Los huracanes son elementos puramente de crisis en la psiquis de aquellos
que viven en la cuenca del Caribe.
Estos fenómenos atmosféricos curiosamente dependiendo de la letra que
les toque ese año, son bautizados con un nombre distintivo, ellos son como el
crimen, no discriminan a quienes se llevarán por el medio y mucho menos conocen
los límites de la destrucción que causarán.
Su fuerte ráfagas de viento son descritas por los meteorólogos como la
“furia” con la que azotan a un pedazo de tierra y utilizan la palabra “estragos”
como las consecuenticas de su paso.
En estos días desgraciadamente unas comunidades en los estados de New
Jersey, New York y Massachusetts fueron azotadas con una
furia jamás antes vista, no solo por los residentes de estas áreas afectadas,
sino por el mundo entero.
Los daños aun son incalculables, ya que todavía al momento que estamos
escribiendo esta columna, están los rescatistas en la calles de urbanizaciones
que están bajo agua.
Curiosamente siempre uno escucha en los medios de comunicación las pérdidas
físicas y los estimados de números estrambóticos, el cual jamás estarán en el
vocabulario de las miles de personas afectadas.
Las únicas pérdidas que pueden ser estimadas son las materiales, ya que las
pérdidas emocionales del apego a lo material, las muertes, los estragos
mentales jamás podrán ser contabilizadas.
Hay una infinidad de respuestas ante esta palabra compuesta de 6 letras
“crisis”, las cuales tienen unas repercusiones inimaginables desde que el
mundo es mundo.
A su vez, esta misma palabra han sido el detonante de grandes revoluciones
pacificas, cambios trascendentales en la humanidad, avances científicos y
hasta en el ámbito espiritual, ha sido la responsable del despertar
de conciencia mundial en los pasados años.
Como cada uno de nosotros reaccionamos a esta palabra es de una forma
diferente, va a depender en su inmensa mayoría del tiempo (muchas de las veces)
que tipo de crisis es, cuales han sido las experiencias, de lo que conocemos o
estamos expuestos y sobre todo del proceso de nuestra toma de decisiones.
El famoso escritor escoses Allan K. Chalmers decía que “las
crisis pulen tu vida. En ellas descubres lo que realmente eres”.
Es exactamente lo que estamos observando en los mensajes y fotos que
observamos aquellos que no estamos allí por medio de las redes sociales, en
donde la inventiva, la solidaridad, el sentido de responsabilidad
social es quien impera independiente de las adversidades actuales.
Contrario a lo que la gente creería, la humanidad ha avanzado muchísimo, su
conciencia se esta elevando a niveles nunca antes vistos y hay que solo ver las
noticias de las 6pm para ver los ejemplos.
Otro ejemplo ha sido la cantidad de miles de seres humanos, compasivos y
desinteresados que han dejado la comodidad de su hogar para ser de ayuda a
aquellos que no tienen nombre, apellido o color político.
El gran científico Albert Einstein decía “sin crisis no hay
desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no
hay méritos”.
Hoy sentado en nuestro hogar en donde las necesidades no son la
orden del día, me alegra saber que estamos siendo testigos de que la humanidad
no esta perdida, que la ilusión de que estamos alejados de ella es una
falsedad.
A aquellos que están en esta crisis, mi solidaridad absoluta y plena, mis
oraciones van a ustedes para que puedan encontrar la paz, el coraje y la
valentía para seguir hacia adelante.
Concluimos dándoles las gracias, porque ustedes han sido los protagonistas de actos heroicos
que jamás se mencionaran en las noticias, ustedes han sido los que han
demostrado al mundo que la humanidad esta fuerte y latente entre nosotros.
Que tal si en vez de estar lamentándonos de lo que no tenemos, admiremos a
estos héroes de la humanidad, que están mirando la perdida de todo lo que
conocían como vida, se están dando la mano para comenzar lo que será en las
próximas semanas un ejercicio de gratitud eterna por el simple hecho de estar
vivo.
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Waldemar Serrano-Burgos, CEC
Certified Executive-Business Coach
NUEVA YORK — Miles
de hombres y mujeres vestidos con trajes de Santa Claus se lanzaron a las
calles de Nueva York ayer sábado 15 de diciembre, no sólo para gozarse el
tradicional SantaCon, sino para donar alimentos y de paso alegría a las
víctimas del huracán Sandy en la ciudad.
