La oposición política ha criticado duramente la ayuda del gobierno a Cuba, y promete gastar el dinero derivado del petrolero dentro de Venezuela.

Asesoría política

 

El mayor de los Castro ha sido por años el principal asesor de Chávez en el arte de la supervivencia política, dicen analistas. Los dos países han firmado más de 300 acuerdos de cooperación comercial y económica, muchos de los cuales involucran pactos de intercambio que parecen favorecer a Cuba.

"¿Desde cuándo los países pobres controlan a los ricos, los países pequeños mandan a los países grandes y los países débiles dictan a los países poderosos?", preguntó el ex secretario de Relaciones Exteriores de México, Jorge Castañeda. "Es como si Puerto Rico controlara a EE.UU. Es una locura".

El lazo entre los dos países no tiene precedentes en la historia latinoamericana, dijo Carlos Alberto Montaner, un analista político en Miami. En 2004, incluso consideraron una fusión formal, añadió. Los venezolanos bromean con que su país debía cambiar de nombre a "Cubazuela".

La relación empezó en una pista del aeropuerto de La Habana en 1994. Castro había ejercido su poder absoluto por 35 años. Chávez era un flaco teniente coronel desconocido, un golpista fracasado. Recién había salido de la cárcel, indultado tras servir dos años por rebelión.

Castro, molesto con el presidente venezolano por dar audiencia a líder del exilio cubano, desenrolló la alfombra roja para Chávez, recibiéndolo con honores usualmente reservados para un jefe de estado. Durante la visita de dos días, Castro estuvo constantemente a su lado, sosteniendo conversaciones que duraban toda la noche. Encontraron afinidades en su mutuo amor por el béisbol y los monólogos, resentimientos contra la hegemonía estadounidense y una codicia por el poder personal. "Fidel vio que Chávez era un diamante en bruto y empezó a pulirlo", dijo un ex miembro del gabinete de Chávez.

Una vez elegido presidente en 1998, el venezolano se convirtió en el aliado más cercano de Castro. Chávez vio a Castro como un padre y una manera de ganar respetabilidad revolucionaria. Ex funcionarios venezolanos y analistas dicen que Castro vio a Chávez como un rico inocentón que podía ayudar al experimentado dictador a continuar su labor de desafiar a EE.UU.

"Es un cálculo político-estratégico", dijo Brian Latell, ex analista de Cuba para la CIA y biógrafo del líder cubano. "Pero Fidel es un gran actor y Chávez pudo haberse realmente convencido de que lo quiere".

El interés de Fidel Castro por Venezuela, y su petróleo, precede a Chávez por 40 años. Apenas semanas después de derrocar al dictador cubano Fulgencio Batista el Año Nuevo de 1959, Castro voló a Caracas en su primer viaje internacional. Fue recibido con gran júbilo por decenas de miles de venezolanos, que un año antes habían derrocado a su propio dictador.

De acuerdo con el historiador británico Hugh Thomas, Castro se reunió con el presidente venezolano Rómulo Betancourt y le pidió su respaldo en la forma de un préstamo de US$300 millones y petróleo para financiar el planeado "juego con los gringos". Betancourt se negó y pasó rápidamente a encabezar la lista de enemigos de la revolución.

Castro no tardó en poner a Betancourt a la cabeza de su lista de enemigos e intento derrocarlo, respaldando a las guerrillas venezolanas en una insurgencia sangrienta. En 1963, John McCone, entonces director de la CIA, testificó ante el Congreso estadounidense que al menos 200 venezolanos recibieron entrenamiento militar en Cuba, de lejos el grupo más grande de guerrilleros de cualquier país latinoamericano. Castro envío a algunos de sus oficiales más capacitados a ayudar a los insurgentes, patrocinando al menos dos desembarcos de guerrillas de pequeña escala en Venezuela en 1967.

"Creo que Fidel siempre pensó en el petróleo", dijo Latell. "Después de todas estas décadas, recibió su recompensa".

