martes, 9 de marzo de 2021

Topónimo del municipio Quelepa, Departamento de San Miguel, República de El Salvador, Centro América

 Por Luis Montes Brito

Municipio: Quelepa

Pertenece al Departamento de: San Miguel

Significado: La Piedra del Jaguar

Proviene del: Potón 

 

Compilado por Luis Montes Brito

 

El topónimo Quelepa proviene de los vocablos Que: piedra, roca, peña; leba, lepa: jaguar, puma. 


Quelepa es un pueblo lenca prehispánico, fundado en el período Preclásico Medio Tardío mesoamericano (500-400 a. C), situado en las riberas de la quebrada Agua Zarca. Es un asentamiento de una deslumbrante civilización autóctona, sus interesantes ruinas las cuales sorprenden aún en la actualidad, han sido objeto de especial estudio de parte de varios historiadores entre ellos el salvadoreño Atilio Peccorini. 


Las ruinas de Quelepa, diseminadas en ambas orillas del río Moncagua o de San Esteban, en una extensión aproximada de 6 kilómetros, desde el pueblo de Moncagua hasta el lugar denominado "El Salitre", tienen su máxima expresión arquitectónica en el lugar denominado "Ojo de Agua". 


Alrededor del siglo VII llegaron al lugar grupos provenientes de México, posiblemente de Veracruz y Oaxaca. En 1770 perteneció al curato de San Miguel. En 1786 formó parte del partido de San Miguel. 


En 1971, durante la presidencia de Fidel Sánchez Hernández, le fue concedido el título de Villa.

 

Para su administración Quelepa se divide en 4 cantones y 8 caseríos, Sus cantones son: El Obrajuelo, El Tamboral, San Antonio, San José.

 

El municipio de Quelepa es irrigado por los ríos San Sebastián, Toro y Quebrada de Agua; así como por las quebradas El Hoyón, El Roble, El Castaño, Agua Zarca, Los Pocitos, El Chile, Flores y Seca.


La principal actividad económica de Quelepa es la agricultura y la ganadería. Este municipio, al igual que muchos otros de El Salvador, se beneficia significativamente de las remesas familiares provenientes principalmente de Estados Unidas de América.

 

Los principales atractivos turísticos de este municipio son el Sitio arqueológico de Quelepa, el centro recreativo Jaguar de Piedra y el río San Esteban.

 

Las fiestas patronales de Quelepa se celebran el 24 y 25 de junio en honor de Santiago Apóstol.

domingo, 7 de marzo de 2021

Topónimo del municipio Arambala, Departamento de Morazán, República de El Salvador, Centro América

 Por Luis Montes Brito

Municipio: Arambala
Pertenece al Departamento de: Morazán
Significado: Río de Alacranes
Proviene del: Potón 

                                                                                         Compilado por Luis Montes Brito


El topónimo Arambala proviene de los vocablos aram, arangaka: escorpión, alacrán; bala: río.

 

Arambala es un pueblo prehispánico de origen Lenca. De acuerdo con documentos históricos, formaba parte de una sola localidad junto a los moradores de Perquín en el sitio llamado Nahuaterique.

En 1770 perteneció al curato de Osicala. En 1786 al Partido de Gotera. Hacia 1824 formó parte del departamento de San Miguel. En 1875 perteneció al departamento de Morazán. A mediados del mes de septiembre de 1905 ocurrió una escaramuza violenta entre vecinos de Santa Elena, un pueblo vecino de Honduras, y los de Arambala, el mismo tuvo como resultado varios muertos y heridos; el motivo fue el longevo diferendo limítrofe entre las poblaciones fronterizas. Intervino el Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador solicitando a su par hondureño firmar una convención definiendo la línea fronteriza entre El Salvador y Honduras. 

En diciembre de 1981 en un pequeño y despoblado caserío de Arambala llamado “El Mozote” acaeció, lo que se ha dado a conocer como la Masacre del Mozote, una de las mayores registradas durante el conflicto civil Salvadoreño. 

