sábado, 31 de diciembre de 2016

Mi versión de lo que ocurrió en la historia un día como hoy 31 de Diciembre

Compilado por Luis Montes Brito
Un día como hoy 31 de Diciembre de 1857 en Canadá, la ciudad de Ottawa se convierte en la capital. Un día como hoy 31 de diciembre de 1857 Ottawa fue escogida por la Reina Victoria del Reino Unido para ser la capital de Canadá, por ser un territorio neutral a la vista de las comunidades de habla inglesa y francesa. Asimismo, tiene una distancia importante con la frontera de los Estados Unidos de América, que en ese entonces pensaba en invadir las colonias británicas al norte. Cabe destacar que pese a que Canadá es un Estado federal, su división administrativa no posee ningún distrito federal que albergue a la Capital Federal, a semejanza de otros países como Alemania (Berlín), Austria (Viena), Bélgica (Bruselas), México (Distrito Federal), Argentina (Capital Federal), Estados Unidos (Distrito de Columbia) o Australia (Territorio Capital)— sino que Ottawa pertenece a la provincia de Ontario como una municipalidad erigida en la Región de la Capital Nacional, que contiene a la región de Ottawa. Su área metropolitana incluye no sólo los pueblos cercanos de Ontario, sino también la ciudad de Gatineau y la región de Outaouais que se encuentran en el lado quebequés del río Ottawa. A pesar de la falta de distrito federal, existe la Comisión de la Capital Nacional (en inglés National Capital Commission, en francés Commission de la capitale nationale), un departamento del gobierno federal cuya responsabilidad es embellecer la Región de la Capital Nacional y mantener sus parques y atracciones históricas. Actualmente Ottawa es la cuarta ciudad más grande de Canadá. Se ubica en el extremo sureste de la provincia de Ontario, a orillas del río Ottawa, que conforma la frontera entre las provincias de Ontario y Quebec. Se localiza aproximadamente a 400 kilómetros al este de Toronto y 200 al oeste de Montreal.
Un día como hoy 31 de Diciembre de 1925 en São Paulo, Brasil se inaugura la Carrera de San Silvestre, que se celebra anualmente hasta la actualidad. La carrera de San Silvestre es el nombre con el que se conocen las distintas carreras atléticas de carácter popular que se disputan anualmente el 31 de diciembre (día de san Silvestre según el santoral católico) en diferentes lugares del mundo. Ocasionalmente, algunas de estas carreras se disputan los días previos al 31 de diciembre. La primera carrera de San Silvestre que se celebró fue la de São Paulo en el año 1925 (en portugués, Corrida de São Silvestre). Fue iniciativa del periodista del diario A Gazeta, Cásper Líbero, quien creó una carrera nocturna inspirada en otra que se celebraba en París, la noche de Año Nuevo, en la que los participantes portaban antorchas. La primera Carrera Internacional de San Silvestre de São Paulo comenzó a las 23.40 horas de un día como hoy 31 de diciembre de 1925 y terminó la madrugada del 1 de enero de 1926. En la actualidad, esta carrera brasileña sigue siendo considerada la más popular internacionalmente. En todo el mundo se disputan anualmente centenares de la carreras el último día del año, como la Corrida de São Silvestre en Oporto, Portugal, la BOclassic en Bolzano, Italia o la San Silvestre Vallecana, en Madrid, España. Miles corren en Guatemala desde 1957 con la particularidad que hay premios por disfraces. Es realizada en diferentes partes del mundo como en España, en Colombia, Barranquilla y diferentes ciudades de México como D.F, Monterrey, Guadalajara y Hermosillo.
