sábado, 14 de agosto de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: AMOR, PASION; SIENTES AMBOS POR TU PAREJA?

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos


¿Enamorado o apasionado? 

 

Se parecen, pero no es lo mismo, aunque con frecuencia suele confundirse. El amor es algo más complejo que la pasión. Podemos sentir pasión sin sentir el más mínimo amor. 

Antes se daba, sobre todo en los hombres, que aunque amen a alguien siempre intentan buscar pasiones por doquier. Sin embargo, ahora con la liberación sexual femenina, las mujeres reclaman más esta parte. Pero pueden ceder y vivir únicamente con el amor. La pasión es más desbordante, pero también más efímera. El amor, en cambio, se construye con el tiempo y una vez consolidado es difícil de derribar. 

 

Cuando una relación se inicia, generalmente suele ser más apasionada, la sostiene más la pasión que el amor total y verdadero. Poco a poco esa pasión va adquiriendo una serie de matices a medida que comprometemos más información de nuestras vidas y la intimidad es más grande. Así, el amor va creciendo y le va ganando terreno a la pasión.

 

Según un estudio reciente, “la pasión, todo un tumulto de emociones, dura generalmente de 12 a 18 meses”. La antropóloga estadounidense Helen Fisher, autora del libro ¿Por qué amamos?, explica lo siguiente: “Cuando la pareja se acostumbra a lo cotidiano de la unión, ese fuego empieza a disminuir y es sustituido por sentimientos de cariño, unión y serenidad con el ser amado”. 

 

En el sexo femenino, pasión y amor son dos sentimientos que van casi de la mano. Los hombres, por el contrario, pueden separar más fácilmente el amor de la pasión. Una prueba de ello es que tienen relaciones fugaces e incluso amantes. Encuentran la pasión en un lado, materializado a través de las relaciones sexuales, y el amor en otro, con la pareja con la que les ha llevado a formar un primer hogar y a tener hijos a los cuales "dan su apellido

 

Aún así, generalmente las relaciones suelen iniciarse con una gran dosis de apasionamiento y este puede disminuir, pero va creando más intimidad y conocimiento. 

 

Con el tiempo, tanto el amor y la pasión han ido evolucionando, más si se considera a la pasión como expresiones de exaltación y conducta. Antes era tomado más de forma común que el apasionamiento podría llegar a tener tintes apasionados como un grito, bofetada o un tirón de pelo... Y algunos llamaban la atención de sus objetivos pasionales hasta tirándoles piedritas o siendo groseros con el objeto de su seducción. 


También, imposible negarlo, todos estamos influenciados por lo que vemos en la ficción, y esto incluye películas, novelas, libros… y hasta ejemplos de la vida real con las celebridades. Tendemos a extrapolarlos, a tomarlos de ejemplos y eso no siempre es bueno.  

 

Aunque a veces se envidia más a las parejas con pasión que con amor, lo cierto es que es algo muy relativo. Depende de la madurez de las personas y sus propios objetivos en la vida. Un Don Juan empedernido -o lo mismo en su versión femenina- tardará más en encontrar el verdadero amor. Sobre todo si solamente se da tiempo para vivir de pasión en pasión, sin atreverse a concretar lazos más fuertes y afectivos. Lo peor, en todo caso, es cuando alguien piensa que encontró su amor y el desengaño es grande al descubrir que de la otra parte solo se busca la pasión. 

 

También hay casos que por quemar etapas no se logra desarrollar la pasión, y eso es contraproducente. Por ejemplo, cuando una pareja establece lazos más fuertes, incluyendo casamiento e hijos, antes de haber disfrutado de una buena pasión e ir, poco a poco, dando pie a mayor intimidad y conocimiento.

 

En el mundo ideal, pasión y amor se combinan en aquella pareja que después de hacer el amor dedica tiempo a conversar y no solamente se levantan, toman una ducha y se van. Otra mala señal es cuando poco a poco, sobre todo más común en varones, se quedan dormidos después del coito. Hay pasión, pero no hay amor, y eso nunca son buenas noticias.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

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