- La organización se rebautiza Estado Islámico (IS) y pide fidelidad a todos los musulmanes
- Afianza sus posiciones en un vasto territorio desde Alepo (Siria) a Diyala (Irak)
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domingo, 24 de agosto de 2014
Entendiendo un poco sobre ISIS, la rebautizada organización terrorista de Irak y Siria
División entre las filiales de Al
Qaeda
jueves, 22 de diciembre de 2011
Irak regresa a sus peores tiempos después de la salida de tropas EEUU

Más de 170 personas han resultado heridas por los ataques
La ofensiva ha sido perpetrada con coches-bomba y explosivos
EEUU alerta a Al Maliki sobre la ruptura
Bagdad ha regresado al pasado, a los peores tiempos de violencia tras la caída de la dictadura de Sadam Husein en marzo de 2003. Una sucesión de atentados con coches bomba y artefactos explosivos, 14 según el Ministerio de Interior, ha sacudido la capital iraquí. Los muertos se cuentan por decenas -63, según fuentes policiales- y los heridos por centenas. Por la noche, se produjo una nueva explosión cerca de un café en el suroeste de la capital, con cinco víctimas mortales más. Es el primer ataque tras la retirada, el lunes, de las tropas estadounidenses y uno de los más graves en meses.
Los atentados no tuvieron como objetivo los centros militares y de seguridad, sino civiles y causar el máximo daño posible. "Han atacado colegios, trabajadores y la agencia anticorrupción", afirmó el portavoz de las Fuerzas de Seguridad en Bagdad, el general Qassim Atta, según recoge AFP.
Los barrios atacados son de mayoría chií, pero nadie se atreve a acusar a los suníes de su autoría, por no avivar un indendio cada vez más peligroso. Solo el primer ministro, el chií Nuri al Maliki, asegura que los atentados son políticos, es decir que podrían estar relacionados con la grave crisis creada por él mismo al ordenar el lunes la detención del vicepresidente, Tariq al Hachemi, a quien acusa de dirigir los escuadrones de la muerte. Esa medida es para los suníes una declaración de guerra.
Apenas cuatro días después de la salida de EE UU, se desmorona toda la arquitectura creada para vender que la invasión, el derrocamiento de Sadam Husein y los ocho años y medio de guerra, como un éxito; que Washington dejaba atrás un país estable y democrático. No es cierto: Irak es un polvorín en el que hay riesgo de explosión, de guerra civil.
Los ataques han golpeado los barrios de Bab al Muatham, Karrada, donde una ambulancia ha hecho explosión cerca de un edificio gubernamental y causado 18 muertes; Allaui, en el centro de la ciudad; Adhamiyah, Chouala y Chaab, en el norte; Jadriyah, en el este; Ghazaliyah, en el oeste, y Amil, en el sur.
"Escuchamos el sonido de un coche, luego el de los frenos, entonces hubo una gran explosión, se rompieron los cristales y las puertas y un humo negro se metió en nuestro apartamento", ha afirmado a la agencia Reuters Maysoun Kamal, vecino de Karrada, el distrito comercial de Bagdad y el más castigado por la ola de explosiones.
Una fuente de espionaje contó a el País a finales de 2003 que para colocar un coche bomba son necesarias un mínimo cinco personas: el responsable de conseguir el explosivo, el artificiero que lo coloca y programa su detonación, el conductor y el financiero. Catorce atentados coordinados no se improvisan ni pueden llevarlos a cabo una organización pequeña. Detrás de ellos tiene que estar una organización amplia, con experiencia en armas y explosivos; es decir, un grupo insurgente. ¿Suní? Demasiado evidente. Juan Cole, experto en Oriente Próximo asegura en Informed Coment que detrás de la decisión de procesar a Al Hachemi está la mano de Irán, un país vinculado con atentados, directamente o a través de Hezbolá y Hamás.
La invasión de EE UU se convirtió en ocupación, y objetivo armado, el 7 de agosto de 2003, cuando explotó un coche bomba delante de la Embajada jordana. No fue un accidente, era el comienzo de otra guerra. En agosto de ese año, la insurgencia voló el Hotel Canal, sede de la ONU: mató al enviado especial de Kofi Anann, Sergio Viera de Melo, al capitán de navío español Manuel Martín-Oar, y a otras 16 personas. A finales de ese mes, otro coche bomba mató a Mohamed Baquer al Hakim, principal figura político-religiosa del chiísmo.
En 2006, los coches bomba pasaron a un enfrentamiento entre las dos comunidades: los sunníes (20% de la población) y los chiíes (60%). Se produjeron asaltos, secuestros, asesinatos; aparecían cadáveres maniatados en las cunetas. Esa violencia produjo una limpieza étnica. Los suníes del margen derecha del Tigris dejaron sus casas. En esa guerra estuvieron implicadas todas las milicias suníes, unificadas por EE UU en 2007 bajo el nombre de Hijos de Irak, y las chiíes, tanto el Ejército del Mahdi del clérigo Muqtada al Sáder, como las Brigadas Báqr, brazo armado del Consejo Supremo de la Revolución de Irak, fundada durante su exilio en Irán con Al Hakim, y Dawa, el partido de Maliki.