Un día como hoy 31 de Diciembre de 1958 Fulgencio Batista abandona el poder en Cuba, e inicia del gobierno revolucionario de Fidel Castro. Fulgencio Batista, quien había servido como presidente de Cuba entre 1940 y 1944, tomó control del gobierno cubano en un golpe de estado en 1952. El régimen de Batista, que mantuvo una cercana relación con los Estados Unidos, fue corrupto y poco popular entre la población cubana. Fidel Castro lideró un movimiento nacionalista contra Batista, lanzando un ataque armado sobre las Barracas de Moncada el 26 de julio de 1953. El asalto falló y muchos de los revolucionarios – incluyendo a Castro y su hermano Raúl – fueron apresados. Aunque el ataque fue un fracaso militar, ayudó a motivar la Revolución Cubana. Batista liberó a Castro en 1955 por petición del público Cubano. Castro regresó a México para entrenar a sus guerrillas junto con el afamado revolucionario Che Guevara. Castro regresó a su país en diciembre en el buque Granma, sobreviviendo un sangriento recibimiento al desembarcar. Castro luego se atrincheró en las montañas de la Sierra Madre y comenzó las operaciones militares. Durante los años siguientes, el Movimiento del 26 de julio de Castro comenzó una guerra de guerrillas contra el gobierno cubano, ganando apoyo generalizado de la gente cubana. En diciembre de 1958, las fuerzas guerrilleras lideradas por Guevara y Camilo Cienfuegos lucharon contra las fuerzas de Batista en la capital provincial de Santa Clara. Las guerrillas tomaron el control de Santa Clara un día como hoy 31 de diciembre de 1958, y el ejército cubano colapsó; el reino de Batista se había vuelto insostenible. Durante los últimos minutos de ese día y las primeras horas del 1 de enero, Batista y muchos de sus ayudantes escaparon del país. “Para la salvación de la república,” declaró el General Eulogio Cantillo, “las fuerzas militares han decidido que es necesario que el General Batista se retire del poder.” Celebraciones y revueltas tomaron las calles de La Habana, mientras las fuerzas de Castro obtuvieron el control de la ciudad. Castro descendió de las montañas a Santiago, donde declaró la formación de un nuevo gobierno. Castro arribó triunfantemente a La Habana el 8 de enero y oficialmente se convirtió en Primer Ministro un mes más tarde.
Un día como hoy 31 de Diciembre de 1972 un avión Douglas DC-7, con ayuda para damnificados del terremoto en Nicaragua, cae al mar tras que despegar de San Juan, Puerto Rico. Mueren todos los pasajeros, entre ellos el beisbolista puertorriqueño Roberto Clemente. (Con base en información de Mi Columna Deportiva) Roberto Clemente lo tenía todo: bateaba mejor que nadie y gracias a esta habilidad especial ganó cuatro títulos ofensivos en las Mayores; además, fildeaba tan bien que lo premiaron en 12 ocasiones con el Guante de Oro. Durante 18 años el número 21 de los Piratas de Pittsburgh maravilló al universo beisbolero. Poco importaron los ataques que la prensa constantemente dirigía en su contra, porque él no tenía pelos en la lengua y criticaba la discriminación que recibían los latinos en Estados Unidos. En la noche de un día como hoy 31 de diciembre de 1972 Roberto decidió partir hacia Managua, la capital de Nicaragua, para llevar ayuda humanitaria a un pueblo todavía en estado de shock por un devastador terremoto que casi borró de la faz de la Tierra a esa empobrecida ciudad. El avión de Clemente nunca llegó a su destino final, porque cayó al Mar Caribe. Así terminó la vida del gran Roberto Clemente; aunque su Leyenda continuó creciendo. Clemente comenzó a practicar deportes desde que era niño, en su natal Carolina, en Puerto Rico. En un inicio el chico prefería el atletismo y su brazo, que luego lo haría famoso en el béisbol, destacaba por las largas distancias a la que era capaz de impulsar la jabalina. También el muchacho corría; sin embargo, no pasó mucho tiempo para que la pelota terminara por acaparar todo el interés de Roberto. Poco a poco su nombre fue conociéndose en la pelota amateur y más tarde con el club profesional de Los Cangrejeros de Santurce. No hubo que esperar un largo período para que sus habilidades naturales convencieran a los