En 1992 el municipio de Arambala perdió 2 cantones por efecto del Fallo de La Haya, el cual resolvió en buena medida el diferendo limítrofe entre Honduras y El Salvador. 

Para su administración Arambala se divide en 1 cantón, Tierra colorada y 9 caseríos. En la actualidad Arambala mantiene una disputa legal con el municipio de Perquín para establecer los límites territoriales de ambos municipios. 

La Población total del municipio de Arambala en 2007 ascendía a 1821 habitantes. 

El municipio es irrigado por varios ríos y quebradas, siendo los ríos: Sapo, La Joya, el Río Negro, Masala, Olominas, El Pericón; las quebradas más importantes son: Tierra Colorada, La Joya, Mal Paso, Las Trancas, El Mozote y Las Marías.

 

La principal actividad económica del municipio es la agricultura y ganadería, siendo los cultivos más frecuentes los de granos básicos (frijol, maíz y sorgo), caña de azúcar y café. En el área de la ganadería parte de la población se dedica a la crianza de ganado porcino y aves de corral.

El territorio, la flora y fauna de Arambala es propicio para la práctica del ecoturismo ya que posee extensiones de pinos y robles, destacándose el sitio conocido como «Llano del Muerto» y el «Río Sapo». Arambala pertenece al grupo de poblaciones del Departamento de Morazán que conforman lo que se mercadea en conjunto como «Ruta de la Paz». 

Los principales atractivos turísticos de este municipio son: El Río Sapo (situado entre los municipios de Perquín y Arambala, sus aguas son de coloración verde cristalina). El Llano del Muerto (extensa área de pinares y praderas, con muchos nacimientos de agua que corren hacia las profundidades de los Ríos Sapo y Guaco). Así como también el Cerro de Pericón (lugar con una vista privilegiada de la zona oriental de El Salvador, donde llega a divisarse hasta la costa del Océano Pacífico, así como el Cerro Cacahuatique, los Volcanes Conchagua y Chaparrastique).

Las fiestas patronales de Arambala se celebran del 20 al 24 de agosto en honor de San Bartolomé.

Topónimo del municipio Anamorós, Departamento de La Unión, República de El Salvador, Centro América

Por Luis Montes Brito
Municipio: Anamorós 
Pertenece al Departamento de: La Unión
Significado: Lugar de las Lagartijas, El maizal, Ciudad de Maíz, Lugar de maíces, Los comedores de zapote
Proviene del: Potón 


El topónimo Anamorós proviene de los vocablos anam: Lagartija; oros: Lugar. También se interpreta como: anam: Maíz; amo: zapote; oros: lugar; ros: comer.

Se estima que entre los siglos XVI y XVII tribus Lencas fundaron esta población, según registra el documento más antiguo que menciona a esta población, el cual se refiere al convento de San Andrés de Nacaome, de la orden de N.S.P San Francisco. En 1770, Anamorós era un pueblo del curato de Gotera, con 170 habitantes repartidos en 72 familias, de acuerdo a datos censales registrados por el arzobispo don Pedro Cortés y Larraz. En 1786, se incorporó al partido de Gotera. En 1807, ya era cabecera del curato del mismo nombre, con los pueblos de Polorós y Lislique como anejos o agregados. En 1871, durante la presidencia de Santiago González le fue concedido el título de villa, según el geógrafo Guillermo Dawson. El 31 de octubre de 1972 a través de decreto legislativo No. 173, se le confirió el título de ciudad a Anamorós.

 

Para su administración, Anamorós se divide en  8 cantones y 84 caseríos, siendo sus cantones: Agua Blanca, Cordoncillo, El Carbonal, El Cedro, El Tizate, Huertas Viejas, Terreritos y Tulima.

Su principal actividad económica está basada en la agricultura  y ganadería, especialmente en el cultivo de granos básicos como café, caña de azúcar, plantas hortenses y frutícolas. Hay crianza de ganado vacuno, porcino, caballar y mular; así como de aves de corral. Las remesas familiares provenientes principalmente de ciudadanos de este municipio que emigraron hacia Estados Unidos durante el conflicto civil de El Salvador ocurrido entre 1980 y 1992 son parte vital de la economía de Anamorós. 

