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domingo, 29 de marzo de 2015

Aficionados salvadoreños en WDC: Más importante que el resultado era ver jugar a Messi

Tomado de El País
 Messi saluda a los aficionados antes del encuentro.

Una afición salvadoreña para un Messi en el banquillo

El encuentro entre la Albiceleste y la Selecta reunió en Washington a un nutrido grupo de la comunidad originaria de El Salvador

 

Por Cristina F. Pereda

 

La grada era salvadoreña pero la cita era con Lionel Messi. Una nube de aficionados provenientes de El Salvador, la comunidad de inmigrantes hispanos más numerosa en la región de la capital de Estados Unidos, asistió este sábado a la oportunidad única de ver jugar a uno de sus ídolos en el encuentro amistoso que enfrentó a Argentina con la selección de su país y que se resolvió a favor de los albicelestes por dos goles a cero.
La presencia de Messi en el banquillo desde el comienzo del encuentro alimentó las dudas de sus seguidores que durante toda la semana habían aguardado hasta saber si el jugador del Barcelona se había recuperado del golpe que sufrió en el tobillo derecho durante el enfrentamiento con el Real Madrid el pasado domingo.
"Ojalá que pueda jugar", afirmaba impaciente desde la grada Julio, un joven descendiente de peruanos y colombianos, encogido por el frío que ha recibido a las dos selecciones en las afueras de Washington. Es la primera vez que Julio acude a un estadio de fútbol. "También es la primera vez que voy a poder ver a Messi".
Era el sentimiento compartido por los cerca de 54.000 aficionados que animaron a El Salvador en esta ocasión inédita para ver a su selección en EE UU. El encuentro amistoso que ha enfrentado este sábado a su equipo nacional, la 89 del mundo según el ránking de la FIFA, con la finalista del último mundial, forma parte de la preparación de cara a la Copa América que se celebra el próximo mes de junio en Chile. La albiceleste celebrará un encuentro más en la costa Este, en Nueva Jersey, este martes, ante Ecuador.

Argentina se adelantó en el marcador al comienzo de la segunda parte, cuando los espectadores ya coreaban el nombre de Messi, ausente en la banda donde calentaban sus compañeros. Benega abrió la ventaja para Argentina ayudado por un error de la defensa salvadoreña. La primera mitad había transcurrido sin apenas oportunidades para la albiceleste, con poco más que un amago de Higuaín en el minuto 25. Los argentinos habían sido incapaces hasta entonces de superar a la defensa salvadoreña, encerrada en su área y sin grandes ocasiones para sorprender al rival. Poco antes del final del encuentro, Manguello sentenció el amistoso.
La grada de Maryland, entregada a cualquier ocasión del conjunto salvadoreño, no se perdió ningún movimiento de Messi aunque permaneciera en el banquillo. "Hemos venido a verle a él", dice Julio, un emigrante salvadoreño que llegó a EE UU en 1989, mientras toma imágenes del estadio con su teléfono. Este sábado ha conducido desde Boston junto a su familia para ver el partido.
"Yo estoy aquí para apoyarle a él". Adolfo Martínez protege con una manta a su hijo de cinco años, abrigado con la indumentaria del Barcelona y listo para ver a su ídolo. Desde Venezuela emigró a EE UU y desde Carolina del Sur ha conducido todo el día para ver al único jugador capaz de tener pendiente de sus movimientos a toda la capital. En la región de Washington viven la mayoría de los dos millones de salvadoreños que residen en EE UU, frente a unos 240.000 argentinos que estima el censo, una proporción que se encargó de retratar la grada.
Messi había sido duda para el encuentro durante los últimos días, tras el golpe que recibió en el tobillo derecho durante el partido contra el Real Madrid en el Camp Nou. La selección argentina emitió un comunicado a comienzos de la semana para confirmar que el jugador había sido examinado al llegar a Washington y podría completar la gira estadounidense. Sin embargo, este sábado se cumplieron los peores temores de los aficionados y el argentino faltó a la cita de esta jornada histórica para la comunidad salvadoreña de la capital.
La incógnita del jugador del Barcelona no impidió sin embargo que numerosos grupos de seguidores averiguaran, gracias a la información compartida en las redes sociales, donde iba a celebrar sus entrenamientos. Sus apariciones en la Universidad de Georgetown o en las citas con el equipo de baloncesto de la ciudad, los Washington Wizards, han recibido un estrecho seguimiento por parte de los medios estadounidenses. El diario The Washington Post, en un guiño a la primavera que se hace esperar en la costa Este, registró la llegada del jugador argentino con una crónica titulada 'Lionel Messi, en plena flor en Washington'.