directivos de los Piratas de Pittsburgh, de las Grandes Ligas norteamericanas. Ellos le ofrecieron un contrato de solo 4000 mil dólares y hacia la ciudad del acero marchó el joven Clemente. Jugar para los Piratas probablemente no fue el sueño de Roberto, pues este era un equipo mediocre de la Liga Nacional, que acumuló amplios récords negativos durante la primera parte de la década del cincuenta; sin embargo, la llegada de Clemente cambiaría por completo el rostro de la franquicia. En los primeros cinco años en las Mayores quizás algunos se decepcionaron con el boricua, pues solo en una ocasión terminó con un promedio por encima de 300; pero lo que tal vez no todos comprendieran en ese momento era que Clemente necesitaba tiempo para adaptarse. Una vez que lo hizo, los jits se multiplicaron y Roberto llevó a los Piratas a la Serie Mundial de 1960. Ese año Pittsburgh ganó la Liga Nacional, mientras el equipo con más coronas en la historia de las Mayores, los Yankees de Nueva York, representaron a la Liga Americana. Aquella Serie fue reñidísima; pero al final los Piratas ganaron el campeonato, al obtener una espectacular victoria en el séptimo y decisivo partido. El gran líder del equipo fue Clemente, porque bateó al menos un imparable en todos los encuentros y concluyó con promedio de 300; aunque no pudo conectar un cuadrangular. Todavía sus mejores momentos ofensivos estaban por llegar; pero ya desde el título de 1960 todos aplaudían la enorme capacidad de Clemente en el jardín derecho. El boricua era capaz de llegar a los batazos más complicados y especialmente sabía tirar con fuerza y precisión a las bases. En total ganó 12 “Guantes de Oro”, el premio que se entrega al final de la temporada a los mejores defensores de cada posición. La segunda participación de Clemente en la Serie Mundial de las Grandes Ligas fue espectacular. En 1971, nueve años después del triunfo sobre los Yankees, los Piratas de Pittsburgh regresaron a la discusión del título, esta vez frente a los Orioles de Baltimore. En esa época ya Roberto Clemente era el principal bateador de los Piratas. A sus múltiples premios como “Guante de Oro” había agregado cuatro coronas de bateo y los lanzadores de los Orioles se cuidaron mucho del boricua en la Serie; sin embargo, de poco sirvió porque Clemente acabó con los pitchers y sus dos cuadrangulares y promedio de 414 fueron fundamentales para que los Piratas derrotaran a Baltimore en siete peleados partidos. Luego del último out los directivos de las Grandes Ligas determinaron, unánimemente, que Roberto Clemente merecía la condición de Jugador Más Valioso de la Serie Mundial de 1971. Un año después del segundo triunfo con los Piratas, Clemente quiso probar una nueva faceta en su vida: la de director. En noviembre de 1972 se celebró en Nicaragua la vigésima edición del Campeonato Mundial de béisbol amateur. Ya la temporada de las Grandes Ligas había concluido, así que Clemente no tuvo problemas con los Piratas para dirigir a la selección de Puerto Rico en el campeonato. El liderazgo de Roberto Clemente se hizo sentir en Nicaragua y Puerto Rico tuvo una buena actuación en el torneo, pues en quince desafíos los boricuas ganaron nueve; aunque quedaron en la quinta posición. En la historia del béisbol cubano quedó bien guardado aquel Mundial de 1972, porque el cuadrangular de Agustín Marquetti, en la discusión del título, frente a Estados Unidos, dejó tendido en el terreno a los norteamericanos y le permitió a Cuba retener la corona mundial. La victoria cubana se concretó el 3 de diciembre. Tres semanas más tarde, el mundo conoció los efectos del devastador terremoto que destruyó el centro de Managua y provocó la muerte de 10 mil personas. La ciudad que tanto había impresionado a Roberto Clemente quedó prácticamente borrada de la faz de la Tierra. Al conocer la noticia, el boricua de inmediato encabezó una campaña pública para recoger fondos, destinados a los damnificados en Managua. Su presencia fue importante y en poco tiempo el total recaudado en Puerto Rico alcanzó los 150 mil dólares y varias toneladas de suministros. El propio Clemente quiso llevar esa ayuda; aunque su familia le pedía