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domingo, 16 de junio de 2013

Razones por las cuales Finlandia tiene uno de los mejores sistemas educativos del mundo

Tomado de BBC Mundo 
Los niños en Finlandia empiezan la escuela a los 7 años, mucho más tarde que en la mayoría de los países del mundo.

El secreto de uno de los mejores sistemas educativos del mundo

Por Laura Pitt

No son los que más invierten en educación (menos del 7% del PIB), ni los que imponen la mayor carga horaria a los niños en las escuelas (608 horas lectivas en primaria en comparación con 875 de España, por ejemplo).

Tampoco se inclinan por dar cantidades excesivas de tarea para la casa; y, a la hora de evaluar formalmente el éxito del proceso de aprendizaje, un par de exámenes nacionales cuando los jóvenes dejan la escuela, a los 18 años, les basta.

Entonces, ¿cómo es posible que los alumnos finlandeses siempre ocupen los primeros puestos en las listas internacionales que evalúan los niveles educativos?

En el informe más reciente de PISA -siglas en inglés del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos)- de 2009, Finlandia ocupa el puesto número dos en ciencia, el número tres en lectura y el número seis en matemáticas.

Esta evaluación se realiza cada tres años (los resultados de los exámenes de 2012 se publicarán en diciembre de 2013). En 2006, por ejemplo, Finlandia se estableció en los primeros dos puestos en las tres áreas.

Mientras en América Latina las protestas estudiantiles -más recientemente las de Chile y Colombia- ocurren con frecuencia, Finlandia parece haber encontrado un modelo -de educación gratuita de principio a fin y donde las escuelas privadas casi no existen- que tiene a los maestros y a los estudiantes contentos por igual.

Gasto público en educación, total (% del PIB)

·       Finlandia: 6,8%
·       Suecia: 7,3%
·       Dinamarca: 8,7%
·       Argentina: 6%
·       Cuba: 13,1%
·       Chile: 4,2%
·       México: 5,3%
·       Estados Unidos: 5,4%
Fuente: Banco Mundial 2009

 

El orgullo de ser maestro 


Son muchos los factores que hacen que la educación en Finlandia sea una de las mejores del mundo, pero uno de los temas clave, según varios expertos consultados por BBC Mundo, es la calidad de los profesores.

"El profesorado tiene un nivel de formación extraordinaria, con una selección previa tan exigente que no se compara con ninguna otra en el mundo", le explica a BBC Mundo Xavier Melgarejo, un psicólogo y psicopedagogo español que empezó a estudiar el sistema educativo en Finlandia hace más de una década.

"Sólo entra en las facultades de educación gente con notas por encima de nueve, nueve y medio sobre diez. Son muy exigentes. Se les hacen pruebas de lectura, sensibilidad artística, de dominio de algún instrumento, de comunicación... Como resultado, las universidades sólo reclutan a un 10% de los estudiantes que se presentan.

Y para ejercer la docencia todos los maestros necesitan hacer una maestría.

La contraparte de esta exigencia es el reconocimiento. No necesariamente en términos económicos, ya que los sueldos de los educadores no presentan grandes diferencias con el resto de Europa (según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, el salario básico de una maestro de primaria es de entre US$29.000 y US$39.000 anuales), sino sociales.

"Los maestros son considerados profesionales académicos y tienen la responsabilidad de desarrollar su trabajo, por eso no se ejerce sobre ellos un control excesivo", le explica a BBC Mundo Anita Lehikoinen, Secretaria Permanente del Ministerio de Educación y Cultura de Finlandia. 

"Aquí no es como en otros sitios, no tenemos tantas normas", dice Hilkka-Roosa Nurmi, profesora de idiomas.

"Esta profesión atrae a tanta gente porque ser maestro es un honor en Finlandia. Probablemente sea la profesión más valorada", acota Melgarejo.

"Yo no soñaba con ser profesora, pero ahora me dedico a esta profesión y me gusta mucho", explica Hilkka-Roosa Nurmi, una profesora de español e inglés que tiene experiencia como docente de estas lenguas en su país y en España.

