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viernes, 12 de julio de 2013

Gobiernos latinos que reclama libertad de expresión en caso Snowden son reconocidos por autoritarios

Tomado de The Wall Street Journal  

El presidente ecuatoriano, Rafael Correa (en el centro), está en medio de un enfrentamiento diplomático con EE.UU. tras otorgarle documentos de viaje a Edward Snowden.

Defensores latinoamericanos de Snowden no predican con el ejemplo

Por Nicholas Casey, John Lyons y José de Cordoba

QUITO— Edward Snowden, el fugitivo contratista de inteligencia estadounidense, ha encontrado apoyo en las últimas semanas entre los líderes de izquierda de América del Sur, quienes lo catalogan como un defensor de la libertad de expresión.
Sus actitudes, sin embargo, cambian mucho a la hora de tratar a los grupos opositores en sus respectivos países, dicen los periodistas, miembros de la oposición y otros detractores del gobierno.
Venezuela, que le ha ofrecido asilo a Snowden, ataca con regularidad a los críticos del gobierno en los medios de comunicación e incluso llegó al extremo de difundir grabaciones secretas de ellos en la televisión pública.
Ecuador, que inicialmente otorgó documentos de viaje a Snowden, ha atacado a los periodistas. El propio presidente, Rafael Correa, ha entablado demandas multimillonarias contra la prensa. Bolivia, otro país que respalda a Snowden, tiene un problema con otro soplón: Roger Pinto, un senador que filtró documentos que acusaban al gobierno de tener vínculos con el narcotráfico y que ahora se refugia en la embajada de Brasil, que le concedió asilo.
"Es una ironía que estos gobiernos traten de aparecer como si fueran paraísos de la libre expresión mientras que los periodistas locales están siendo silenciados y demandados por difamación, sus medios se están cerrando o están siendo restringidos por nuevas leyes de comunicaciones", señaló Carlos Lauria, del Comité para la Protección de los Periodistas, un grupo que monitorea los derechos de la prensa en el mundo.
A la vez que elogiaban la causa de Snowden en público, los líderes sudamericanos arremetieron contra los medios en sus propios países. El Congreso de Ecuador, por ejemplo, aprobó una ley que prohíbe que los reporteros investiguen temas que puedan perjudicar la reputación de alguna persona.
Juan Carlos Calderón, un editor ecuatoriano, señala que las campañas del gobierno han hecho que este sea "el peor momento para ser un periodista de investigación aquí". Su revista, Vanguardia, cerró y despidió a su personal la semana pasada, lo que atribuyó a las restrictivas nuevas leyes de prensa. El gobierno adujo que cerró por su pobre desempeño económico.
En Venezuela, los críticos que han expresado su oposición al gobierno dicen que han sufrido las consecuencias. Hasta hace poco, La Hojilla, un popular programa de la televisión estatal, grababa en secreto conversaciones de los opositores al gobierno y a menudo utilizaba extractos editados de esas conversaciones para amenazarlos y avergonzarlos.
"Sentí que estaba desnudo en público", afirma Ignacio Arcaya, que fue ministro del Interior y embajador en Washington del gobierno del ex presidente Hugo Chávez luego de que una llamada telefónica que había hecho a un abogado de derechos humanos fuera transmitida en La Hojilla en abril.
En un giro irónico, La Hojilla fue víctima de su propia medicina. El programa dejó de transmitirse a fines de mayo, después de que surgiera una grabación en la que su conductor, Mario Silva, criticaba a Maduro y otros funcionarios.
La ofensiva del gobierno ha seguido adelante, pese a la desaparición de La Hojilla. El gobierno difundió a fines de junio una grabación de una conversación entre la senadora y ex candidata presidencial de la oposición, María Corina Machado, y un amigo, un destacado académico. El gobierno la acusó de hablar de planes para un golpe de estado.
"No tengo la más mínima idea de cómo nos pudieron haber grabado; fue un cuarto cerrado en una casa privada", dijo Machado, quien agregó que la grabación fue muy editada y tergiversó sus comentarios. "Creo que es parte de un patrón, sin dudas, en que el gobierno pretende crear terror político en todos los niveles".
Funcionarios del gobierno venezolano no devolvieron las llamadas en busca de comentario. En las últimas semanas, Maduro y otros funcionarios del gobierno han indicado que esta clase de grabaciones son parte de una iniciativa para combatir la corrupción. Machado insistió en que no ha cometido ninguna irregularidad.
A su vez, la ofensiva del gobierno ecuatoriano se ha centrado en la prensa. El año pasado, Calderón, el editor, y Christian Zurita recibieron la orden de pagar US$2 millones al presidente Correa luego de que escribieran un libro en el que detallaban los lucrativos contratos de construcción obtenidos por su hermano, Fabricio. El mandatario acudió personalmente a testificar en el juicio, donde dijo que su nombre había sido difamado. Posteriormente, Correa perdonó a los autores del libro, pero prometió que no olvidará el incidente.
Correa no respondió a una solicitud de entrevista, pero Romel Jurado, un vocero del Ministerio de Comunicación, dijo que los controles de prensa eran vitales para prevenir subversión política por parte de los medios alineados con los opositores al presidente.
—Ezequiel Minaya y Martín Arostegui contribuyeron a este artículo. 

