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sábado, 15 de marzo de 2014

Tips de etiqueta en el uso de palillos chinos

Tomado de KanZhongGuo
 Los palillos han sido parte de la vida de los chinos desde la antigüedad

Los 13 tabúes sobre el uso de los palillos chinos



Los palillos han sido parte de la vida de los chinos desde la antigüedad, además vienen acorde con las costumbres y reglas culinarias. Estas reglas son muy particulares, pero se dan de manera natural entre los chinos (de buena educación), quiénes han crecido con ellas.
Para comenzar, coloque los palillos juntos al lado derecho de la taza o plato antes de que se sirvan los alimentos. Después de la comida, se colocan juntas en el centro, en la parte superior de la taza.

Ahora, cuando vaya a un restaurante chino desarrolle su educación culinaria al usar los palillos, evitando los siguientes 13 tabúes:
Los 13 tabúes de los palillos chinos
 1. Dudar: No girar los palillos en el aire mientras se decide coger el alimento.
2. Alborotar: No hurgar en platillo que fue servido, metiendo y empujando la comida con sus palillos. Elija una pieza y tómela con los palillos.
3. Jugar: Los palillos no son baquetas (para jugar) ni se deben usar para señalar nada que no sea comida.
4. Colisionar: No vayas tras el delicioso bocado de comida que ya se llevó en el platillo de otra persona, causando con esto el choque entre palillos.
5. Estocar: No usar el palillo como una lanza de pesca para perforar el trozo de comida para recogerlo.
6. Respetar: Después de terminar la comida, los invitados y los jóvenes deben esperar a que los anfitriones y los ancianos coloquen sus palillos a un lado antes que ellos.
7. Morder: No importa lo bueno que sea la comida, no se deben morder o chupar los palillos.
8. Goteo: Cuando se tome el bocado del platillo evitar que los palillos escurran sobre la mesa, como la salsa o aderezos al ir el alimento en camino a su plato o boca.
No utilice los palillos como una espada para partir un trozo de carne u otro alimento.

9. Rebanadas y cubos: No utilizar los palillos como una espada para partir un trozo de carne u otro alimento. Si es necesario, obtener del chef un cuchillo o tenerlo listo sobre la mesa.
10. Adoración: Colocar los palillos en el plato o sobre la taza de arroz y dejarlos en posición vertical es malo. Sólo se hace esto durante los ritos religiosos y para adorar a los muertos.
11. Palillos de dientes: No utilizar los palillos para meter la mano y tirar de un trozo de comida hacia la boca. Tampoco se deben utilizar como palillos de dientes.
Enterrar o clavar los palillos en un plato o un plato de arroz y dejarlos en posición vertical sólo se realiza durante los ritos religiosos y durante la adoración a los muertos.

12. Palillo lleno: No levante más comida si todavía hay alimento sostenido en sus palillos, o si aún no se ha sacudido el exceso de comida sobre su tazón de arroz o plato.
13. Repetir las porciones: Tomar los alimentos del mismo plato o fuente de servir más de tres veces no es agradable. Deje que otra persona obtenga su porción. Pruebe de otro platillo.
Ahora evite los 13 tabúes cuando vaya a un restaurante chino 

miércoles, 5 de marzo de 2014

Un chupete digno: Los 10 mejores destinos para Ramen (fideos asiáticos) en Nueva York

 Tomado de The New York Times

Por Pete Wells

El cinturón de Ramen, estuvo firmemente abrochado alrededor del East Village, ahora el circuito se extiende de  Fort Lee, Nueva Jersey a Queens y Brooklyn. Los siguientes son mis selecciones para los más deliciosos ramens de Nueva York, clasificados en orden descendente. Todas los puntos de venta están abiertos para las horas de almuerzo y cena, a menos que se indique lo contrario.

1.    Mu Ramen

Caldo espeso de Mu Ramen, se cuece con huesos de cerdo la mayor parte de un día.

Crédito Nicole Tung para The New York Times

Miso picante y ramens tonkotsu.