domingo, 21 de septiembre de 2014

Centros delanteros de fútbol suramericanos producto de exportación muy apreciado en Europa

Tomado de The Wall Street Journal 

El argentino Sergio Agüero, delantero del Manchester City.
Ante la escasez de centro delanteros en Europa, Sudamérica se vuelve potencia exportadora

Ahora que acaba de comenzar la Liga de Campeones de la UEFA y la crema y nata del fútbol de clubes europeo comienza su arduo trayecto de 10 meses, la élite del continente se empieza a percatar que les hace falta algo: el clásico número 9 europeo.
Esos hombres de países como Italia, Alemania e Inglaterra cuyo solo propósito en la vida parecía ser anotar goles —al carajo con el juego bonito y las camisetas limpias— son una raza en extinción en el nivel más alto del fútbol en Europa.
El argentino Carlos Tevez
En su lugar, se han convertido en la exportación futbolística más significativa de Sudamérica.
Eso no quiere decir que Europa ya no está produciendo impresionantes delanteros. Thomas Müller del Bayern Munich crea peligro en cualquier lugar que surja en la cancha. Sin embargo, según el técnico del Arsenal Arséne Wenger, el continente no está produciendo masivamente "tipos que se metan en el área y se lancen de palomita en el minuto 90 para anotar el gol, incluso si eso significa clavar su cabeza en el poste. Esto ya no existe".
De los 15 clubes que terminaron la temporada pasada entre los cinco primeros lugares en Inglaterra, España e Italia, ochos jugaron con un centro delantero sudamericano en el tradicional puesto número 9.
El colombiano Jackson Martínez

Esto incluyó entre otros al Manchester City con el argentino Sergio Agüero, el Atlético Madrid con el oriundo brasileño Diego Costa, el uruguayo Luis Suárez, en ese entonces del Liverpool, y Juventus con el también argentino Carlos Tévez.
Y si excluimos a Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, dos virtuosos únicos que desafían la definición convencional, cinco de los seis goleadores más frecuentes en la Liga de Campeones del año pasado eran de Sudamérica.
Se trata del colombiano Jackson Martínez del Porto, los argentinos Matías Suárez del Anderlecht, Alejandro Domínguez del Olympiakos, y Tévez de la Juve, y por último el paraguayo Óscar Cardozo del Benfica. La única excepción fue Mario Balotelli, entonces del AC Milán, cuyo estilo a menudo lo lleva a bajar al medio campo y modifica los esquemas de lo que se puede considerar un número 9.
El paraguayo Oscar Cardozo
Wenger señaló a Alemania como un buen ejemplo. Hace 20 años, dijo, todo equipo en la Bundesliga parecía jugar con centro delanteros puros casi intercambiables. Hoy en día, Alemania tiene una generación de jugadores ofensivos técnicamente brillantes y orientados hacia la ofensiva que se mueven cerca de la delantera (Müller, Mario Götze, Mesut Özil, Toni Kroos, y la lista continúa), pero tan pocos centro delanteros que la selección alemana de fútbol se fue a Brasil con un solo número nueve de tiempo completo, Miroslav Klose. Y tenía 35 años.
Un motivo, indicó Wenger, es que en los últimos 20 años, la educación europea de fútbol se ha concentrado en cultivar genios para pasar el balón. La técnica, la velocidad y la visión en la cancha son las principales prioridades.
El uso discreto del codo en un área de penalti poblada de defensas contrarios no figura en la lista.