sábado, 8 de junio de 2013

Tensión entre gobierno de Obama y prensa por espionaje a medios

Tomado de esglobal

Obama contra la prensa


El espionaje a periodistas de la agencia AP por parte del Gobierno estadounidense desata duras críticas contra el Presidente.

Por Mario Saavedra

“La gente me pregunta a menudo: ¿Cuál de los gobiernos que has cubierto fue el más secretista y manipulador?”, arrancaba un reciente editorial del veterano periodista de la CBS Bob Schieffer, para continuar “La Administración Nixon se lleva la palma, por supuesto, pero aparte de esa mi respuesta siempre es: la que sea que esté en el poder en ese momento […] Me alegra que el presidente le haya pedido al Fiscal General que estudie si sus investigaciones sobre las filtraciones están teniendo un efecto amedrentador en la prensa”. Schieffer, toda una institución periodística en Estados Unidos, hablaba del último de los escándalos que rodean a la Casa Blanca de Barack Obama: el del espionaje a decenas de periodistas de la agencia de noticias Associated Press (AP).
Fue el propio departamento de Justicia el que destapó la información en una carta a la agencia estadounidense. Habían obtenido los registros de entradas y salidas de llamadas de al menos 20 líneas telefónicas de la agencia, e incluso de móviles privados de sus reporteros. Es decir, los datos sobre todas las llamadas realizadas por esos periodistas entre mayo y junio de 2012. El Gobierno trataba de encontrar quién dentro de la Administración les había facilitado los detalles sobre un atentado de origen Yemení contra un avión, abortado por la CIA. El caso incluía información sobre un doble agente, y su filtración ponía en peligro la seguridad nacional, según el fiscal general Eric Holder.
La tormenta política quedó algo mitigada por los otros escándalos paralelos de la Administración Obama: el ensañamiento de Hacienda con algunos grupos conservadores o el presunto intento de ocultar información sobre los responsables de la muerte del embajador estadounidense en Libia. Pero, mientras que en los otros escándalos al Presidente los golpes le llegaban desde la derecha, en el del espionaje de la prensa los medios de izquierda también se sumaron a las críticas, olvidándose por un momento del idilio que mantienen con la Casa Blanca. Rachel Maddow o Chris Mathews, de la cadena MSNBC, o grandes medios como el diario New York Times, editorializaron contra Obama. Este último periódico afirmaba: “La Administración Obama, que  trata con fervor de amedrentar a la prensa y perseguir a los que filtran información, no ha dado una explicación creíble por haber peinado los listados de llamadas de periodistas y editores de la Associated Press en lo que parecen expediciones de pesca de fuentes y un esfuerzo de atemorizar a los informantes […] Estas tácticas no nos amedrentarán, ni a la AP, pero podrían revelar fuentes de otras historias y asustar a contactos confidenciales vitales para la cobertura del Gobierno”.  En la misma línea, Rachel Maddow, tótem de la izquierda, arrancaba su programa recordando a los fontaneros de la administración Nixon, los encargados de reparar las filtraciones en la Casa Blanca, y remataba asegurando que los gobiernos tocan a su fin, pero la prensa siempre gana la batalla.
Ante este diluvio de críticas, Obama agachó la cabeza. En su discurso sobre seguridad nacional aseguró estar “preocupado por la posibilidad de que las investigaciones sobre las filtraciones puedan amedrentar el periodismo de investigación que mantiene al gobierno responsable de sus actos; los periodistas no deberían estar en riesgo legal por hacer su trabajo”. Y terminó pasándole la pelota a los legisladores: “He pedido al Congreso que apruebe una ley-escudo para los periodistas”, aseguró. Ordenó, además, que el fiscal general revise las directrices sobre las investigaciones que involucren a reporteros.
El Congreso, por su parte, pidió que se esclareciera por qué se espía a los periodistas, como si ignorara la principal razón por la que se hace: en primer lugar, porque es legal. El mismo Congreso aprobó la Patriot Act o el Acta de Espionaje que lo permite.
Es cierto que hay margen para la interpretación. El espionaje tiene que ser limitado en su alcance y siempre como última posibilidad y tras pedir la información por las buenas a los medios de comunicación, según las especificaciones de la obtención de registros telefónicos  de 1979. Estas restricciones probablemente se incumplieron en este caso, según AP.