La relación se afianzó en 2000 cuando Chávez, como presidente, invitó a Castro a Venezuela para que visitara el pueblo donde nació, Sabaneta. "Chávez, imagina, en 100 años los venezolanos estarán haciendo peregrinajes a esta casa", le dijo Castro mientras veían la dilapidada casa donde creció Chávez, según el ex secretario del Interior, Luis Miquilena, quien participó en el tour.

Durante el viaje, Chávez firmó el primer acuerdo petrolero con Castro, proveyendo a Cuba con 53.000 barriles de crudo al día a precio rebajado, una suma que se ha elevado a 110.000 barriles en la actualidad. A cambio, Cuba ha enviado a Venezuela cerca de 40.000 doctores, dentistas, entrenadores deportivos y otros expertos en campos desde la agricultura hasta las telecomunicaciones. Los doctores, que prestan atención médica en los barrios pobres venezolanos, son enormemente populares y han ayudado a mantener el atractivo de Chávez entre las masas.

Pero la relación ha sido costosa. La preocupación de muchos venezolanos se agravó cuando Chávez dijo en 1999 que Venezuela y Cuba estaban nadando juntos hacia "un mar de felicidad". Para 2002, la retórica de Chávez de una lucha de clases y su determinación de implementar una educación y políticas agrícolas al estilo cubano había dividido al país. En marzo, generales del ejército desafiaron la orden de Chávez de disparar contra manifestantes antichavistas que se dirigían al palacio presidencial para forzar la renuncia del mandatario.

Chávez fue llevado a una base naval de la isla y, al parecer, un exilio en Cuba. Pero Castro llamó rápidamente al venezolano.

"!No dimitas! ¡No renuncies!", le habría dicho según le contó el mismo Castro a un biógrafo español.

El líder cubano también persuadió a generales venezolanos para restaurar a Chávez en el poder. Respaldado por el ejército, Chávez hizo un regreso triunfal al palacio presidencial dos días después. Chávez nunca olvidó el favor.

"Chávez estaba flaqueando, se estaba acobardando", dijo Latell. "Fidel ayudó a reavivarlo, cuando llamo por teléfono a los oficiales venezolanos. Chávez le debe una enorme deuda de gratitud".

Es una deuda que aparentemente Chávez ha pagado con creces.

sábado, 16 de febrero de 2013

Ivan Marquez jefe supremo de las FARC, un comunista más del club de la Hoz y el Martini


Tomado de Revista Semana

Detrás de Márquez se alcanza a observar una parte de un campero Toyota Prado con una placa de Venezuela.

Comentario de Compartiendo mi opinión. Gustos pequeño-burgueses de los comandantes revolucionarios. La disciplina anticonsumista es para las masas.

 

Iván Márquez, el comandante harlista

 

Semana.com revela unas sorprendentes fotos del jefe guerrillero y negociador en La Habana.


La mayoría de los colombianos identifican la imagen del guerrillero Iván Márquez, quien hace parte del equipo negociador de las FARC en los diálogos de paz que se desarrollan en la Habana, como un hombre duro, profundamente anticapitalista y antiyanqui.

Además, de sus ahora frecuentes apariciones en ruedas de prensa en la capital cubana Luciano Marín Arango, su verdadero nombre, hasta ahora se le había visto defendiendo sus posiciones radicales y rechazando con vehemencia la sociedad de consumo.

Por eso, entre otras cosas, estas imágenes sorprenden. Semana.com tuvo acceso a varias fotografías inéditas y que hoy están en poder de la Fiscalía. Se trata de una serie de tomas que fueron encontradas en uno de los más de 50 dispositivos, entre PC, USB y memorias extraíbles, que han terminado en poder del CTI y fiscales tras diferentes operativos en los últimos años.

En las fotos se observa a Márquez sentado sobre una motocicleta Harley Davidson de color rojo, del modelo llamado por la fábrica americana como Sportster, uno de los mayores íconos de la cultura y la sociedad de Estados Unidos. Las motos Harley Davidson son tan famosas que sus constructores les fijan altísimos precios en el mercado.

