sábado, 2 de julio de 2016

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA SUBVENCION A LOS NINIS


Polémica ha resultado la propuesta gubernamental de “subvencionar” a los llamados “ninis” mediante un programa de formación y estímulo, incluyendo transporte y alimentción. La principal polémica tiene dos caras; una es la de la financiación del programa, tema sobre el que no voy a entrar; y la otra, la fundamental, es la idoneidad de financiar, o compensar, o como quieran llamarlo, a quienes, para un amplio sector de la población, son simplemente vagos. Y sobre este tema sí quiero hablar.

Siempre he criticado la tendencia que tienen nuestros gobernantes, independientemente de su color político, a poner solo parchecitos a los problemas, en vez de arreglarlos en forma, para lo cual nunca hay fondos, o, mejor aún, prevenirlos, algo inalcanzable en una cultura que solo ve lo que tiene ante sus ojos, siempre que sea muy grande, y para la que lo que pueda pasar mañana, simplemente no existe.

Ya mencionaba en un blog de hace unos meses http://dramendozaburgos.com/blog/los-ninis/ que los ninis constituyen un grupo en riesgo social por la facilidad de caer en actividades y conductas inadecuadas. Parece obvio que cualquier programa que trate de evitar eso debe considerarse positivo; sin embrago, volvemos a lo mismo de siempre: Este parchecito, ¿va a solucionar el problema de los ninis, aunque sea parcialmente, o va a significar un gasto social para que luego todo siga igual?

El problema de los ninis es un problema de estímulo. Puede pensarse que el propuesto programa pretende devolver ese estímulo, pero es que la falta de estímulo que anida en esta población es una desmotivación de otro tipo, mucho más profunda, y tiene que ver con factores medioambientales que no hacen sino empeorar año tras año. ¿Cuáles son esos factores medioambientales? Varios, interrelacionados entre sí, y a cual más grave.

Primero, a nivel familiar, muchísimos de nuestros niños y adolescentes vienen al mundo por puro accidente, de forma no deseada, y carecen del más mínimo estímulo desde su primer año de vida, tanto por no existir en sus padres ni el deseo, ni la madurez, ni la preparación, ni el tiempo ni el apoyo para ejercer adecuadamente su papel, muy frecuentemente también por la absoluta ausencia de un padre; de modo, que los hijos simplemente “subsisten” por años y años. La situación se agrava cuando, como sucede en muchos casos, son víctimas de abusos físicos, sexuales, o de otro tipo. Ello tiende a hundir más aún la autoestima, y estímulo y autoestima suelen ir de la mano. Esta circunstancia es algo que siempre ha sido así, es cierto, pero el modelo de sociedad es dinámico, evoluciona, y las consecuencias de este ambiente familiar adverso permiten cada vez menos integración en el modelo actual de sociedad.

A nivel social, a parte de la tradicional precariedad del empleo, la extrema violencia en que vive la población no invita en absoluto a integrarse positivamente a ella. Estímulo y motivación tienen que ver con paz, tranquilidad, seguridad y libertad. En las condiciones actuales la población vive con un trasfondo depresivo permanente que no provoca motivación alguna para integrarse y aportar a ella. Colateralmente, el mismo clima de violencia frena y desestimula la inversión y creación de empleo, con lo que es más fácil plantearse… ¿buscar trabajo? ¿dónde? Y prepararse ¿para qué?
Por último, a nivel económico, la mayoría de los ninis adoptan una posición acomodada en la vida. No necesitan ninguna subvención; las remesas que reciben del Norte les dan para vivir sin esforzarse; sin holguras, pero con suficiencia para mantener su Smartphone, comprar sus tenis de marca o alguna otra “prioridad” que la moda de turno imponga. La preparación y la superación, o cualquier cosa que se parezca al esfuerzo, no parecen ser ninguna prioridad cuando tienen su vida resuelta de esa manera. Cabe preguntarse si las remesas que ayudaron al país a sobrevivir en el corto plazo no le están haciendo un grave daño a largo plazo. Y si a ello le sumamos los factores anteriores… En definitiva, creo que por cada nini que el programa consiga salvar habrá veinte nuevos ninis. Como siempre, achicamos el agua con huacales mientras nos despreocupamos de las grandes vías de agua que nos inundan y nos ahogan.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos


Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.


Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

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