Pero es que, además, llueve sobre mojado. Obama ha lanzado una auténtica guerra contra los whistleblowers, los soplones o informantes, gente como el famoso garganta profunda que desveló el Watergate que acabó con la presidencia de Richard Nixon. Hay seis funcionarios ya imputados, de esta y de anteriores administraciones. Para ello, Obama ha desempolvado la Ley de Espionaje, que sólo se ha utilizado tres veces más desde que se aprobó en 1917.
Uno de los casos que más ha llamado la atención, aparte del de AP, ha sido el del departamento de Justicia contra el periodista David Sanger. Éste descubrió que detrás del sabotaje de las instalaciones nucleares iraníes estaban israelíes y estadounidenses, entre otras cosas para enviar un software informático que destruyó las enriquecedoras de uranio persas.
También recientemente se ha sabido, a través del diario Washington Post, que se habían obtenido e-mails del anterior jefe del buró de Fox en Washington, James Rosen. Para conseguir el permiso legal para acceder a ellos se había calificado al periodista de “auxiliador, cómplice y co-conspirador” de su fuente en la “muestra no autorizada de información de defensa nacional”. El delito de Rosen sería el de haber solicitado y obtenido información clasificada de un contratista del Gobierno sobre el programa nuclear norcoreano. Todo para una pieza que no llamó demasiado la atención en su día y que aseguraba que el reino ermitaño estaba a punto de realizar otra prueba nuclear.  En este caso, el FBI puede haber traspasado la línea roja de lo permitido por la ley, primero por obtener el contenido y no sólo la información general de los e-mails personales, y además por tratar de convertir al periodista de delinquir. La institución se defiende asegurando que el delito está en publicar que el departamento de Defensa había obtenido la información de una fuente en Corea del Norte, con lo que revelaba su existencia y le dejaba en manos de la dictadura.
En el trasfondo de estos y otros casos subsiste una crítica de fondo hacia el Presidente: llegó al poder aupado por una prensa y unos votantes ansiosos de regeneración, pero cuatro años después Guantánamo continúa abierto, los ataques con aviones no tripulados se multiplican y, en general, Obama continúa haciendo la guerra contra el terror con las mismas armas que echaba en cara a su antecesor George W. Bush.
La tensión es de tal calibre que los principales medios de comunicación, como CNN, el New York Times, AP o Fox, han rechazado la oferta de reunión que les había hecho la Casa Blanca para hablar sobre el espionaje a periodistas. Estos y otros no aceptaban que lo negociado con el fiscal general fuera secreto, porque el público tiene derecho a saber, dicen, cuál es la postura de la Administración con respecto a los medios de comunicación.
La defensa de la primera enmienda, que prohíbe entre otras cosas las leyes que atenten contra la libertad de expresión y de prensa, ha llevado desde hace décadas a enfrentamientos muy duros entre los medios y el gobierno de turno. Uno de los casos más llamativos fue el de los llamados Papeles del Pentágono. El documento secreto contenía detalles de la implicación de Estados Unidos en Vietnam entre 1945 y 1967 y que demostraban “entre otras cosas, la Administración Johnson había mentido sistemáticamente, no sólo al público sino también al Congreso, sobre un tema de interés nacional”. El Gobierno, a través del fiscal general, consiguió una orden judicial que prohibía su publicación. Comenzó una batalla legal que terminó en el Tribunal Supremo con la victoria de la prensa. Para algunos analistas, el espionaje de Obama a la agencia AP no es sino otra cara de aquella misma moneda. 

domingo, 31 de marzo de 2013

Yoani Sánchez la precursora de la blogostroika cubana a pesar de la fiera oposición de la dictadura


Tomado de El Nuevo Herald


Yoani Sánchez, la voz que no pudieron silenciar

Por Juan O. Tamayo


Cuando un interlocutor hostil presionó a Yoani Sánchez en New York la semana pasada para que explicara cómo se atrevía a criticar al gobierno de Castro, que proporciona servicios gratuitos de salud, educación y bienestar social, Sánchez comparó a los cubanos con los pájaros encerrados en una jaula.

