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domingo, 3 de octubre de 2010

Gobierno Ruso continúa privatizando bienes del estado

Tomado de la Voz de Rusia


Se aleja cada vez más de la nostalgia de un sistema de economía dirigida

Reconoce mayor eficiencia de empresas privadas sobre las estatales


Las autoridades rusas han dado el primer paso para la puesta en marcha de un nuevo programa de privatización. La más grande aseguradora rusa Rosgosstrakh, subasta un 13% de empresas del Estado.

Hace exactamente un año que se pusieron a hablar de la posibilidad de que se lleve a cabo una nueva privatización en Rusia. Es necesario atraer medios exteriores para el rearme técnico. El Estado confecciona la lista de empresas y lo importante es despertar el interés de los compradores.

Hace aproximadamente un mes que apareció la lista de los grandes activos del Estado, que pueden ser puestos en venta. Entre ellos están los paquetes minoritarios de Sberbank, del Banco VTB y de Rosselkhozbank, de la gran compañía petrolera "Rosneft", de la compañía de transporte de petróleo "Transneft" y algunas otras.

No obstante, no hay que pensar que la privatización es un simple medio para ganar dinero. No menos importante es cómo se gastará ese dinero. El director del Departamento de Información Analítica de la Compañía RBK, Alexander Yákovlev, dice:

Efectivamente, el Estado está interesado en salir de alguna manera al mercado con propuestas interesantes para los inversionistas, dado que, por una parte, es necesario completar el presupuesto. Sin embargo, la privatización no es un asunto de venta y distribución torpes del dinero obtenido, de taponamiento de los agujeros del presupuesto. De esa manera, el Estado trata de practicar una política de disminución de su influencia sobre la economía en general.

Según el ministro ruso de Finanzas, Alexéi Kudrin, la privatización en los próximos cinco años reportará al presupuesto 10 mil millones de dólares por año. Pero lo importante es que las acciones caigan en manos de inversores interesados en elevar la eficacia de la empresa adquirida.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Resurge con fuerza Doctrina del Liberalismo Económico Austríaco

Tomado de The Wall Street Journal

Un profesor de economía lidera el resurgimiento de la corriente que rechaza la injerencia del gobierno

Por Kelly Evans

Peter J. Boettke, quien se viste con sudaderas y zapatos de caucho que tratan de imitar el cuero, no parece ser el tipo de persona que vaya a liderar una revolución. Pero el profesor de 50 años, que dicta clases en la Universidad George Mason, en Virginia, Estados Unidos, está surgiendo como el líder de la escuela austríaca de economía, la cual se opone a intervenciones del gobierno en los mercados y desaprueba el gasto fiscal para apuntalar la demanda durante épocas de crisis.

Boettke, cuyos trabajos de investigación más recientes exploran la capacidad de la gente de autorregularse, también es el mentor de una nueva generación de discípulos que difunden el enfoque austríaco en el mundo académico, donde se le había dado por muerto desde hace tiempo.

Para estos economistas de libre mercado, la intervención del gobierno termina por plantar las semillas de la próxima crisis. Interfiere con lo que uno de los exponentes más famosos de la escuela austríaca, Joseph Schumpeter, llamó el proceso de "destrucción creativa".

Los gobiernos que gastan dinero que no tienen para amortiguar recesiones, sostienen, llevan a sus países por la senda de las grandes deudas y la inflación galopante.

Hace ocho décadas, en medio de la Gran Depresión, la escuela austríaca y su líder académico, Friedrich von Hayek, cayeron en desgracia frente a las teorías más intervencionistas de John Maynard Keynes. Las ideas del economista británico, que pedían un enérgico gasto por parte del gobierno durante las recesiones, triunfaron en ese momento y se volvieron a poner de moda tras la última crisis financiera.

Muestras recientes incluyen medidas como los US$814.000 millones desembolsados por Washington en forma de paquete de estímulo para reactivar la economía. Quienes se adherían a la teoría austríaca quedaron al margen, y perdieron influencia en publicaciones prominentes y entre los estrategas de las políticas económicas.

Pero a medida que la economía se desacelera, particularmente en EE.UU., y la deuda se acumula, Hayek y los adherentes a su escuela austríaca como Boettke están resurgiendo y notando cómo sus opiniones tienen eco entre el público. "Lo que realmente me preocupa es un círculo infinito de déficits, deuda y devaluación de monedas", sostiene Boettke. "Lo que hemos hecho es embarcarnos en un conjunto de políticas que convirtieron una corrección del mercado en una crisis que abarca toda la economía".

Otros parecen estar de acuerdo. El clásico de Hayek de 1944, Camino de servidumbre, se convirtió en el libro de mayor ventas en junio en el sitio Amazon.com. El centro de estudios austríaco Fundación para la Educación Económica no dio abasto en estos meses con las solicitudes de estudiantes que querían asistir a sus populares seminarios.

Por supuesto, las teorías económicas decaen y suben. La escuela austríaca tuvo un auge con la inflación y el desempleo en los años 70. Para los 80, las ideas de libre mercado se abrieron paso. Pero el éxito se desvaneció cuando la inflación fue controlada con éxito por los bancos centrales y el gasto gubernamental de hecho aumentó durante esa década. Además, en los últimos años, ninguna figura surgió como el líder de un grupo de economistas rebeldes contrarios a la planificación central.

Boettke se ha acercado más que nadie en los últimos años. En la última década, en la Universidad George Mason, ha ayudado a reclutar a destacados académicos de la escuela austríaca y atrajo a estudiantes de todo el mundo. Alrededor de 75% de sus estudiantes se convirtieron en profesores de economía a nivel universitario o de posgrado.

Boettke "ha hecho más por la economía austríaca, diría yo, que cualquier otro individuo en la última década", sostiene Bruce Caldwell , editor de los trabajos compilados de Hayek.

El resurgimiento de la escuela austríaca tiene sus peligros, señala Boettke. El fervor antigubernamental en programas estadounidenses de televisión por cable e Internet quizás haya vuelto populares sus teorías, pero también "refuerza la idea que tienen los críticos, (quienes piensan) que estas son ideas excéntricas", indicó.

De todos modos, Boettke no está muy preocupado por cuestiones de estilo. Tiene una tendencia a hablar por horas, interrumpir y usar lenguaje subido de tono. En medio de las decenas de libros y más de 100 artículos que ha escrito, pasa horas debatiendo con estudiantes sobre temas actuales.

El economista sostiene que no fue una falta de supervisión gubernamental lo que llevó a la crisis reciente en EE.UU., como señalan algunos economistas, sino un exceso de intervención. En especial, las bajas tasas de interés y las políticas que subsidiaron la propiedad de bienes raíces, argumenta.

Pero por más que resuene el diagnóstico austríaco en este momento, no brinda un manual que indique qué hacer ahora, lo cual podría limitar su actual resurgimiento. Boettke dice que Hayek advirtió correctamente sobre los peligros de la planificación central, pero "no brindó una receta para saber cómo seguir adelante luego de la 'servidumbre'".