En las fotos llama la atención también que, aunque son tomadas en una área urbana, Márquez posa vestido con un uniforme verde oliva en impecable estado y prácticamente nuevo, con el escudo de las FARC en el brazo derecho. Lo mismo ocurre con sus botas de caucho que se ven en perfecto estado y como recién desempacadas.

Aunque no es claro cuándo fueron tomadas exactamente las fotos la moto sobre la que está montado Márquez da una pequeña pista.

Las Harley Davidson Sportster se empezaron a fabricar desde 1957 el modelo específico sobre el cual el jefe guerrillero empezó a ser producido sólo desde 2007. Es decir que esa sería la fecha mínima en la que se tomaron esas fotos. Otro aspecto que se nota en una de las fotografías también permitiría eventualmente deducir sobre el lugar en donde habrían sido tomadas.

Detrás de Márquez se alcanza a observar una parte de un campero Toyota Prado con una placa de Venezuela terminada en 46P. En la parte inferior se ve también que corresponde al estado de Carabobo, ubicado en el centro y hacia la costa de Venezuela, muy distante de la frontera con Colombia.

No es claro si fue allí en donde el comandante guerrillero le dio rienda suelta a su hasta ahora desconocida pasión por las Harley. Esa es una de las preguntas que se hacen los investigadores que ahora observan en detalle la información de los computadores decomisados.
 

domingo, 27 de enero de 2013

El lado oscuro del milagro económico chino


Tomado de El País

Presos del campo de trabajos forzados X'ian, en la provincia de Shaanxi, hacen cola para recoger edredones en noviembre de 2006. 

Testimonio de un chino ‘reeducado’

Trabajan 10 horas diarias por un euro al mes, hacen instrucción continua y apenas duermen



Muchos de los 310.000 encarcelados sin sentencia son simples críticos con el régimen de Pekín


Por José Reinoso
El 19 de marzo de 2011, Huang Chengcheng, un joven de la municipalidad de Chongqing, fue arrestado formalmente por la policía, acusado de “conspirar para derrocar al Gobierno”. Las pruebas: dos textos que había escrito en el servicio de mensajes cortos QQ, en los que citaba a los amigos a salir a tomar un té de jazmín, al calor de lasconvocatorias que circularon en Internet en China instando a la gente a pasear en lugares céntricos de las ciudades como forma pacífica de protesta. Sin necesidad de juicio, tribunal ni sentencia, Huang fue enviado días después al campo de trabajos forzados Shanping, en Chonqging. El mundo vivía la eclosión de las revoluciones árabes —o del jazmín—, y el Gobierno chino, alarmado ante la posibilidad de un contagio, lanzó por todo el país una dura campaña contra activistas y disidentes. Huang cayó así en el sistema de reeducación por el trabajo,que permite a la policía encarcelar hasta cuatro años sin necesidad de juicio.

“Dos mensajes fueron toda la evidencia de mi crimen. Pasé 21 meses en campos de reeducación; hasta las 3.50 de la tarde del 17 de diciembre de 2012”, explica por teléfono. “Pretenden cambiar tu comportamiento. Nos obligaban a cantar canciones revolucionarias, a sentarnos de una determinada forma, a caminar en fila. Nos hacían formar como en el ejército, nos adoctrinaban. Buscaban cansarnos lo máximo posible para que no pensáramos en nada más”.

El sistema, inspirado en el modelo soviético, data de mediados de la década de 1950. Originalmente, surgió para encarcelar a “contrarrevolucionarios”, “capitalistas” y críticos con el nuevo Gobierno comunista de Mao Zedong, tras la fundación de la República Popular China, el 1 de octubre de 1949. Pero, más tarde, fue extendido a autores de otros delitos, prostitutas o drogadictos. Es ampliamente utilizado también contra activistas políticos y religiosos, y miembros del movimiento de inspiración budista Falun Gong, que Pekín considera un “culto diabólico”, por lo que lo ilegalizó a finales de la década de 1990.

Según el Ministerio de Justicia, en 2008 había en China 160.000 personas internadas en un total de 350 de estos centros. La cadena de televisión pública CCTV eleva el número a 310.000, en 310 centros.

