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domingo, 14 de septiembre de 2014

Microcréditos una cara alternativa entre quedarse en la miseria o caer en manos de agiotistas

Tomado de El País
Con una comisión promedio que ronda el 75% anual, el precio del crédito es poco relevante.
El próspero negocio de financiar a los pobres
Más de 2.000 empresas aprovechan la falta de crédito en México a la población de menos recursos para cobrar intereses por encima del 50%

Por Oscar Granados

Pilar tiene los zapatos llenos de lodo. Hace más de una semana que no ha parado de llover en Toluca, Estado de México, un municipio a una hora del Distrito Federal. Aquí el 42% de los 407.000 habitantes son pobres. En el portal de la casa de esta mujer, de 58 años, tres pequeños perros flacos y una gallina pelirroja hacen guardia. Las risas y los murmullos inundan el pequeño hogar. Más de 20 mujeres han acudido a la cita de todos los jueves. Todas son microempresarias: venden zapatos, verduras, ropa de cama, cosméticos. Se han reunido para pagar un crédito de 365.000 pesos (casi 28.000 dólares) que han pedido en conjunto a Compartamos Banco y que debe estar saldado en cuatro meses. Pilar ha pedido tres mil pesos (228 dólares) para surtir su tienda de dulces y refrescos.
Unas abonan 100 o 200 dólares, otras hasta 1.000, depende del dinero que hayan solicitado. Cirene es dueña de una papelería. Pertenece a este grupo de mujeres que desde hace cuatro años son clientas del banco. En 2010, pidió 3.000 pesos (230 dólares) prestados a Compartamos. Actualmente su deuda asciende a más de 2.000 dólares.
“Ahora quiero más”, dice Cirene, de 50 años, con orgullo. No es la única. La mayoría de mujeres han mejorado la condición de sus negocios gracias al dinero que se les da a crédito. “No cualquiera presta”, arguye esta señora. En 24 años de historia, Compartamos se ha hecho de casi tres millones de clientes, el 90% son mujeres, de las cuales un 66% apenas han terminado la educación básica y un 6% son analfabetas.
Las microfinancieras, como Compartamos, han sabido aprovechar el hueco que han dejado los grandes bancos en México: la población de escasos recursos, explica Óscar Pfeiffer, portavoz de Prodesarrollo, una red que agrupa 87 firmas financieras dedicadas al sector popular. En México, este mercado es enorme. De acuerdo con Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el número de personas en situación de pobreza supera los 53 millones. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) expone que son 60,6 millones de mexicanos los que sufren esta condición.
Compartamos, que controla el 40% del mercado de las microfinanzas, se ha convertido en la estrella del sector. Ha pasado de ser una ONG, como nació en 1990, a un banco que entró a cotizar en la Bolsa Mexicana de Valores en 2006. Una señal de que el negocio va viento en popa es la confianza que ha puesto el público inversor en esta institución. Tan solo en los tres primeros años en el mercado, la acción de Compartamos creció un 98%. En 2013, sus ganancias fueron de casi de 189 millones de dólares y ahora opera en Guatemala y Perú.
En el país, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), existen cerca de 2.000 microfinancieras que atienden a casi seis millones de mexicanos, todos ellos de escasos recursos. Debido al crecimiento que han tenido en la última década, algunos organismos internacionales han criticado las tasas de interés que estas empresas cobran por sus préstamos. De acuerdo con el BID, en México la comisión promedio supera el 50%, cuando la media en el resto de América Latina es de 30%.
Para algunos clientes de Compartamos, con una comisión promedio que ronda el 75% anual, el precio del crédito es poco relevante. Andrés no ha parado de trabajar. Lleva toda la mañana en su taller, en donde el olor a pintura es penetrante, pero este material es esencial para elaborar las figuras de resina. Junto a su madre, que ha sido la responsable del préstamo, lleva en el negocio más de cinco años y acaba de pedir prestado más de 3.000 dólares para hacerlo crecer. “La tasa de interés es alta, pero no hay otra manera de acercarnos dinero”, dice.
Compartamos ha recibido fuertes críticas del premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus

La tasa está justificada, dice Carlos Danel, presidente del consejo de administración de Compartamos. “Para darle servicio a un cliente hay que abatir los costos operativos: la contabilidad, la publicidad, el transporte”, destaca. En 2008, esta institución recibió una fuerte crítica del economista y premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus. “Su prioridad ha sido la generación de dinero”, dijo. Yunus fue uno de los pioneros del concepto de las microfinanzas. Su empresa, el Banco Grameen, en Bangladesh, tiene una tasa de interés por debajo del 20%.
“Estos negocios ofrecen servicios a personas que para la gran banca comercial no serían potenciales clientes, ya que no cumplen con los requisitos”, comenta Óscar Pfeiffer, portavoz de Prodesarrollo. "Aunque hay tasas más altas que en otros países, en México se opera con bajos márgenes de ganancia”, resalta.
A la pregunta de si las microfinancieras hacen un buen negocio a costa de los pobres, Carlos Danel, de Compartamos Banco, busca una respuesta: “Lo que diría es que hacemos es un mejor México”.

lunes, 1 de septiembre de 2014

PNUD: Aumento de clase media latinoamericana lograda en última década en riesgo de retroceder

Tomado de BBC Mundo
Por qué América Latina podría sumar millones de nuevos pobres
Por Marcelo Justo

El crecimiento de la última década permitió una reducción a casi la mitad de la pobreza en América Latina, pero creó también una población extremadamente vulnerable a la actual desaceleración económica regional.

El Salvador desciende 4 posiciones en el ranking de países con aumento de clase media

La clase media

Uruguay, Argentina, Chile y Costa Rica se mantienen en este orden como los países con mayor proporción de clase media, mientras que Nicaragua se encuentra al fondo de la tabla.

En el medio ha habido cambios significativos.

República Dominicana descendió ocho posiciones, seguida de El Salvador y México (-4), Paraguay (-3), y Honduras y Guatemala (-1), mientras que Bolivia avanzó seis posiciones, seguido de Perú (5), Ecuador y Venezuela (3), Brasil (2), y Panamá y Colombia (1).

Disminuye la pobreza pero aumenta población extremadamente vulnerable

El estudio más reciente sobre el tema del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que abarca a 18 países de la región, señala que el 38% de la población se encuentra en este limbo social de vulnerabilidad.

Se trata de unos 200 millones de personas que no son pobres, pero tampoco ingresaron a la clase media y corren peligro de perder sus conquistas de la última década.

"Hay dos noticias buenas y una mala", afirma Alfredo González, especialista en Pobreza y Desarrollo Humano del Departamento de América Latina del PNUD.

"Las buenas son el aumento de la clase media y la disminución de la pobreza. La mala es que aumentó el número de personas vulnerables a caer nuevamente en la pobreza. Hoy tenemos un amesetamiento de un modelo que se basó en el crecimiento económico, pero también en políticas focalizadas desde el Estado para combatir la pobreza".

Las protestas de 2013 en Brasil fueron en gran parte protagonizadas por pobres que ascendieron a la clase media pero están insatisfechos con la economía del país.

Un solo peldaño


El estudio del PNUD se concentra en tres sectores definidos por sus ingresos: pobres, clase media y vulnerables.


La clase media (con ingresos entre US$10 y US$50 diarios) creció en 82 millones de personas, pasando del 21% de la población en 2000 al 34% en 2012.

Los pobres (ingresos de US$4 o menos) disminuyeron en 16,4 puntos, del 41,7% al 25,3%: 56 millones salieron de la pobreza.

La parte vacía del vaso

 son los vulnerables que aumentaron un 3,4%, del 34,4% al 37,8%, equivalente a unas 43 millones de personas.

"Una proporción de las personas que abandonaron la pobreza pasó a formar parte de la clase media, que también se puede haber visto engrosada por sectores que estaban en una situación de vulnerabilidad y dieron el salto", dice González.

Pero durante esta década, para muchos el salto fue de un solo peldaño, de una situación de pobreza a otra de vulnerabilidad".

Panorama regional

Dado que el estudio es de 18 países, equivalente a un 90% de la población total de América Latina, hay variaciones en el desempeño 2000-2012 que el PNUD enmarca en tres sectores:

·       Perú y Bolivia lideran a las naciones que más redujeron la pobreza en este período. En Perú buena parte de este sector que abandonó la pobreza pasó a la clase media. Bolivia registró la mayor reducción de la pobreza de la región, pero al mismo tiempo tuvo el mayor aumento de población vulnerable.