El ex mediocampista del Real Madrid Xabi Alonso, ahora del Bayern Munich, lo describió de la siguiente manera en una entrevista con The Wall Street Journal hace unos meses: "El prototipo del jugador español es un jugador que le gusta mantener el balón, que comprende el juego. Le gusta tener buenas asociaciones con los jugadores que lo rodean. No es egoísta".
Es como si estuviera exponiendo el ideal al que aspiran los sistemas juveniles alrededor de Europa. La academia de Barcelona, La Masia, se convirtió en la versión futbolera de Oxford, Harvard y un internado suizo combinados. El problema es que ninguna de estas cualidades describe a los atacantes puros más peligrosos del mundo: el cazagoles egoísta que busca ganar a toda costa que se mete de cabeza "a las zonas en dónde hiere", como lo describió Wenger.
El uruguayo Luis Suárez
"El fútbol del centro delantero es el fútbol de la calle", agregó. "Es el tipo que intenta empujarte, que juega al borde de las reglas. Suárez es un ejemplo de un jugador que no recibió una educación clásica en el fútbol".
Wenger podría bien haber mencionado al similarmente combativo Costa, nacido en Brasil e importado por España para llenar el vació en la punta. La Roja estaba tan hambrienta de talento para el puesto de centro delantero, incluso al mismo tiempo que dominaba el fútbol mundial, que sus opciones normalmente se limitaban al desatinado Fernando Torres, o reinventar la posición tan a fondo que Cesc Fábregas jugaría de "falso nueve".
La aventura del Mundial de Costa en su equipo adoptivo terminó siendo una experiencia miserable tanto para el jugador como para el equipo. Pero su forma hasta ahora en la Liga Premier —siete goles en cuatro partidos con el Chelsea— sugiere que dará fruto a largo plazo.
Brasileño nacionalizado Español Diego Costa
El otro motivo que Europa no ha producido sus propios Costas últimamente es táctico. Equipos como España, Bayern Munich, Real Madrid y Barcelona marcan la pauta para el fútbol europeo con sistemas que giran en torno a laterales veloces y pases complejos por el centro. Las amenazas de ataque vienen de más direcciones.
Y esto significa que el centro delantero en una formación 4-2-3-1 o 4-3-3 se convirtió en un engrane más en la máquina de ataque en lugar de su foco de atención.
Por tanto los centros delanteros ahora son lo que el director atlético del Barcelona Andoni Zubizarreta llamó "delanteros en un sentido más general… significa que hacen mucho más que disparar".
Pese a todo el talento goleador que está saliendo de Colombia, Argentina y Uruguay, hay una sola excepción: Brasil.
"Ya no producen nada", dijo Wenger antes del Mundial (y mucho antes de la debacle de Belo Horizonte). Incluso en el mediocampo son buenos, pero no son los grandes brasileños del pasado.

sábado, 8 de marzo de 2014

FÚTBOL EL DEPORTE DE LAS MULTITUDES ES AHORA DEPORTE DE MULTIMILLONARIOS

Tomado de esglobal 

EL MATRIMONIO PERFECTO ENTRE OLIGARCAS Y FÚTBOL

Por Pablo Diez

La propiedad de los grandes clubs de fútbol es el perfecto termómetro de cómo se tambalea el viejo orden internacional. Ante el declive de algunas grandes fortunas europeas, cada vez con más frecuencia se encuentran en manos de las oligarquías rusas, árabes y asiáticas, que han llevado a los clubs no sólo a obtener mayores éxitos deportivos, sino también a una mercantilización sin precedentes.
Las razones de este fiebre inversora son opacas y difícilmente verificables en cada caso: algunos magnates quieren expatriar parte de sus activos para evitar potenciales confiscaciones en sus países de origen; otros se hacen con clubs extranjeros para obtener la residencia y disfrutar así de protección frente a posibles casos de corrupción en los que se vean envueltos. A su vez, algunos oligarcas petroleros ven la necesidad de diversificar su patrimonio de esta manera para afrontar un futuro en el que los hidrocarburos comiencen a escasear. Más allá de las posibles motivaciones, éstos son algunos de los nuevos reyes en los despachos del fútbol europeo.