Nadie es inocente en esa guerra sectaria que causó miles muertes. La decisión de Maliki de acusar al Hachemi de terrorismo rompe el pacto tácito de mirar hacia adelante, una especie de amnistía de facto por el interés de todos.
El general David Petraeus, experto en contra insurgencia, fue el primero que no se creyó la propaganda de su Gobierno y propuso un cambio radical de estrategia. Aumentó el contingente militar en 30.000 soldados, los concentró en Bagdad para ganar la batalla de la imagen: si la capital parece segura parecerá que todo Irak es seguro. Después se compró y unificó la insurgencia suní que había matado soldados estadounidenses en la milicia del Despertar (después Hijos de Irak), para utilizarla contra Al Qaeda en Mesopotamia. Ordenó a sus aliados chiíes que cesaran los ataques sobre los suníes. El único que quedó fue Muqtada. Su milicia sufrió numerosas pérdidas y el termino exiliado en Irán.
Tras la salida de los soldados estadounidenses, después de ocho años y medio de guerra en diversas fases e intensidades, de 113.000 civiles muertos y 4.484 soldados estadounidenses que regresaron a casa en un féretro, todo regresa al punto de salida, a la guerra civil que muchos temían en 2004, el año de los secuestros de occidentales, de las decapitaciones. Para Irán, estos casi nueve años han sido un excelente escenario distracción. Parece que la función no ha terminado.
domingo, 18 de diciembre de 2011
Después de nueve años en Irak, EEUU culminó hoy la retirada total de sus tropas

Los últimos 500 soldados han sido trasladados fuera de Irak en un convoy compuesto por 110 vehículos. La mayoría de los militares pertenecía a la tercera brigada de la primera división de caballería.
La televisión mostró imágenes de la última columna de vehículos militares estadounidenses, cruzando la frontera entre Irak y Kuwait.
Durante los últimos días, el Ejército estadounidense ha entregado los prisioneros que tenía en sus manos a las autoridades iraquíes, que el viernes pasado asumieron el control de la última base militar que permanecía en poder de EEUU.
El pasado miércoles 15 de diciembre, se escenificó el repliegue estadounidense de manera simbólica con la arriada de la bandera en una ceremonia en Bagdad, a la que asistió el secretario de Defensa de este país, Leon Panetta.
Con el pacto de seguridad firmado entre Washington y Bagdad hace tres años, ambos países acordaron el repliegue estadounidense para finales de este año.
Una coalición internacional, liderada por EEUU y el Reino Unido, invadió Irak el 20 de marzo de 2003 para derrocar al entonces dictador iraquí Sadam Husein, lo que supuso el inicio de una guerra que durante todos estos años se ha cobrado la vida de 100.000 civiles y de más de 4.400 soldados estadounidenses.
Sadam Husein fue capturado en diciembre de 2003 y ejecutado en la horca tres años después.
Estados Unidos dio por concluidas sus labores de lucha en la zona en agosto de 2010, con la retirada de las últimas tropas de combate. Sobre el terreno han permanecido miles de soldados estadounidenses más que, desde entonces y hasta esta madrugada, han participado en las tareas de formación de las fuerzas iraquíes.
La estancia de Estados Unidos en el país asiático ha dejado decenas de miles de iraquíes muertos y casi 4.500 soldados que perdieron la vida en la guerra. Una guerra que comenzó hace casi nueve años después de que las tropas estadounidenses invadieran Irak en el marco de la operación 'Libertad Duradera', que comenzó el 20 de marzo del 2003 durante la Presidencia de George W. Bush (2001-2009), quien concluyó que el régimen del fallecido dictador Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva que suponían una amenaza para Occidente por lo que era necesario derrocarlo.
A partir del primero de septiembre arrancará la bautizada como operación "Nuevo Amanecer", en la que los soldados estadounidenses que permanecen en el país cumplirán misiones de asesoramiento y ayuda a las fuerzas iraquíes.
viernes, 16 de diciembre de 2011
Tropas estadounidenses regresan a casa concluyendo su misión en Irak

Por Julian E. Barnes y Nathan Hodge
BAGDAD—Después de nueve años de guerra, decenas de miles de víctimas —incluyendo 4.500 soldados estadounidenses— y más de US$800.000 millones, las fuerzas armadas de Estados Unidos concluyeron formalmente su misión en Irak el jueves y se preparaban para retirarse del país.