"Aquí no es como en otros sitios, no tenemos tantas normas. Podemos elegir cómo enseñamos. Tenemos más libertad. Pero esto significa también más responsabilidad", dice.

Tú vales lo que sabes


Otra de las razones por las que el sistema finlandés funciona es, en gran medida, porque la escuela es sólo uno de los engranajes del proceso educativo. Las otras variables de peso son la familia y la sociedad -de tradición luterana- donde hay un elevado sentido de la responsabilidad y donde se valora a las personas "por su formación y no por su situación socioeconómica", dice Melgarejo.

Para darnos una idea, "en la cultura luterana uno se salva cuando lee la Biblia, se llega a Dios a través de la palabra escrita". Y aunque hoy día las iglesias no estén muy llenas, el valor de aprender a leer y escribir ha quedado profundamente arraigado en la cultura finlandesa, agrega Melgarejo.

En esto coincide Lehikoinen: "la mayoría de los hogares están suscritos a uno o varios periódicos y ésta es una tradición que luego se pasa a los niños", señala. 

El sentido de la responsabilidad está arraigado en la cultura finlandesa.

Los medios indirectamente también ayudan al aprendizaje de la lectura. "Todos los programas de televisión en lengua original, la mayoría en inglés, están subtitulados y eso impulsa a los niños a aprender a leer y a aumentar la velocidad lectora", señala Melgarejo.

Pero también los finlandeses apuestan por la educación porque saben que como país pequeño, rodeado de vecinos poderosos como Rusia o Suecia y sin un arsenal de recursos naturales a su disposición, la cultura -su dominio en el ámbito del conocimiento- es lo que lo que les da la posibilidad de competir en una economía global.

Y puertas adentro, la excelencia en el nivel educativo se traduce "en un grado importante de cohesión social, que les permite a los finlandeses sentir que son parte de la sociedad, incluso en tiempos de crisis", explica Lehikoinen.

"Cuando planteamos grandes reformas educativas, por ejemplo, siempre involucramos a los maestros y a los alumnos, no se trata de órdenes del gobierno que los educadores tienen que acatar, son reformas que hemos preparado juntos" Anita Lehikoinen, Secretaria Permanente del Ministerio de Educación y Cultura de Finlandia.

 

Lecciones para América Latina


Cuando se dieron a conocer los resultados de la primera evaluación PISA en el año 2000, el gobierno se vio inundado de visitas de delegaciones extranjeras que acudían a Finlandia para descubrir los secretos de la maravilla nórdica e implementarlos en sus propios países.

Alemania por ejemplo, azorada por sus resultados mediocres en la prueba, tomó nota del programa finlandés e introdujo reformas en su sistema.

¿Pero qué posibilidad tienen los países de América Latina, donde la educación pública está lejos de ser un orgullo, donde el sueldo de los maestros no está a la altura de sus responsabilidades y donde no existe un estado de bienestar como en algunos países europeos, de implementar un sistema educativo como el de Finlandia?

"No puedes copiar y pegar el sistema entero", le dice a BBC Mundo Andreas Schleicher, responsable de las evaluaciones PISA, "pero puedes ver cómo los finlandeses saben quién es un buen maestro, cómo los reclutan, cómo les asignan las clases o cómo se aseguran de que cada niño se beneficie de lo que le enseñan".


A los niños no se les da mucha tarea escolar para la casa.

Melgarejo también cree que se pueden importar ciertos elementos, como mejorar la selección de buenos maestros, fomentar las bibliotecas públicas -ampliamente concurridas en Finlandia- y hacer que las familias contribuyan al proceso de escolarización.

Y quizá una lección útil para América Latina sea aprender cómo Finlandia afronta los cambios en el ámbito de la educación.

"Todo se basa en la confianza mutua y en la construcción de un consenso. Cuando planteamos grandes reformas educativas, por ejemplo, siempre involucramos a los maestros y a los alumnos, no se trata de órdenes del gobierno que los educadores tienen que acatar, son reformas que hemos preparado juntos", afirma Lehikoinen.

Después esta descripción de Lehikoinen, Melgarejo y Schleicher, uno podría tender a imaginarse una clase en Finlandia como una situación idílica: un grupo de niños obedientes escuchando embelesados una clase magistral que interrumpen de tanto en tanto con una pregunta inteligente.