Roman Abrahamovic (Chelsea)
Roman Abrahamovic encarna el génesis del nuevo propietario del fútbol europeo. Fue el primero en diversificar su inmensa riqueza hacia este deporte al hacerse en 2003 con el Chelsea, club que ha conseguido un creciente rendimiento deportivo al calor de sus millones y que se ha embarcado en una carrera por equipararse al estatus global de grandes como el Real Madrid, el Barcelona o el Manchester United.
Abrahamovic encarna además las aspiraciones y los excesos de la clase alta de su país. Mijaíl Gorbachov lo denunció hace tres años en una entrevista en la que afirmaba que el magnate ejemplifica e incentiva el libertinaje acumulador y consumista de la nueva Rusia. En su propiedad hay yates, un avión privado… y también varios casos pendientes por corrupción. Abrahamovic ha sido denunciado incluso por amigos como el también oligarca Boris Berezovsky, que le demandó 3.000 millones de libras (unos 3.600 millones de euros) por haberle intimidado para vender acciones de una empresa por una fracción de su valor real.
Sin él, el Chelsea no sería lo mismo ni podría aspirar a ganar títulos como la Champions League. Siguiendo su estela han ido llegando al fútbol europeo fortunas aún mayores que la suya, lo que ha diluido parcialmente la gran cualidad de la que disfrutó el Chelsea durante los primeros años de Abrahamovic: la de comprar cualquier jugador a cualquier precio, distorsionando el mercado de fichajes y demostrando que, en el fútbol, el dinero lo puede todo.