Los principales atractivos turísticos de Anamorós son los cerros: Grande, Partido, La Ventana, La Culebra, El Pando y La Peña.

 

El municipio de Anamorós celebra sus fiestas patronales en honor a la Virgen de La Asunción del 10 al 17 de agosto.

viernes, 5 de marzo de 2021

Topónimo del municipio San Julián, Departamento de Sonsonate, República de El Salvador, Centro América

 Por Luis Montes Brito

Municipio: San Julián- Cacaluta

Pertenece al Departamento de: Sonsonate

Significado de Cacaluta: Donde abundan los ciervos, ciudad de los cuervos, lugar de los cuervos otros lo traducen como Lugar de las guaras

Proviene del: Náhuat


Compilado por Luis Montes Brito

 

El nombre dado por la toponimia indígena a la localidad de San Julián es Cacaluta. Este se origina en los vocablos cacalut: cuervo, guara o guacamaya; ta: partícula que denota abundancia. Ubicado en lo que se denomina la Costa del Bálsamo. 

El municipio de San Julián, pueblo de indios, situado en la montañosa Costa del Bálsamo, es de origen yaqui o pipil. Su población primitiva se extinguió para fines del siglo XVII o principios del siglo XVIII. En el año 1770 su población perteneció al curato de Guaymoco (actual Armenia). En 1824 formó parte del distrito de Opico en el departamento de San Salvador. Años más tarde se integró al distrito de Quezaltepeque. En 1912, durante la presidencia del Doctor Manuel Enrique Araujo, el pueblo de San Julián obtuvo el título de villa. El título de ciudad le fue otorgado en 1966 durante la presidencia de Julio Rivera.

El lugar turístico más significativo de este municipio es la Ruta del Bálsamo, en ella predominan grandes extensiones con cultivos de este árbol medicinal, donde puede apreciarse su proceso de extracción y almacenamiento para exportación.

Sus fiestas patronales son del 22 al 28 de enero en honor a Julián de Cuenca o San Julián.

jueves, 4 de marzo de 2021

Topónimo del municipio San Miguel Tepezontes, Departamento de La Paz, República de El Salvador, Centro América

Por Luis Montes Brito

Municipio: San Miguel Tepezontes

Pertenece al Departamento de: La Paz

Significado de Tepezontes: Veinte veintenas de cerros, Cuatrocientos cerros

Proviene de: Náhuatl

Significado de Miguel: Quién como Dios, Nadie como Dios

Proviene del: Hebreo

Compilado por Luis Montes Brito


El topónimo Tepezontes, Tepetzuntu, Tepetzoltic, se compone de los vocablos “tepec”, “tepch”: cerro, montaña; “tzunt”, “tzonte”, “zonte”: muchos, cuatrocientos. El arzobispo Monseñor Pedro Cortés y Larraz, al hablar de la etimología del topónimo indígena Tepezontes, dice: “Los pueblos de San Juan y San Miguel (del curato de San Pedro Mazahuat [sic]) se dicen tepezontes, que en su idioma quiere decir “veinte veintes de cerros”, porque los indios siempre cuentan por veintes, y así en sus compras o ventas pasando de veinte, comienzan otro, y después forman todo el número diciendo: cuatro veintes, diez veintes”.

 

Alrededor del año 900 d. C. ocurrió una fuerte migración nonualca procedente de México para establecerse en la zona central de El Salvador, más específicamente en lo que ahora es el departamento de La Paz, entre los ríos Jiboa y Lempa. Siglos antes de la llegada de los españoles, en la cordillera que limita al sur del lago de Ilopango se asentaron los Tepezontes, pueblo yaqui pipil. Los Tepezontes eran pueblos perilacustres y, por lo tanto, pueblo de pescadores. El 15 de enero de 1543, ya establecida la Real Audiencia de los Confines en la ciudad de Gracias a Dios, Honduras, acordó conferirle la categoría y título de Pueblo a 182 localidades salvadoreñas​ entre ellas San Miguel Tepezontes. En la época de la colonización hispánica eran dos sus ciudades: la principal, San Miguel; la otra San Juan Tepezontes, puestas bajo tales patronatos por los misioneros castellanos a efecto de distinguirlas.  Según decir de sus pobladores recibió el título de Villa en 1910 durante la presidencia de Fernando Figueroa. 

