Tomado de El Nuevo Herald
Yoani Sánchez, la
voz que no pudieron silenciar
Por Juan O. Tamayo
Cuando un
interlocutor hostil presionó a Yoani Sánchez en New York la semana pasada para
que explicara cómo se atrevía a criticar al gobierno de Castro, que proporciona
servicios gratuitos de salud, educación y bienestar social, Sánchez comparó a
los cubanos con los pájaros encerrados en una jaula.
“Sí, la
comida y el agua son gratis”, dijo la bloguera y periodista cubana con calma.
“Pero eso no vale más que mi libertad”.
Es ese
tipo de lenguaje lacerante pero fresco, y las ideas simples pero de gran
alcance que expresa, lo que ha convertido a Sánchez en la punta de lanza de una
floreciente “blogostroika” digital y disidente en Cuba, y lo que le ha ganado
fama y premio internacionales.
La
filóloga de 37 años, quien en tono de broma se define como una simple “niña
impertinente”, se ha convertido de hecho en una figura de gran alcance en la
binaria lucha guerrillera contra el régimen comunista de Cuba.
Su blog, Generación Y,
recibe más de 15 millones de visitas al mes y está traducido a 20 idiomas. Su
cuenta de Twitter tiene cerca de 500,000 seguidores, y tanto Fidel Castro como
Mariela Castro, la hija de Raúl, se han tomado el tiempo para criticarla.
Sánchez
estará en Miami esta semana para una serie de apariciones públicas y una
reunión familiar durante una parada en su gira relámpago por una docena de
países de América del Sur y del Norte y Europa, que comenzó el 17 de febrero y
se espera que dure unos tres meses.
Es la
primera vez que las autoridades cubanas le han permitido salir de la isla desde
el 2004, cuando regresó de una estancia de dos años en Suiza, rompió
desafiantemente su pasaporte para que no pudieran enviarla de vuelta, y comenzó
una serie de publicaciones digitales.
La espada
digital de Sánchez punza regularmente a Fidel y Raúl, así como sus políticas y
a sus acólitos. Y sus Tweets, a veces feroces, divertidos o burlones, son como
dolorosos puñetazos de 140 caracteres dirigidos directamente al mentón del
gobierno.
Su poder
radica en “un lenguaje que se abre paso a través de la hipocresía y los mitos
que han nublado la verdad sobre Cuba durante tantos años”, dijo Ted Henken,
profesor de Baruch College que estudia los medios sociales en Cuba y ha escrito
varios artículos sobre Sánchez.
UN ‘ELECTRÓN LIBRE’
Ella se
describe como un “electrón libre” político que gravita hacia los conservadores
o los liberales según el tema y no insulta a la otra parte. Su esposo, el
periodista Reinaldo Escobar, de 65 años, dice que eso es parte del secreto de
su éxito.
“Yoani escribe desde un punto
de moderación, un punto medio con el que muchas personas pueden estar de
acuerdo”, dijo Escobar, que fue despedido del periódico Juventud
Rebelde en 1988 por criticar al gobierno, y ahora trabaja como
mecánico de elevadores.
Sánchez se
opone al embargo de Estados Unidos, dijo Escobar, porque los hermanos Castro lo
utilizan como una excusa para todos sus fracasos. Y como está a favor de los
viajes ilimitados al extranjero para los cubanos, añadió, también favorece los
viajes sin restricciones de EEUU a la isla.
La Habana la califica de “mercenaria” pagada por
Washington, y partidarios de Castro le lanzaron dólares falsos en Brasil el mes
pasado. Ella niega haber aceptado dinero de forma impropia, y Escobar afirma
que ellos viven del trabajo que hacen para periódicos extranjeros. Sánchez es
la corresponsal en Cuba para el diario español El País.
Irónicamente,
cierto número de exiliados moderados y periodistas estadounidenses afirman que
ellos se preguntan si ella es algo demasiado bueno para ser verdadero, y que
tal vez los Castro le permiten cierta libertad y no le imponen la represión
policial que sufren otros disidentes a cambio de sus críticas de la política
estadounidense.
Sánchez
alega que su fama es lo que la protege contra la represión. Y, aunque ella
ataca persistentemente al gobierno, no se ha sumado a ninguna organización
disidente y se califica a sí misma de periodista “independiente” o
“alternativa”.
Y, aunque
funcionarios cubanos alegan que Sánchez es prácticamente desconocida en la
isla, sus partidarios señalan que el gobierno bloqueó el acceso a su blog hasta
hace poco, y que el monopolio estatal de los medios de prensa la trata como una
paria de la época soviética.
“Aquí un
jugador de béisbol puede ser bien conocido, pero el asunto es: ¿qué importancia
tienen sus jonrones para el futuro de Cuba”, dijo Escobar en una entrevista
telefónica desde La Habana.
UNA MUJER TESTARUDA
Sánchez
puede lucir en ocasiones como una hippie, con sus blusas sueltas de algodón,
sus faldas más bien largas y el cabello oscuro que le llega a la cadera. Ella
habla en voz baja y casi siempre despacio. Pero incluso sus familiares la
describen como tremendamente testaruda desde que tenía cinco años, dijo Henken.
Mary Jo
Porter, la ingeniera de Seattle que fundó la red de voluntarios que traducen
Generación Y y otros blogs cubanos, dijo que parte del atractivo de Sánchez es
la “yuxtaposición de su fragilidad, su presencia física pequeña y delgada, con
la férrea fortaleza evidente en su voz, su vida y su labor”.