Mansour bin Zayed al Nahyan (Manchester City)
Mansour bin Zayed bin Sultan al Nahyan es miembro de la todopoderosa familia gobernante de Abu Dabi y primer ministro adjunto de Emiratos Árabes Unidos. Dotado de una inmensa fortuna, el jeque Mansour se ha dedicado a internacionalizar el patrimonio familiar con múltiples operaciones en el extranjero. Entre ellas figura la adquisición en 2008 del Manchester City, un club hasta entonces sufridor, eminentemente local, y siempre a la sombra de su vecino Manchester United, decano de la globalización del fútbol europeo. Privados de títulos ligueros desde 1968, los fans del City llevaban años prometiendo que el club regresaría con fuerza algún día. Ese día ha llegado de la mano del jeque.
A cambio de ese ese reflotamiento global del club, el jeque se permite sus pequeñas peculiaridades: pocas son las veces en las que se le ha visto en el palco del Etihad Stadium apoyando al equipo en el que tan generosamente invierte; renuncia por sistema a conceder entrevistas y mantiene un estilo de vida chocante, con rumores de poligamia incluidos. Además, el jeque Mansour es sospechoso de haber obtenido ilegalmente beneficios personales de hasta 110 millones de libras después de comandar una inversión multimillonaria para rescatar el Barclays Bank tras el derrumbe financiero de 2008.
Poco les importa esto a los fans mientras el club de sus amores pueda permitirse ganar la liga. Sobre todo si se tiene en cuenta que, antes del jeque, el City no estaba necesariamente en manos de los ángeles, sino que tiene un historial reciente de mandatarios aún más controvertidos (su predecesor en la presidencia fue el magnate y ex primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra, acusado de corrupción en su país y autoexiliado en Dubai).
Nasser al Khelaifi (Paris Saint Germain)
En 2011, la Qatar Investment Authority (el mayor fondo soberano del mundo) se hizo con la propiedad mayoritaria del Paris Saint Germain y puso al frente del mismo al magnate Nasser al Khelaifi. El club, hasta entonces embajador renqueante de una liga como la francesa, que no había incurrido en la mercantilización desaforada de la española o la inglesa, ha renacido y hoy va camino de convertirse en un grande de Europa. A golpe de talonario: el club se ha gastado ya más de 350 millones de euros en fichajes desde que Al Khelaifi tomó las riendas.
Este magnate es también uno de los principales valedores de la celebración del Mundial de fútbol de Qatar en 2022, y de hecho dirige el departamento de márketing del comité organizador. Su apoyo al proyecto, que ha levantado múltiples críticas y sospechas de haber sido adjudicado de manera dudosa, le ha hecho obviar asuntos importantes, como los referidos a las condiciones de semiesclavitud de los trabajadores emigrantes que construyen a toda velocidad las instalaciones del torneo. Sus declaraciones al respecto, asegurando que nadie en su país toleraría que estas empresas incumplieran la ley, supone no sólo la negación de lo que está ocurriendo en la preparación para el Mundial, sino también del modelo abusivo para los trabajadores con el que las empresas constructoras llevan años edificando en el Golfo. Seguramente esto no preocupe en exceso a la mayor parte de los seguidores del PSG, que han visto cómo su equipo se convierte en un serio aspirante a ganar la Champions League y se permite el lujo de insinuar que podría fichar a Leo Messi.
 Erick Thohir (Inter de Milán)
El nombre de Erick Thohir no sonaba en Europa, pero sí en Estados Unidos, donde este magnate indonesio lleva años al mando de un equipo de fútbol americano y de los Philadelphia 76ers de la NBA. El pasado octubre, Thohir desembarcó en el Viejo Continente para hacerse con la propiedad de uno de los grandes del fútbol italiano, el Inter de Milán, del que es ya accionista mayoritario. Al contrario que otros multimillonarios que invierten en clubs europeos, Thohir viene con unas credenciales nobles y bruñidas, del todo diferentes a las de algunos de los ricos bad boys con los que comparte esta lista.
A Thohir se le toma por uno de los estandartes de un movimiento regeneracionista que busca un nuevo modelo para Indonesia, país encharcado en una omnipresente corrupción. Ya en 2005 la prensa estadounidense lo describía no sólo como un empresario de éxito, sino también como un asertivo portavoz en la lucha contra la corrupción. Tal es la estatura moral que se ha labrado, que muchos le ven como el potencial salvador de su país y se lo imaginan ya presentándose a las elecciones presidenciales, algo que ha desmentido. Su retórica va completamente a contracorriente de las bravuconadas de otros magnates al frente de grandes clubs europeos, puesto que ha dejado claro que su prioridad más inmediata es devolver la estabilidad financiera al club, antes que llenarlo de costosísimas estrellas. Este mensaje prudente tranquilizará quizás a los aficionados del Inter que, si bien no dudan de que Thohir llenará las arcas del club, cuestionan el entusiamo de este magnate indonesio cuya verdadera pasión es el baloncesto.
 Alisher Usmanov (Arsenal)