Long Island City, Queens. Dirección y horas, previa reservación. Para reservaciones por teléfono, 917-868-8903, o por correo electrónico, MuRamenNYC@gmail.com.

2.    Mu Ramen Slurp shop
Shio and vegetarian ramens.
Gotham West Market, 600 11th Avenue (44th and 45th Streets), Hell’s Kitchen; 212-582-7940; ivanramen.com
3.    Takashi
Ramens picantes originales de la abuela.
456 Hudson Street (Barrow Street), West Village; 212-414-2929; takashinyc.com.  Después de la medianoche del viernes y sábados por reservación; email ramen@takashinyc.com.
4.    Hide-Chan
Ramens picantes negro Katsuo shoyu y kokashi.

248 East 52nd Street (Second Avenue), Midtown, 212-813-1800; hidechanramen.com
5.    Totto Ramen
Ramen picante.
366 West 52nd Street (Ninth Avenue), la cocina del infierno, 212-582-0052, y 464 Oeste de la calle 51 (10th Avenue), la cocina del infierno; 646-596-9056; tottoramen.com.
6.    Ippudo Ramen

Ippudo tiene ramen caliente, con un sabroso caldo y los fideos excepcionalmente elásticos.

Crédito Michelle V. Agins / The New York Times

Akamaru ramen modernos.

65 Cuarta Avenida (East 10th Street), East Village, 212-388-0088, y 321 Oeste de la calle 51 (Octava Avenida); 212-974-2500; ippudony.com.

7.    Hanjan
Ramyun coreano picante.

36 West 26th Street (Avenida de las Américas), 212-206-7226; hanjan26.com. Después de 9 p.m.

8.    Kajitsu

Shojin ramen.
125 East 39th Street (Lexington Avenue), Murray Hill; 212-228-4873; kajitsunyc.com. Solamente almuerzo.

9.    Ramen Sanshiro
Ramen de sal
Dentro de SEO, 249 East 49th Street (Second Avenue), Midtown, 212-355-7722. Después de 11 p.m.


10.    Bassanova Ramen NYC
Ramens con Curry verde limón y chile.
76 Mott Street (Canal Street), el Barrio Chino; 212-334-2100; bassanovanyc.com.
Otros lugares notables:

Benkei Ramen
Dentro Ushiwakamaru, 136 West Houston Street (la calle Sullivan), Greenwich Village, 201-290-8682; benkeiramenusa.com.

Chuko Ramen
552 Vanderbilt Avenue (la calle Dean), Prospect Heights, Brooklyn; 718-576-6701; barchuko.com.

Minca
536 Este Fifth Street (Avenida B), East Village, 
212-505-8001.

Momofuku Noodle Bar
171 First Avenue (East 11th Street), East Village, 
212-777-7773; momofuku.com.

Rai Rai Ken
218 East 10th Street (Second Avenue), 212-477-7030.

Yuji Ramen

Dentro de Whole Foods Market Bowery, 95 East Houston Street (Second Avenue), Lower East Side, y dentro de Whole Foods Market Brooklyn, 214 Third Street (Tercera Avenida), Gowanus, Brooklyn; yujiramen.com.

sábado, 30 de marzo de 2013

¿Es posible acabar con la corrupción en China sin cambiar el sistema político?


Tomado de esglobal



Policías chinos instalan carteles anticorrupción en el centro de Pekín.