 

Administrativamente el municipio se divide en zona urbana con los barrios El Calvario, El Tránsito, El Rosario, El Centro y El Carmen; y zona rural posee dos cantones: San Bartolo, Soledad de las Flores.

 

En San Miguel Tepezontes la actividad económica se basa en el cultivo del café, la pesca artesanal, el maíz, fríjol, frutales y vegetales. 

 

Su principal atractivo turístico son las espectaculares vistas hacia el Lago de Ilopango y otras zonas de El Salvador,

 

San Miguel Tepezontes celebra sus fiestas patronales del 23 al 29 de septiembre en honor a San Miguel Arcángel.

sábado, 27 de febrero de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: BURBUJAS, HELICOPTEROS, AGENDAS

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Las estadísticas no mienten: en el mundo cada vez hay más padres sobreprotectores a la hora de educar a sus hijos.


Por temor, excesiva precaución o lo que fuere que impulse a sus padres, los niños de hoy disponen de menos libertad que los de antaño y cada vez son más dependientes de sus padres.

 

Esta tendencia global ha propiciado nuevos términos psicológicos como “niños burbuja”, “padres helicópteros” o “madres agendas” que aquí trataremos de identificar. 

 

En realidad, cuando se refieren a un “niño burbuja” describen a aquellos a los que sus padres mantienen bastante aislado de cualquier problema o situación de frustración que puede darse a su alrededor. También son los que cuidan en exceso su integridad física, muchas veces no dejándolos participar en juegos, actividades o paseos que creen que pueden terminar lastimándose. 

 

Si existe un “niño burbuja”, gran parte de la culpa será de un “padre helicóptero”. ¿Quiénes son estos? Se trata de los progenitores que monitorean todas las actividades, amistades y todo lo que tenga que ver con sus hijos, no dejando que estos interactúen sin su tamiz ni aprobación. 

 

Es decir, sin que sus padres hayan analizado primero las situaciones. Se les llama helicópteros porque están constantemente sobrevolando sobre sus hijos y todo lo que tiene que ver con ellos. 

 

Y la ecuación se cierra con las “madres agendas”. Son las que acostumbran a llevar al día las agendas de sus hijos, no importa si tienen 6 años y estén empezando la escuela o tengan 17 y estén a punto de graduarse.

 

Se sienten con la misión de revisar cada una de las tareas, actividades, calendarios y organizar cada uno de los días. Con esa obsesión por el control, el niño o joven jamás conseguirá autonomía y generará una dependencia hacia los padres que puede ser enfermiza.   

 

A veces el instinto de los padres para sobreproteger a sus hijos es inevitable, sobre todo si son primerizos o muy tardíos. Los motiva la inseguridad, el miedo a que algo grave les suceda. Pero está claro que la necesidad casi obsesiva por tener cada aspecto de la vida del niño bajo control es un gran error.

 

Pretender ofrecerles una vida perfecta, sin traumas y sin errores es propio de un mundo irreal, y tarde o temprano tendrán que afrontar la realidad. 

 

A raíz de esa sobreprotección, nuestros hijos han involucionado en muchos aspectos respecto a generaciones anteriores. Actualmente, y debido a que la sociedad es cada vez más peligrosa y a que nos enteramos hasta con un grado demasiado amplio de cualquier situación negativa, tendemos a sobreproteger más a nuestros hijos. Y ni hablar en estos tiempos de pandemia, por lo tanto criamos niños más débiles ante la vida o el mundo en el cual tendrán que desenvolverse. Seguramente su hijo puede manejar a la perfección cualquier teléfono celular, pero a la vez sea incapaz de montar una bicicleta, saber cómo cerrar un grifo o preparar un desayuno simple. 

 

Esto definitivamente hace a nuestros hijos más dependientes. 