·       Un segundo grupo de países son los que no registraron cambios en niveles de pobreza como Honduras y República Dominicana, o la pobreza aumentó, como Guatemala, donde se produjo un crecimiento de casi siete puntos de la pobreza.

·       El tercer grupo son países que al mismo tiempo redujeron la pobreza y la vulnerabilidad, como Argentina, Chile, Costa Rica y, en menor medida, Uruguay.

La elusiva clase media


Una marca del desarrollo económico-social de un país o región es la densidad de la clase media.

Durante décadas, el mantra sobre América Latina era que estaba dividida entre élites minoritarias con acceso a todos los factores de poder económico y político, y las grandes mayorías excluidas con una finísima capa en el medio conformada por una débil clase media.

Este panorama está cambiando.

En 2000-2012 la clase media a nivel regional tuvo un incremento espectacular de más de 80 millones de personas.

Pero la desaceleración económica regional aumenta el peligro de que ese universo pueda volver a la pobreza.

"Hay una clase media asentada durante generaciones que ha acumulado patrimonio heredable y ha tenido acceso a la salud y educación. Esta clase media tiene una solidez mucho mayor que los sectores que acaban de dar el salto desde la pobreza", puntualiza González.

Según el especialista, la "nueva clase media" está mucho más expuesta a los avatares económicos o personales.

"Un cambio de viento económico o en las circunstancias personales como son los llamados gastos catastróficos, sea por enfermedad grave de un familiar o pérdida de trabajo, pueden obligar a la venta del coche o del departamento y a un brusco deterioro de su situación social", añade.

Crecimiento y política social


El crecimiento económico de la llamada década dorada (2002-2012) ha sido clave para este nuevo panorama social.

De la mano del aumento de las materias primas y la demanda china, la región creció un 3,7% de promedio anual, cuatro veces más que en las dos décadas previas (1980-2000).



En América Latina existe el riesgo de que quienes superaron la pobreza vuelvan a caer en ella.

Al mismo tiempo, se financiaron planes focalizados del Estado para combatir la pobreza.
Un ejemplo de estos planes son las transferencias condicionales en los que la ayuda económica depende de que la familia garantice la escolaridad y la atención sanitaria de los niños.
Estos planes permiten al mismo tiempo mejorar los ingresos de los pobres y allanar el camino para que una nueva generación crezca con mejor acceso a bienes sociales básicos, como la salud y la educación.
El Plan Familias y el Jefes y Jefas de Hogar en la Argentina, el Bono Juancito Pinto y el Madre Niño-Niña en Bolivia, el Chile Solidario, el Familias en Acción en Colombia, el Bono de Desarrollo Humano en Ecuador y Oportunidades en México son algunos de los ejemplos de este tipo de ayuda focalizada y condicional.
"El tema es cómo moverse a partir de ahora, como lograr que esta población que salió de la pobreza pueda dar un nuevo salto como para afianzar su nueva situación social y dejar de pertenecer a este sector vulnerable dependiente de estas ayudas sociales", indica González.

El futuro


La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) recortó este agosto su pronóstico de crecimiento anual para la región del 2,7% al 2,2%, una caída respecto a 2013.


Con esta caída del crecimiento se pone en peligro uno de los pilares de estos cambios pero, según el PNUD, el problema que enfrenta la región va más allá de la cuestión meramente económica.

"Hemos entrado en otra etapa en la que para seguir avanzando habrá que tocar intereses específicos con el peligro de generar tensiones políticas. Ahora se viene lo más difícil"
Alfredo González, especialista en Pobreza y Desarrollo Humano del Departamento de América Latina del PNUD

"Las políticas sociales tuvieron un éxito indudable, pero ahora se necesita avanzar hacia núcleos más duros y resistentes de nuestra estructura económico-social como la política impositiva que es claramente regresiva", señala González.

Los impuestos pueden ser directos (a la renta y la propiedad) o indirectos (al consumo).

Mientras los primeros favorecen la equidad bajo el principio de que el que más tiene más paga, el impuesto al consumo -también llamado al valor agregado o IVA- tiene un impacto regresivo: el rico y el pobre pagan lo mismo por el precio de un producto.