Pero,
añadió Porter, “si le pones comida delante, ella come como un leñador”, y en
privado es aún más alegre y simpática. “No existe una ‘Yoani detrás del telón…
la que todos ven es la verdadera”, añadió la traductora.
Nacida en
1975, Yoani María Sánchez Cordero es parte de lo que ella llamó Generación Y:
los cubanos cuyos nombres empiezan muchas veces con Y debido a la influencia de
Moscú sobre la isla en esa época.
Pero ella creció cuando la Unión Soviética se
derrumbó, recortó sus enormes subvenciones a Cuba y la dejó hundirse en su peor
crisis económica en el siglo XX.
Hija de
una familia modesta —su padre William es un maquinista de ferrocarril retirado
quien ahora trabaja de ponchero, arreglando las gomas ponchadas de carros y
bicicletas, y su madre María Eumelia trabaja como despachadora de taxis—, ella
estudió literatura hispanoamericana en la Universidad de La Habana.
Su tesis
de graduación se tituló “Palabras bajo presión. Un estudio sobre la literatura
de la dictadura en Latinoamérica”, y se basó en parte en una novela del peruano
Mario Vargas Llosa sobre el asesinato del dictador de la República Dominicana
Rafael Trujillo en 1961.
Escobar dijo que ellos se conocieron en 1993, cuando ella
le pidió prestado su ejemplar de otra novela de Vargas Llosa, y el hijo de
ambos, Teo, tiene 17 años.
El matrimonio se dedicó luego a enseñar español a
visitantes, principalmente alemanes, y a servirles de guía por La Habana, al
mismo tiempo que aprendían alemán.
Sánchez se
fue a Suiza a trabajar en una librería en el 2002, en lo que habían planeado
como el primer paso de la partida de la familia, dijo Escobar. Teo lo siguió un
año después, pero una serie de factores, incluyendo la enfermedad del padre de
ella, los llevó a regresar en el 2004.
Habiendo
perdido su residencia cubana al permanecer en el extranjero más de 11 meses,
ellos sacaron viajes de ida y vuelta a La Habana para una “visita familiar” y
rompieron sus pasaportes después de llegar a Cuba para evitar que los
deportaran de regreso a Europa. Ellos vivieron en un limbo legal hasta que el
gobierno acordó reconocer de nuevo sus residencias.
Sánchez,
quien había armado su primera computadora en 1994 a partir de piezas de uso
—Escobar dijo que ella también repara el refrigerador en el apartamento de
ellos en La Habana— y había experimentado la internet en Zurich, regresó con
una nueva carrera: periodista digital.
En el 2004
ella empezó a crear una serie de publicaciones de internet tales como Consenso,
Contodos y Convivencia, y luego se hizo webmaster de Desde Cuba, un portal Web
portal que en la actualidad alberga 45 blogs, casi todos críticos de los
gobiernos de los Castro.
Tres años
después, ella creó Generación Y — el primer blog antigubernamental desde dentro
de la isla, y que no era anónimo— declarando que ella había probado con el yoga
pero de todos modos necesitaba exorcizar de algún modo las frustraciones
demoníacas de la vida en Cuba.
BLOQUEO GUBERNAMENTAL
Cuando el
gobierno bloqueó el acceso a su blog, Sánchez se hizo pasar por alemana para
usar los cafés de Internet en hoteles sólo para turistas y envió sus columnas
por correo electrónico a partidarios suyos en el extranjero que las traducían y
las publicaban. En una ocasión, ella se puso una peluca rubia para colarse en
un seminario académico sobre blogs limitado a los partidarios del gobierno.
Pero sus entradas empezaron a
ganar premios prestigiosos. Ella ganó el premio Maria Moors Cabot de la
Universidad de Columbia, y el premio español Ortega y Gassett. El premio
Príncipe Claus de los Países Bajos le trajo $40,000. La revista Time la
puso en su lista de las 100 personas más influyentes en el 2008. Y el
presidente Barack Obama respondió sus preguntas por escrito en el 2009.
El
gobierno retiró su bloqueo a Generación Y y alrededor de otros 40 blogs en el
2011, admitiendo de un modo implícito que no podía controlar realmente lo que
el ministro de Comunicaciones Ramiro Valdés llamó el “potro salvaje” de la
internet.
Millones
de páginas web circulan actualmente por la isla en CDs, DVDs, memorias flash y
teléfonos celulares con Bluetooth. En una escena que ella comparó con un
tiroteo del Oeste, Sánchez escribió que la gente se reunía en un parque, se
apuntaban unos a otros con sus teléfonos e intercambiaban información sin que
siquiera los policías apostados cerca se dieran cuenta de lo que estaba
pasando.
En años
recientes ella fundó una academia para blogueros, ha avisado por Twitter de los
arrestos o acosos a otros disidentes, y se ha hecho más directamente política
en algunos de sus comentarios y en las entradas de su blog.
Las leves
reformas de Raúl Castro no son suficientes para rescatar la economía de su
estancamiento, ha declarado Sánchez, y una vez que él deje el poder — él ha
prometido retirarse en el 2018— será difícil para sus sucesores mantenerse en
control.
El sistema
de gobierno de Cuba es como los edificios de La Habana Vieja que están en
ruinas pero sobreviven incluso huracanes, dijo ella al corresponsal de
McClatchy Tim Johnson durante una entrevista en México el mes pasado.
“Pero, un
día, ellos quieren arreglar la puerta”, añadió Sánchez. “Le sacan unos
tornillos, y la casa se derrumba”.
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