En agosto de 2007, este magnate ruso de origen uzbeko se hizo con 14,58% del Arsenal junto a su socio, y cuatro años después amplió su participación hasta el 30% (el accionista mayoritario sigue siendo el estadounidense Stanley Kroenke). Su llegada fue arrasadora, criticando a los propietarios mayoritarios por su falta de ambición y tratando de imponer a losGunners el estilo directivo del Chelsea de Abrahamovic.
En un principio, el nombre de Usmanov no les resultaba familiar a los fans del club londinense, pero sus credenciales son contundentes: este empresario del metal y de la minería es el hombre más rico de Rusia, con una fortuna estimada en más de 17.000 millones de dólares (unos 12.300). Usmanov es uno de los neoamos del fútbol europeo con peor reputación. Nadie ha conseguido encontrarle culpable, pero sobre él pesan diversas causas por corrupción y mantiene alianzas con el sempiterno dictador uzbeko Islam Karímov y con su hija, la recientemente defenestrada Gulnara Karimova. Ante la avalancha de escándalos, cuyo escrutinio se ha intensificado desde que se hiciera con una gran tajada del Arsenal, Usmanov ha optado por obstruir la información en torno a sí mismo y también en torno a los asuntos en los que tiene un interés. Así, ha contribuido decisivamente a la censura y represión de la cobertura de asuntos polémicos relacionados con los Juegos de Invierno de Sochi. Previamente, en 2012, fue acusado de pagar a una empresa para eliminar y maquillar las críticas que se vertían sobre él en su entrada de Wikipedia. El modelo sensato y estable que ha impuesto el entrenador Arsène Wenger en el banquillo del Arsenal se parece poco a los desmanes y prepotencia de este controvertido copropietario.
 Rinat Akhmetov (Shakhtar Donetsk)
Encuadrado entre los 50 hombres más ricos del mundo, este magnate ucraniano no se ha hecho con los mandos de ningún gran club europeo, sino que ha preferido crear uno desde abajo, y en su propio país. Su gólem se llama Shakhtar Donestsk, un club que, desde que pasó a manos de Akhmetov, ha alcanzado cotas sin precedentes en el fútbol ucraniano, como su victoria en la Copa de la UEFA de 2009. El nombre del Shakhtar comienza a sonar y a inspirar un mayor respeto cuando, impulsado por el masivo patrimonio de su dueño, se mide año tras año a los grandes clubs de Europa. Mientras tanto, los modestos habitantes de Donestsk, epicentro de la minería y la industria siderúrgica ucraniana, pueden adivinar en los fichajes de su equipo de fútbol por dónde circula parte del dinero con el que se queda la oligarquía.
Akhmetov fue diputado por el Partido de las Regiones del presidente Víktor Yanukovich, quien ha estado tradicionalmente próximo al magnate. El magnate se ha erigido en la voz de los oligarcas ucranianos durante la crisis política que vive el país. En un reciente comunicado pedía diálogo y el fin de la violencia, en una llamada conciliatoria aparentemente objetiva que parecía desentonar con el firme apoyo a Yanukovich que era de esperar. Ese pragmatismo demuestra que la realidad es otra: por encima de sus afinidades políticas, él y los demás oligarcas temen que la crisis relegue a Ucrania a la condición de paria, ya que ello podría afectar a sus negocios internacionales. De hecho, muchos de estos magnates, tradicionalmente aliados de Yanukovich, retiraron su apoyo al ex presidente por renunciar a firmar el acuerdo con la UE, inflamar así la ira de los ucranianos proeuropeos y arrojar al país al foso de la máxima inestabilidad política, tan poco saludable para los negocios. Si sus negocios se resienten, también lo hará su criatura, ese pequeño Shakhtar que quiere jugar con los grandes.   
 Grandes nombres, pequeños clubs
Fuera de los focos de los grandes clubs, algunas de las más inmensas fortunas del planeta han caído o podrían caer sobre equipos prácticamente desconocidos, o con una trayectoria eminentemente local (hasta ahora). Así, el hombre más rico del mundo, el mexicano Carlos Slim, se hizo en 2012 con el 30% de dos equipos de su país, el León y el Pachuca. Ese mismo año dirigió también su atención al fútbol español, pero no a uno de los grandes, sino al modesto Real Oviedo, al que rescató de sus aplastantes deudas tras invertir dos millones de euros y hacerse así con una participación mayoritaria en lo que, más que una inversión, tuvo la apariencia de una súbita obra social. También el gran magnate indio del acero Lakshmi Mittal decidió en 2012 diversificar una pequeña parte de su fortuna hacia el negocio del fútbol, haciéndose con más del 30% del londinense Queen Parks Ranger, que perdió la primera categoría durante la misma temporada en que Mittal se hizo con sus mandos. El Southampton, otro modesto club inglés, aunque actualmente bien posicionado en la Premier, podría pasar a engrosar la lista de los nuevos ricos del fútbol europeo si finalmente se materializa el interés del multimillonario Wang Jianlin, considerado el hombre más rico de China, en comprar el club. De momento, la intención del magnate inmobiliario y cinematográfico es sólo un rumor, pero, si llega a ser cierto, el Southampton podría convertirse en el club más acaudalado de la Premier 

