Mostrando entradas con la etiqueta Familia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Familia. Mostrar todas las entradas

sábado, 12 de septiembre de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA DIFICIL COMPATIBILIDAD



En el anterior blog FAMILIA, CRISIS INSTITUCIONAL planteaba la situación de crisis en que se encuentra la familia como institución social, y señalaba como una de las causas a la mayor conciencia que tienen las nuevas generaciones sobre la escasa preparación que sienten para afrontar el reto. Pero apuntaba también al creciente interés que existe por otro tipo de retos para los cuales, normalmente, la familia puede representar un lastre, un compromiso que nos frena.

 

Efectivamente, ahondando un poquito más en ello, encontramos que paralelamente al interés decreciente en formar familias, existe un interés creciente en retos de tipo más individual y material. El joven actual es cada vez más individualista y materialista, y aunque, como mencionábamos, la idea de la familia estructurada y funcional no desagrada a nadie, tampoco es algo que enamore a las nuevas generaciones como enamoran los principales valores actuales, tales como el dinero, el poder, el sexo, el éxito profesional y social, el lujo, etc. Muchos jóvenes consideran que esto es lo que realmente desean, y que el compromiso que supone una familia sería un gran obstáculo para lograrlo.

 

¿Y por qué estos nuevos valores son cada vez más atractivos y tienden a desplazar el valor fundamental que tenía antes la familia, o tienden a frenarla o a romperla? Los medios de comunicación tienen mucho que ver en ello. La imagen que suelen presentarnos de la persona exitosa es precisamente la imagen de la persona poderosa y exitosa social y profesionalmente, con dinero, y promiscua a más no poder, quien, además, no tiene muchos reparos en hacer lo que sea para conseguirlo. Nunca nos presentan como alguien exitoso a aquella persona que logra formar una familia bien estructurada y funcional. Y puede que la persona exitosa tenga también una familia funcional, pero si es exitosa no será por eso, por supuesto.

 

Veamos, para hacer dinero (limpiamente, se entiende) suele necesitarse bastante dedicación y esfuerzo, en muchas formas, pero, definitivamente, ello no permite brindar a la familia la debida dedicación. Y, además, el dinero permite más lujos para uno mismo cuando no hay que compartirlo con una familia. Algo parecido sucede con el éxito social y profesional; frecuentemente requiere de una dedicación y de situaciones que no son tan fácilmente compatibles con la vida familiar. Con respecto al poder, lo mismo; a fin de cuentas, el poder suele venir como consecuencia del dinero y del éxito social y profesional. Y ni hablar del sexo; el valor de la promiscuidad es absolutamente incompatible con la requerida fidelidad conyugal.

 

Aparentemente, estos valores lo buscan bastante más los varones, mientras que las mujeres, en su mayoría siguen deseando un matrimonio y una familia; pero esto es equívoco, puesto que el modelo de hombre que cada vez más tienden a buscar ellas es precisamente ese, el hombre exitoso, o sea, que los valores son similares, y el deseo de familia por parte de ellas pretende en alguna medida ser partícipe de ese éxito. En definitiva, parece que hay cierta incompatibilidad entre éxito y familia; y aunque pueden encontrarse numerosos casos que demuestran que la compatibilidad es posible, creo que son bastantes más los casos que parecen confirmar que, si existe, es bastante difícil, o no la saben encontrar.

 

Pero eso es según el concepto de éxito que estemos manejando. Yo creo que el concepto de éxito que deberíamos manejar es el de éxito personal. ¿Y qué es el éxito personal? ¿Acaso no es el éxito social o profesional? No, para nada. El éxito personal es algo tan simple como conseguir ser feliz, que es lo que, en el fondo, todos perseguimos; así de sencillo. El éxito social y profesional son caminos a través de los cuales se busca la felicidad; y en algunos casos se encuentra; pero en la mayoría se fracasa (qué contradicción eso de fracasar a través del éxito, ¿verdad?). Sin embargo, las personas que son capaces de formar una familia estructurada y funcional es más probable que sean capaces de encontrar ese éxito personal.