“Sí, la comida y el agua son gratis”, dijo la bloguera y periodista cubana con calma. “Pero eso no vale más que mi libertad”.

Es ese tipo de lenguaje lacerante pero fresco, y las ideas simples pero de gran alcance que expresa, lo que ha convertido a Sánchez en la punta de lanza de una floreciente “blogostroika” digital y disidente en Cuba, y lo que le ha ganado fama y premio internacionales.

La filóloga de 37 años, quien en tono de broma se define como una simple “niña impertinente”, se ha convertido de hecho en una figura de gran alcance en la binaria lucha guerrillera contra el régimen comunista de Cuba.

Su blog, Generación Y, recibe más de 15 millones de visitas al mes y está traducido a 20 idiomas. Su cuenta de Twitter tiene cerca de 500,000 seguidores, y tanto Fidel Castro como Mariela Castro, la hija de Raúl, se han tomado el tiempo para criticarla.

Sánchez estará en Miami esta semana para una serie de apariciones públicas y una reunión familiar durante una parada en su gira relámpago por una docena de países de América del Sur y del Norte y Europa, que comenzó el 17 de febrero y se espera que dure unos tres meses.

Es la primera vez que las autoridades cubanas le han permitido salir de la isla desde el 2004, cuando regresó de una estancia de dos años en Suiza, rompió desafiantemente su pasaporte para que no pudieran enviarla de vuelta, y comenzó una serie de publicaciones digitales.

La espada digital de Sánchez punza regularmente a Fidel y Raúl, así como sus políticas y a sus acólitos. Y sus Tweets, a veces feroces, divertidos o burlones, son como dolorosos puñetazos de 140 caracteres dirigidos directamente al mentón del gobierno. ​

Su poder radica en “un lenguaje que se abre paso a través de la hipocresía y los mitos que han nublado la verdad sobre Cuba durante tantos años”, dijo Ted Henken, profesor de Baruch College que estudia los medios sociales en Cuba y ha escrito varios artículos sobre Sánchez.

UN ‘ELECTRÓN LIBRE’

Ella se describe como un “electrón libre” político que gravita hacia los conservadores o los liberales según el tema y no insulta a la otra parte. Su esposo, el periodista Reinaldo Escobar, de 65 años, dice que eso es parte del secreto de su éxito.

“Yoani escribe desde un punto de moderación, un punto medio con el que muchas personas pueden estar de acuerdo”, dijo Escobar, que fue despedido del periódico Juventud Rebelde en 1988 por criticar al gobierno, y ahora trabaja como mecánico de elevadores.

Sánchez se opone al embargo de Estados Unidos, dijo Escobar, porque los hermanos Castro lo utilizan como una excusa para todos sus fracasos. Y como está a favor de los viajes ilimitados al extranjero para los cubanos, añadió, también favorece los viajes sin restricciones de EEUU a la isla.


La Habana la califica de “mercenaria” pagada por Washington, y partidarios de Castro le lanzaron dólares falsos en Brasil el mes pasado. Ella niega haber aceptado dinero de forma impropia, y Escobar afirma que ellos viven del trabajo que hacen para periódicos extranjeros. Sánchez es la corresponsal en Cuba para el diario español El País.

Irónicamente, cierto número de exiliados moderados y periodistas estadounidenses afirman que ellos se preguntan si ella es algo demasiado bueno para ser verdadero, y que tal vez los Castro le permiten cierta libertad y no le imponen la represión policial que sufren otros disidentes a cambio de sus críticas de la política estadounidense.

Sánchez alega que su fama es lo que la protege contra la represión. Y, aunque ella ataca persistentemente al gobierno, no se ha sumado a ninguna organización disidente y se califica a sí misma de periodista “independiente” o “alternativa”.