La reeducación por el trabajo es un sistema de detención administrativa para delitos menores, dictada por la policía fuera del sistema judicial. Es distinta de la antes llamada reforma por el trabajo (laogai), que incluye prisiones, granjas y campos de trabajos forzados para condenados por un tribunal, con penas más largas. Estas instalaciones continúan, pero el Gobierno no usa el término laogai desde mediados de los noventa.

En Shanping, Huang fue obligado a trabajar primero en el equipo dos de la unidad cinco, donde fabricó componentes de motocicletas, y luego en el equipo dos de la unidad uno, donde, según dice, se producen cables de automóvil para la compañía china Changan. “Trabajaba 10 horas al día. A veces más, a veces menos, dependiendo de las necesidades en la factoría. Dormíamos muy pocas horas, porque también teníamos todas las otras actividades”. En Shanping, los presos están repartidos en siete unidades, según cuenta: de la uno a la nueve. No existen la número cuatro —cuya pronunciación es similar a la de la palabramuerte— ni la ocho —número de la suerte en China, ya que suena como fortuna—. Le pagaban ocho yuanes (un euro) al mes.

En cada unidad había entre 100 y 300 internos. “Son peticionarios [personas que protestan ante las autoridades por causas que van desde las expropiaciones ilegales de tierras hasta la corrupción o injusticias en los tribunales], pequeños ladrones, participantes en altercados públicos, proxenetas, y gente como yo, que es detenida por sus palabras”, afirma este hombre de 29 años. En la habitación en la que él dormía se apiñaban 16 personas en literas dobles. La unidad siete era la de los miembros de Falun Gong.

Los campos de reeducación han sido muy criticados por organizaciones internacionales como Naciones Unidas, pero también, dentro de China, por abogados y académicos, que los consideran ilegales y fuente de abusos. Además, son campo de corrupción, con familiares de detenidos que pagan a los funcionarios para reducir sus penas o para mejorar su alimentación.

“El sistema de reeducación por el trabajo viola la Constitución china y la ley, no es humanitario, ha sido utilizado en muchos casos injustos, falsos y erróneos y causa muchas peleas en la sociedad. Es hora de que sea abolido”, afirma Hu Xingdou, profesor de Economía en el Instituto de Tecnología de Pekín, que ha denunciado con frecuencia el modelo. “Quienes están internados no han quebrantado la ley criminal, y estos campos son ilegales; por tanto, no son criminales. Este sistema priva a la gente de sus derechos sin un juicio”, añade Pu Zhiqiang, un abogado que ha llevado muchos casos sensibles y contribuyó a la liberación de Huang.

Desde hace años, el Gobierno dice que va a reformar el sistema. Pero la presión, entre otros, del Ministerio de Seguridad Pública, que ha advertido de que su eliminación supondría una amenaza para la estabilidad social, ha ido retrasando la decisión. Sus defensores argumentan que ayuda a reducir la criminalidad. Algunos expertos consideran que su cambio podría aumentar los casos en los ya muy sobrecargados tribunales, y otros, que su transformación supondrá una merma de ingresos para los Gobiernos locales, que se benefician de la mano de obra gratis para fabricar productos, que incluso son exportados.

La llegada de Xi Jinping, en noviembre pasado, a la secretaría general del Partido Comunista Chino (PCCh) y sus llamamientos a luchar contra la injusticia y la corrupción parecen haber dado un nuevo impulso a la reforma.

El Diario del Pueblo —órgano oficial del PCCh— publicó en noviembre un editorial en el que decía que la reeducación viola la ley y se ha convertido en “una herramienta de venganza” en manos de algunos. A principios de enero, Meng Jianzhu, miembro del Politburó del PCCh y director del Comité de Asuntos Políticos y Legales, aseguró que su uso “finalizará este año”, tras la aprobación en el Parlamento, cuya sesión anual tiene lugar en marzo. Las declaraciones del alto funcionario fueron matizadas, poco después, por la agencia oficial Xinhua: “El Gobierno chino promoverá este año las reformas de su controvertido sistema de reeducación por el trabajo, que, según expertos, contradice leyes superiores, incluida la Constitución china”.

