Tomado de RFI
En
Washington, el director de la CIA, John Brennan, respondió sobre el informe del
senado sobre la tortura.
La CIA condena la tortura pero la justifica
El director de la CIA
reconoció que fueron “repugnantes” las llamadas técnicas de interrogatorios
reforzadas que denunció el reciente informe del senado de Estados Unidos.
Contrario a lo que consta en el demoledor texto, John Brennan negó que la
Agencia Central de Inteligencia haya mentido a la opinión pública o a las
autoridades políticas sobre el uso de la tortura tras los atentados del 11 de
septiembre de 2001.
En una inédita rueda
de prensa, el jefe de la CIA se lanzó en un difícil ejercicio retórico que le
permitiera defender a sus hombres y, al mismo tiempo, reconocer los errores
cometidos por la Agencia Central de Inteligencia y que el informe del senado
denuncia. Para tal efecto, Brennan insistió en que los métodos utilizados por
la CIA para interrogar a los sospechosos de pertenecer a Al Qaída durante el
gobierno de George W. Bush deben ser analizados en el contexto de la lucha
antiterrorista declarada tras los ataques del 11 de septiembre.
Y como si la
brutalidad de los atentados contra el Word Trade Center justificara la
brutalidad de las torturas, el director de la CIA argumentó que la anterior
administración tuvo que hacer frente a decisiones difíciles sobre la manera de
localizar a Al Qaída para evitar otros ataques terroristas contra el país y asumir
la responsabilidad de evitar más pérdidas de vidas humanas. “No había una
respuesta simple, y cualquiera que sea su opinión sobre las Técnicas de
Interrogatorio Reforzadas, nuestra nación y en especial esta agencia han hecho
bien muchas cosas durante este período difícil para que este país siga siendo
fuerte y seguro”.
Tras defender la
urgencia de las torturas en el periodo que sigue inmediatamente al ataque
contra las Torres Gemelas, Brennan reconoció que en un número limitado de casos
algunos funcionarios de la agencia utilizaron métodos de interrogatorio
detestables, que no estaban autorizados y que deberían ser abandonados de
plano. “Fallamos a la hora de responsabilizar de sus errores a algunos
funcionarios”, aseguró el patrón de la CIA prefiriendo, en todo caso,
responsabilizar de los excesos en los interrogatorios a la falta de preparación
de los agentes de la CIA para obtener información de parte de los prisioneros.
No obstante, para
Brennan la mayoría de los oficiales de la Agencia implicados en el programa de
interrogatorios cumplieron fielmente con las reglas del derecho y con las
consignas que se les dieron: “Ellos hicieron lo que les pedimos que hicieran
al servicio de nuestra nación”.
En cuanto a la
eficacia de la información obtenida bajo tortura, el director de la CIA afirmó
que es imposible medir la relación causa efecto entre los métodos coercitivos
utilizados y la información obtenida. Apoyado en esa tesis, Brennan –quien
evitó durante toda su intervención utilizar el término tortura- concluyó que
las personas que fueron sometidas a estas técnicas dieron informaciones útiles
pero también erróneas.
En ese orden de ideas,
el director de la CIA dijo que nunca se sabrá si fue gracias a los
interrogatorios que se dio con el paradero de Bin Laden. La captura del líder
de Al Qaída es uno de los veinte casos estudiados por la Comisión de
Investigación del senado estadounidense y en cuyo informe queda demostrado que,
contrario a lo expresado entonces por la CIA, no se logró a través de la tortura.