Y, aunque funcionarios cubanos alegan que Sánchez es prácticamente desconocida en la isla, sus partidarios señalan que el gobierno bloqueó el acceso a su blog hasta hace poco, y que el monopolio estatal de los medios de prensa la trata como una paria de la época soviética.

“Aquí un jugador de béisbol puede ser bien conocido, pero el asunto es: ¿qué importancia tienen sus jonrones para el futuro de Cuba”, dijo Escobar en una entrevista telefónica desde La Habana.

UNA MUJER TESTARUDA

Sánchez puede lucir en ocasiones como una hippie, con sus blusas sueltas de algodón, sus faldas más bien largas y el cabello oscuro que le llega a la cadera. Ella habla en voz baja y casi siempre despacio. Pero incluso sus familiares la describen como tremendamente testaruda desde que tenía cinco años, dijo Henken.

Mary Jo Porter, la ingeniera de Seattle que fundó la red de voluntarios que traducen Generación Y y otros blogs cubanos, dijo que parte del atractivo de Sánchez es la “yuxtaposición de su fragilidad, su presencia física pequeña y delgada, con la férrea fortaleza evidente en su voz, su vida y su labor”.

Pero, añadió Porter, “si le pones comida delante, ella come como un leñador”, y en privado es aún más alegre y simpática. “No existe una ‘Yoani detrás del telón… la que todos ven es la verdadera”, añadió la traductora.

Nacida en 1975, Yoani María Sánchez Cordero es parte de lo que ella llamó Generación Y: los cubanos cuyos nombres empiezan muchas veces con Y debido a la influencia de Moscú sobre la isla en esa época. 

Pero ella creció cuando la Unión Soviética se derrumbó, recortó sus enormes subvenciones a Cuba y la dejó hundirse en su peor crisis económica en el siglo XX.

Hija de una familia modesta —su padre William es un maquinista de ferrocarril retirado quien ahora trabaja de ponchero, arreglando las gomas ponchadas de carros y bicicletas, y su madre María Eumelia trabaja como despachadora de taxis—, ella estudió literatura hispanoamericana en la Universidad de La Habana.

Su tesis de graduación se tituló “Palabras bajo presión. Un estudio sobre la literatura de la dictadura en Latinoamérica”, y se basó en parte en una novela del peruano Mario Vargas Llosa sobre el asesinato del dictador de la República Dominicana Rafael Trujillo en 1961.

Escobar dijo que ellos se conocieron en 1993, cuando ella le pidió prestado su ejemplar de otra novela de Vargas Llosa, y el hijo de ambos, Teo, tiene 17 años. 

El matrimonio se dedicó luego a enseñar español a visitantes, principalmente alemanes, y a servirles de guía por La Habana, al mismo tiempo que aprendían alemán.

Sánchez se fue a Suiza a trabajar en una librería en el 2002, en lo que habían planeado como el primer paso de la partida de la familia, dijo Escobar. Teo lo siguió un año después, pero una serie de factores, incluyendo la enfermedad del padre de ella, los llevó a regresar en el 2004.

Habiendo perdido su residencia cubana al permanecer en el extranjero más de 11 meses, ellos sacaron viajes de ida y vuelta a La Habana para una “visita familiar” y rompieron sus pasaportes después de llegar a Cuba para evitar que los deportaran de regreso a Europa. Ellos vivieron en un limbo legal hasta que el gobierno acordó reconocer de nuevo sus residencias.

Sánchez, quien había armado su primera computadora en 1994 a partir de piezas de uso —Escobar dijo que ella también repara el refrigerador en el apartamento de ellos en La Habana— y había experimentado la internet en Zurich, regresó con una nueva carrera: periodista digital.

En el 2004 ella empezó a crear una serie de publicaciones de internet tales como Consenso, Contodos y Convivencia, y luego se hizo webmaster de Desde Cuba, un portal Web portal que en la actualidad alberga 45 blogs, casi todos críticos de los gobiernos de los Castro.

Tres años después, ella creó Generación Y — el primer blog antigubernamental desde dentro de la isla, y que no era anónimo— declarando que ella había probado con el yoga pero de todos modos necesitaba exorcizar de algún modo las frustraciones demoníacas de la vida en Cuba.