 

Al ser hijos inseguros dependen más de sus padres y de cualquier otra persona que puede aconsejarle o protegerla de malas consecuencias. Desgraciadamente esto hará que mucha gente se aproveche de ellos y sus debilidades.  

 

Pero nada de esto supone un drama si la situación se detecta y se trata. Lo recomendable es trabajar una terapia con los padres, abuelos y grupo familiar para que permitan a los niños tener alivio de tanta sobreprotección. Esto implica llevar a cabo actividades que le pueden frustrar, pero que sin duda le servirán para madurar y analizar las consecuencias de sus actos y decisiones. 

 

Claro, a mayor edad de los hijos, más difícil será tratar de hacerlos independientes, ya que habrán interiorizado más todos estos defectos en su educación. Si educamos a alguien temeroso, aislado y demasiado consentido por su entorno, el golpe de la realidad puede ser muy grande, sobre todo cuando estalle la burbuja

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 13 de febrero de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: NIÑOS ALTAMENTE DEMANDANTES (NO CONSENTIDOS)

 Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

El doctor William Sears, un pediatra estadounidense de gran renombre y autor de varios libros sobre crianza y medicina, acuñó un término que cada vez es más popular para definir una característica específica: niños de alta demanda.

¿De qué se trata? De aquellos niños que necesitan constantemente la presencia de sus padres, así como su aprobación, y tienen poco control de la frustración. 

 

Teniendo en cuenta que a temprana edad todos los niños son demandantes, probablemente nos lleve un tiempo descifrar si nuestro hijo reúne algunos de los aspectos que definen al “niño de alta demanda”. 

 

Según el Dr. Sears, hay una serie de características que, si se dan en casi su totalidad en la misma persona, representan un signo inequívoco de dicha patología. Por ejemplo, son intensos y expresan todo de forma extrema, tanto la alegría como el enfado o la pena. Son demandantes y necesitan atención continua. 

 

Muestran gran necesidad de contacto físico, exigen cariño, que duerman con sus padres. Además, son impredecibles; es decir que lo que funciona hoy puede que mañana no nos sirva. Tienen gran sensibilidad y perciben cualquier estímulo. 

Al mismo tiempo, son hiperactivos y absorbentes, siempre necesitan más y más. Se alimentan frecuentemente y solo eso les produce confort.

 

No duermen demasiado y se despiertan en la noche o hacen siestas cortas. La sensación que transmiten es de insatisfacción y no saben calmarse por sí solos. Necesitan de alguien más para tranquilizarse.

 

Una vez identificados, el rol de los padres es fundamental para tratarlos. Hay que procurar calmarlos, darles una atención extra, pero al mismo tiempo irlos reconfortando y reforzando su seguridad, su autoestima y su control de la frustración. La paciencia de los padres es un aspecto decisivo, lo mismo que el modo de enfrentar la situación: una predisposición y una actitud positiva siempre funcionan.

Lo  ideal es poder tener ayuda de un profesional, ya que los padres pueden verse desbordados y no saber dónde iniciar a poner la disciplina ni dónde fijar los límites. 

 

Es más, un niño de alta demanda puede influenciar en sus hermanos, sobre todo si es muy inteligente y manipulador. Por eso es importante la asesoría cuando los padres se pierden en el manejo conductual de estos niños y además ellos influyen negativamente en otros. Esta ayuda profesional, además, evitará el riesgo de sobreprotegerlo por parte de los padres. 

 

Mucho más recomendada es todavía en el caso de padres primerizos, ya que aquellos han tenido más hijos podrán notar la diferencia, comparar y poder ser más objetivos a la hora del diagnóstico.

 

Eso mismo le pasó al Dr. Sears, cuando el nacimiento de su cuarta hija le hizo replantearse algunas cosas. A pesar de los años de experiencia, el pediatra se vio desbordado por un temperamento difícil y resistente a todo lo que había funcionado para la crianza de sus anteriores hijos.

 

Básicamente lo que se necesita es identificar a los niños de alta demanda para poder comprenderlos y educarlos de la mejor manera posible, sin que sufran ellos y sin que sufran los padres.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.