 

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 5 de septiembre de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: FAMILIA, CRISIS INSTITUCIONAL



En mis primeros blogs, hace ya varios años, hablaba de la familia, de lo que entendemos por familia y de su importancia. Siempre podremos encontrar miles de palabras salidas de miles de bocas que insisten en el tema, y probablemente todos o casi todos reconocemos en el fondo dicha importancia. De hecho, normalmente admiramos y envidiamos a aquellas familias bien construidas y que funcionan bien, y no envidiamos en absoluto aquellas situaciones en las que la familia no existe o no funciona. La familia es, en definitiva, algo fundamental que casi todos queremos, aunque muchas veces ni sepamos muy bien por qué, pero la simple idea de familia nos ha transmitido algo siempre positivo y nunca negativo que nos atraía.

Y siendo esto así, algo que todos desearían, no es precisamente algo que todos busquen actualmente, ni, menos aún, algo que muchos consigan. Pareciera que tener una familia bien estructurada y funcional es una de las cosas más difíciles que existen. ¿Por qué? La respuesta es sencilla, aunque encierra innumerables aspectos a analizar. Simplemente, la inmensa mayoría de las personas no están preparadas para formar y hacer funcionar en forma duradera una familia estructurada. Y curiosamente, pese a que el nivel educativo y la formación de las nuevas generaciones se incrementa década tras década, la preparación para la familia no es cada vez mayor; más bien al contrario.

Antes se formaban las familias más por inercia, porque, de algún modo, era lo que tocaba al llegar a ciertas edades, o porque era la consecuencia inevitable de enamorarse, particularmente en ciertos niveles socioculturales. Era el objetivo prioritario en la vida de casi todos. A veces funcionaba bien; otras no, aunque se trataba siempre de disimular, pero, en general, la gente no solía plantearse si estaba preparado o no para la familia. Ahora, el mayor nivel de conciencia que despierta el incremento en el nivel educativo de la juventud actual, provoca en los jóvenes esa conciencia de no estar suficientemente preparado, así como de la posibilidad de fracaso a la hora de plantearse formar una familia.
Sucede también que las nuevas generaciones tienen también otros objetivos en la vida, tan prioritarios o más que la familia, y a veces consideran que la formación de una familia podría suponer un lastre para dichos objetivos. Y sucede también que, siendo la familia un proyecto para el que se necesita un compañero/a, ese mayor nivel de conciencia les provoca dudas sobre cómo encontrar un compañero/a con suficiente preparación y disposición. En otras palabras, ahora los jóvenes se preparan más que antes para casi todo… excepto para la familia, y, por otro lado la conciencia de no estar suficientemente preparados para ella también es mucho mayor. La consecuencia de todo ello es que tienden a formarse cada vez menos familias, y a romperse cada vez más una vez ya formadas. Podría decirse que la familia, como institución, se encuentra en una crisis creciente, sin saberse realmente qué tan profunda podrá llegar a ser.


Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 



sábado, 8 de agosto de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: ABUELOS EN EL ROL DE PADRES


       Cada vez es más frecuente que por inexistencia, o por ruptura de la estructura familiar nuclear (padre, madre e hijos), los abuelos se vean obligados a asumir responsabilidades que no les corresponden directamente, como la crianza y educación de sus nietos. Ellos, años atrás, ya asumieron la responsabilidad sobre sus propios hijos, de una forma natural y decidida, y sus objetivos ya se vieron cumplidos ahora que sus hijos ya son adultos. Probablemente fue una labor dura, de muchos años de estar permanentemente vigilante, y es el momento de poder bajar la guardia y descansar. Psicológicamente se sienten un poco cansados para ciertos menesteres, en los que ya aportaron lo suyo, y físicamente tampoco tienen ya la energía de los jóvenes.

       Paralelamente, el estar en contacto con niños supone para ellos una inyección de vida, de la vida que ellos sienten que se les va pasando, por lo que los nietos pueden suponer su principal motivo de alegría. Además, son capaces de aportar un altísimo grado de cariño y ternura, y una sabiduría y experiencia que pueden ser muy útiles y enriquecedoras para los niños.

       Es por todo ello que el rol ideal de los abuelos es proyectar su cariño, afecto y experiencia como apoyo a la responsabilidad de los padres; y el que asuman como propia esta responsabilidad que no les corresponde supone para ellos un enorme reto y una verdadera demostración de amor por la hija o el hijo, y, sobre todo, por los nietos. Sin embargo, ¿qué tan capaces son de suplir a los padres? ¿Cómo asumen ese papel de padres sustitutos?