BLOQUEO GUBERNAMENTAL

Cuando el gobierno bloqueó el acceso a su blog, Sánchez se hizo pasar por alemana para usar los cafés de Internet en hoteles sólo para turistas y envió sus columnas por correo electrónico a partidarios suyos en el extranjero que las traducían y las publicaban. En una ocasión, ella se puso una peluca rubia para colarse en un seminario académico sobre blogs limitado a los partidarios del gobierno.

Pero sus entradas empezaron a ganar premios prestigiosos. Ella ganó el premio Maria Moors Cabot de la Universidad de Columbia, y el premio español Ortega y Gassett. El premio Príncipe Claus de los Países Bajos le trajo $40,000. La revista Time la puso en su lista de las 100 personas más influyentes en el 2008. Y el presidente Barack Obama respondió sus preguntas por escrito en el 2009.

El gobierno retiró su bloqueo a Generación Y y alrededor de otros 40 blogs en el 2011, admitiendo de un modo implícito que no podía controlar realmente lo que el ministro de Comunicaciones Ramiro Valdés llamó el “potro salvaje” de la internet.

Millones de páginas web circulan actualmente por la isla en CDs, DVDs, memorias flash y teléfonos celulares con Bluetooth. En una escena que ella comparó con un tiroteo del Oeste, Sánchez escribió que la gente se reunía en un parque, se apuntaban unos a otros con sus teléfonos e intercambiaban información sin que siquiera los policías apostados cerca se dieran cuenta de lo que estaba pasando.

En años recientes ella fundó una academia para blogueros, ha avisado por Twitter de los arrestos o acosos a otros disidentes, y se ha hecho más directamente política en algunos de sus comentarios y en las entradas de su blog.

Las leves reformas de Raúl Castro no son suficientes para rescatar la economía de su estancamiento, ha declarado Sánchez, y una vez que él deje el poder — él ha prometido retirarse en el 2018— será difícil para sus sucesores mantenerse en control.

El sistema de gobierno de Cuba es como los edificios de La Habana Vieja que están en ruinas pero sobreviven incluso huracanes, dijo ella al corresponsal de McClatchy Tim Johnson durante una entrevista en México el mes pasado.

“Pero, un día, ellos quieren arreglar la puerta”, añadió Sánchez. “Le sacan unos tornillos, y la casa se derrumba”.

sábado, 23 de marzo de 2013

Coronel español es condenado por criticar acremente al Rey Juan Carlos


Tomado de BBC Mundo



El coronel condenado por injuriar al rey de España

Por Juanjo Robled

Amadeo Martínez Inglés no es un abuelo cualquiera, es una piedra en el zapato del rey Juan Carlos de España.

De boina y uniforme de paracaidista, este coronel retirado fue condenado este jueves por injurias al rey.

No es la primera vez que lo hace. Ha escrito libros como Juan Carlos I, el último Borbón; 23F, el golpe que nunca existió o La Transición vigilada, en el que cuestiona su forma de llegar a la jefatura del estado y desvela su supuesta vida oculta.

Condecorado con la medalla al valor en la guerra del Sahara y con una carrera de más de 40 años en el ejército, Martínez fue expulsado de la institución en 1990 después de pasar cinco meses en la cárcel por defender la abolición del servicio militar obligatorio. Desde entonces se dedica a su faceta como historiador y a su familia.

En 2004 volvió a ser el foco de atención de los medios cuando se paseó por la boda de los príncipes Felipe y Letizia sin invitación. Iba de uniforme militar y llevaba su pistola.

"Me colé en la Catedral porque quería probar que los servicios de seguridad e inteligencia en España son un desastre", dijo en su momento.

Esta vez la Audiencia Nacional considera que el exmilitar se pasó de la raya. A raíz de su artículo ¿Por qué no te callas?, en alusión al caso de corrupción que involucra al yerno del rey, Iñaki Urdangarín y publicado en el medio digital Canarias Semanal, el alto tribunal señala que Martínez critica al monarca con una "desmesura innecesaria" y le condena a pagar una multa de 6.480 euros (US$ 8.366).

En su artículo lo califica de "máximo corrupto", lo acusa de usar dinero público para financiar aventuras sexuales y lo señala de organizar un autogolpe el 23F de 1981 para conservar la corona.

La fecha, clave en la Transición española, catapultó internacionalmente la imagen democrática de Juan Carlos después de que rechazara el intento de golpe del teniente coronel Antonio Tejero.