Un reciente trabajo sobre la política fiscal regional de la Cepal halló que en América Latina menos de un tercio de la recaudación corresponde a impuestos directos. Europa es el ejemplo inverso.
A esto se suma la enorme evasión fiscal que hay en la región, como se ve en la presencia de México y Venezuela entre los diez países con mayor fuga de capitales, según la ONG Global Financial Integrity (GFI).


Un estudio específico sobre el impacto en Argentina -"Fuga de Capitales III (2002-2012)"- halló un aumento del Coeficiente Gini, que mide la desigualdad social, de 0,42 a 0,49 puntos una vez que se contabilizaban los fondos fugados a paraísos fiscales.

El modelo económico-social de la última década en América Latina podía aspirar a la cuadratura del círculo: gracias al mayor crecimiento se podían lanzar políticas redistributivas que no afectaban a las élites.

"Hemos entrado en otra etapa en la que para seguir avanzando habrá que tocar intereses específicos con el peligro de generar tensiones políticas. Ahora se viene lo más difícil", concluye González.


domingo, 10 de noviembre de 2013

Prensa europea destaca enorme inversión Centroamericana en armas de guerra en un entorno de galopante pobreza

Tomado de El País
Aviones A 37
Centroamérica gasta en la competición por la supremacía aérea
Persisten el recelo y la desconfianza entre las Fuerzas Armadas del istmo por las compras bélicas de sus vecinos

