sábado, 30 de mayo de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EDUCACION DE LOS HIJOS




      Numerosas veces he hablado de diferentes criterios educativos con los hijos, pero mucha gente pregunta por la forma correcta de educarlos, en general, es decir, como solicitando un kit completo con manual incluido. Pero eso es algo que no puede hacerse en pocas líneas, sino que requeriría el espacio de una enciclopedia completa contemplando las casi infinitas posibles circunstancias. Sin embargo sí es posible ofrecer en pocas líneas algunos tips e ideas generales básicas.


       La primera es que cada hijo es un mundo a parte, y eso significa que el modelo educativo no tiene por qué ser igual para todos, sino que, partiendo de un modelo general, debe particularizarse para cada uno; significa también que hay que conocerlos bien a todos y cada uno de ellos, lo cual requiere tiempo y presencia, y que el ser justo y equitativo con ellos no significa darles a todos lo mismo, sino a cada quien lo que realmente necesita, ni más ni menos, que no necesariamente es lo mismo.

       Un segundo punto importante es conocer y estar atentos a la evolución de la sociedad y a los riesgos y problemas generales de niños, adolescentes y jóvenes, porque en base a ellos tendremos que educarles. Para evitar los riesgos ya he explicado repetidamente que la educación no debe ser violenta, ni restrictiva, ni tampoco irresponsablemente permisiva. La mejor forma es adelantarse un poquito a cada etapa evolutiva, y afrontar con un lenguaje asequible a su edad, pero con absoluta naturalidad e interactuando, los posibles riesgos u oportunidades típicos de la siguiente etapa.

       Por ejemplo, si a los cuatro o cinco años pueden empezar a tener miedo a los relámpagos y los truenos, puede aprovechar cuando haya una tormenta y chinearlos junto a la ventana para que  los vean de frente con usted, a la vez que les explica tranquilamente que son naturales y por qué suceden. En otro ejemplo, más adelante, especialmente a las niñas, antes de que empiece el riesgo de anorexia en la pubertad se les puede empezar a hablar del tema, debatiendo sobre el problema que tienen las anoréxicas, y cómo y por qué han llegado a esa situación, analizando las condiciones socioculturales que provocan ese problema. Un poco después se pueden introducir temas referentes a sexualidad, tabaco, alcohol y drogas; después temas referentes a su proyecto de vida en el futuro, conducta al manejar un vehículo, etc.

       No se trata de enseñarles las cosas de una forma magistral, sino de forma natural e interactiva, aprovechando cualquier circunstancia cotidiana, noticia o tema de actualidad que los padres detecten que ellos ya podían tener un poquito de interés; no tratando de decirles (dictarles) cómo son las cosas, sino provocando que ellos expresasen libremente su punto de vista.

       Probablemente se sorprendan de cómo espontáneamente pueden expresar ideas muy atinadas, y si no es así, puede introducir nuevos criterios para que ellos los consideren en su reflexión, pero siempre de forma objetiva e imparcial, sin tabúes ni dogmas y sin esconder nada; incluso criterios con “trampa”, poniéndose en un punto de vista opuesto al que pretende llegar. La cuestión es que a cada asunto ellos mismos le “saquen punta” por el derecho y el revés, y lleguen a sus propias conclusiones.

       Comprobará que normalmente llegarán a las conclusiones que uno pretende; a veces incluso mejoradas, haciendo ellos alguna nueva aportación. Y cuando no, habrán formado su propio criterio, quizá diferente al de los padres, pero igualmente sano; simplemente diferente. Lo importante es que son valoraciones a las que ellos han llegado POR SI MISMOS (es fundamental que ellos sientan eso), no porque nadie les haya impuesto nada, ni los padres, ni siquiera los compañeros o amigos. Después ya pueden tener un margen de libertad suficientemente amplio porque sabrán usarla con responsabilidad. E incluso a veces nos sorprenderemos de que en esa interacción hay un valor añadido para nosotros mismos, y es que son ellos quienes nos enseñan algo a nosotros.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.


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