Huang, un operario especializado en máquinas de control numérico, afirma que la seguridad en Shanping es, incluso, “mayor que en una cárcel”, y el régimen de funcionamiento, muy estricto. “Tienes las llamadas seis posiciones fijas obligatorias. Cada interno tiene su mesa y su lugar en ella para comer, su sitio en las filas, su lugar para las clases de estudio, su puesto de trabajo, su cama. No puedes caminar libremente, y si incumples las normas, te castigan de pie durante horas, te confinan en solitario en una habitación pequeña o te golpean. Además, te deducen puntos y alargan tu estancia”. Dice que los maltratos son frecuentes. “He visto a menudo pegar a internos hasta que sangraban y tenían que darles varios puntos en la cabeza. Quienes pegan no son los policías, sino otros empleados”.

Algunos críticos temen, sin embargo, que la reforma sea solo una operación de maquillaje. Según Human Rights Watch, en los últimos años, Pekín ha considerado sustituir los campos de reeducación por un sistema de detención que “dejaría esencialmente intactas características clave del mecanismo existente: un sistema de detención administrativa, bajo el control del Departamento de Seguridad Pública, que existiría en paralelo al sistema criminal formal y permitiría detenciones a largo plazo sin los beneficios de un juicio y el debido proceso legal”. Según la organización, “utilizaría un nombre diferente, establecería una sentencia máxima y, en teoría, permitiría algunos derechos procesales, como el acceso a un abogado”.

sábado, 12 de enero de 2013

La larga pero segura agonía de la gerontocracia cubana. ¿Hacia dónde van sus vetustos dirigentes?


Tomado de Foreign Policy
Imagen de bodega de aprovisionamiento popular. Nótese lo vacío de la estantería