Por José Meléndez

La supremacía aérea militar es un foco de permanente desconfianza y recelo entre las fuerzas armadas de Centroamérica. Pese a los escenarios de creciente marginación social, los aparatos castrenses regionales siguen gastando en una constante carrera armamentista que en el siglo XX fue estimulada por la represión anticomunista y ahora es impulsada por el combate al crimen organizado.
Guatemala está a la espera de seis aviones Súper Tucano, de reconocimiento y combate, que compró a Brasil en 133 millones de dólares y en una operación que terminó de formalizar en abril pasado tras varios años de negociaciones. El Salvador pagó 8,5 millones de dólares a Chile por 10 aviones A-37 Dragonfly, fabricados en Estados Unidos y que el ejército chileno estaba en proceso de desechar porque fueron construidos hace más de 50 años. Honduras recibirá una donación de Estados Unidos de seis helicópteros que serán entregados en febrero de 2014, para la lucha contra el narcotráfico.
Valorados en 40 millones de dólares, seis helicópteros Súper Huey fueron donados el 7 de octubre anterior por Estados Unidos a Guatemala para el combate al narcotráfico. Rusia, que en los últimos años ha reactivado con intensidad su presencia castrense en América Latina y el Caribe, suministró dos helicópteros MI-171 a Nicaragua en 2009. En forma paralela, Moscú ha entregado una ayuda militar por más de 26,5 millones de dólares al Ejército de Nicaragua desde 2009.
Honduras anunció en junio de 2011 que, para combatir al narcotráfico en áreas profundas del mar Caribe y en sitios remotos de su territorio, pretendía adquirir helicópteros Bell 212 y aviones Caravan 208, de manufactura estadounidense, así como aeronaves brasileñas Súper Tucano. Todo era parte de un extenso pedido castrense que incluía radares, guardacostas y lanchas rápidas, entre otros equipos, pero que por dificultades financieras fue cancelado. Una fuente militar hondureña dijo a EL PAÍS que “de ese asunto no se ha hablado más”, ya que está congelado.
El Salvador suspendió o paralizó en febrero de 2011 una compra de 10 aviones Súper Tucano a Brasil, por aproximadamente 110 millones de dólares y con financiamiento foráneo. El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, declaró que aunque tampoco desistía de la idea, la operación se posponía porque “hay problemas más apremiantes” en salud, educación y vivienda que renovar la flotilla aérea militar.
“Para tristeza de nuestros pueblos, cada día más los gobiernos de estos países pobres invierten hoy en armas de guerra, en lugar de invertir en educar, en alimentar, y en crear fuentes de empleo”, dijo la costarricense Lina Barrantes, directora de la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano, una organización no estatal de San José.
“Centroamérica vivió en la década de 1980 una cruel guerra que nos dejó miles de muertos. Cuando alcanzamos los acuerdos de paz (en 1987), la apertura de espacios democráticos desgraciadamente no vino acompañada de un aumento en las oportunidades para nuestros pueblos. Centroamérica sigue siendo hoy una de las regiones más desiguales, pobres y violentas del mundo”, advirtió Barrantes, en una entrevista con este periódico. “En 25 años no hemos conseguido erradicar las causas que nos llevaron a esa guerra, que fueron justamente la pobreza y la desigualdad”, puntualizó.
“Lamentamos profundamente” el anuncio hecho por El Salvador el pasado 31 de octubre de que comprará los aeroplanos a Chile, que es la más reciente compra militar millonaria en el istmo, ya que se “hace una enorme inversión para nuestras economías en aviones militares”, comentó Barrantes.
En este panorama, Honduras protestó por la compra salvadoreña. En “estos movimientos armamentistas está la posibilidad de querer crear un escenario bélico e hipotético” en el Golfo de Fonseca, reclamó la canciller hondureña, Mireya Agüero, el pasado jueves, al ligar la adquisición de las aeronaves con un litigio entre Tegucigalpa y San Salvador por la posesión de una isla en esa zona sobre el litoral Pacífico que comparten Honduras, El Salvador y Nicaragua.
El caso, añadió, “lo hemos analizado como una abierta amenaza para la implementación” de una sentencia de 1992 de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en La Haya, acerca de la delimitación en Fonseca.
Sin embargo, la práctica es vieja en una zona en la que aunque Honduras ha ostentado la supremacía aérea regional, ha habido una permanente competencia por el predominio en los aires. Pese a que los ejércitos de Honduras, El Salvador y Guatemala se replegaron a sus cuarteles tras el proceso de pacificación regional—entre 1987 y 1996—y luego de mantener un intenso protagonismo político en el siglo XX, en los últimos años han retornado a las calles, en un proceso de remilitarización de las sociedades centroamericanas con el alegato de combatir al crimen organizado.
Si los militares guatemaltecos salen de compras para abastecer sus despensas bélicas y modernizar sus capacidades de ataque y defensa, sus vecinos salvadoreños y hondureños reaccionan con recelo y desconfianza. Y si son los hondureños, sus vecinos nicaragüenses, guatemaltecos y salvadoreños responden con inquietud. Igual sucede si son los salvadoreños o los nicaragüenses.
El control aéreo militar de Centroamérica siempre ha estado en disputa, como parte del equilibrio de las fuerzas armadas frente a la potencia de tropas de infantería y de fuego antiaéreo de cada país. En el decenio de 1980, en medio de las guerras en el istmo entre guerrillas izquierdistas respaldadas por Cuba y la entonces Unión Soviética y ejércitos apoyados por Estados Unidos, como reflejo de la pugna comunismo versus comunismo, Moscú entregó 60 helicópteros MI-8, MI-17, MI-24 y MI-25 a Managua, pero bajo la amenaza de Washington de que se abstuviera de enviar aviones de combate.
La Fuerza Aérea hondureña se convirtió en la segunda mitad del siglo XX, y con apoyo de la Casa Blanca, en símbolo del poder castrense de Honduras y obtuvo la supremacía aérea como factor clave del equilibrio militar regional. Los hondureños recibió seis aviones Embraer T-27 Tucanos, de Brasil, y 12 aviones supersónicos F-5, de Estados Unidos, entre otros.
En una región en la que la tasa de homicidios ha llegado en algunas etapas a 44 por cada 100 mil habitantes, para convertirse en la más alta del mundo (11 veces superior que el promedio internacional), el gasto en seguridad de Centroamérica alcanzó 4.000 millones de dólares en 2010. Costa Rica abolió su ejército en 1948 y Panamá en 1992 y disponen de policías civiles para su seguridad interna, pero también destinan millonarios recursos en su seguridad pese a las carencias sociales.
Por su cercanía geográfica con las bases de producción de cocaína en Colombia y con los enormes centros de consumo de estupefacientes en Estados Unidos, Centroamérica se convirtió en los últimos 20 años en el principal pasillo del narcotráfico para transportar drogas por sus vulnerables fronteras terrestres, marítimas y aéreas hacia México, en ruta al mercado estadounidense.

El Comando Sur del Ejército de Estados Unidos, acantonado en Florida, calcula que entre el 80% y el 90% de la cocaína que ingresa a esa nación se transporta por mar, empleando rutas costeras, terrestres y aéreas de Centroamérica y en un corredor entre México y Colombia por los dos litorales.