martes, 12 de noviembre de 2013

Lionel Messi un crack apegado a su familia

Tomado de ABC 



Los Messi, un clan con alambres de espino

Una biografía no autorizada revela la peculiar relación entre el futbolista y su familia

Por Rosa Belmonte

«¡Visca el Barça, visca Catalunya y aguante Argentina, la concha de su madre!». Lionel Messi está celebrando la segunda liga de la era Guardiola. También está borracho. El argentino es hombre de pocas palabras. En «Misterio Messi» (La Esfera de los Libros), Sebastián Fest y Alexandre Juillard descubren quién es el crack que dedica los goles a su abuela y lleva tatuada en un omóplato la cara de su madre. Explican las razones futbolísticas de un jugador único y los líos entre los agentes y la familia, los errores de la historia oficial o su rivalidad con Cristiano Ronaldo, que ve en él un hobbit. También su difícil relación con Guardiola. Y no porque mandara quitar de la zona de vestuarios las máquinas de Coca Cola y Conguitos.

Con Pep Guardiola empieza el libro, con un sms que Messi le manda al inicio de la temporada 2009-2010: «Bueno, veo que ya no soy importante para el equipo, así que…». El problema era Ibrahimovic. ¿Pero cuál es el «Misterio Messi»? Sebastián Fest lo aclara: «Es una persona especialmente circunspecta. Diferente a Maradona, Pelé o Cruyff. Ser tan callado ya le genera un halo misterioso. Y en el libro pretendemos enfocar otros misterios». Uno de los mitos es que se fue a Barcelona porque en Rosario no le pagaban el tratamiento con hormonas de crecimiento. Lo desmonta el endocrino Diego Schwarzstein. Jorge, padre de Leo, trabajaba en Acindar, gran fábrica metalúrgica. Era el supervisor del servicio de alambres de espino. El doctor Schwarzstein dice que del tratamiento se hicieron cargo la Seguridad Social, la mutual del padre y la Fundación Acindar. Aunque reconoce inconvenientes burocráticos. Y también recuerda Fest que «en Barcelona, hasta que se lo pagaron, pasó un tiempito porque Messi estaba en una especie de limbo. Lo pagaba Juan Lacueva» (entonces responsable del fútbol base).

La familia vino a Barcelona el 1 de febrero de 2001. Los padres y los cuatro hijos, Rodrigo, Matías, Leo y Marisol. Durante el vuelo de Rosario a Buenos Aires, Leo no paró de llorar. Luego haría amigos.Cesc Fábregas y Gerard Piqué entre ellos («Traelo, traelo, que ese me defendía cuando era chico», dijo a Joan Laporta cuanto este le anunció que iba a repescar al defensa).
 
Si Messi es un misterio, Antonella Rocuzzo, más. Se conocen desde niños. La primera aparición pública es de 2009. Celia, la madre, es dura. Se recoge en «Misterio Messi» lo que contó una aspirante a botinera. Se cruzó con ella en un supermercado y después de recriminarle querer hacerse famosa con su hijo, cogió una sartén y amenazó con darle. Y una vez, al ser preguntada por Antonella, Celia dijo: «La estamos estudiando aún».


Pese a que Messi viva con Antonella y su hijo, nacido el 2 de noviembre de 2012, sigue muy ligado a su familia. «Jorge es uno de los representantes de Leo y el presidente de Leo Messi Management, la empresa que se encarga de las actividades comerciales del número 10 del Barcelona. Lo controla todo», leemos. Rodrigo, que trabaja con su padre, lo explicó en la revista «Perfil»: «A Leo lo único que le interesa es jugar al fútbol. Nosotros nos encargamos del resto y hay mucho que hacer». Según Fest y Juillard, «Leo no siempre tiene voz y voto, pero su opinión cada vez tiene más peso en esta familia, ese clan cerrado que gira en torno a él». Un clan con alambres de espino.