MEDIANOCHE EN LA HABANA

¿Caerá el Gobierno cubano en 2013?
Justo en la puerta del templo de la Virgen de Regla, aquí en La Habana, una santera echa los caracoles a los viandantes a cambio de dinero. Cada día se encuentra con las mismas preguntas: ¿Encontrarán el amor? ¿Podrán comprarse una casa? ¿Podrán viajar en un futuro cercano? Y, sobre todo, ¿cuándo acabará esto?
Con un simple pronombre demostrativo los clientes de la adivina se refieren a lo que algunos llaman la revolución, y otros la dictadura, pero a lo que la mayoría se refiere sencillamente como El sistema. Es una tarea difícil para la mujer del turbante blanco y las brillantes uñas rojas responder con precisión, en parte porque nunca puede estar segura de que el que pregunta no sea un agente de seguridad del Estado vestido de paisano. Así que mira la posición de cada caracol y dice, en apenas un susurro: "Pronto. Será pronto".
Es cada vez más obvio que el reloj biológico del Gobierno cubano —un lento y angustioso viaje que ha durado 54 años— está a punto de marcar la medianoche. Cada minuto que pasa sitúa la obsolescencia un poquito más cerca. La existencia de un sistema político no debería estar tan estrechamente vinculada a la juventud o decrepitud de sus líderes, pero en el caso de nuestra isla, sus vidas (tanto del sistema como de sus dirigentes) se han convertido en lo mismo.
Siendo una criatura hecha a imagen y semejanza de un hombre —que se cree Dios—, el actual modelo político de Cuba no sobrevivirá a sus creadores. Cada decisión que se ha tomado en las últimas cinco décadas, cada paso que se ha dado en una dirección o en otra, ha estado marcado por las personalidades y decisiones de un puñado de seres humanos —dos en especial—. Uno de ellos, Fidel Castro, de 86 años, que ha estado convaleciente durante seis largos años en un lugar que pocos cubanos serían capaces de señalar en un mapa.
Aunque en los últimos cinco años el hermano de Fidel, Raúl, de 81 años, ha colocado algunas caras más jóvenes en el aparato de la Administración y del Gobierno, las decisiones más importantes siguen estando concentradas en las manos de octogenarios (el sucesor de Raúl, José Ramón Machado, tiene 82 años). Como un voraz Saturno devorando a sus descendientes, los principales líderes de la revolución no han permitido que ningún hijo favorito les hiciera sombra.
Los últimos en ser repudiados debido a la paranoia de los hermanos Castro han sido el vicepresidente Carlos Lage, una figura que disfrutaba de la simpatía popular, y el ministro de Asuntos Exteriores, Felipe Pérez Roque. Ambos podrían haber sido prometedores sucesores pero fueron acusados por el mismo Fidel de ser "adictos a las mieles del poder" y destituidos de sus puestos en 2009.
Su propio egoísmo ha dejado a los líderes cubanos sin un plan para la sucesión y se ha acabado el tiempo para desarrollar uno, al menos uno que no esté sinceramente comprometido con la continuación del camino marcado por ancianos con uniformes verde oliva.
Para Raúl, el panorama es preocupante y ha declarado que "el tiempo apremia" para preparar a la generación que le sustituirá a él y a sus camaradas. En 2013, se verá obligado a acelerar este proceso y su obvia desesperación respecto al futuro está contribuyendo al debilitamiento ideológico y la pérdida de cualquier apoyo popular del que todavía disfrute el régimen.
Mientras tanto, las tímidas reformas económicas de Castro están contribuyendo también a la pérdida de control sobre la población. En su conjunto, la expansión del sector privado, la introducción de impuestos, la distribución de arrendamientos de tierras a los campesinos y la autorización de cooperativas y de negocios no relacionados con la agricultura están gradualmente reduciendo la influencia del Estado en la vida diaria de los cubanos.
Puede que Raúl vea estas medidas como un intento desesperado de hacer arrancar la economía cubana, pero una consecuencia será la reducción del compromiso ideológico del pueblo hacia un Gobierno que proporciona cada vez menos subsidios y ayudas. Cada vez que las autoridades dan un paso dirigido a una mayor flexibilidad es como si estuvieran apuntando una pistola cargada a sus propias sienes.
Un sistema que está basado en mantener cada insignificante aspecto de nuestra vida nacional bajo un estricto control deja de poder mantenerse cuando algunas de estas ataduras se aflojan. Las reformas suponen la muerte del statu quo y las maniobras para garantizar la supervivencia económica gracias a la apertura del sistema al capital privado son una sentencia de muerte dictada por adelantado.
El año 2013 será decisivo en el giro de Cuba del centralismo económico a la fragmentación de la producción, desde la absoluta verticalidad a su desmantelamiento. Quienes dejen de recibir sus sueldos de una institución estatal y pasen a mantener a sus familias mediante el autoempleo indudablemente ganarán más autonomía política.
A pesar del gran empeño de la policía política, la oposición es hoy más activa de lo que ha estado nunca desde la llamada Primavera Negra de 2003 —cuando 75 opositores al régimen fueron arrestados y la mayoría sentenciados a largas condenas de cárcel—. Aunque 2012 terminó con la lamentable pérdida de Oswaldo Paya, la principal figura del Movimiento Cristiano Liberación, otras caras están comenzando a destacar. El número de activistas está aumentando y aportando ideas frescas y modernas a la lucha.