Críticas vs libertad de expresión

 

Martínez le devolvió al rey el famoso "¿Por qué no te callas?" que le espetó años atrás al presidente venezolano Hugo Chávez.

 

"Te puede gustar o no la figura del rey pero la crítica tiene límites, no puedes ir afirmando cosas de alguien sin tener pruebas de ello. Y no es sólo por el hecho de ser el rey, es un derecho que tienen todos los ciudadanos. Lo que pasa en el caso de personajes públicos es que repites y repites una idea, sea verdad o no, y al final siembras la duda", comenta a BBC Mundo la politóloga e historiadora Bea Toro.

La sentencia de la Audiencia Nacional subraya que el rey "como cualquier otro cargo público tiene los mismos derechos que cualquier otro ciudadano español" como el del honor, que afecta al "núcleo último de la dignidad de toda persona".

No obstante, el coronel defiende otro derecho, la libertad de expresión. Antes de que se conociera la sentencia dijo que si lo condenaban apelaría al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.


En 2003 el tribunal condenó a España a pagar 20.000 euros (US$ 25.869) al líder vasco Arnaldo Otegi, entonces portavoz del partido separatista Batasuna, por vulnerar su libertad de expresión cuando se le sentenció a un año de prisión por injuriar al señalar que el rey "protege la tortura e impone la monarquía".



"No quieren juzgar al rey porque el rey es inviolable, aquí se juzga al coronel Martínez Inglés porque es muy malo escribiendo. En el banquillo de los acusados no me sienta ni Dios, yo no soy un delincuente", comentó el coronel retirado a los medios en una de sus primeras citaciones.

Desde entonces no ha vuelto a asistir. De hecho, fue juzgado en ausencia. Martínez afirma que ha enviado a las principales instituciones del país, entre ellas el Congreso de los Diputados, documentación que ha obtenido en supuestos archivos militares y que respaldan sus acusaciones contra el rey.

"Nosotros no participamos en estos temas, la que actúa es la fiscalía. Tanto los casos de quema de fotografías del rey o de injurias están tipificados como delito y es la justicia la que se encarga de ellos. Otra cosa es la crítica política y periodística que, por ejemplo, pide que el rey abdique. En ese sentido es un debate abierto y público y no tiene nada que ver con las injurias. Tampoco entramos en ese debate", responde a BBC Mundo Juan Carlos Zamora Molina, director adjunto de comunicación de la Casa Real.

En 2008 el alcalde de Puerto Real (Cádiz), José Antonio Barroso, dijo en un acto conmemorativo de la II República que "el rey, señores, porque su procedencia lo es, es corrupto". El día que lo condenaron a pagar una multa similar a la del coronel Amadeo Martínez llevaba un ejemplar de su libro Juan Carlos I, el último Borbón.

"Al final compensa. ¿Qué tanto es pagar 6.000 euros de multa (US$7.762) si al final tienes la atención de los medios y publicidad para tus libros o ideas? Llaman la atención las teorías conspirativas del autogolpe de estado del rey. ¿No hubiese sido más fácil dejar las cosas como estaban ya que era el heredero de Franco?", apunta la analista Bea Toro.

Para otros analistas, no obstante, el coronel Amadeo Martínez Inglés encarna la insatisfacción de muchos ciudadanos con la actuación o conocimiento que pudo tener el rey en el escándalo de corrupción que afecta a su yerno, acusado de desviar fondos públicos para su bolsillo.

El único día que Amadeo se presentó en la Audiencia Nacional no sólo lo esperaban los medios sino algunos simpatizantes. "La Tercera República nacerá pronto en España", exclamó el exmilitar con su uniforme de paracaidista antes de entrar.

 

Delitos de lesa majestad

·       Los artículos 490 y 491 del código penal español y la Ley Orgánica 10/1995 tipifican las injurias a la Corona como delito de lesa majestad con penas de prisión de cuatro a 24 meses según su gravedad.

·       La legislación no ha estado exenta de críticas, sobre todo después del fallo del Tribunal Europeo de Derechos humanos en el caso Otegi.

·       En 2008 un grupo de abogados presentó un manifiesto en el Colegio de abogados de Barcelona en el que señalaban su preocupación por el enjuiciamiento permanente de personas relacionadas con la quema de fotografías del rey.

·       Los abogados alegan que la sobreprotección a la Corona podía chocar con el artículo 14 de la Constitución que recoge el derecho a la igualdad.