       En lo referente a la parte afectiva, pueden suplir a los padres perfectamente, ya que su capacidad en ese aspecto no se ve mermada por la edad; por el contrario, puede resultar enriquecida incluso, y ellos están deseosos de proyectarla; y sobre quién mejor que sobre los hijos de sus hijos. Sin embargo, el ser conscientes del gran compromiso, sumado al cansancio físico y psicológico que puede aparecer en muchos momentos, pueden empañar un poco su afectividad.

       Los abuelos pueden ser excelentes compañeros de juego, siempre que se trate de juegos reposados, ya que no se sienten con la suficiente energía para acompañarles en juegos más dinámicos. Pueden, asimismo, ser un excelente apoyo en el aprendizaje académico, siempre que tengan el necesario nivel de conocimientos, lo cual sólo suele suceder en la educación primaria; y siempre que dicha tarea no presente dificultades, ya que en tal caso, el desgaste psíquico se pone de manifiesto, y tienden a acordarse de la tranquilidad que deberían estar disfrutando, y que bien ganada tienen.

       En el aspecto educativo, el cansancio psicológico también se deja sentir con frecuencia, cuando los niños no son unos angelitos y sería necesario tener los nervios de acero templado para actuar adecuadamente; o cuando lo más fácil es decirles que sí, aunque lo conveniente sería decirles que no. Lo que la experiencia y la razón aportan a la autoridad se suele perder a menudo por la falta de firmeza, lo que provoca que los niños frecuentemente no tengan las referencias y los límites muy claros.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

sábado, 1 de agosto de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EDUCACION DE LA SEXUALIDAD

 Nuestra cultura tradicionalmente ha condenado al tema de la sexualidad, pese a ser uno de los instintos naturales básicos del ser humano, a vivir escondido, y por tanto, reprimido y sin educar, como tratando de tapar el sol con un dedo. La nefasta consecuencia de ello es la enorme irresponsabilidad en el comportamiento sexual de las personas. Pero no se trata de una irresponsabilidad malintencionada, sino, normalmente, por desconocimiento y carencia de educación.      


       No es nada nuevo. Casi todos somos conscientes del problema y ha habido numerosos intentos por aportar soluciones educativas, que han solido resultar en fracaso. ¿Cómo se explica que fracase aquello que casi todos entienden que es una necesidad? ¿Por qué estos intentos han encontrado una fuerte oposición? Incluso, como padres sabemos de la necesidad de educar la sexualidad, pero no nos atrevemos; ni siquiera sabemos cómo, y desconfiamos profundamente de lo que una tercera parte pueda enseñar a nuestros hijos (A saber qué cosas raras les van a enseñar, probablemente en contra de nuestros principios). Es cierto que el ser humano tiene cierto nivel de resistencia al cambio cultural, aun cuando se comprenda que éste es conveniente, pero ello por sí solo no puede explicar dicha oposición, ni el fracaso de las iniciativas.

       La principal explicación es que estas iniciativas han mal interpretado el concepto de educación sexual, y han tratado de enseñar aspectos relacionados directamente con la relación sexual físiológica, sin entender que la sexualidad no es simplemente eso. En definitiva, iniciativas sobre educación sexual que no saben en qué consiste la educación sexual. La sexualidad es un instinto primario, tan natural como lo es el sueño o el hambre, para permitir la supervivencia de todas las especies; la sexualidad en el ser humano existe desde que nace, aunque se acentúa a partir de la pubertad; y tiene múltiples componentes y manifestaciones que únicamente pueden entenderse a nivel psicológico, y que pueden traducirse en toda una serie de manifestaciones físicas, emocionales y fisiológicas, de las cuales la relación sexual no es más que una de ellas. Debe, por tanto, educarse desde que se es niño, de forma similar a como se educa el sueño o el hambre.