Nada más lejos de la realidad. Los niños hacen las mismas travesuras que en cualquier parte del mundo. Incluso, a veces, "cuando hacen las mediciones de educación es una paradoja porque aunque les va muy bien, cuando les preguntan si les gusta la escuela, siempre dicen que no. Quizá eso se deba al espíritu independiente de nuestros niños", concluye Lehikoinen.

La educación a grandes rasgos

·       Idea básica: igualdad de oportunidades.
·       Los niños empiezan la escuela a los 7 años.
·       Casi todas las escuelas son públicas (el número de escuelas privadas es ínfimo).
·       Toda la educación es gratuita (desde el preescolar hasta la universidad)
·       La comida y los materiales de estudio también son gratuitos.
·       Durante los primeros seis años de primaria es elmismo maestro para casi todas las asignaturas.
·       Jornada escolar: de 8.30 - 9 a 15 hs., con media hora de almuerzo.
·       Exámenes nacionales cuando los alumnos tienen 18 años
·       Promedio de alumnos por clase: 23.
·       Clases mixtas (mujeres y varones, y diferentes grados de capacidad).
·       Maestros debe tener una maestría para ejercer la docencia.


sábado, 8 de junio de 2013

“Si no tienes nada bueno que decir de los demás, entonces no digas nada”

Tomado de La Prensa Gráfica

Ética y Política


Todo esto es relevante en nuestros días, porque en nuestro país estamos atravesando por un peligroso momento de violencia, la cual se expresa en los asesinatos que a diario cometen las bandas del crimen organizado; y también de una creciente violencia social desbordada en movilizaciones agresivas y sin control, y a las cuales se ha añadido recientemente una espiral de agresiones verbales entre distintos personajes públicos.


Por Eduardo Cálix



La política, pensada desde diferentes tradiciones, es la práctica civilizadora que permite procesar el conflicto, consensuar la aceptación de reglas de actuación y convivencia social, así como plantear la construcción de proyectos colectivos e individuales en la búsqueda de calidad de vida y bienestar social.

Desde esta perspectiva la política tiene como finalidad construir permanentemente a la polis, pero esto puede lograrse únicamente cuando la ciudadanía renuncia a la violencia y la sustituye por el diálogo abierto y sustentado en reglas de discurso, tales como el respeto al disenso y a las visiones distintas o contrarias a las que se sostienen.



Quienes hacen de la política una práctica profesional tienen en consecuencia el mandato de actuar con base en los mejores valores, es decir, están obligados a encarnar lo mejor de lo mejor en la sociedad que representan o que buscan representar. 


El instrumento privilegiado de la política es la palabra; de ahí la advertencia ante el riesgo de caer en manos de políticos demagogos. Por ello, la importancia de mantener al diálogo en un marco categorial civilizado; y de encauzarlo siempre rechazando la diatriba. 

Los griegos sabían perfectamente que un elemento de disolución del orden social es la violencia verbal; en democracia se puede y debe atacar y criticar a las ideas, pero siempre respetar y valorar a las personas. 

Los grandes trágicos, Eurípides, Sófocles y Esquilo, dan cuenta a través de sus obras de cómo una de las formas terribles de la violencia se encuentra en el lenguaje y la palabra; de ahí la necesaria vocación transformadora del diálogo, así como la capacidad civilizatoria de la retórica como mecanismo para dirimir las diferencias. 

Todo esto es relevante en nuestros días, porque en nuestro país estamos atravesando por un peligroso momento de violencia, la cual se expresa en los asesinatos que a diario cometen las bandas del crimen organizado; y también de una creciente violencia social desbordada en movilizaciones agresivas y sin control, y a las cuales se ha añadido recientemente una espiral de agresiones verbales entre distintos personajes públicos. 

Hemos pasado peligrosamente a una dinámica en la que es recurrente escuchar ataques personales, señalamientos gravísimos en torno a la calidad ética de políticos, pero sobre todo, a una “antilógica” abocada a colocar los peores adjetivos a los adversarios. 

