lunes, 17 de diciembre de 2012

La Guayabera: la elegancia cubana del buen vestir


Tomado de The Wall Street Journal 


 Las guayaberas se adaptan a los tiempos

Buscan atraer a la nueva generación de cubanos en Miami con diseños más osados


Por Ángel González
MIAMI—La guayabera, la tradicional camisa plisada y de cuatro bolsillos que se usa suelta sobre los pantalones, se ha vuelto omnipresente en esta ciudad gracias a los exiliados cubanos que huían de Fidel Castro y sus uniformes verde militar. Ahora que la primera generación de exiliados empieza a morir, algunas tiendas de ropa masculina tratan de adaptar la prenda de varios siglos de existencia a una generación más joven, que busca estar a la vanguardia de la moda. No es una tarea fácil.
Antonio García-Martínez, un hijo de exiliados cubanos criado en Miami, dice que la clásica guayabera de lino tiene sus límites: se arruga con facilidad, es de apariencia cuadrada y demasiado anticuada para su gusto. "Te hace ver como un abuelo cubano en un funeral", dice.


Se cree que la guayabera, prenda muy popular en los países cálidos, desde el Sudeste Asiático hasta el Caribe, tiene su origen en Cuba, donde se expandió hasta convertirse en un símbolo de la elegancia en La Habana. Entre sus fieles seguidores, encontró a figuras internacionales como el escritor Ernest Hemingway.
Actualmente, la mayoría de las guayaberas —de manga corta y larga— son hechas en México o China, principalmente de algodón o telas sintéticas que se secan rápidamente después del lavado.
Sin embargo, todavía quedan algunos sastres en Miami apasionados por esta prenda y deseosos de actualizarla para atraer a los hombres más jóvenes. Algunas empresas están promoviendo versiones extremas de la guayabera, que incluyen colecciones para bebés y ropa para perros. Pero el principal énfasis es captar a los jóvenes, que están entre los principales consumidores de la moda en la ciudad. 
Ramón Puig, conocido como 'el rey de las guayaberas', y su hijo Louis Puig.

Louis Puig, de 52 años, conoce bien a este grupo de consumidores. Su padre, Ramón Puig, un reconocido sastre, ganó fama en Cuba como un mago de la guayabera, una reputación que después lo siguió a Miami, donde pasó a ser "el rey de las guayaberas". Ahora que el rey ha fallecido, Louis Puig—quien ha trabajado como DJ y es propietario de Club Space, una de las discotecas de música electrónica más populares de Miami— intenta tonificar el negocio de la familia al abrir una sucursal en el centro de Miami, lejos de la Pequeña Habana, donde se instaló su padre en 1971.
Costosas guayaberas de lino y algodón a rayas y de colores fuertes cuelgan de los estantes, un cambio radical frente a los tradicionales colores blanco, beige o celeste. También hay vestidos estilo guayabera para las mujeres.
La nueva boutique, denominada "Ramón Puig Guayaberas", tiene retratos de atractivas modelos luciendo sus guayaberas por Ocean Drive, en South Beach. "La guayabera es lo más cool del mundo", dice Puig, "Ya no es simplemente la camisa de tu papá. Es cool al estilo cubano".

Los orígenes de la guayabera siguen siendo un misterio. Lo que está claro es que la prenda permitió a los campesinos y los soldados españoles a soportar mejor el calor de Cuba y pronto se expandió a otras colonias españolas en América Latina y el Sudeste Asiático.

Tras la revolución cubana, la mayor parte de la producción se trasladó a la Península de Yucatán en México, donde los fabricantes le añadieron bordados. La guayabera también se ha convertido en "la camisa mexicana de bodas" y ha ganado adeptos entre los jefes de Estado latinoamericanos, entre ellos el propio Fidel Castro.
En Miami, la guayabera ha tenido problemas para conquistar a los recientes inmigrantes cubanos, quienes vivieron bajo el régimen comunista y tienen una visión menos romántica de muchas tradiciones de su país. Rafael Contreras Jr., cuya marca de guayaberas D'Accord se fabrica en Yucatán y se vende en todo el mundo, dice que el amor por la guayabera pasa por ciclos. En los 80, los jóvenes de Miami las usaban con jeans y botas vaqueras en las discotecas, señala. Ahora algunos jóvenes quieren "guayamisas"— una combinación entre guayabera y camisa de vestir más sencilla.
Los apasionados de las guayaberas creen que, con algunos retoques, la prenda puede tener la misma resistencia que Fidel. "No conozco a ningún cubano en Miami que no tenga al menos una o dos", dice Mike Valdés-Fauli, un ejecutivo de marketing de 33 años de padres cubanos. Él tiene tres, dos que le regaló su abuelo y una que compró por su cuenta. Las usa principalmente en las reuniones de familia.