EL SUEÑO DE CONFUCIO
Por Diego Torres

 “En política, la mejor manera de protegerte es gritar '¡alto al ladrón!' mientras coges la cartera del bolsillo de tu vecino”. Esa es la conclusión de uno de los personajes de la novela Apuntes de un funcionario público, que describe las cañerías de la lucha por el poder en China. El autor, Wang Xiaofang, sabe de lo que habla. Antes de convertirse en un escritor de éxito, hizo carrera en la administración. De hecho, su jefe, Ma Xiangdong, fue condenado a muerte por apostar –y perder– 3,6 millones de dólares de dinero público en los casinos de Macao. Desde entonces, Wang ha publicado 13 obras que tratan sobre la corrupción en el país asiático.
Xi Jinping ha tratado de convencer a los escépticos como Wang de que va a enfrentarse en serio contra la corrupción, convirtiendo esta lucha en uno de sus estandartes desde que asumió el cargo de secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh) en el pasado mes de noviembre. “A fin de ganarnos la confianza del pueblo con resultados reales, debemos tener la determinación de luchar contra cualquier tipo de corrupción, de castigar a todos los funcionarios corruptos y de erradicar el caldo de cultivo que alimenta la corrupción”, afirmó Xi el pasado 22 de enero en una reunión de la comisión de disciplina del Partido, según la agencia de noticias Xinhua.
En este tiempo han saltado a la palestra un buen número de casos delictivos, lo que invita a pensar que hay más que mera palabrería en los repetidos alegatos de Xi. También han tenido efecto las consignas de mayor frugalidad en todos los niveles de la Administración, hasta el punto de que las ventas de licores como el Maotai y otros objetos de lujo se han desplomado. Xi ha prometido luchar contra las “moscas” y los “tigres”, esto es, contra los líderes más poderosos, así como contra los funcionarios de más bajo nivel. Pero todavía le falta una pieza de caza mayor. “Los hechos cuentan más que las palabras; debe derribar un objetivo grande para demostrar que el Partido va en serio”, afirma Kerry Brown, profesor de la Universidad de Sidney.
Durante la Asamblea Popular Nacional, que se ha celebrado recientemente en Pekín y ha nombrado un nuevo Gobierno, los líderes anunciaron una reforma del Gobierno dirigida a mejorar la eficiencia y combatir la corrupción. Los ministerios pasarán de 27 a 25. Además, el Ministerio de Ferrocarriles –foco de importantes corruptelas– se divide en dos: un regulador, por un lado, en manos del Gobierno; y una empresa pública, por otro, que preste los servicios.
¿Se encamina China con este tipo de mejoras a hacer realidad, paso a paso pero constantemente, el sueño confuciano de un liderazgo benevolente, meritocrático y limpio? ¿Puede una dictadura de partido único construir una administración exenta de corrupción?
El sueño, si es posible, aún queda muy lejos. El académico Minxin Pei, director del Centro Keck para los Estudios Estratégicos Internacionales, calcula que la corrupción se lleva alrededor del 3% anual del PIB chino, lo que al nivel de 2012 supondría alrededor de 190.000 millones de euros al año.
Un informe clasificado como confidencial pero colgado momentáneamente en la web del Banco Central en 2011 admitía que 18.000 funcionarios corruptos habían sacado del país alrededor de 95.000 millones de euros desde mediados de los 90 hasta 2008, la fecha de la nota. Los destinos preferidos por los ladrones fueron Estados Unidos, Canadá, Australia y Holanda.
La corrupción es uno de los problemas más graves del país, como reconoce el propio Gobierno. La gente lo percibe –y lo sufre– a todos los niveles, incluso en servicios públicos como la educación y la sanidad. Es difícil saber la evolución real del problema. Pero está claro que la ciudadanía es cada vez más consciente de él, y de que está perdiendo la paciencia. En 2008, un 39% de los chinos pensaba que la corrupción de los funcionarios públicos era un problema muy grave; en 2012, la proporción había subido al 50%, de acuerdo a las encuestas del Pew Research Center. Mucho tiene que ver con eso la emergencia de Internet y las redes sociales como herramienta de fiscalización y denuncia de los abusos de las autoridades.
El país asiático se encuentra en la actualidad en el puesto número 80 –entre 176 Estados– del ránking de percepción de la corrupción que elabora Transparencia Internacional. Las democracias europeas copan los primeros puestos de la clasificación. Sin embargo, la democracia no garantiza la limpieza del sistema, como atestiguan las posiciones de Italia (72), India (94), Bolivia (105) o Venezuela (165), entre muchos otros. Es más, hay países autoritarios, o al menos no escrupulosamente democráticos, que ocupan puestos altos en la lista, como Singapur (5) o el territorio de Hong Kong (14). Por otra parte, las naciones más corruptas son, con excepciones, los más pobres del planeta.
De acuerdo con la lista de Transparencia Internacional, por tanto, la democracia y la riqueza ayudan generalmente a disminuir la corrupción, pero hay muchos otros factores en juego.
La dirigencia china incide sobre todo en la creación de riqueza y en esos otros factores que pueden aportar beneficios en la lucha contra la corrupción. "Debemos asegurar la supervisión de los gobernantes por los ciudadanos y evitar el exceso de concentración de poder”, dijo el pasado 5 de marzo Wen Jiabao, en la inauguración de la Asamblea Popular Nacional.
Para los escépticos, sin embargo, este tipo de reformas sólo pueden aportar un beneficio marginal. “El obstáculo más grande para acabar con la corrupción es el régimen de partido único”, asegura Perry Link, profesor de la Universidad de California. “Mientras una organización ostente todo el poder, los supuestos organismos encargados de controlarlo –la prensa, los tribunales, las organizaciones no gubernamentales y los sindicatos– serán ineficientes”, afirma.