La política y la violencia son conceptos antitéticos; sobre todo porque la primera tiene una dimensión de pedagogía ciudadana. Desde esta óptica, la pregunta es ¿qué le están diciendo a la ciudadanía los políticos en conflicto? ¿Cómo convocar a la reconciliación nacional, cuando algunos políticos están dedicados a arrojarse lodo y a llamarse, unos a otros, mafiosos, ladrones, corruptos, entre otros epítetos...? 

Pacificar al país, reconducirlo hacia la convivencia solidaria, hacia el imperio de la ley y hacia el desarrollo con equidad requiere de acciones ejemplares, todos los días, de quienes tienen la responsabilidad de gobernar.

Todo esto comienza en el diálogo honesto, y eso es lo que se encuentra amenazado por un sector de la política que, paradójicamente, está dándole la espalda a la palabra entendida como el puente que nos permita transitar hacia la justicia y al bienestar. 

Debemos ponernos en alerta, ya bastante violencia tenemos que soportar para que además tengamos que aceptar la intolerancia, aplaudir el ingenio de los que discriminan y sentir simpatía por los que denuestan a los demás. 

Pienso en el viejo refrán que solía decirse como vacuna contra la imprudencia y la majadería, como un filtro entre la crítica y la ofensa: “Si no tienes nada bueno que decir de los demás, entonces no digas nada”.

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA AUSTERIDAD



Recientemente leí una frase del sociólogo polaco Zygmunt Bauman, experto en fenómenos económicos, en la que decía que "La austeridad es pobreza para muchos y riqueza para pocos". Si bien él la usaba en otro contexto, relacionado con su profesión, me da pie para darle otra interpretación y aplicarla a mi forma de vivir y pensar. La austeridad es entendida como pobreza por muchos. Para mí, es riqueza. La austeridad es una forma de entender la vida; una forma bastante auténtica y racional, y con muy altas probabilidades de proporcionar estabilidad y equilibrio.

La austeridad es la mesura en la vida; es simplemente tener y disfrutar de lo necesario y prescindir de lo innecesario. La austeridad tiene muy poco o nada que ver con la tacañería, aunque muchos pudieran pensar lo contrario. Digamos que la tacañería es una equivocada interpretación de la austeridad, llevada al extremo de prescindir también de lo necesario. La tacañería es lo opuesto al derroche. La austeridad es el punto medio.

Pero aquí surge otra cuestión. Lo que es necesario es también relativo y subjetivo. Para unas personas son necesarias cosas que para otras no. Cierto; cuando hablo de lo necesario no hablo de necesidades específicas, sino que me refiero a las necesidades subjetivas de cada quien, además de las necesidades básicas generales. Pero me refiero, sobre todo, a las necesidades reales y racionales, y no a las necesidades ficticias que artificialmente permitimos que nos dominen y hasta guíen nuestra vida, es decir, las necesidades que no son realmente nuestras, sino que nos vienen impuestas externamente por el marketing, las modas, o la competencia con los vecinos; o internamente por tratar de llenar con cosas materiales vacíos que son espirituales, o por una mal entendida vanidad que solo trata de esconder baja autoestima.

Aún así, todo es relativo, en función de las condiciones económicas. Hace no mucho, un magnate ruso mando a construir un yate hecho completamente de oro. Obviamente, no necesitó dejar de comer para pagarlo. Muchos, con razón, se llevarían las manos a la cabeza como el colmo de la falta de austeridad; algunos de los cuáles usan el último modelo de smartphone cuando ni siquiera tienen para comer. Uno de los hombres más ricos del mundo, Warren Buffet, vive con relativa sencillez y usa un carro con bastantes años a sus espaldas. Unos le admiran por ello, pero no son capaces de hacer lo mismo. Muchos le critican por tacaño. ¿Es tacaño por ello? No lo creo; él lo que necesita es un carro; obviamente no lo necesita nuevo, porque podría comprarse trescientos. Tiene simplemente lo que lo que necesita; ni más ni menos.