Cuidado con las estafas y timos cibernéticos. Los siete pecados capitales en la red


Tomado de BBC Mundo

Los siete pecados capitales en internet

El fenómeno de la "ingeniería social" está detrás de la gran mayoría de los trucos de cibercriminales exitosos.

Lejos de lo que puedan pensar, no estamos hablando de un nuevo y sofisticado término tecnológico, sino de algo de toda la vida, base de los clásicos "timos" o "estafas" que se aprovechan de la inocencia o la guardia baja del incauto.

En la modernidad esto ha sido actualizado, y en el mundo de la informática estos trucos reciben nombres como "phishing" o "smishing".

Estamos hablando de algo que saca partido de determinadas idiosincrasias humanas, lo que podríamos llamar los "siete pecados capitales" de la ingeniería social.

Alan Woodward, quien trabaja como consultor en ciberseguridad para el gobierno de Reino Unido, le explica a la BBC cuáles son estos pecados con graves consecuencias tanto en el mundo real como en el del ciberespacio.

Apatía

Normalmente asumimos que otros "deben" haber tomado las precauciones necesarias para mantenernos seguros.

Tristemente, esto nos lleva a una falta de conciencia del peligro y en el mundo de los hackers esto puede ser fatal.

Cuando estamos en un hotel y programamos un número para la caja de seguridad con el fin de mantener nuestras pertenencias a buen resguardo, ¿a alguien se le ocurre asegurarse de que el número de anulación de código está a salvo?

Porque casi siempre estos números son 0000 o 1234.

Curiosidad

Los seres humanos somos curiosos por naturaleza. Sin embargo, la inocencia o la curiosidad desinformada genera muchas víctimas.

Los criminales saben que somos curiosos y tratan de tentarnos con ello.

Si vemos una puerta desconocida en un edificio que frecuentamos, todos nos preguntaremos adónde lleva y nos veremos tentados a abrirla y averiguarlo, lo que en el mundo de la red puede ser una trampa esperando al usuario inocente.

Un colega creó una página de internet con un botón que decía "no apretar" y se quedó sorprendido al ver que la mayoría de gente hacía clic.

Sea curioso, pero tenga un grado saludable de sospecha.

Candidez

A menudo se piensa que esto es un término despectivo, pero lo cierto es que todos pecamos de ello: hacemos suposiciones.

Nos tomamos en serio lo que otros dicen, especialmente fuera de nuestras áreas de especialización. Vemos un informe de alguien y asumimos que tiene autoridad.

Los timos de "phising" involucran correos electrónicos diseñados para que los internautas revelen sus palabras clave.

Se le da a un email una apariencia oficial usando el logo creíble y aparentemente procedente del correo electrónico correcto, y asumimos que es real, a pesar de cuán tontas son las instrucciones que da.

Todo esto puede ser fácilmente recreado en la red, así que nunca dé las cosas por sentadas.


Cortesía

Todos les enseñamos a nuestros hijos a comportarse educadamente. Sin embargo, la cortesía no significa que no deberíamos discriminar en el mundo de internet.

Si usted no sabe algo, o siente que algo no está bien, pregunte. Este principio es más aplicable que nunca en el mundo virtual, donde se nos pide interactuar con gente y en sistemas que no nos son familiares.

Si alguien le llama de la nada y le dice que es de su banco, ¿le creerá? No, llámalo usted.

Y use un teléfono móvil, ya que las líneas fijas pueden quedarse conectadas a la persona que hizo la llamada en primer lugar y, aunque piense que está llamando al banco a un número válido, le estará hablando a la persona que lo llamó.