jueves, 28 de marzo de 2013

Conociendo un poco más sobre la crisis de las dos Coreas


Tomado de BBC MUNDO  

Las maniobras de Corea del Norte han equiparado su encendida retórica en los últimos días.

La realidad tras las amenazas de Corea del Norte

Más de 40.000 soldados estadounidenses y surcoreanos se encuentran actualmente realizando maniobras militares en la península coreana, como parte del ejercicio anual Foal Eagle.

POR Andrea Berger
Royal United Services Institute, especial para BBC

Aviones de combate, bombarderos y submarinos de Estados Unidos se dirigieron a la región, en un esfuerzo por "mejorar la seguridad y la preparación" de Corea del Sur.

Esos ejercicios son considerados como una garantía visible de la confiabilidad de la alianza de Washington y Seúl y su compromiso extendido de disuasión.

Corea del Norte supuestamente hace una lectura diferente del propósito de estos ejercicios, argumentando que podrían ser una pantalla para la preparación de un ataque sorpresivo.

Por tanto, como respuesta, Pyongyang ha recurrido a su herramienta más familiar: fieras amenazas de escalada del conflicto.

Palabras de guerra


Kim Jong-un ha visitado unidades militares varias veces en medio de las tensiones en la península.

La cobertura internacional de las tensiones con Corea del Norte crea la impresión de que sus recientes amenazas en respuesta a los ejercicios militares surgieron de la nada.

De hecho, Pyongyang ha objetado ruidosamente las maniobras conjuntas durante décadas.

En lo que sus últimas amenazas difieren del pasado es en su intensidad y especificidad.

Durante el mes pasado, Pyongyang prometió hacer trizas el armisticio de 1953 entre las dos Coreas y cerrar la línea directa en la región fronteriza.

Luego anunció que había incrementado el nivel de disposición al combate de sus fuerzas de artillería, con las bases estadounidenses en Guam y Hawai en el punto de mira.

El aviso más audaz de Pyongyang fue que se reserva el derecho a una guerra nuclear preventiva contra Washington o Seúl.

Aunque Pyongyang ha cumplido con cortar la comunicación en Panmunjom, hay pocas razones para sospechar que lo hará con algunas de sus otras promesas, al menos a corto plazo.

Una razón es que el principal público de las duras palabras de Kim Jong-un es interno. El joven líder fue promovido velozmente en el Ejército Popular de Corea por su difunto padre, a pesar de haber hecho poco para merecer esas calificaciones. Enfrentarse a los enemigos externos del país ayudará a Kim Jong-un a consolidar su poder militar y político.

Una segunda causa para la calma temporal son las deficiencias tecnológicas de Corea del Norte en los campos nuclear y de misiles.

En su mayoría, los analistas concuerdan en que es improbable que Pyongyang haya dominado exitosamente la tecnología necesaria para ubicar una ojiva nuclear en un misil balístico y apuntarlo a Washington... todavía.