Las principales cosas que nos hacen felices son gratis, como el cariño de la gente y, sobre todo, de la familia. La propia naturaleza es otra fuente gratuita de bienestar. El alimento no es gratis, pero es factible alimentarse bien sin gastar mucho. Lo mismo sucede con la educación, a la que la mayoría da escasa importancia. Tratemos de cultivar todo eso, y veremos cómo nuestra escala de valores y nuestras necesidades van cambiando. Seamos nosotros mismos los que decidamos cuáles son nuestras necesidades, y no que otros, sutilmente, nos las impongan. Dejaremos de sentirnos miserables e infelices por lo que no tenemos ni necesitamos. Nos hará felices la estabilidad y la sensación de autocontrol que ello nos reporta.

Tampoco confundamos la austeridad con el conformismo. Ya que, si bien disfrutamos lo que tenemos, también valoramos nuestro deseo de superación, pero basando el mismo en logros internos y no solamente en la fachada que la gente observa de nosotros. La superación tiene fundamentos espirituales. La mejoría económica que pudiera traer como consecuencia no es un trofeo que necesitemos enseñar a los demás, sino un mejor seguro de vida para nosotros mismos.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

sábado, 1 de junio de 2013

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LOS NIÑOS Y LA TELEVISIÓN


     
       La televisión es uno de los pasatiempos más importantes y de mayor influencia en la vida de niños y adolescentes. A la vez que puede entretener, informar y educar a los niños, también puede influenciarlos de manera negativa, pues genera dos riesgos importantes: uno es el uso inadecuado que el niño pueda hacer de la televisión en cuanto a tiempo y elección de programas, y otro es el uso inadecuado que hacen de la televisión las propias cadenas televisivas, que olvidándose de los objetivos fundamentales del medio, de educar, informar y entretener, tienen como objetivo fundamental vender y ganar dinero a costa de lo que sea.

       En cuanto al primer riesgo, el tiempo que se pasa frente al televisor es tiempo que se le resta a importantes actividades formativas, como la lectura, el trabajo escolar, el juego, la interacción con la familia y el desarrollo social. Por otra parte, los niños también pueden aprender cosas en la televisión que difieren sensiblemente con el modelo educativo que queremos para ellos; más aún considerando la gran cantidad de programas y canales importados de otras culturas que se pueden ver. Muchas veces tampoco saben diferenciar entre la fantasía presentada en la televisión y la realidad.  En general, los niños que ven demasiada televisión están en mayor riesgo de sacar malas notas en la escuela, ser meros espectadores en todo, pensar menos, tener menos iniciativa, hacer menos ejercicio y estar en sobrepeso.

       En cuanto al segundo riesgo, los niños están bajo la influencia de miles de anuncios comerciales que ven al año, muchos de los cuales son de bebidas alcohólicas, comidas insanas, y juguetes poco recomendables; muchos tienen un contenido sexual o violento explícito o implícito. Y, en general, sin una sólida formación, el niño constantemente capta el mensaje que se le ofrece de que debe reclamar y exigir a los padres todo aquello que ve.

       Por otra parte, la violencia, el sexo, los estereotipos de raza y de género y el abuso de drogas y alcohol son temas comunes en los programas de televisión. Sin una sólida formación, los niños y jóvenes tienden a asumir que lo que se ve en televisión es normal, seguro y aceptable. En consecuencia, la televisión también expone a los niños a tipos de comportamientos y actitudes que pueden ser abrumadoras y difíciles de comprender.

       El papel de los padres es importantísimo para un buen uso de la televisión. La despreocupación al respecto difícilmente terminará con una experiencia positiva. Los padres pueden escoger programas apropiados para el nivel de desarrollo del niño, poner límites a la cantidad de tiempo que pasan ante la televisión (a diario y por semana), apagar los programas que no les parezcan apropiados para su hijo, y no deben permitir a los niños ver televisión durante horas seguidas, sino seleccionar programas específicos para ellos. Pero sobre todo, los padres deben estar conscientes de que en mayor o menor medida, los hijos inevitablemente estarán expuestos a través del televisor a situaciones y mensajes que les pueden influir negativamente, por lo que es fundamental una labor educativa sólida y anticipada de los padres sobre este tipo de riesgos inexorables, tratando con ello de que no les afecten y no determinen o condicionen su vida o parte de ella.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.