que se quedara en casa, porque el estado del tiempo no era el mejor. Clemente no escuchó los consejos y abordó el avión DC7. Roberto Clemente nunca llegó a su destino final. A las 9 y 23 de la noche del un día como hoy 31 de diciembre de 1972, el avión en que viajaba la estrella boricua cayó al mar, por causa del sobrepeso. Los equipos de rescate trabajaron durante algún tiempo, pero solo pudieron devolverle a Cristina Zabala, la mujer de Roberto, el maletín de mano que apenas unas horas antes ella le había preparado a su esposo. La trágica muerte de Roberto Clemente conmocionó a todo el universo beisbolero. Hasta los que nunca se cansaron de criticar las posiciones del pelotero en contra de la discriminación que recibían los latinoamericanos en Estados Unidos, tuvieron que reconocer la grandeza de un hombre que en 18 temporadas conectó 3000 imparables y 250 cuadrangulares. Roberto Clemente fue exaltado al Salón de la Fama, en Cooperstown y de esta manera se convirtió en el primer pelotero latinoamericano en recibir un espacio en el llamado “templo de los inmortales del béisbol”. El mismo día de su entrada al Salón, las Mayores decidieron instituir el “Premio Roberto Clemente” que se otorga cada año al pelotero que realiza más labores destacadas en el deporte y en la comunidad. Los puertorriqueños eligieron a Roberto como su atleta del siglo XX y casi cuatro décadas después de su desaparición en las aguas del Mar Caribe, el recuerdo de Roberto Clemente continúa vivo, entre aquellos de más edad que tuvieron la oportunidad de verlo jugar y también entre los que crecieron escuchando las historias sobre esta enorme Leyenda de la pelota. 
Un día como hoy 31 de Diciembre de 1999 Estados Unidos entrega la administración del Canal de Panamá a la República de Panamá. Un día como hoy 31 de diciembre de 1999 a las 12 del mediodía, miles de panameños y el mundo entero fueron testigos de la reversión definitiva del Canal de Panamá. Ese día la bandera panameña ondeó por primera vez en el edificio de la Administración del Canal, en el mismo lugar donde, desde inicios del siglo XX, permaneciera izada la bandera estadounidense. Era una mañana soleada. Los actos iniciaron a las 11:10 am., con una invocación religiosa por obispo de la Iglesia católica, José Dimas Cedeño, seguido por un minuto de silencio y el discurso de Louis Caldera, secretario general del Ejército de EE.UU. Los panameños, llenos de fervor patriótico, entonaron el himno nacional, para luego ser testigos del traspaso del Canal de Panamá a sus manos. Con esta acción iniciarían el nuevo milenio. Por el Estado panameño la vía interoceánica fue recibida por la primera mujer presidente del país, Mireya Moscoso, y por el ministro de asuntos del canal en ese entonces Ricardo Martinelli. El 30 de noviembre de 1999. Panamá recibe el Fuerte Clayton, sede del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial. El Fuerte Clayton en 1999 fue valorado en 76 millones de dólares y comprendía una extensión de 883 hectáreas, de las cuales 300 eran bosque húmero tropical. La presidenta Mireya Moscoso recibió de manos del embajador de EE.UU., en Panamá (1999) Simón Ferro, la última bandera estadounidense que ondeó en la antigua Zona del Canal. El 30 de diciembre de 1999 la bandera de EE.UU. que estaba izada en el edificio de la Administración del Canal fue bajada en medio del llanto de estadounidenses que se encontraban presentes. El mismo 30 de diciembre de 1999, el administrador de la Autoridad de la Región Interoceánica, Nicolás Ardito Barleta renunciaba a su cargo para garantizar una transición transparente de los bienes revertidos. ¿Cuál era la función Autoridad de la Región Interoceánica (ARI)? Luego de la firma de los Tratados Torrijos – Carter se debían cumplir con procesos de reversión de las áreas de la Zona del Canal a manos panameñas. Así nace en 1993 la Autoridad de la Región Interoceánica conocida por siglas ARI, que se encargaría de la custodia y administración de los bienes inmuebles que serían revertidos a Panamá a fin de buscarle el aprovechamiento necesario a cada uno y su integración al país.

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