       Así, pretender manejar la sexualidad fisiológica sin entenderla en el plano psicológico, emocional y social es como tratar de leer y entender el último capítulo de un libro al que le faltan todos los capítulos anteriores, que son precisamente los educativos, los cuales pareciera que nadie se ha preocupado de escribir. No es nuestro país el único que ha visto el fracaso en esta iniciativa. Al contrario, muchos otros países, incluso del llamado primer mundo, también lo experimentaron, y siempre por la misma razón. Sin embargo, en España recientemente se ha puesto en marcha un programa educativo diferente, que pretende ofrecer la educación de la sexualidad desde sus bases: la psicológica y la social, no la fisiológica. Naturalmente, ha sido muy bien aceptado. Ellos han tomado una buena dirección para salir del laberinto, y sería bueno para nuestra sociedad, esta vez sí, tomar ese modelo como referencia. 
       La educación de la sexualidad no es la enseñanza de las múltiples formas de hacer el amor, ni de otras tantas de evitar el embarazo; sino, básicamente, es la explicación de los mecanismos que la mueven; la aceptación particular de dicho instinto y todas sus manifestaciones en forma natural, sin temores ni culpas; y la canalización adecuada del mismo, con objeto de aprender a manejarlo sana y racionalmente, de modo que no sólo no interfiera negativamente en otros aspectos de nuestra vida o la de los demás, sino, por el contrario, los complemente armónicamente en una plenitud vital sostenible.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

sábado, 27 de junio de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL EXITO DE NUESTROS HIJOS


   
La inmensa mayoría de los casos que atiendo en los que han surgido problemas con los hijos, tienen causas similares y recurrentes. Podría agrupar dichas causas en dos tipos: causas debidas a disfunción o desestructura familiar, y causas debidas a desconocimiento o no aplicación de adecuados criterios educativos. En cualquier caso, suele haber un par de denominadores comunes: falta de conciencia de la responsabilidad y compromiso que se adquiere al ser padres, y falta de conciencia de que los problemas deben corregirse cuando empiezan los primeros síntomas, o mejor aún, antes de que se presenten (prevención).

Diría que el 99% (si es que no el 100%) de las consultas que se me hacen se refieren a situaciones en las que el problema ya está ahí, y la gran mayoría de ellas, cuando el problema ya está ahí de forma grave; y de ellas, en muchos casos cuando ya es de difícil solución, porque las circunstancias que lo han provocado han estado ahí por tanto tiempo que el daño ha arraigado y se han producido otros daños indirectos; y también, y sobre todo, porque esas circunstancias familiares que lo han provocado están frecuentemente tan arraigadas y enredadas que difícilmente hay posibilidad de regenerarlas, pues el tratar de hacerlo supondría ocasionar otra serie de daños, o a veces simplemente modificar hábitos y criterios que no hay voluntad de cambiar.

Normalmente, cualquiera que haya sido madre o padre ha imaginado que sus hijos serán excelentes muchachos, y algún día, personas de éxito. Y lo de éxito no debe entenderse como fama o poder, aunque frecuentemente hasta eso imaginamos también; debe entenderse como en armonía plena consigo mismo y con su entorno; en otras palabras, feliz. Y lo imaginamos como si ello fuera a suceder por arte de magia, sin que nosotros, como padres, tengamos un plan para que ello sea posible; sin que, muchas veces, hagamos el más mínimo movimiento encaminado hacia ello.

Más bien al contrario, muchas veces planteamos nuestra vida de modo que nuestra satisfacción inmediata, nuestro orgullo y otras muchas cosas tienen más importancia que invertir en el futuro de nuestros hijos. Muchas veces pareciera que planteamos nuestra vida en sentido completamente opuesto a los intereses de nuestros hijos, arriesgando nuestra vida de forma estúpida, enredándonos en situaciones de deslealtad que tienden a destruir o impedir un marco familiar adecuado, y, sobre todo, dedicando bastante tiempo a intereses ajenos a los hijos, y casi nada a compartir con ellos y estimularles.

El que nuestros hijos sean personas de éxito, sanas y felices normalmente no es una cuestión de magia; no es una cuestión azarosa. Los padres tenemos en nuestra mano las claves; entre las principales:

·      la estructura familiar funcional, clara y estable (ver FAMILIA DISFUNCIONAL) como marco más adecuado para el sano desarrollo de los hijos.


·      Criterios educativos adecuados. En diferentes posts de este espacio se ha hablado de muchos criterios educativos y cómo aplicarlos.

·      Planificar el desarrollo de nuestros hijos a mediano y largo plazo y establecer estrategias para que se lleve a cabo lo planificado. El plan de desarrollo de nuestros hijos debería ser prioritario sobre cualquier otra cosa en nuestro proyecto de vida.

·      Compartir tiempo con ellos estimulando su propio interés en todo aquello que es para su bien, de modo que no lo sientan como algo impuesto, sino como algo en lo que encuentran satisfacción y les genera autoestima.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.


Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.