Avaricia


A pesar de lo que algunos puedan decir, todos nosotros somos susceptibles a la avaricia, incluso cuando no nos sentimos avaros.

Desde su nacimiento, la cultura de la red ha fomentado el compartir cosas gratuitamente.

Inicialmente esto se aplicó a trabajos académicos, pero a medida que internet empezó a ser comercializada a mediados de los años 90 nos dejaron con la impresión de que todavía podemos encontrar algo a cambio de nada.

Nada es realmente gratis en la red.

Tienen que recordar que, si no son un cliente que paga, es probable que usted sea el producto.

En el peor caso, descubrirá que ha descargado algo en su computador que está lejos de ser aquello que "adquirió".

Muchos virus maliciosos malware son descargados por personas que no son conscientes de que el producto "gratuito" tiene consecuencias, incluso cuando parece que hace lo que estaba destinado a hacer.

Timidez

Las personas evitan preguntar a extraños por su tarjeta de identificación, y en el mundo en línea es incluso más importante pedir las credenciales de aquellos a los que confiamos información sensible.

Una llamada de un equipo de mantenimiento informático puede ser en realidad una llamada de cibercriminales en un continente distinto.

No deje que las circunstancias lo lleven a revelar su identidad.

Por ejemplo, si alguien de mantenimiento informático le pide su contraseña para arreglar su problema, ¿cómo sabe que no han llamado a alguien más en el edificio para averiguar que usted es el que tiene la dificultad?

Este es un ataque muy común. Si al que llama le cuesta demostrar quién dice que es, debería sospechar inmediatamente.

Irreflexión

Pensar antes de actuar es el modo más efectivo para protegerse. Es demasiado fácil hacer clic en ese vínculo... ¡Pare!

Cuantos de nosotros, cuando leemos un vínculo aparentemente válido en un correo electrónico, nos molestamos en revisar si es realmente válido y nos desvía a una página maliciosa.

Es terriblemente fácil hacer que los vínculos parezcan válidos para atraer nuestro cursor por unos segundos antes de que apretemos para comprobar lo que es realmente: el vínculo real aparecerá si espera un momento.

Por muy cínico que parezca, la única forma de evitar esto es que practiquemos el ABC en estos casos: no asuma nada, no crea en nadie y revise todo.

Teniendo en cuenta que cada vez son más los que realizan sus compras navideñas por internet, deberíamos estar atentos frente aquellos que quieren explotar nuestros siete pecados capitales.

No dé a los delincuentes la oportunidad de arruinar sus vacaciones y recuerde que un poco de paranoia es importante en la internet.

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domingo, 16 de diciembre de 2012

Llegó la Navidad. Santa Claus invadió Nueva York

Agencias Noticiosas 

Fotos de Luis Montes Brito




 El evento anual en el cual miles de personas de todas las razas provenientes de todo Estados Unidos se disfrazan de la figura regordeta de Santa Claus y otros personajes característicos de la época se denomina SantaCon.


Víctimas de huracán Sandy se benefician del SantaCon en NY


Los participantes de este evento, que se celebra cada año en la ciudad y en otros lugares del mundo, donarán alimentos para los afectados por el huracán

NUEVA YORK — Miles de hombres y mujeres vestidos con trajes de Santa Claus se lanzaron a las calles de Nueva York ayer sábado 15 de diciembre, no sólo para gozarse el tradicional SantaCon, sino para donar alimentos y de paso alegría a las víctimas del huracán Sandy en la ciudad.

Este sábado se llevó a cabo la celebración anual del evento en Manhattan, un día de fiesta en el que muchos Santas y duendes se mueven de bar en bar cantando y bebiendo hasta más no poder.
Sin embargo, esta vez, se le pidió a los participantes que donaran al menos dos alimentos no perecederos que serán dirigidos  a las víctimas que la súper tormenta Sandy dejó en Nueva York.

El año pasado, la ciudad levantó $10,000 para la fundación Toys for Tots.

La travesía del SantaCon finaliza en varios bares de Manhattan y Brooklyn.