Ante la mirada del secretario de Defensa, Leon Panetta, el general del ejército Lloyd Austin bajó la bandera de batalla, adornada con una esfinge mesopotámica, y la guardó para su envío a EE.UU.
"Ninguna palabra, ninguna ceremonia, puede proveer un tributo completo a los sacrificios que lograron que este día ocurriera", dijo Panetta.
En los próximos días, el último de los 4.000 efectivos militares estadounidenses que aún se encuentran en Irak seguirá el trayecto de la bandera y volverá a casa, dejando menos de 200 para servir como parte de la misión diplomática. Las fuerzas armadas han cerrado su base principal en el este de Bagdad, Campamento Victoria, y la ceremonia final tuvo lugar en el Aeropuerto Internacional de Bagdad.
En la ceremonia del jueves, Panetta evocó las batallas más importantes de la guerra en Faluya, Ramadi y Ciudad Sadr. Volvió al tema que mencionó toda la semana al visitar tropas en Djibouti, Afganistán e Irak: los soldados estadounidenses han dado a los iraquíes la oportunidad de forjar su propio futuro. El sufrimiento y las pérdidas de las fuerzas armadas de EE.UU., sostuvo, no fueron en vano porque llevaron a un Irak libre.
"Vayan con gran orgullo, un orgullo duradero, seguros de saber que su sacrificio ha ayudado al pueblo iraquí a empezar un nuevo capítulo en la historia", afirmó Panetta.
Las fuerzas armadas de EE.UU. han prometido seguir ayudando a Irak, un mensaje reiterado por los funcionarios el jueves. EE.UU., dijo Panetta, será un "amigo comprometido y un socio comprometido". Pero esa ayuda llegará en forma de ejercicios intermitentes y consultas de alto nivel. Con la ceremonia del jueves, la asesoría diaria, los consejos rutinarios y el entrenamiento intensivo en los que EE.UU. se había enfocado en los últimos años de la guerra han finalizado.
La guerra de Irak ha sido una montaña rusa de nueve años para el pueblo y las fuerzas armadas estadounidenses. Con la destrucción del ejército de Saddam Hussein y la ofensiva sobre Bagdad logradas en apenas unas semanas, al principio pareció ser una rápida victoria para EE.UU. y el ejército más avanzado del mundo.
Sin embargo, unos meses después de tomar Bagdad, se formó una creciente insurgencia que convirtió la rápida victoria en un largo y arduo camino.
Las avanzadas fuerzas armadas de EE.UU. se enfrentaron a armas primitivas: bombas caseras hechas con fertilizantes o cartuchos de artillería descartados. Para muchos, incluidos algunos militares, la guerra parecía perdida después de que una explosión en la Mezquita Dorada de Samarra desencadenara matanzas sectarias a lo largo de Irak. Asesinatos nocturnos por parte de escuadrones chiítas llenaban las morgues de Bagdad.
Lideradas por el general del ejército David Petraeus, las fuerzas armadas de EE.UU. reescribieron su doctrina y modificaron su estrategia, iniciando un incremento en el número de efectivos y enviando soldados e infantes de marina a pequeños enclaves militares para frenar la violencia. El aumento de soldados, muy polémico en EE.UU., comenzó a reducir esa violencia a mediados de 2007, restaurando un poco de calma en un país que había entrado en caos.
viernes, 21 de octubre de 2011
Guerra en Irak finalizará en Diciembre para tropas EEUU

Por Julian E. Barnes Carol Lee y Siobhan Hughes
WASHINGTON (Dow Jones)--El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció el viernes el retiro para fines de diciembre de todas las tropas del país en Irak, con lo que se pone fin a una guerra de nueve años.
"De acuerdo a lo prometido, el resto de nuestras tropas en Irak volverá a casa para fin de año", dijo Obama en la Casa Blanca. "Después de casi nueve años, la guerra de Estados Unidos en Irak terminará".
El anunció señala un inminente fin a una guerra que ha costado a Estados Unidos más de US$800.000 millones y cobrado la vida de más de 3.525 militares estadounidenses.
El mandatario realizó el anuncio después de hablar con el primer ministro iraquí, Nouri al-Maliki, sobre el entrenamiento y equipamiento de las fuerza de Irak.
Obama afirmó que existía un "acuerdo pleno" con el primer ministro sobre cómo deberían proceder las relaciones entre Estados Unidos e Irak. El primer ministro visitará la Casa Blanca en diciembre.
"Después de todo, habrán algunos días difíciles para Irak en el futuro", dijo Obama. "Estados Unidos continuará teniendo un interés en un Irak que es estable y seguro y autosuficiente".
Obama agregó que Estados Unidos dejará Irak en una posición de fortaleza.
En la actualidad, las tropas de Estados Unidos en Irak suman cerca de 45.000.
Pese a que la violencia ha disminuido considerablemente en Irak, el país y el gobierno siguen divididos entre las facciones sunitas y chiítas.