Una comunidad emergente de blogueros y artistas escénicos alternativos está incorporando la crítica social a sus creaciones y cada vez más músicos valientes usan las letras del hip hop y el reggaeton para narrar una realidad muy alejada del discurso oficial. Mientras tanto, los canales alternativos de información, incluido Twitter y otras redes sociales vía móvil, están contribuyendo a romper el monopolio del Estado sobre la opinión y a comunicar la verdad sobre lo que está pasando en Cuba al resto del mundo.
El envejecimiento de la nomenklatura, la creciente oposición y la expansión del sector privado no son las únicas influencias que debilitarán el sistema en 2013. El empeoramiento de la salud del líder venezolano Hugo Chávez es un catalizador para el colapso. En ausencia de su gran mecenas de Caracas —y de su suministro de petróleo subvencionado— Raúl tendrá que acelerar todavía más las reformas económicas para espolear el crecimiento, lo que supondrá un aún mayor debilitamiento de la autoridad del Partido Comunista. La aparición de su acólito venezolano fue un regalo del cielo para los Castro, que perdieron a su benefactor original con el hundimiento del comunismo soviético. Pero no parece existir otro país en el horizonte dispuesto a cargar con 109.000 kilómetros cuadrados y sus 11 millones de habitantes.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, también tendrá un papel que jugar. Si Washington finalmente levanta —o suaviza— el embargo que mantiene desde hace décadas, puede dar al Gobierno un respiro económico temporal. Pero por otro lado, una decisión así también eliminaría la excusa política favorita del régimen de Castro para sus fracasos económicos. El triste estado del país ya no podría achacarse al vecino del norte. Sería un duro golpe ideológico.
Dados todos estos factores, es difícil ver cómo El Sistemapuede sobrevivir al nuevo año y, mucho menos, garantizar su viabilidad a largo plazo. Pero merece la pena señalar que el régimen de La Habana lleva mucho tiempo demostrando su habilidad para sobreponerse incluso a las predicciones más desfavorables. Después de todo, la economía cubana ha permanecido en estado de crisis durante los últimos 20 años. Se podría afirmar, incluso, que nuestros líderes encuentran la tensión relajante y rinden mejor bajo condiciones de emergencia que bajo las de prosperidad. Las necesidades materiales pueden servir también para paralizar a la gente, que debe pasar horas esperando un autobús o haciendo cola para comprar un kilo de pollo en lugar de organizándose.
Quienes esperan ver un estallido como el de la Plaza Tahrir en el centro de La Habana en 2013, probablemente, sufrirán una decepción. La explosión social de Cuba puede acabar pareciendo un estallido de emigración. Ante la opción de tomar las calles para derrocar al Gobierno o de echarse ellos mismos al mar en una endeble balsa para llegar a Florida, millones de cubanos prefieren lo segundo. Es mucho más probable observar nuestra frustración en las filas de las puertas de las embajadas esperando obtener un visado que en manifestaciones masivas.
Claro que El Sistema parece estar hundiéndose con frecuencia por sí mismo sin la ayuda de multitudes concentradas en las calles. Como un nauseabundo hedor, la corrupción penetra todos los aspectos de la Cuba de hoy. Con cada vez mayor frecuencia, los trabajadores públicos meten la mano en la caja de las empresas de propiedad estatal —sin hacerlo la mayoría de las familias cubanas no llegarían a fin de mes—. El dinero está continuamente goteando por la puerta de atrás a través de cuentas adulteradas, cifras de producción falsificadas y el enriquecimiento ilícito de los altos mandos de la Administración.
Tras décadas negando que exista la corrupción en nuestro país, el Gobierno ha acabado reconociendo que ha alcanzado niveles insostenibles. Raúl ha lanzado una cruzada contra todas estas prácticas, aunque obviamente no incluye una auditoría de la corrupción en los niveles más altos.
Aun así, la campaña para eliminar la corrupción está empezando a afectar a poderosos jefes, gente que ha vivido una vida de lujos durante demasiado tiempo. De este modo el general-presidente se está ganando nuevos enemigos entre sus propias filas a todos los niveles, enemistades que incluyen a gente con uniformes militares. ¿Podrían provocar una reacción los movimientos de Raúl?
Incluso la numerología parece estar en contra del régimen. Un factor menos tangible sobre el que raramente se leerá en la prensa pero que está muy presente en las mentes de los clientes de la santera de la puerta del templo de la Virgen de Regla, es ese maldito número 13, identificado por muchos con momentos clave de la vida de Fidel, desde la fecha de su nacimiento, el 13 de agosto de 1926, al mismo día de 1993 en que se vio obligado a dolarizar la economía cubana. Dada su delicada salud, podemos esperar que los próximos años traigan a los cubanos las noticias de su gran funeral, un acontecimiento que a estas alturas tiene más connotaciones simbólicas que políticas.
Por ahora, nosotros los cubanos estamos agarrándonos a nuestras predicciones sobrenaturales, mirando a lo que los oráculos o las santeras puedan adivinar con sus barajas de cartas y sus caracoles. Pero los clientes están comenzando a impacientarse.