Sin embargo, sus recientes pruebas nucleares y de lanzamiento de misil demuestran que Corea del Norte está ansiosa por avanzar en su capacidad en ese campo.

Temor a ejercicios militares


A la vez que podemos repudiar las amenazas de Pyongyang y sus bravuconerías mayormente para consumo nacional, es posible que las inseguridades subyacentes de Corea del Norte sean sinceras.

Las preocupaciones de que los ejercicios militares puedan ser usados como un velo para preparar un ataque sorpresivo contra Corea del Norte parece incomprensible desde una óptica occidental.

Los "juegos de guerra" son precisamente eso, y su valor para tranquilizar a una nerviosa Corea del Sur es un importante beneficio político agregado.

Pero Corea del Norte, que piensa en términos "militares primero" y prioriza la autosuficiencia en sus asuntos, podría tomar con escepticismo que los ejercicios conjuntos sean sólo sobre su preparación a responder a un ataque o una demostración benigna del compromiso de la alianza de Corea del Sur y EE.UU.

Lo que posiblemente consolide la interpretación divergente norcoreana es el hecho de que en 1950, Pyongyang usó los ejercicios con el mismo propósito maligno que ahora ve en Foal Eagle.

En junio de 1950, Pyongyang puso en marcha un plan que encubría movimientos militares a gran escala hacia el paralelo 38, disfrazados de ejercicios de entrenamiento. En medio de estos juegos de guerra, varias divisiones participantes se dirigieron al sur hacia Seúl, desencadenando la Guerra de Corea.

Gobiernos estadounidenses previos han reconocido tácitamente que la brecha en el entendimiento entre Washington y Pyongyang acerca del propósito de las maniobras militares es vasta.

El riesgo de un error de cálculo

Corea del Norte se opone enérgicamente a las maniobras anuales de EE.UU. y Corea del Sur.

El expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, canceló reiteradamente los ejercicios anualesTeam Spirit para aplacar las preocupaciones de Pyongyang e incentivar las negociaciones sobre su programa nuclear.

Actualmente, el riesgo no es de una guerra a gran escala o un ataque nuclear, sino de un error de cálculo.

Corea del Norte continúa buscando nuevas formas de emitir amenazas, en parte en un intento del régimen de consolidar su poder y en parte esperando que EE.UU. cancele sus ejercicios como hizo Clinton.

Entre tanto, Occidente la pone en evidencia y sigue con sus prácticas y vuelos de aviones B-52 sobre la península.

Este patrón ocurre en ausencia de cualquier compromiso regular entre EE.UU. y Corea del Norte. Si persiste, el riesgo de error de cálculo de cualquier bando subirá.

Corea del Norte podría malinterpretar una acción estadounidense, determinar una amenaza inminente y existencial al régimen, y atacar. O, si se le pone demasiado en evidencia, podría sentir que su retórica ya no funciona y decidir una acción más agresiva para equiparar sus palabras.

Una prueba de la sinceridad de los temores norcoreanos sobre las maniobras militares será medir la retórica del régimen cuando concluyan los ejercicios en abril.

Las salidas de la situación actual son limitadas. Es improbable que las conversaciones entre Washington y Pyongyang convenzan a Corea del Norte de renunciar a su programa nuclear.

Pero el diálogo sobre la seguridad en la península coreana, incluyendo el asunto de los ejercicios militares, podría ayudar a evitar más malentendidos y errores de cálculo. Podría asegurar que Corea del Norte no escuche sólo el enérgico mensaje de seguridad adaptado para Seúl.

Washington debería también ser cauteloso con cualquier subsiguiente esfuerzo para garantizar visiblemente a los aliados sin la contraproducente exacerbación de las potenciales inseguridades norcoreanas.

Medidas como mantener en la región activos militares con capacidad nuclear podrían prolongar innecesariamente el riesgo de error de cálculo cuando terminen los ejercicios Foal Eagle.